domingo, 30 de noviembre de 2014

EL EXTRAÑO ASCENSO DE MARIANO

 


 Siempre me pareció que a Mariano Rajoy le venia muy grande el traje de presidente del gobierno. Dio muestras de ello siendo ministro de Aznar. Cuando fue designado como candidato por éste, quedó en evidencia que lo hacía porque así podría manejar el expresidente del gobierno desde su cómodo retiro teniendo un personaje como Rajoy en lugar de otro con capacidad de tomar las decisiones que un presidente del gobierno ha de tomar. Después por la aventura bélica y lacayuna de Aznar con Bush, perdió las elecciones, que fue cuando tuvimos que padecer el nefasto periodo –otro mas– de un gobierno de España con Zapatero. Hasta que llegó Rajoy.

   El estilo Rajoy de no abordar los problemas de forma inmediata, dejándolos pudrir a la espera de que se solucionen solos, fue ensalzado por sus propagandistas, como un método que hacía poner nerviosos a sus contrincantes, para acabar venciéndolos por cansancio. Y si bien pareció funcionarle en cuestiones menores, en realidad lo que se demostraba, más que habilidad política era su incapacidad para abordar los problemas, que como presidente del gobierno de España la ciudadanía le demandaba. 

   Se vio envuelto en la cada vez mas insoportable corrupción, con acusaciones a su propias persona, de connivencias extrañas y "ensobradas" con el tesorero de su partido que él había designado; lo que en cualquier país de Europa le hubiera hecho dimitir, por el bien de las instituciones democráticas. Mariano se enrrocó, ante la inexistencia de una costumbre ética política o instrumentos legales y EFICACES para hacerle dimitir.  Y miró para otro lado como de costumbre, a la espera de que los problemas se solucionaran solos, por cansancio de la oposición, sin importarle el daño que hacía a las instituciones democráticas con su empecinamiento, que perdían crédito y confianza entre los españoles.

    En 2012, ante el insólito desafío desde dentro de las instituciones del Estado, la Generalidad, de un responsable político en una democracia, de un aventurero como  Arturo Mas, echado al monte, para apropiarse del discurso del talibanismo independentista que encabezaba principalmente los ERC, a lo que dócilmente siguieron el resto de los partidos nacionalistas, el PSC e ICV-EUiA, Mariano no cambió de estrategia. 

     En aquella ocasión a Mariano Rajoy sólo se le ocurrió responder al desafío del gobierno de la Generalidad y del aventurero Arturo Mas, que tildándolo de "algarabía". En lugar de ver la realidad de que estábamos ante un ataque frontal y brutal a la democracia y a la convivencia por parte de los privilegiados de la burguesía catalana, insolidaria y egoísta, como siempre. Los que habían decidido siempre, invocaban el derecho a decidir, naturalmente lo que ellos querían. 

   Mariano se pasó los dos años siguientes sin saber qué hacer, y alimentando toda clase se desafíos, inmovil, silbando como el baturro del tren, sin darse cuenta de que mientras contemplaba el paisaje, el tren arrollaba la democracia y las libertades ciudadanas en Cataluña. 

   Todos los medios de manipulación catalanes –los públicos pagados por todos y los privados subvencionados, obviamente también con dinero público–, puestos al servicio del independentismo, sin el menor disimulo. Los medios catalanes absolutamente entregado a la causa del poder. Lo que más bien parece que Goebbels ha resucitado y se pasea tan campante todos los días por ellos.

   ¿Y qué hacían mientras tanto los medios catalanes controlados por el gobierno, TVE y RNE y el resto de los medios en sus desconexiones, la SER, ONDA CERO? Pues comportarse como los medios nacionalistas, abundando en la misma idea. Mientras que en los controlados por la Generalidad apenas es posible discrepar del pensamiento único del régimen, en los que controla el gobierno tienen abiertos sus micrófonos y espacios televisivos para su propaganda, con el mismo comportamiento servil que los que controla Mas, todo independentista que lo desee. Los medios que controla el gobierno, tan manipulados como los de la Generalidad en otros terrenos, son incapaces de desenmascarar las sarta de mentiras que las 24 horas del día lanzan contra el ciudadano indefenso los medios nacionalistas. 

   Pero Mariano siguió y sigue en el guindo. Se ha pasado dos años diciendo que haría cumplir la legalidad en Cataluña, al tiempo que Mas y sus pretorianos de los partidos que siguen llamándose de izquierdas, arreciaban los pasos para subvertirla. Tanto insistía el presidente en sus afirmaciones de que se cumpliría le legalidad, que los catalanes, primeras víctimas de Mas y sus mamporreros, los que han dividido a la sociedad, familias y amistades inculuidos, pensaban que tendría algún plan que impidiera que los catalanes hiciéramos el ridículo ante el mundo civilizado, con una farsa bananera como la del 9-N. 

  Pero llegó ese día. Y Mariano desapareció. Según cuentan las malas lenguas, se metió bajo la cama, asustado, con el único soporte intelectual que dicen utiliza, del periódico Marca, esperando que pasara todo. Pasaron tres días. Hasta que hubo que sacarlo arrastras –era la segunda vez tras la de los mensajes a Barcenas–, traquetearlo,  ducharlo y empujarlo para que saliera al ruedo, sin plasma, para que diera la cara. No debió ser fácil.

  El sábado ha venido a Barcelona. ¿Y qué? Lo que los ciudadanos desean no son reuniones con su partido a los que dejó en pelotas el día 9-N. Lo que los ciudadanos esperan es saber qué medidas, políticas, legales y de estrategia va a emprender, para que un gobierno –es un decir– como el de Mas, deje de serlo sólo de una parte, de sus adictos. 

    Hoy por hoy, a parte de algunas obviedades de pura propaganda de consumo interno del PP, no vemos nada diferente. O sea, que Mariano sigue silbando  a la luna, a la espera de que cambie su ciclo, sin otra proyección de futuro. Y mientras, se gastan el dinero en las aventuras de un pésimo gobernante, al tiempo que los servicios públicos  son desmantelados, con la inopia o complicidad de la otrora izquierda, abducida por el desvarío de la derecha nacionalista. Esa, digámoslo una vez mas, que siempre decide. 

    Así que, vistos los resultados, nos resulta extraño el ascenso de Mariano a la presidencia del gobierno  que dice presidir, de todos los españoles.

  Ubaldo Plaza

lunes, 24 de noviembre de 2014

LAS OCURRENCIAS DE PEDRO SÁNCHEZ


   El recientemente nombrado secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, lleva desde que accedió al cargo, dando bandazos como pollo sin cabeza. Se le ocurren las más estrambóticas propuestas. La última de verdadero calado destructor, como blindar la competencias en materia de enseñanza, para intentar contentar a los nacionalistas. Que todo el que conozca el percal sabe que es tarea imposible. 

    Es inconsistente por antidemocrática, que los nacionalistas, que no los catalanes, que somos muy diversos, se sientan cómodos y "encajen" en España. Es decir una minoría, que por el hecho de tener controlados todo el arsenal propagandístico pagado con dinero público, se erigen como "representantes del pueblo de Catalán". Cuando en realidad se trata de la minoría que ha mandado siempre: la burguesía que fue franquista, y hoy es nacionalista. Porque todo es cuestión de dividendos, no de patrias.

   Sánchez, este pipiolo de la política, al menos en cuanto al conocimiento de la naturaleza del caciquismo nacionalista, parece no darse cuenta de lo antidemocrático de su propuesta.  Porque lo que está proponiendo no es ni más ni menos que darle categoría legal a la exclusión ya existente, por la irresponsabilidad de los gobiernos de España, de más de la mitad de la población. 

   Es decir excluir como ciudadanos a aquellos que tienen como lengua el castellano, la lengua oficial en todo el Estado. Pero no sólo a estos; sino a todos aquellos catalanes que, aun teniendo el catalán como lengua materna, no quieren verse excluidos de la posibilidad de aprende la que hablan 500 millones de personas en todo el mundo, con políticas de campanario, provincianas del nacionalismo. Los que desean que ambas lenguas sean impartidas en la enseñanza pública y utilizadas en la administración, como debiera ser en un país democrático.  

