jueves, 2 de diciembre de 2010

LA METAMORFOSIS DE ZAPATERO



El emperador romano, Calígula, dijo haber experimentado una metmorfosis y que se había convertido en un dios.  Ese cambio tan espectacular le llevó entre otras cosas a que, acuciado por las deudas, pusiera en marcha una serie de medidas desesperadas para restablecer las finanzas imperiales, entre las que destaca pedir dinero a la plebe sin molestar a los notables.

La metamorfosis de Zapatero no es tan espectacular y no llega a considerarse un dios; es algo más modesto y no alcanza niveles celestiales, pero también despoja a los pobres de lo poco que tienen. Y  también es espectacular la transformación a nivel terrestre. Ha pasado de  decir que era socialista a ser el presidente defensor de los intereses de la derecha más impresentable, que por desgracia padecemos los españoles desde hace siglos. 

Y también, como Calígula, le hace pagar a  la plebe las locuras y despilfarros de los ricos. Calígula ha pasado a la Historia por muchas oscuras e indocumentadas actuaciones, en las que más ha tenido que ver la fantasía peliculera, que la realidad. Zapatero sí pasará a la Historia de España por ser el socialista que más ha hecho por defender a los canallas que hundieron la economía, poniendose a su entero servicio. 

Para que los ricos defraudadores se salieran con la suya, no le  importa dejar en el pacto del hambre a los que no tienen nada, retirándoles la miseria de las ayudas que les daba, mientra inyecta dinero a raudales a las arcas de esos mismos ricos, culpables de la situación. No le ha importado rebajar el sueldo a los trabajadores, congelar las pensiones y aumentar la base de cotización, si con eso logra enriquecer mucho más a los millonarios y especuladores. No le ha impotado permitir que los banqueros echen a la calle de sus viviendas a multiples familias, porque no pueden gagar la hipoteca que los delincuentes les incitaron a aceptar. 

A Zapatero, ya trasformado en un liberal de la derecha más impresentable, en realidad en su mercenario, no le importa, si con eso contenta a sus amos los deliencuentes que han hundido la economía,   privatizar empresas públicas, con tal de que esos mismos depredadores puedan seguir acumulando beneficios, aunque millones de españoles en estos momentos ya no tengan casa, y muchos escarben en las basuras para lograr que su hijos puedan comer algo, o hagan colas cada día en comedores de beneficencia, o duerman en las calles de nuestras ciudades.  Eso a Zapatero parece no importarle, y por lo que se ve, tampoco al llamado todavía partido socialista.

Con socialistas como Zapatero se hacen innecesarios derechistas salvajes como los del PP. Es más seguro para la derecha que el trabajo sucio lo hagan los socialistas; que después ya aplicará ésta cuando pierdan las elecciones.   


Es evidente que Zapatero ha experimentado una metamorfosis, suponiendo que alguna vez haya pensado en clave socialista, e incluso socialdemócrata. Pero es que también la han experimentado toda la dirección del PSOE, visto el silencia cómplice que guardan.

Calígula, como todos los tiranos, no hacía lo que hacía solo, sino porque era apoyado por la guardia pretoriana, por los privilegios que el emperador les otorgaba para que lo defendieran. Todo hasta que harto ya el Senado y los que cada día veían el desastre que les llegaría más pronto que tarde, decidieron liquidarlo.

Estamos en otros tiempos y no es el fin de Calígula, ni mucho menos, lo que le deseamos a Zapatero, que al fin y al cabo es un gobernante elegido en las urnar, aunque sea con una antidemocrática Ley Electoral, pero sí vemos que las derivas dechistas y de sumisión a los intereses de la reacción del presidente, se deben a que también tiene un guardia pretoriana, el PSOE, o la dirección del mismo, que prefiere mirar para otro lado antes que corregir el disparate de que un partido socialista se convierta en todo lo contrario de lo que proclama. Sin ninguna duda, a Zaptero le llegará su sacrifico, como a Calígula, y le llegara en forma de una sonada derrota, que arrastrará al PSOE, del que le costará mucho tiempo rehacerse.

Porque Zapatero sabe muy bien, como lo saben otros prebostes   gobernantes, cómo hay que salir de la crisis. El problema es que la fórmula no es de su agrado. Se trata de que el sistema actual ha llegado a su fin de ciclo. Como decía Gramsci,  crisis es cuando un sistema ya no sirve, y el que lo ha de sustituir no está en condiciones de hacerlo. Y en este caso, los que debieran sustituir al viejo sistema, de ser el instrumento del cambio, en lugar de asumir la responsabilidad histórica que les corresponde, han preferido pasarse al enemigo para dar oxígeno al cadáver. Y que hará es que se ralentice su agonía con sufrimientos para las clases populares. No es nuevo, la clase decadente siempre se resiste a desaparecer, utilizando todos los resortes represivos del Estado para para alargar su agonía. Ya lo hizo la aristocracia cuando la burguesía emergente le disputaba la hegemonía. Y en España, esa  burguesía prefirió ayudar a la decante aristocracia que hacer su propia revolución. Hoy, a nivel planetario los partidos socialdemócratas prefieren ayudar al sistema aberrante de desigualdades e injusticias, antes que asumir su responsabilidad. 

Siempre los sistemas que se hunden, encuentran servidores que les ayuden  permanecer, a costa de lo que sea, y por el tiempo que sea. En España esos servidores son los socialistas, con un presidente a la cabeza, que ha asumido todas las propuestas del sistema decadente. La Historia lo recordará. Pero sobretodo recordará que los que le rodearon fueron cómplices incapaces de deshacerse del ejecutor, por salvar sus privilegios, en lugar de rebelarse.

U. Plaza