jueves, 1 de noviembre de 2018

LA REPÚBLICA TALIBANA DEL 3% A 10 Euros




Todos los charlatanes, sean de la secta que sean, montan sus negocios en promesas de paraísos futuros. De una forma u otra, los destinatarios de su charlatanería han de contribuir con sus óbolos, o sus complicidades para que el tinglado siga funcionando para el negocio de sus promotores. No es nada nuevo. Desde que la religión dejó de serlo como una reflexión personal en la infancia de la Humanidad, apareciendo los espabilados, los "sacerdotes" que "interpretaban" lo que cada uno había sentido o deseado sobre su futuro, para prometer cualquier cosa que les permita aprovechar las debilidades humanas para la manipulación. Y cualquier promesa puede ser válida por disparatada que sea. A eso lo llaman fe.


Hoy otros personajes de la misma catadura hacen promesas similares, aunque con otros mimbres. 

Ahora, los catalanes podemos "comprar" una República-Paraíso por el módico precio de 10 euros inscribiéndonos en esa nueva religión, inventada por unos cuantos espabilados, tramposos, capaces de vender el mismo humo que los chamanes de otras sectas, aunque se parecen como dos gotas de agua, tanto en los métodos como en la falta de ética, y sobre todo por el mismo fanatismo inyectado, con promesas tan vacías como las otras, porque la fe, como dicen, mueve montañas, con la gran ayuda de los medios goebbelsianos en sus manos.  

Que después de las mentiras, reconocidas por algunos de los protagonistas del procés, haya gente que siga creyendo religiosamente en unos personajes cobardes y mediocres para ponerse a salvo abandonando a sus compinches, eludiendo sus responsabilidades, que huyen para vivir en carísimas mansiones, dejando a los creyentes, nunca mejor dichocon dos palmos de narices. Y los charlatanes que prometen la gloria,  y poder estar a la diestra de su futuro  dios de la República talibana del 3%,  que se inventó la burguesía para tapar sus corrupciones y el saqueo sanitario y en general los derechos sociales de las clases populares, tiene todos los ingredientes para creer que los sacerdotes del procés, como sus beatos creyentes, son paralelos. 

Prometer una República dirigida por los mismos burgueses que se enriquecen con la corrupción y el expolio de lo publico, los del Palau, Banca Catalana, y tantos y tantos chanchullos, a sabiendas de que esa promesa de República sólo son los mimbres con los que fabrican sus cestos para que haya gente que siga alimentando su Iglesia. Y así seguirán mientras no despierten del engaño alimentando delirios y negocios. Sobre todo negocios. 

Ubaldo