   Porque el nacionalismo, per se,  no respeta aquellos acuerdos que no le sirvan para sus propósitos venideros, como sabemos de los últimos 34 años. Ya que, una vez los nacionalistas lo logran en una materia determinada, tras negociaciones con los gobiernos, de inmediato ya cavilan  y preparan el siguiente chantaje, sin tener en cuenta que lo logrado por cesión por parte del Estado,  es precisamente para mejorar la posición del gobierno autonómico, en favor de los ciudadanos; no para que sea utilizado como munición para el siguiente envite, que sin duda emprenderán de inmediato. Es la historia de un chantaje de las últimas tres décadas.

  Todo esto, la naturaleza antidemocrática del nacionalismo, parece ignorarlo el Señor Sánchez. Como lo han ignorado sus compañeros del PSC. Partido que jamás ganó unas elecciones catalanas; mientras ganaban por goleada las generales. Y nadie, ni en el PSC ni en el PSOE, se preguntó nunca el porqué de este hecho. Ni si convenía cambiar de estrategia tras tantos fracasos: Dejar de ser un "partido con dos almas", de las que siempre prevalecía la nacionalista. 

   Pero si ganaban las las elecciones generales, lo hacía la "socialista". En realidad el PSOE, no el PSC. Y era con los votos del Cinturón obrero de Barcelona, que ni poco ni mucho son nacionalistas, como es obvio; a pesar de que la dirección del PSC copada por nacionalistas, o conversos, hizo cuanto pudo para llevar el mensaje "catalanista –forma vergonzante  nacionalista–, calcado al de la derecha de CiU y ERC, a los que se sumaban los "iniciativos" pos PSUC. 

  Es más, muchos de aquellos trabajadores de Cinturón de Barcelona que votaban al PSOE, consideraban el PSC "cosa de los nacionalistas catalanes", o muy parecidos, por la políticas lingüísticas que emprendían unos y otros: calcadas a las de CiU y ERC.

   Desconocemos si semejante ocurrencia de blindar las competencias de la enseñanza en manos del nacionalismo, y la exclusión de la lengua de la mayoría de los catalanes, el castellano,  la ha elaborado Pedro Sánchez solo. O si ha contado con el consejo de alguien más. Por ejemplo, por Felipe González –su referente–, que últimamente se dedica a impartir admoniciones desde un puesto tan "socialista" como es el Consejo de administración de una multinacional. Él mismo responsable, con otros, de la situación en la que nos encontramos los catalanes ante el desafío a la democracia de la derecha nacionalista.

   O quizás  haya sido Zapatero –su otro referente, mira por dónde–, el que, demostrando cuando gobernaba el mismo desconocimiento del nacionalismo que ahora demuestra Sánchez, le vino a decir a Maragall, que estaba dispuesto a renunciar de sus responsabilidades como gobernante de todos los españoles, y aceptar lo que decidieran los nacionalistas catalanes; que repitámoslo una vez más, no somos todos los catalanes, ni de lejos.

    Porque no creemos que hayan venido semejantes disparatados consejos del bushiano Aznar, aunque no es descartable; aquel que, por acceder al poder, vendió su alma al diablo Pujol, desmantelando su partido en un momento en alza. Porque el PP catalán hacía precisamente todo lo contrario que el resto de los partidos, y se enfrentó al pujolismo. Haciendo  desde la derecha, lo que debía haber hecho la izquierda de no haber estado abducida. Además de haber garantizado los derechos de todos los catalanes, en lugar de unir sus propósitos a los nacionalistas, hasta llegar a la inanición ideológica de hoy, de lo que fue la izquierda.

  Se sabe que el PSOE nunca podrá acceder al gobierno de nuevo sin los votos catalanes. Pero en ese intento de contentar a los ambiguos militantes del PSC, que cada día son más los que desertan hacia su lugar natural, el nacionalismo, va en dirección contraria. 

   Si no se les ocurrió averiguar los motivos por los cuales el PSC nunca ganó una elecciones regionales, quizá sí deberían averiguar ahora si el PSC no es un obstáculo; y si debieran presentar candidaturas como PSOE, en Cataluña. Como, por otra parte también debiera hacer Izquierda Unida. 

 La propuesta de blindar las competencias de enseñanza, qué duda cabe que a la derecha nacionalista (CiU-ERC e ICV-EUiA) no tiene por qué parecerle mal; toda vez que es una trinchera más y un arma para próximas contiendas hacia sus objetivos, que siempre tuvo presente: el independentismo.  Más bien habría que pensar si no ha llegado el momento en que el Estado se dote de autoridad y recupere las competencias en materia de Enseñanza –también sanitaria–, para que nuestros hijos dejen de estar adoctrinados en fanatismos, en lugar de crear ciudadanos libres y no manipulables por fabricantes de humo e inventores de patrias, que dividen al ciudadano. Y esto, o lo hace la izquierda, recuperando su origen solidario e internacionalista, o no lo hace nadie.

Ubaldo Plaza


sábado, 22 de noviembre de 2014

ENTRE LA REALIDAD Y LA FICCIÓN

    
Todos hemos podido ver la teatralidad del estafador Jordi Pujol, el que fue presidente del cacicato catalán en el parlamento de Cataluña; el que se mantuvo impune durante décadas gracias a la colaboración de los gobiernos de España, que con políticas de vuelo gallináceo se le permitió todo lo que quiso desde su invulnerable cacicato.

  La actitud de los representantes de los partidos para con el confeso defraudador en su comparecencia, fue de guante blanco y de bochorno público. Tan seguro estaba el estafador de que jugaba en terreno propio –nunca mejor dicho, porque siempre ha considerado, no sólo que Cataluña era suya, sino que ésta era él mismo–, que lo que hubiera hecho avergonzarse a cualquier mortal, o al menos  disimularlo con cierta humildad, en él no hizo la menor mella. Sabía mejor que nadie que aquello era una farsa, una puesta en escena por la mayoría de los partidos que han estado siempre en su órbita de intereses. 

    Por eso carecía de importancia a qué lugar iba lo que se llevaba y adónde lo  depositaba. Un patriota como Pujol y su familia, no tenía bastante con una sola patria; necesitaba más. Así que se buscó Andorra, Suiza y cuantas necesarias fueran para dar satisfacción a su ancho corazón de patriota, en las que repartir aquello que "solidariamente" a su patria catalana le sobraba. Pero de eso ya han hablado mucha gente y se ha publicado lo suficiente, aunque no en la prensa del pesebre catalán, que ese es otro cantar. 

   A lo que me quiero referir, porque no se ha publicado que yo sepa, más que a la comparecencia-teatro de la bronca a los diputados de la taifa catalana, y a las-ramas-del-árbo-que-si-cae-se-puede-venir-todo-abajo, que los acojonó –quizá con la excepción de Ciudadanos, que son catalanes de segunda, o simplemente no son catalanes, porque tal categoría es un título que como sabemos otorgaba el patriarca– es a lo que pasó inmediatamente después de la bronca, en la que la presidencia de la comisión, en vez de hacerle callar y recordarle cuál era su papel allí, lo dejo explayarse. Convertirse en  chantajista, papel tan bien entrenado por los nacionalistas. 

   Pues bien. Mientras se iba vaciado el local de satisfechos diputados por haber cumplido en engorroso trámite, el locutor, micrófono en mano iba explicando innecesariamente lo que todos ya habíamos visto. Y lo hacía con las imágenes en directo a sus espaldas. 

  Para mí aquellas imágenes fueron mucho más esclarecedoras de la verdadera situación en la que está enfangada la putrefacta política en Cataluña.

   Todos pudimos ver cómo los jefes o notables de los distintos partidos –no sé si con la excepción de alguno, pero sí los de  PUC (Partido Único Catalan), de los que "deciden"–, fueron acercándose hasta el interpelado por haber estafado durante 34 años, para estrecharle la mano. Lo hacían como si lo estuvieran felicitando tras una buena exhibición, o quizá pidiéndole disculpas por haber tenido que hacer aquella puesta en escena para seguir vendiendo humo. Se desconoce si  alguno de ellos se sonrojó. 

