miércoles, 25 de julio de 2012

EL CONCIERTO "SOBERANISTA", Y LOS PARTIDOS PERIFÉRICOS DE CIU


Se comprende que los dirigentes que recogieron  los cascotes que quedaron tras el naufragio  de esa cosa disparatada llamada ERC, un partido de la burguesía catalana como CiU, le dé su apoyo a todos los disparates de los que están saqueando los servicios públicos catalanes. 

Se comprende. Como se comprende también que lo hagan los inciativos de Herrera, con la condición de que dejen de llamarse partido de izquierdas, confundiendo a los trabajadores, y reconozcan que son una parte más de la burguesía, y por lo cual  están dispuestos a apuntalar a los de CiU, como favor por ser la organización madre en la que, de una u otra forma, todos se reflejan en sus delirios identiratarios, reaccionarios y patrioteros, que tanto beneficia a la derecha catalana en estos momentos, y a la que dan su apoyo en la menor controversia que tienen con el Estado, e incluso a los desvaríos del ultra Puig, jefe del sistema represivo, olvidándose, de que si quieren hablar de izquierdas, no pueden ser al mismo tiempo parte de la burguesía saqueadora de los derechos de los trabajadores y las clases populares; la que se niega a recabar impuestos entre las grandes fortunas, como por otra parte es lógico, por ser los suyos, razón de clase. 

Lo que cabe hacer, desde una posición, no ya de izquierdas, pero sí desde sentido común y democrático, es hacer un frente entre todas las víctimas de CiU y sus compañeros de cama del PP, para echarlos del gobierno, al que accedieron con mentiras, y aplican políticas que no llevaban en su programa.  

Lo mismo se puede decir del maltrecho PSC–que a pesar de que se han hundido por los devaneos nacionalistas  del capataz Montilla, al parecer para que lo considerarán de los suyos los de pata negra del nacionalismo–, lo que no logró. Porque la burguesía sabe preservar las esencias.  Y los dirigentes de ese partido, el PSC, que muchos de ellos  suspiran por parecerse al de la burguesía de CiU,  apuestan, no por avanzar hacia la consolidación de un partido socialista, o siquiera socialdemócrata, sino hacia lo que provocó la más estrepitosa de las derrotas, la apuesta nacionalista; por otro lado previsible para todos, menos para los dirigentes del PSC, como sabemos.  


Parece que, con la intención de que no se le vaya del todo de las manos, de momento no entran en el pacto soberanista, que es la trampa de CiU a los socialistas, con lo que el partido de la ultraderecha catalán, se aseguraría por mucho tiempo el desprestigio de los socialistas, logrando que sus manejos y liquidación de lo público, no tenga oposición alguna, ni siquiera aparente. En la práctica, desarmar al PSC es el objetivo, cosa bastante fácil, por los nanitos nacionalistas que pululan dentro del partido, como Nadal o un tal Ernesto. Pero no se descarta cualquier otro vericueto aunque sea el Harakiri, para ayudar a CiU, pero que no lo parezca, con lo que la derecha pura y dura se saldrá con a suya de anular a los socialista, maniatándolos. 

Se comprenden todas estas elucubraciones de la disparatada política catalana, donde no hay partidos de izquierdas, con esta macro partitocracia que padecemos, sus todavía ciudadanos, quizá pronto sólo súbditos de la taifa de unos cuantos, ya más cercana al cacicato.

Pero lo que de ninguna manera se pude comprender desde la perspectiva de las clases populares, es que tanto UGT como CO.OO., también entren en ese juego de burgueses saqueadores. Eso no se puede entender, salvo que sea por la misma razón de  la absorción de las organizaciones sindicales, por parte de la burguesía catalana, a lo que aún me niego a aceptar, y tener la esperanza de que los sindicalistas honestos, de base, que son la inmensa mayoría, pongan las cosas en su sitio

Porque tampoco se entiende que en las manifestaciones de protesta, los sindicatos llamados mayoritarios y de clase, en lugar de salir a la calle con sus banderas rojas y sus pancartas reivindicativas, lo hagan con los mismos símbolos que utiliza la burguesía para embaucar a los incautos, que se creen el discurso nacionalistas, cuando todo el mundo que quiera enterarse, sabe que la patria de la burguesía y su expresión política, CiU, está directamente relacionada con sus cuentas corrientes. Porque la burguesía cambia de bando, si ve que es provechoso para el negocio. Ya lo hizo apoyando a Franco en el golpe contra la legalidad republicana, con todos sus medios económicos, colocándose la boina falangista, que  se la quitó, y se caló la barretina, cuando comprendió que el dictador se acababa, por razones biológicas y ya no les sería útil. Así que no se entiende que los sindicatos sean los más fervientes propagandistas de los símbolos de la derecha nacionalista catalana. Ver en una manifestación contra las políticas del gobiernos catalán hacer acopio de las mitologías de la derecha, no entra en el razonamiento de una política sindical...salvo que haya motivos no explicados, que se nos escapan a los simples mortales.

U. Plaza