lunes, 20 de junio de 2011

LOS MALOS AUGURIOS INTERESADOS, LE FALLARON AL PESEBRE: FELICIDADES

La lectura obligada que hay que hacer de la manifestación de ayer 19  en toda España, no es como pretende los medios del pesebre, sobre si hubo tantos o cuántos  miles de manifestantes que respondieron al llamamiento del movimiento  democrático,  que tiene un mes de vida. Es  caer en el terreno en el que el golferío político y sus amos,  más golfos todavía, el financiero quiere. 

Pero además, la jornada de ayer ha tapado la boca a tanto servil  agorero de la violencia y de la voz de su amo, que ya daba por descontado el declive del movimiento por unos hechos absolutamente ajenos a la voluntad democrática del mismo, como los de Ciudadella, demostrándose que todos los actos de violencia han tenido lugar porque las fuerzas represivas, en un intento de liquidar las aspiraciones democráticas ciudadanas, lo han provocado. No es como dijo el mediocre Mas y el ultra Puig, "una guerrilla urbana o una Kale Borroka, por cuyas palabras insultantes, si se consideran demócratas, debieran pedir disculpas a los que sí lo son y lo han demostrado en las calles de Barcelona.

Pero lo mismo que  los violentos han aprendido que lo que más les perjudica a sus intereses de casta dilapidadora de los bienes públicos es la no violencia,  también los ciudadanos demócratas han aprendido a defenderse de la violencia. Por lo que en todo momento, en toda asamblea o discusión,  desde el 15 de junio, estaba presente la defensa de la no violencia y la protección de los actos, impidiendo las infiltraciones interesadas. 

Porque  el movimiento democrático, que jamás hemos tenido nunca en la España reciente, es muy joven y está aprendiendo, rápido, pero aprendiendo, democracia y pedagogía; pedagogía de la democracia, y sus formas múltiples de participación ciudadana sin sacerdotes de caros sueldos ni santones impunes e inamovibles y sin dobles intenciones manipuladoras. Por lo que pensaron ingenuamente que el enemigo iría con las mismas armas nobles que ellos. Por eso, el día de los hechos del Parque de la Ciudadella, hay que reconocerlo, nos metieron un gol de principiantes, al no prever que semejantes actitudes pudieran suceder, fabricadas o no. Porque  eso pertenece al manual de actuación de las clases dirigentes, desde que un ser humano empezó a explotar a otro. 

Así que el esfuerzo hecho en los cuatro días que separaban  los hechos de Ciudadella y el de la manifestación del 19, se trabajó a fondo.  Y aquellos catastrofistas interesados que echaban las campanas al vuelo, con sonrisas cómplices a sus amos para que estos les rieran la gracia de bufónes de la Corte, sobre la desafección de los ciudadanos con el movimiento democrático,  han quedado en evidencia: el movimiento sigue siendo pacífico, ordenado y capaz de evitar las provocaciones del Poder. Y lo que es más importante, más fuerte y extendido que en todo el mes de vida. 

A la espera de otros análisis más pormenorizados, si procede, lo de Barcelona, que es donde estuvo el que esto escribe, bastaría una palabra: desbordante. Pero sobre todo entusiasmo y muy conscientes de que la defensa contra la provocación era cosa de todas las personas, y caló en ellas.

Lo que cabe decir por ahora, es que debemos felicitarnos todos, felicitar a nuestros compañeros de las distintas ciudades de España por su esfuerzo, y seguir trabajando por la democracia secuestrada,  irrenunciable. Los ciudadanos, todos, pero sobre todo los jóvenes, no pueden tolerar que a ellos les roben el futuro, como se nos robo a los demás, por unos señores que se inventaron su democracia para uso y disfrute de unos pocos. 


Porque el esfuerzo solidario es el motor que hará que los ciudadanos jóvenes tomen el timón de la sociedad, y se acabe esta pesadilla del todavía tardo franquismo, que persiste y corroe nuestras vidas, que  impide que lo caduco dé paso a lo nuevo, cuando ya se cae. Aunque traten de alargar su agonía con heroicidades puig-ilisticas o Masianas. Los ciudadanos que ayer salieron a la calle, son el futuro;  Mas, Puig, el tío Baudilio (Boi) y el resto de depredadores sociales, con la delincuencia financiera a la cabeza dirigiendo, son el pasado. Aunque  sigan haciendo daño durante bastante tiempo. 


U. Plaza