   No sé por qué, pero a mí me viniéron enseguida a la memoria las imágenes de los primeros momentos de la película El Padrino I. Mientras en el jardín todos los invitados se divertían en la boda, dentro, el padre de la novia, don Vito Corleone recibía a los jefes de las otras familias, a los que había hecho favores, o los que se los pedían. Todos saludaban respetuosamente al benefactor. 

   Desconozco qué motivaría aquella asociación de ideas en mi cabeza entre dos hechos, ¿distantes? El uno de ficción, el otro muy real. ¿Debe ser cosa de la psicología,  de recuerdos perdidos en el tiempo? Me pareció mucho más real la escena del parlamento catalán que la película. ¿Será por aquello de que la realidad supera siempre a la ficción?  

Ubaldo Plaza

viernes, 21 de noviembre de 2014

¡A SALVAR AL AVENTURERO SOLDADO RYAN-MAS!

   


   No es poco lo que la burguesía nacionalista catalana debe a ICV; incluso desde mucho antes de que éstos nacieran. Desde dentro del PSUC ya trabajaron como se sabe, la liquidación del Partido como organización al servicio de la clase obrera y de las clases populares, para convertirlo en un partido nacionalista de la burguesía. No era una tarea menor; se trataba de acabar con el único partido que podía hacer frente, por sus planteamientos políticos y la composición de sus militancia obrera, a la derecha nacionalista, reconvertida del franquismo al nacionalismo catalán, para poder seguir defendiendo sus intereses de clase, como siempre. En eso no ha cambiado nada, Sólo los incautos o los indocumentados pueden creer lo contrario.  


    Tras la desaparición de la dictadura y el nacimiento del partido de la gran derecha catalana, CDC, la tarea de acabar con el PSUC se vio como una necesidad imperiosa, que aceleraron, hasta lograr sus objetivos. La izquierda estaba liquidada ya entonces en pro de la idea reaccionaria de la burguesía, del nacionalismo, que integraba a todos los partidos. Declaraciones para momentos electorales aparte,  todos defendían la misma idea; todos en la práctica estaban en la órbita de la derecha, poniendo siempre por delante la defensa del la soberanía patriotera, a la de los intereses de clase. El resto del juego político no era más que eso, un juego y un disimulo en momentos puntuales para no perder los votos de los que todavía los consideraban de alguna manera herederos del PSUC. Pero la apuesta estaba bien definida. Entre elegir los intereses de las clases populares y servir a la derecha nacionalista que encarnaba el estafador y jefe de cacicato Jordi Pujol, no tenían duda: servir al amo patriota, que tan patriota era que acumulaba varias patrias, si estas eran paraísos fiscales.

  Durante mucho tiempo, porque así lo demandaban las circunstancias, los iniciativos hacían el gallito y trataban de disimular su integración en el "bloque nacionalista" liderado por la derecha de CDC. En los últimos dos años, mientras los ciudadanos se desgañitaban en las calles luchando contra los recortes, los iniciativos, acompañados en el desvarío por los "alternativos" seguían a los suyo, sólo con leves intervenciones en el parlamento-teatro sin llegar a más, si ponerse como les hubiera correspondido al frente de la lucha organizando a las víctimas de Artur Mas y su gobierno. 

    Cuando el aventurero y jefe de la derecha por designación, Artur Mas, se desmelenó y se creyó Moisés; y de un día para otro izó la bandera de independentismo para tapar su desgobierno y el desmantelamiento de los servicios públicos, en ICV-EUiA no lo dudaron. Con declaraciones confusas para hacer tragar la rueda de molino, se unieron al bloque que lideraba el jefe de la derecha con eso del "derecho a decidir", sin comprender que la derecha a la que servían había decidido siempre. Y que lo único que les pedía era que ellos, los supuestos representantes de la izquierda, les ayudaran a seguir decidiendo diluyendo sus intereses como si fueran los de todos los catalanes.

    Así que no han hecho más que ser meros instrumentos de la derecha nacionalista, integrados totalmente en su órbita. Y hasta cuando fue declarado ilegal el referéndum, y el cacique mayor decidió montar el simulacro bananero, en un principio Herrera acertadamente dijo que aquello era una forma de ayudar a Mas, y que él no participaría. Palabras que se tragaría de inmediato, para decir que se implicaría de lleno en el "prucés" del amo. Su ADN ya esta tan contaminado que le era imposible decidir otra cosa. 

    Creíamos que los jefes de los iniciativos había cubierto ya todo el cupo de entrega a la derecha nacionalista del cacique irresponsable Artur Mas. Pero no. Resulta que ante el hecho de que el Fiscal ha ordenado que se abran diligencias contra el jefe de la cosa, además de contra  Ortega y Rigau, por varios delitos, los iniciativos, se ponen, ahora sí, al frente de la manifestación para salvar al soldado Ryan-Mas, inculpándose de los  presuntos delitos de los reaccionarios del gobiernos catalán para, en un gesto solidario con la derecha, digno de mejor causa, los que está dejando Cataluña sin servicios públicos, mostrar que ya han perdido sin ningún género de duda cualquier barniz que les pudiera quedar de algo que se llame de izquierda, progresismo, o simplemente de sentido de la decencia política. 

   Habría que rebuscar muy concienzudamente en la historia –dejando al margen la socialdemocracia que ya lo hizo hace un siglo– entre los partidos que se consideraban de izquierda, para hallar uno tan entregado a los intereses de la derecha. Y no a cualquier derecha. Sino a la peor posible, la nacionalista.  

  Cabe preguntarse qué réditos políticos puede cosechar una formación política cuyos votantes todavía están entre los trabajadores confundidos, pero trabajadores, de los barrios más apaleados por Artur Mas y su gobierno de los recortes, para que se decidan a inculparse para defender al responsable. Cabe pensar, en que si no se han integrado todavía en CDC se deba a que así en más fácil servir al amo, confundiendo a su ya escaso electorado. De todas formas los pasos dados en defensa de la idea reaccionaria defendida por Artur Mas, viene de lejos. Pero se han superado a sí mismos con esta "acción solidaria" patriotera. 

Ubaldo Plaza

jueves, 20 de noviembre de 2014

FUGA DE "CELEBROS"


La tonadillera Isabel Pantoja debe entrar en prisión  por un delito de blanqueo de dinero. Lo hará tras haber agotado todos los recursos posibles. Ante ese hecho ya "inminente", aunque es inminente desde hace varios meses, parece que esta vez sí lo es. Y en el plazo de tres días –se dice que no más allá del próximo domingo– no tendrá más remedio que aceptar  su ingreso en un centro penitenciario.

  Ante "semejante injusticia", su hijo más visible en todo tipo de eventos de las revistas de cotilleo, se ha cabreado como una mona, como es lógico. Una madre siempre es una madre aunque sea tonadillera y delincuente. Y el hijo, más conocido como el "Pantojillo", ha cogido una perra de no te menees contra "este país de mierda". Tras intentar una recogida de firmas, que parece no ha ido muy allá, pidiendo que su señora madre sea perdonada. Ante lo inevitable del ingreso en la cárcel,  ha dicho que se va de España. ¡Menudo carácter tiene el mozo!

  En los últimos años han sido expulsados de España miles de médicos, ingenieros, arquitectos; otros tantos miles de jóvenes muy preparados de todas las profesiones, por este régimen, con gobiernos más al servicio de los intereses de los depredadores de la Troika, que de sus ciudadanos. Los científicos han tenido que huir de España si querían seguir con sus investigaciones, o simplemente para no morirse de hambre; por lo que, al parecer, a nuestros gobernantes les importa un bledo la ciencia, porque así se lo ordenan desde las alturas de de IV Reich o desde cualquier otra instancia dedicada a empobrecer a los más pobres y a enriquecer aún más a  los más ricos. 

   Pues bien, todas esas calamidades de fuga de cerebros de España, provocadas por el salvaje capitalismo al que sirven nuestros gobernantes –lo de "gobernantes" es una manera de hablar–, lo puede aguantar sin ningún tipo de duda este país de sufridores y apaleados ciudadanos, secuestrados por lo que llaman "mercados", que es España, donde los mercaderes son los reyes que ponen en venta todo lo público sin que pase nada.

