martes, 30 de noviembre de 2010

DE NUEVO, EL MENSAJERO ES EL CULPABLE



El cabreo que la Hilaria Clinton ha mostrado por las revelaciones hechas por Wikilearks, y que no se le ocurre otra cosa que culpar al mensajero, diciendo que es un ataque a la comunidad internacional cuando en realidad ha sido la mejor contribución al conocimiento de los ciudadanos, engañados por su gobernantes, que bajo la apariencia de respetables dirigentes democráticos, en sus salones deslumbrantes, no son más que los desechos de las apestosas cloacas. 

Es importante que Wikileaks haya sacado a la luz las sucias prácticas de estos sujetos para el conocimiento de la opinión pública y que ésta sepa la clase de ganao que decide sus destinos, y la bajeza moral que los envuelve; y que bajo la apariencia de gobernantes preocupados por los destinos del mundo, quede al descubierto que en realidad cualquier banda de matones y maleducados que se pueden encontrar en cualquier parte, son mucho más educados, y por supuesto menos peligrosos para los habitantes del planeta, que esta fauna de caros  empleados políticos que se creen inmunes y por encima de los que les pagan el sueldo. 

Ya han puesto a funcionar la maquinaria, no como debiera ser, para corregir sus inmorales actuaciones y limpiar las cloacas, sino para perseguir a los que han hecho posible que la opinión pública conozca sus indecorosas practicas barriobajeras y mafiosas. 

El que se espíe a otros gobernantes, al secretario general de la ONU, entre ellos; que se trate, como parece ha sucedido en España de evitar que se haga justicia por el asesinato de Couso, y tantas y tantas maniobras, eso no es lo importante; lo grave es que se sepa, que la gente conozca de sus vergonzosas actuaciones. Por eso ya la poderosa maquinaria de propaganda, con el pretexto de que pone en peligro la seguridad de los Estados, van a perseguir a los mensajeros, e incluso habrá legión de periodistas de cámara se se prestarán a ello, como ya se constata en las tertulias;  de entrada descalifican a los que han hecho posible las revelaciones, calificándolo de chafardeo y no periodismo; pero sabiendo que semejante bajeza desinformativa no cuela por burda, enseguida han pasado a calificar de "poco importante" la información. Es  la maquinaria del Gran Hermano puesta al servicio de las oscuras  prácticas de ese Poder, que contra toda lógica se sigue llamando democracia. Poder que cada día se demuestra que no sólo miente y organiza todo tipo de  guerras injustificadas, para expoliar a los pueblos, sin importarle el sufrimiento de millones de persona; apoyan masacres y violan todo tipo de leyes, sino que además entre ellos son verdaderas hienas despellejándose. 

Enhorabuena a los que lo han hecho posible. Los delincuentes no son los mensajeros, sino los que perpetran los delitos. Y la Hilaria, como subjefa del Imperio, lo sabe. Sabe que no es un ataque a la estabilidad internacional, como ha dicho, sino un poco de aire fresco en la putrefacta  cloaca que rige los destinos del mundo, sacando sus desvergüenzas al sol.

U. Plaza