  Pero de lo que no estoy muy seguro es de si podrá aguantar  la fuga de este "celebro", el Pantojillo, que con tanto énfasis ha amenazado con irse de España por lo que le sucede a su señora madre. ¡Eso es terrible! Lo que debiera hacer saltar todas las alarmas en todos los ministerios, organizaciones sociales y demás organismo, para que los poderes públicos, tan poco dispuestos a evitar el éxodo de miles de jóvenes sin futuro, hicieran una excepción para evitar semejante catástrofe social. Porque hay amenazas que son letales para la sociedad, sólo con anunciarlas. ¡No quiero ni imaginar que la amenaza pasara a mayores!

Ubaldo Plaza 


miércoles, 19 de noviembre de 2014

LOS "TRILEROS" DEL RÉGIMEN, CADA VEZ MÁS DESNUDOS.


   Los dos partidos oligárquicos  que controlan el régimen desde la llamada transición, en constante desprestigio, cuando intentan tapar sus escandalosas vergüenzas, quedan más desnudos y más en evidencia sus trampas. Y quedan claras las afinidades de ambos partidos, a la hora de defender los mismos intereses. 

   Sólo en cuestiones menores que no pone en entredicho el poder oligárquico que representan pueden aparecer como adversarios. No cuando se trata de pronunciarse por políticas verdaderamente importantes, que haga posible que el voto a una opción u otra se diferencie para atender el verdadero sentido del mismo,  atendiendo a su electorado que los ha puesto en el cargo. Es un hecho que el voto popular al partido que todavía se denomina como "socialista" a pesar de los muchas evidencias de los contrario, a la hora de la verdad une sus fuerzas con el otro partido, el de la derecha pura y dura –con sus apéndices catalán y vasco–, se unen para defender las mismas políticas reaccionarias que interesan a los poderosos. 
  
   Es clamoroso cómo cambiaron la Constitución en el artículo 135 de consuno, sin que apareciera la menor discrepancia entre ambos, sobre todo porque la orden vino de poderes ajenos a los intereses españoles. Un artículo que, miren por donde, semejante cambio va en defensa de los intereses de la oligarquía, los verdaderos mandatarios, sin que los haya elegido nadie, sus verdaderos jefes. 

   Es curioso que ambos partidos, PP y PSOE, nunca se ponen de acuerdo para beneficiar a los más débiles. Por ejemplo blindar la Sanidad publica en lugar de favorecer el negocio sanitario con la vida de los ciudadanos. Tampoco les pasó por la cabeza a los dos principales partidos beneficiarios del  régimen que hace aguas por todas partes rodeado de corrupción, impedir esa vergüenza de favorecer a la banca contra indefensos ciudadanos, con miles de desahucios, sin que eso les quite el sueño. Ni se ponen de acuerdo para evitar la existencia de cientos de miles de familias sin ningún ingreso, con miles de niños desnutridos.  Tampoco les preocupa como estamos viendo, hipotecar el futuro de los españoles ante el flagrante abandono de la investigación científica; que como todo el mundo sabe, menos –al parecer– los jefes de los partidos del régimen, un país que no atiende al desarrollo de la ciencia, a sus científicos, que hoy han de emigrar, es un país siempre empobrecido, dependiente y subordinado a aquellos que sí lo tienen en cuenta. 

    Lo sucedido ayer en el parlamento,  tratando de que parezca que hay transparencia en los gastos de los diputados y senadores –esa Cámara inútil, por lo tanto clarísima–, no es más que otro movimiento de trileros a los que nos tienen acostumbrados, que los deja en evidencia y desnudos ante los ciudadanos. Porque mostraron, una vez más,  que eso de la transparencia del gasto del dinero público, no está en sus proyectos por más que lo anuncien cada día. Y si han decidido ese juego de cambio de bolas de un cubilete a otro como hicieron ayer, para que se publique el gasto total de los viajes, pero no el pormenorizado que es lo que interesa al ciudadano, es por el escándalo que ha supuesto lo de Monago, que ha mentido descaradamente –además de emular al estafador Pujol envolviéndose en la bandera de su cacicato–, ni en sus mejores y escasos sueños regenerativos se les hubiera ocurrido. 

    Es asombroso que ante el desprestigio cosechado por los partidos del régimen, en lugar de hacer algo que limpie  los establos de Augías en que se ha convertido la vida española, prefieran tomar a los ciudadanos por tontos y abunden en el secretismo. Y que lo hagan en unos momentos en que los casos de corrupción son el desayuno diario de todos los españoles. 

    Llevan tanto tiempo despreciando a la opinión pública, que desde sus torres de marfil creen que no hay problema, que la gente lo aguanta todo y que nada les afecta. Y todo esto cuando  cada día el  régimen se hunde más y más. A la vez que el Estado va perdiendo autoridad, porque sus gestores la han perdido hace mucho tiempo.  Porque desde el mismos Estado se subvierte la ley, sin que lo evite quien tiene los instrumentos para hacerlo.  

Ubaldo Plaza 


  



sábado, 15 de noviembre de 2014

UN ABRAZO VALE MÁS QUE MIL PALABRAS


   Cuando hace dos años los de la CUP lograron entrar en el parlamento catalán, muchos, que aun estando ideológicamente en las antípodas de los que decían defender, en cuanto a cuestiones sociales, lo consideraron positivo. Por primera vez –se decía– una mosca cojonera iba a romper ese baile de amiguetes que constituye la política catalana. Casi todos con el mismos discurso monocorde de fondo,  que no pone en cuestión nada que no esté previsto en el guión marcado por el régimen. Todo lo contrario: hacen la representación del papel que les toca, e inmediatamente sus afinidades patrioteras vuelven al encajar. Unos con mayores tintes reaccionarios; otros para justificar su existencia, con algún grito de falsa protesta sobre la situación social.  Renunciando  de hecho a combatirla, dedicándose por entero a lo que mueve sus afinidades: la cosa reaccionaria identitaria y el "derecho a decidir". Abandonando a millones de personas de las clases populares, que los han puesto donde están con sus votos, que no tienen la oportunidad de decidir nada, contrariamente a los que lo han decidido y lo deciden todo, contra esas clases populares.

    Poco duraron las expectativas de los cupidos de las sandalias y la camisetas –única "innovación" parlamentaria aportada por ellos–. En la primera exhibición del representante de la CUP quedó todo meridianamente claro.  En lugar de hacer un discurso reivindicativo y "rompedor" con el régimen de expolio que la derecha catalana estaba llevando a cabo –y está, ahora con la ayuda de la extrema derecha de ERC– en los servicios sociales fundamentales, nuestro flamante diputado David Fernández, se ofreció al que en teoría debía ser su mayor enemigo político, a acompañarlo en aquellos propósitos en los que está embarcado el jefe de la derecha catalana. Y lo hizo de tal manera que  provocó sonrojo y eso que llaman vergüenza ajena. Incluso entre aquellos que nunca tuvieron intención de votarle, por el bochornoso espectáculo servil, del de la camiseta y las sandalias, para con el que no debía haber pasado de vendedor de camisas y corbatas del Corte Inglés, el aventurero de la derecha, Artur Mas !Qué tierno encuentro! Un "antisistema"  de indumentaria con otro que se carga el sistema sanitario y el patrimonio publicó para hacer negocios privados. 

  Y hasta en un alarde, suponemos que incontrolado, por el momento cumbre que los dioses le habían otorgado de tener contacto con el gran jefe supremo de la cosa, reconociéndose inferior y acomplejado –amontillado–, se mostró sumiso acompañante del jefe; y casi pidiendo perdón por sus orígenes: "soc un català de Zamora" (Soy un catalán de Zamora); como diciendo, "no soy auténtico catalán, pero haré lo posible por complacer a los verdaderos catalanes, para ganarme el  favor de ser admitido, aunque sea como actor secundario o como mayordomo; no os defraudare, pero dejarme que asista a vuestras orgías aunque sea para servir las copas".  Lo que no coincide con el supuesto pensamiento que van vendiendo a incautos, no ya de la izquierda, sino simplemente de gente con sentido común democrático.

   Pero si había alguna duda de la entrega del "catalán de Zamora" a los intereses del frustrado vendedor de El Corte Inglés –¡lo que hemos perdido los catalanes en esta frustración!– pudimos volver a abochornarnos ante aquel abrazo en el que se fundieron ambos personajes, celebrando que una cuarta parte del cuerpo electoral –según las propias cifras controladas por entregados incondicionales a la causa del talibanismo patriotero, había dicho sí a los deseos de la derecha catalana sobre la independencia. Los que no se sintieron interesados en la aventura decimonónica de esta burguesía de campanario, más del triple, no cuentan. De eso se encargan los goebbelsianos medios de manipulación subvencionados con dinero público, sin que los poderes públicos se preocupen de semejante despilfarro, al tiempo que se cierran camas de hospitales y se deja de pagar a las farmacias. 

   Sesudos tratados políticos y hasta antropológicos, no hubieran sido tan clarificadores de las verdaderas intenciones ideológicas y políticas de ambos actores.  Un abrazo entre el jefe de la derecha que nos empobrece día a día Mas, y un supuesto izquierdista de salón lo dejó todo muy claro. Un abrazo vale más que mil palabras. ¡Enhorabuena! Ahora a ganarse la confianza como presidente de la comisión sobre el estafador ex honorable. No es extraña la elección.

Ubaldo Plaza


  

sábado, 26 de julio de 2014

EL OTOÑO DEL PATRIARCA


Aquellos que no  están en la "religión" de la casta catalana –por otro lado tan igual a la del resto de España en golfería– sabían que todo estaba podrido en el cacicato catalán. Que el estanque era plácido sólo en la superficie, y que un milímetro bajo sus aguas, eran putrefactas. Y que todos lo sabían, pero todos se apuntalaban los unos a los otros, por intereses de clase, la clase poderosa, con sus medios de manipulación subvencionados y goebbelsianos, que silenciaban a todos los malos "patriotes".

   Ni a Mas ni al patriarca Pujol ni a su abundante prole le ha importado nunca la independencia. Ni una Cataluña que no rindiera dividendos, como es propio de la burguesía, por otro lado. Como tampoco a toda la derecha catalana, más allá de sus proclamas interesadas por sus negocios, le importa la independencia.  Pues no es un secreto que ya la tienen, la han tenido siempre.  Les iba de fábula ser víctimas y beneficiarios a un tiempo de "retruc". 

  Y resulta extraño que desde supuestos planteamientos de izquierdas y progresistas en toda España, se  apoye la misma hoja de ruta que la casta catalana en la cuestión del derecho a decidir, sin comprender que apoyan lo mismo que los que han decidido siempre.

 Sonaba extraño la fuga hacia adelante, hacia el abismo en que tanto Mas como el "hereu" de la finca", y por supuesto el patriarca que siempre había vendido su falsa moderación, fueran los abanderados del disparate independentista, apoyándose en sus eternos contrincantes, la extrema derecha de ERC. 
  Era un camino hacia ninguna parte, toda vez que las puertas de Europa se les cerraban, por más que sus televisiones y sus propagandistas dijeran lo contrario, para consumo de "patriotes" movilizados. 
   Pero tenían que seguir para ver si lograban hacer avanzar el "prusés", y poderlo utilizar como moneda de cambio para que el hasta entonces "Molt Honorable", quedara al margen de lo que después se ha sabido de su propia boca: que ha delinquido con Hacienda. ¡desde hace más de 30 años! Y que, mira por donde, no ha tenido tiempo el hombre tan ocupado, en tan largo periodo para regularizar su situación. Ni tampoco se sonrojaron ni  el expresi, ni el presi, que se sepa, ante el grito de "España nos roba". Grito para principiantes, o muy espabilaos.
  
  Pero los acontecimientos  se fueron acelerando y los hijos del patriarca habían aprendido el oficio. Y tan impunes  se debieron creer, por ser quienes eran, que creyeron, que no iba con ellos, que se destapó el tarro. Y en esas estamos. 
  
  Es sintomático que la extrema derecha de Junqueras y sus muchachos que acaban de salvar el saqueo sanitario ayudando a CiU, guarden silencio. ¡Menuda tropa si tuvieran a su cargo una "nació" que explotar.  Y habrá que ver qué hacen los iniciativos, que contra toda lógica de su electorado, y de lo que dicen ser, apoyaron sin rubor los pasos de CiU-ERC, a sabiendas de que era una cortina de humo para tapar las protestas por el desastre del desgobiernos de CiU-ERC, contra lo recortes, de lo que somos abanderados los catalanes. 

   Ahora sabemos que, además, había que tapar cuentas en Suiza. Y falta ver qué hay de lo del otro Jordi, y el frustrado president, Oriol, en manos de los jueces. Y es aquí que, como buen padre cristiano, se ha tirado al vacío para salvar a su prole.  A nivel familiar, le honra, a nivel institucional, las cosas han quedado más claras: nada era lo que parecía en el cacicato catalán desde que llegó la restauración de la Generalidad. Aunque muchos lo sabían, hoy tiene la oportunidad de saberlo todo  el mundo: nos han estado timando. Y al patriarca le ha llegado  su otoño. 

U. Plaza


miércoles, 9 de julio de 2014

LA PROPUESTA DE ICETA, PARA SALIR DEL POZO

No es creíble la propuesta y la afirmación de que el PSC es el partido de los trabajadores, a pesar de que en Cataluña no existe ningún partido de izquierda, todo los que así se definen, son nacionalista. 
   Lo primero que tendría que hacer para que  fuera  creíble es considerarse socialista; alejarse como de la peste de lo que ha anulado al partido estos últimos 33 años. Echar a la derecha nacionalista de un partido que se dice socialista –que seguro que muchos militantes lo son, pero no tienen mando– limpiando el partido de infiltrados, o que creen que se puede ser dos cosas a la vez–; y tener un discurso inequívocamente de izquierdas; incluso socialdemócrata, naturalmente alejado de lo que ha acabado con la socialdemocracia, es decir, los que son una copia exacta de la derecha. 

   Pero Iceta eso no lo va a hacer.  Porque tiene en los genes eso que él y otros como él que lo han sido todo desde que se inventaron el partido, el catalanismo. Que es un eufemismo vergonzante para no decir que son nacionalistas, y vender que son socialistas "locales", o amantes de su tierra, como si los socialistas internacionalistas, no amases su tierra. Esa postura es falsa. Porque se es socialista o no se es. Con todos los matices de moderación que se quiera, pero nunca un socialista puede ser nacionalista, ni catalanista, ese es su error, o lo que es peor, una ambigüedad calculada que al PSC le ha salido muy cara. El único "ista"  de un partido socialista es el social, el SOCIALISTA, no el patriotero que expide un tufo fascistoide, como todo lo patriotero, sea lo español, o lo catalán, cuando se utiliza políticamente como hace la derecha. 

  No caben medias tientas. Y eso será lo que acabe con esta formación, la ambigüedad. Pero si desde mañana mismo hicieran un discurso firme, sin rémoras de los Castell, los Tura, los Nadal y todo los enterradores e imitadores de la derecha nacionalista; y si al cabo de un tiempo de verdad, en la vida política cotidiana, dijeran no al pujolismo –a la derecha de la que han ido a remolque, e incluso siendo más papista que el papa, (léase Montilla y otros charnegos acomplejados)–, y reivindicara lo único que Ciudadanos les ha podido arrebatar para atraerse a gran parte de su electorado: la defensa de la igualdad de las dos lenguas oficiales que hoy perjudica a su electorado, tal vez en tal caso, el PSC de Iceta recuperara lentamente su puesto, su electorado tan apaleado. Que ve atónito, cómo son ellos, los del PSC, los que en los ayuntamientos, y allí donde han tenido presencia,  han aplicado con efe de fanáticos la limpieza lingüística que impulsaban CiU-ERC. Y apoyando las políticas segregacionistas de la derecha, y de todos los que impropiamente se siguen llamando "progresistas".

    Pero eso no lo van a hacer, ni Iceta ni nadie del PSC. Y no lo van a hacer porque en el fondo los que dirigen el partido o lo que quede de él, son tan nacionalistas como la derecha de CDC y la ultraderecha que la apoya en todos sus recortes sociales, ERC. Que la llevan a cabo en pro de esa idea reaccionaria que persiguen, como forma de que la gente se distraiga y se olvide de que la están dejando sin servicios sociales, mientras ellos, los que mandan, se envuelven en la "estelada".  Porque el negoci es el negoci. En eso la derecha no ha cambiado, es la misma de siempre. Porque los del PSC –como los otros que se dicen "progres" con mucha iniciativa para lo del derecho a decidir lo que han decidido otros–, en el parlamento no dicen ni Mu. Como no dicen nada de que un representante de los negocios de la sanidad privada sea el artífice de esa destrucción de la Sanidad Pública. Cuando debieran estar permanentemente pidiendo su dimisión.  Y pedir que al Colegio de Médicos su expulsión del  mismo por dedicarse al negocio con la salud de los ciudadanos, en lugar de a mejorar ésta. 

   También debería el PSC denunciar constantemente la presencia de imputados en el parlamento catalán. Y denunciar todos los escándalos que afecta a los miembros de familia Pujol. Sería un paso que este PSC nunca podrá dar. Porque hacen falta los instrumentos humanos, que existen, pero no están dirigiendo el partido. Y  sobre todo la voluntad política para ser un partido socialista, y sólo eso, que no es poco. 

U. Plaza

jueves, 29 de mayo de 2014

F. GONZÁLEZ Y LA REPÚBLICA BOLIVARIANA

Felipe González, el que fuera presidente del gobierno de España; del que mucha gente se tragó el anzuelo prefabricado de que era socialista.  El mismo González que hoy es  asalariado de lujo de una multinacional, y que se sienta en su consejo de administración –lo que seguramente es legal, aunque nada ético–,  para alguien que se sigue llamando socialista. Y es legal tal comportamiento porque las leyes están hechas para los que se las trabajan. Y Gonzáles, como Aznar, como tantos  otros de menor relumbre, sin duda se las ha trabajado.

  A este personaje que da sus opiniones con el logotipo a sus espaldas de La Caixa, símbolo como se sabe, socialista donde los haya, no le gusta la nueva formación política Podemos. Y la califica de “bolivariana”. Naturalmente en el mismo sentido peyorativo, que viene haciendo la derecha más rabiosa y expoliadora. Opinión con la que al parecer González coincide y se siente tan cómodo. 

  Seguramente a Felipe Gonzáles la Venezuela que le gusta es aquella que dirigía su amigo y según se decían entonces maestro, Carlos Andrés Perez, más conocido como CAP. El que en realidad era el capataz de las multinacionales de los Estados Unidos. Aquel que también como González, se decía “socialista” y mantenía una tasas de pobreza, analfabetismo y  miseria impresionantes en aquel país, sin que al "socialista" CAP, le importara en lo más mínimo. De hecho para el jefe de aquella Venezuela la gente de abajo, los pobres, no contaban. 

 Aquel sujeto que gobernaba teledirigido desde el Norte, le garantizaba a los yanquis la producción petrolera, sin que el pueblo venezolano sacara provecho de tales recursos. 

   Pero como las ansias permanentes de los poderosos en lograr beneficios rápidos no tiene límites,  provocó lo que ha pasado a la Historia de la lucha de los pueblos como el "Caracazo". Una protesta popular contra la subida de precios del transporte, entre otros,  que el amigo de González que dirigía el gobierno de aquella Venezuela que no era bolivariana, sino yanqui, sofocó a sangre y fuego. Resultado: unos 3000 muertos, naturalmente de la gente más pobre.  

   Aquella matanza, entre otras muchas cosas, fue lo que hizo que las fuerzas sociales tomaran conciencia, se organizaran y reagruparan para quitarle el poder a la oligarquía asesina, y cuya cabeza del movimiento fue  Hugo Chávez, como sabemos. 

   Se entiende perfectamente lo que dice el hoy satisfecho González. El que según sus propias palabras se aburre en esas tediosas reuniones, como parte del Consejo de Administración. Y eso le sucede a pesar de los 126.000 euros anuales que cobra, aparte de las acciones que pueda tener, según se ha publicado. Esto le sucede a este "prócer" del hoy obsoleto régimen de 78,  en  una España en la que hay millones de personas  que no se aburren. Entre otras cosas porque el hambre y la miseria, el paro, los salarios de supervivencia de los que logran un trabajo precario, los desalojos, la falta de perspectivas de los jóvenes por la políticas que González defiende, no dan pie al aburrimiento. Sí para la indignación, que es en realidad lo que preocupa a González y a los poderosos amigos.

    No es preocupante lo que diga este señor, caricatura de sí mismo. Toda vez que lo que hace es defender los intereses de los que le aseguran su bienestar y privilegios. Eso en un socialista provocaría un choque mental y renunciaría a ser un privilegiado; en González, no. Él prefiere criticar a aquellos que, con errores y aciertos, tratan de enmendar la situación de desespero de millones de españoles timados.

   Lo que sí es realmente preocupante es que en el partido socialista, nadie le haya recriminando su comportamiento, nada socialista. Y que el partido lo mantengan como referente. Es más, el aún hoy secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba defendió tales prácticas como lógicas  y naturales en TV, precisamente frente a Pablo Iglesias, que criticaba y recriminaba las "puertas giratorias". No sabemos si pensando en sí mismo. 

     Ahora, tras el muy ganado a pulso varapalo de los lectores del PSOE, el partido que sería irreconocible por el otro Pablo Iglesias –porque en realidad nada tienen que ver aquel PSOE de antaño con el invento ex-novo "del clan de la tortilla" de González– bueno sería que entre otras cosas, en lugar se jugar a los "trileros" cocinando un congreso a lo Lampedusa, como diría Ignacio Escolar, llevaran a cabo profundas renovaciones. Entre las que debiera estar una preocupación por la ética de sus dirigentes, actuales y anteriores. Y si el partido y sus dirigentes se llama socialistas, que lo sean de verdad. Socialistas con todos los matices que se quiera, pero sobre todo, éticos donde no quepan personas  que hablen como socialistas desde los consejos de Administración de una multinacional con escandalosos sueldos, y nos quieran dar lecciones descalificando a quien, les guste o no han logrado más de 1.200.000 votos, sin entregarle al alma a los banqueros.      González antes de condenar una situación como la de la Venezuela bolivariana, que propaganda a parte de los medios internacionales,  ha bajado el nivel de pobreza,  recuerde cómo era la Venezuela de CAP, y en beneficio de quién se gobernaba.  

  De todas formas las críticas de González –como las del PP y la derecha en general contra Podemos– consigue el efecto contrario al que él pretende por su desprestigio. Porque aunque el consejero o asalariado de la multinacional se crea que su palabra es de autoridad, su trayectoria provoca todo lo contrario: Podemos, IU y aquellas fuerzas que luchan por acabar con el estado de cosas que ha provocado la casta, a la que asegura pertenecer González, se revisten de mayor autoridad. 
Ubaldo Plaza


sábado, 24 de mayo de 2014

EL DIFÍCIL VOTO



   Soy catalán. Y vivo en Cataluña. Pero si yo viviera en cualquier otra parte de España, sin ninguna duda mi voto sería para Izquierda Unida. A pesar de que pueda tener discrepancias en algunas cuestiones; como por ejemplo su apoyo –no sé si forzado– al disparate de la consigna de los partidos de la derecha catalana –CiU y ERC–, para contentar a los "iniciativos", tan abanderados y parte activa de dicho disparate, que nada tiene que ver con las necesidades de las clases expoliadas por la derecha, en este caso catalana.

  Pero es que resulta que mi humilde voto iría a parar a los iniciativos que ni siquiera en este caso han tenido la deferencia de colocar las siglas de IU en las papeletas de voto. Supongo que es para que quede claro su “hecho diferencial” que tanto esgrime la derecha catalana (ya sabemos que cuando alguien dice que es diferente, lo que está afirmando es que es mejor que el otro).

   Así que me lo han puesto verdaderamente difícil para votar la opción que desearía (IU). Sí, ya sé que en esta elecciones europeas todos los votos de toda España que van a un partido, se juntan. Y que si estuviera en otro lugar de España, también contribuiría a que los acompañantes del disparate secesionista de la derecha, obtendrían la cuota parte de mi voto. Pero no sería igual. Porque entonces no tendría la sensación de que, más que de haber tirado el voto, haberle votado a los que se alían con los enemigos de los trabajadores, a quien no deseo votar, por razones obvias.

   Porque la distancia haría que no percibiera que también habría votado contra mi deseo. Ya se sabe: el desconocimiento que la inmensa mayoría de los ciudadanos españoles, y sobre todo los políticos,  tiene de lo que hacen de verdad los partidos que se siguen llamando de izquierda en Cataluña. A pesar de que todos saben que van de la manita con la derecha. Habiendo logrando ésta que todas las protestas por la desastrosas políticas de CiU-ERC, se hayan escondido en parte, tras la cortina de humo del derecho a decidir, lo que ya han decidido ellos, y vienen decidiendo desde simple: explotar a los más débiles, si es posible con el apoyo de quienes debieran estar en contra.

 Además, aún tengo en la memoria cuando IU, sus votantes, le consiguieron un diputado al parlamento europeo a los incitativos.  Y le faltó tiempo al personaje para irse a otro grupo parlamentario, ajeno al que se integró IU. Y lo lamentable es que IU no parece haber aprendido la lección de aquella traición. Y ese personaje al que hicieron eurodiputado los votos de IU, hoy es uno de los "talibanes" del independentismo que promueven los partidos de la derecha catalana, al que se ha adherido ICV, con la incomprensible guinda de EUiA, con desaforada fe de conversos de algunos de sus dirigentes.

  Así que, como le viene pasando a tanta gente en Cataluña en reiteradas convocatorias electorales, tampoco en esta yo podré votar con la satisfacción de que mi voto haya ido a la opción deseada:  a un partido de izquierdas –inexistente en Cataluña–. 

   Y haciendo un repaso de las opciones nuevas que se proclaman de izquierdas, resulta que todas ellas han sido "abducidas" por el mensaje de la derecha nacionalista, del "derecho a decidir"; y hasta llegan a considerar menos reaccionaria a la derecha catalana, a CiU-ERC, que el PP. A pesar de que, como hace éste en todas partes, aquellos nos están dejando sin servicios públicos, exactamente igual que la derecha española. En eso no hay diferencia. CiU vota en el parlamento todo aquello que perjudica a las clases populares, junto al PP. E incluso van mucho más allá, pues los catalanes tenemos el triste récord en recortes, especialmente en el sistema sanitario. 

Ubaldo Plaza





viernes, 2 de mayo de 2014

LAS CARTAS MARCADAS



“LOS SINDICATOS PIDEN AL GOBIERNO QUE CAMBIE SU POLÍTICA DE AUSTERIDAD, PORQUE HA FRACASADO”.

   Cuando los partidos obreros entran en un parlamento dirigido por la burguesía, saben –o debieran de saber–, que las cartas están marcadas. Y que todos sus reglamentos, procedimientos y hasta lo más cotidiano, están hechos para que todo se desarrolle a favor de esa burguesía, la clase dominante, que detenta el poder. Por lo tanto caer en la trampa de concederle el título de democráticos a esos parlamentos, ya es un error monumental. Y creerse que es posible modificar el sistema sólo con el parlamentarismo, una elucubración. Sí, naturalmente hay que utilizar todos las rendijas posibles para denunciar las injusticias del sistema. Pero no con la vista puesta en los servidores de la oligarquía del parlamento, sino dirigiéndose a sus víctimas, los ciudadanos. 

   Igualmente pasa con el lenguaje. Adoptar el que nos impone la clase dominante es entrar en sus juegos y aceptar como normal lo que es una aberración  de la sociedad: el capitalismo.

   La frase que encabeza este artículo lo demuestra: los sindicatos han aceptado como normal las políticas de los representantes  de sus enemigos de clase. Porque las políticas de austeridad no han fracasado, ni mucho menos. Todo lo contrario. Y cuando los dirigentes sindicales dicen semejantes dislates están dando por bueno que las intenciones de los gobiernos de la oligarquía habrían sido para que las cosas fueran bien para la mayoría de la población, en especial para la clase trabajadora. Y eso es de una ingenuidad mayúscula, por no decir algo peor.

   Parece que los dirigentes sindicales tanto han perdido la perspectiva de en qué sociedad viven, que se han olvidado de la lucha de clases. Porque las políticas llamadas de austeridad –que debiera llamarse de expolio–, así como la ley esclavista de relaciones laborales,  no es un fracaso.  Porque es evidente que no les ha fracasado a los que la están llevando a cabo: La oligarquía, los banqueros y los grandes, más que empresarios, especuladores esclavistas, han logrado llevar a la pobreza a millones de trabajadores, pagar salarios de hambre, tener un enorme ejército de reserva de millones de trabajadores, que les permite todo tipo de injusticias, tal como  la oligarquía ha deseado siempre.  Además de ir liquidando los servicios públicos para enriquecerse con la miseria, desesperación y muerte de muchos ciudadanos, que debieran contabilizar como crímenes de lesa Humanidad. Sin olvidar la impunidad de los grandes delitos, ya tan cotidianos como el respirar.

   ¿A esto le llaman los dirigentes sindicales “fracaso de las políticas de austeridad"? ¿O es que las cúpulas sindicales de los sindicatos mayoritarios están tan impregnados de eso que se ha dado en llamar “sindicalismo de negociación”, en lugar de sindicalismo de lucha –que no excluye la negociación, obviamente–, que han considerado que era positivo aceptar el discurso de la oligarquía como mal menor, "para ayudar a solucionar sus crisis?

   Si durante tantos años, en que los dirigentes sindicales, en lugar de ser tan "contemporizadores" con sus enemigos de clase,  hubieran tenido como horizonte de lucha, la realidad de la lucha de clases, seguramente ante la brutal agresión de los gobiernos –también de los, que debieran ser autonomías, pero que se parecen más a cacicatos–, de la oligarquía, hubieran estado en mejores condiciones de movilizar a los trabajadores con mejores resultados. Entre otras razones porque ante semejante embestida del capitalismo salvaje de hoy, los trabajadores hubieran tenido claro que el único paraguas de defensa a las agresiones del gobierno y sus amos,  eran los sindicatos. Agresiones de los de aquí y  de los de la Troika. Y posiblemente los agresores, tampoco se hubieran atrevido a poner en táctica semejante devastador expolio contra la población.

    No. Sin duda “la política de austeridad del gobierno”, no ha fracasado. Y lo que debe enseñar esta amarga experiencia, es que los trabajadores, con sus sindicatos al frente, deben de estas alerta, organizándose, en todo momento. Bajar la guardia creyendo que ayudando a los depredadores, a los banqueros, a los insaciables esclavistas que piden más y más miseria para la población, en esta antidemocrática sociedad capitalista, se puede ir de la mano para “ayudarles a repartir  las cargas para salir de su crisis”, es entrar en su juego, aceptando sus cartas marcadas. 

Ubaldo Plaza





miércoles, 30 de abril de 2014

LAS LENGUAS, DE TODOS

Durante la dictadura franquista la enseñanza, de y en, lengua catalana estuvo excluida de la escuela y de la administración, como todos sabemos. Los trabajadores que empezábamos a tener sensibilidad contra las injusticias del régimen, luchábamos contra él, por conquistar las libertades –entre ellas la normalización de la cultura catalana–, en mi caso en el PSUC, que no lo diferenciábamos del PCE, digan lo que digan ahora algunos interesados olvidadizos. 

    El sentido común nos decía que era una barbaridad, una injusticia que los niños de lengua catalana no recibieran la enseñanza en su lengua materna. Y que los catalanohablantes estuvieran discriminados.

   Y siendo esto cierto, no lo era del todo. Porque cuando la dictadura imponía el castellano como lengua oficial única, estaba discriminando a toda la población catalana. A la catalanohablante, como era obvio, pero también a la que tenía el castellano como lengua materna. Porque privó a gran parte la población llegada  de fuera de Cataluña de conocer la lengua catalana, y su cultura, con toda normalidad, y no de oídas como la aprendió la mayoría de la gente, sin poder acceder plenamente a ella, que, además, la mayoría trabajadora; muchos sin la menor instrucción. Lo que constituía una doble discriminación: como trabajadores y como excluidos de todo.

   Por lo tanto, cuando se priva o limita el acceso a la enseñanza de una lengua que la habla todo, o parte de un pueblo, se está privando a TODA la población de su cultura, de su riqueza y de la aportación que ambas lenguas se hacen mutuamente. Y no se le está haciendo favor alguno a los que pudieran pasar, a priori, por “privilegiados”; todo lo contrario: todos pierden. Y esa situación se produce, cuando por razones extraculturales se politizan las lenguas para sacar beneficios políticos. 

  Porque ambas comunidades se empobrecerán culturalmente. Baste como ejemplo el penoso espectáculo que dio la señora Marta Rovira, en su comparecencia en el Congreso de los Diputados, al mostrase incapaz de hablar castellano correctamente. Lo que no deja de ser una muestra del verdadero nivel que adquieren los alumnos en castellano, al margen de la propaganda de los comisarios políticos de la Generalidad. 
   Sí, ya sabemos que algunos indepenentistas –no pocos de ellos, charnegos acomplejados–, se vanaglorian de no expresarse bien en castellano, como si de un valor añadido se tratara.

  Aquella injusticia del franquismo de mutilar la cultura, no de una parte, insisto, sino de toda la población, impidiéndole aprender una lengua, sea materna o no, le llamábamos entonces fascismo. Y era defendido por los prebostes de la dictadura de la burguesía catalana que hablaba castellano en sus casas. Hoy se le llama “soberanismo”. Y hasta hay organizaciones, presuntamente de izquierdas, que consideran que tal aberración, antes fascista, es hoy  “progresista”. Misterios del leguaje politizado.

   Porque también hay que recordar, que a la burguesía, la misma que hoy enarbola la bandera del “soberanismo” –y que recorta derechos como entonces– a la que les dan apoyo determinada izquierda, y hasta las direcciones sindicales, no le preocupaba ni poco ni mucho la cultura catalana. Su corazón estaba, como lo está hoy, más cerca de la cartera que de los emociones. Eso queda para el populacho en folclóricas manifestaciones. Las cuentas corrientes es lo suyo.

   La cultura y lengua catalanas eran defendidas entonces desde la clandestinidad y con mucho riesgo por el Partido de la clase obrera. Gran parte de la cual no entendía el catalán; o lo entendía de forma muy rudimentaria, porque vivía en los barrios obreros y sin servicios, al margen de la población de habla catalana, sin más contacto con ella que la que tenía en la fábrica, generalmente con el encargado que le daba las órdenes, a veces el único catalán que conocía, que naturalmente le hablaba en castellano.

Ubaldo Plaza


miércoles, 9 de abril de 2014

EL ESPECTÁCULO DE "LA INTEGRACIÓN DE CLASE" DEL PUC

 Que el actual tripartito de la derecha del gobierno catalán  haya llevado sus aventuras hasta el disparate, en compresible. Porque las mismas no se pueden disociar del gran expolio del que los ciudadanos catalanes estamos siendo víctimas. Y no por parte de España, con esa fábula de “España nos roba” que la prensa amarilla del "presebre" catalán con dinero público, y sus corifeos no menos "pesebristas" tienen como doctrina para incautos y fanáticos.  
  
  El gobierno catalán, por llamarlo de alguna manera, porque gobernar, lo que se dice gobernar, no lo ha hecho nunca Artur Mas, si gobernar  significa solucionar problemas a los ciudadanos; más bien ha hecho todo lo contrario: nos  los ha creado, como puede comprobar cualquier usuario de la sanidad pública, hace poco una de las mejores, hoy en pleno desmantelamiento, y negocio de la sanidad privada. 

    Problemas, además que, como son visibles,  alcanzan a las diputas familiares con claras evidencias de rupturas, o condenados a guardar silencio sobre temas que se han convertido en tabúes, si quieren que una reunión no acabe como el rosario de la aurora, rompiendo amistades. En general, los nacionalistas habían conseguido que los no adictos, o indiferentes callaran cuando se suscitaba temas patrioteros. Lo que a uno que ya es mayor, le recuerda otras situaciones que creíamos olvidadas, de silencios obligados. Pero, claro, como siempre pasa, a una acción opresiva, aparece la reacción. Y la cosa va a más en cuanto a división social, porque ya responden los silenciados, que no quieren ser ciudadanos de segunda, o que los conviertan en apestados, o en extranjeros en su tierra.

   La apuesta radical de Mas, para no quedar a la zaga de su jefe Junqueras no tiene otro objetivo en estos momentos que el  de ahogar las protestas de los ciudadanos por los recortes, en los que el gobiernos de Cataluña es tristemente líder en España. Pero está dentro de su lógica expoliadora de partidos de la derecha; y lo único que cabe es combatirlas desde las clases populares. 

   Lo que ya no es tan lógico es que ICV- EUiA, si nos atenemos a lo que dicen sus escritos y lo que sus líderes proclaman, de ser formaciones de izquierdas. Porque cuando debieran estar denunciando a tiempo completo el expolio de esos servicios públicos, y la corrupción que embarga a la derecha catalana, resulta que van de la mano de esa derecha para ayudarle en su "hoja de ruta", y a mantener la cortina de humo que lanzaron contra los ciudadanos, para que se desmovilizaran, respecto a lo que de verdad les interesa, y se crean el cuento y los delirios y masturbaciones mentales de los que siempre han decidido: la burguesía. Pero no nos dejan decidir, por ejemplo si queremos que nos saqueen los hospitales para que los amigos o jefes de representantes de la sanidad privada hagan pingües  negocios con la salud de la gente.

   Lamentablemente en su intervención en el Congreso de los Diputados, el que representaba a los que llaman “la izquierda plural”, puso más fe en la defensa de la propuesta de los partidos de la derecha y ultraderecha nacionalista –CiU-ERC–  que éstos. Y más lamentable aún, es que IU se haya prestado a apoyar lo que no es más que la defensa de los negocios de la gran burguesía catalana. 

  ¿Alguien desde un pensamiento mínimamente popular y de izquierdas puede creer que  una Cataluña en manos de CDC-ERC, sin el menor control, sería democrática? ¿Alguien en su sano juicio puede creer que una Cataluña dirigida por los que patrocinan la independencia, la que hace negocios con la salud y la vida de los ciudadanos sería favorable a los intereses de la mayoría? ¿Se puede creer que los trabajadores estaríamos mejor, cuando ya hoy los recortes y la corrupción que afecta al poder, son insoportables? 

   Lo que hoy son recortes para el negocio privado, mañana sería el cacicato sin límites de unos cuantos en su finca particular, es decir de los mismos, los 400 que siempre estamos en todas partes, como diría el recaudador Millet.

   Parece que Coscubiela, y Herrera así lo creen, y sin el menor pudor se han prestado a ser palanganeros de la derecha para defender los planes de Convergent-ERC –cuando el propio  Más no ha sido capaz de defenderlo él y se ha quitado de en medio. 

   Es de agradecer, aunque sólo sea para que la imagen de IU en toda España, y en particular en Cataluña, donde la izquierda brilla por su ausencia, no quede más deteriorada por la decisión de apoyar lo que decide la derecha de los recortes, que no saliera Cayo Lara a defender los despropósitos de quienes desde la supuesta izquierda han perdido todo sentido y orientación de clase. La ha perdido la otrora izquierda política, y la ha perdido la sindical, con el  vergonzoso caminar  de los jefes de los sindicatos, de la mano de los independentistas, desmintiendo todo sentido solidario de clase de los mismos, con 800 mil parados en Cataluña, miles de desahucios, y con otros tantos miles de niños desnutridos; mientras se dedican recursos a los delirios independentistas de los que siempre han sido independientes, porque son las clases adineradas. 
Y ver a los tres representantes de PUC, (Partit Únic Catalá), supuestamente de diferentes opciones políticas defender lo mismo, aunque lo hayan querido adornar con otros colores, es todo un espectáculo de "integración de clase". En la dominante, claro, que los ricos no están para juegos estériles, y cuando los pobres se acercan a ellos, ha de ser para servirlos, nunca para igualarse en derechos.

Ubaldo Plaza