miércoles, 27 de febrero de 2013

ORÍGENES DE LOS PROBLEMAS SOSLAYADOS DEL PSC

Ante el órdago que el PSC le ha lanzado al PSOE, no está demás recordar que el partido catalán es una criatura engendrada y parida por la burguesía catalana con la evidente intención de que la izquierda, es decir al PSUC, que a la sazón era el único partido organizado, y que había luchado contra la dictadura, no alcanzara la hegemonía en la izquierda.  

También conviene recordar, ahora que todos le echan las culpas a Rubalcaba por su falta de liderazgo en el PSOE, ante la aventura de Navarro y sus compañeros de la derecha nacionalista que lo han presionado para dar el paso que ha dado, posiblemente hacia el abismo,  de incorporarse a la propuesta de las dos formaciones de la burguesía nacionalista–CiU e ICV–, que evidentemente Rubalcaba tiene su parte de responsabilidad, como la tienen todos los que han estado desde hace tanto tiempo en la ejecutiva del PSOE. 

Pero sería injusto que se le cargara a él solo con el pesado fardo. Porque quien permitió lo que hoy ha estallado, pero que viene alimentándose desde el minuto uno del parto del PSC por la derecha catalana, fue el inefable Felipe González, personaje al que eso del socialismo, no es que no le rozara, sino que estaba en las antípodas del mismo. El hoy asalariado de lujo de una multinacional–sin renunciar a su sueldo de presidente que le pagamos todos–, cuando necesitó  ayuda parlamentaria no acudió a la izquierda para resolverlo, sino que prefirió a la oligarquía catalana, con la que tan bien comunicada estaba la dirección de PSC, por razones obvias. Las cosas no suceden porque sí; tienen sus antecedentes y siempre acaban comprendiéndose por la relación de clase de los actores. Fue una obra maestra a tres bandas de la derecha catalana para lograr su hegemonía, que evidentemente ha sabido explotar sin miramientos éticos, como suele suceder con los mercaderes de ilusiones, que les ha rendido buenos réditos: 

Primero:  la misma burguesía que hasta cinco minutos antes de la muerte del dictador apoyó  su dictadura que ayudó a traer–búsquese en las hemerotecas si alguien lo duda– y sus consecuencias para los trabajadores, creaba su partido con toda la carga emocional, logrando que amplios sectores de la pequeña burguesía y gente honesta se creyeran la farsa y se adhirieran al mismo, con el engañoso mensaje de "!Catalunya!, lo que les fue muy bien para SU Cataluña, que no era otra que los negocios,  como se comprueba hoy con  meridiana claridad con la privatización de la sanidad entre otros muchos negocios,  exactamente igual que cuando apoyaban a Franco, o pedía ayuda a Martínez Anido para deshacerse de los trabajadores anarquistas. "No es nada personal, son negocios".

Segundo:  creaban un partido con el nombre de socialista, cuyos generales serían de la misma burguesía con el aditivo de algunos fieles servidores de floreros charnegos, más papistas que el papa en la defensa del nacionalismo como conversos a su causa y que fueran aceptados en su Iglesia, y para que la infantería de obreros inmigrantes venidos de otras tierras de España y con cultura de luchas históricas en el PCE y el PSOE, aceptaran el mensaje nacionalista, diluyendo en lo posible el mensaje de clase en una suerte de defensa de los intereses del nacionalismo que la burguesía capitaneaba. Y que en un mal entendido derecho de autodeterminación, sumergió a la clase obrera, para que defendiera los objetivos de la siempre correosa derecha catalana. 

Con ese señuelo en el PSC han vivido hasta ahora, siendo incapaces de ganar nunca unas elecciones catalanas, por no haber podido convencer a sus votantes, obreros que votaban en las generales al PSOE, de que el PSC era su partido. Pero a los del Alto Mando no debía preocuparle mucho porque sus intereses de clase estaban bien guardados por sus hermanos convergentes. Porque al fin y al cabo, como diría el castizo, todo quedaba en casa, aunque la misma la vistieran para disimular con distinto ropaje.

Y tercero: desde hacía ya bastante tiempo, al final del franquismo, que en el propio seno del PSUC se tramaba su liquidación, como efectivamente harían, los que hoy forman parte del mismo conglomerado de la derecha nacionalista, recuperando sus originales intenciones. Porque ya un partido combativo  con ideología de izquierda, no le convenía a la derecha. Así que fue inutilizado primero en bizantinas discusiones, y liquidado después; pero usufructuando las luchas de tantos y tantos hombres y mujeres que fueron capaces de mantener la organización durante la larga represión.

La burguesía catalana, como hace la Iglesia, suele poner los huevos en distintos cestos para que, gane quien gane, ganar siempre ellos. Supo engatusar a dirigentes obreros, verdaderos luchadores contra el franquismo, y algún que otro oportunista al que le doraban la píldora, para que les extendieran el carnet de demócratas de toda la vida, e incluso de antifranquistas, a los mismos que desde sus industrias no tenían reparo en explotar a los trabajadores exactamente igual que siempre. ¡Hasta ahí no llegaba su fe de demócratas!

Tanto fue así que aquella especie de matrimonio con la derecha que descubría la necesidad de democracia en los últimos cinco minutos, de la mano de algunos dirigentes políticos de la izquierda, es el origen de la inexistencia en Cataluña de partidos   de izquierda dignos de tal nombre; y tanto éstos como los sindicatos–otrora combativos– asumieron los objetivos y hasta los símbolos de la derecha nacionalista–los mismos que durante el franquismo ayudaban a combatir dando apoyo a la dictadura–, porque contrariamente a lo que se pueda pensar, los símbolos tienen mucha importancia, porque marcan las intenciones ideológicas y sus alianzas de clase. 

Lo del PSC era desde hacía mucho tiempo, la crónica de una muerte anunciada, un matrimonio que se mantuvo porque sólo una parte, el PSOE, cedía. Pero como en todo matrimonio de estas características, el fin no puede ser otro que el divorcio. Porque fue un casamiento antinatura, porque una cosa son los dirigentes, y otra muy distinta, los votantes que lo hacen por la carga histórica que para ellos representa ese partido, que tarde o temprano tendrá que recuperar los valores de izquierda, o desaparecer. Ahora, aunque pueda parecer lo contrario, tienen los socialistas una oportunidad de enmendar el inmenso error de González–si es que fue un error–, y situar las cosas en su lugar. De no hacerlo, sencillamente el cadáver del PSC, resucitará con sus miasmas, más pronto que tarde. 

Ubaldo





martes, 26 de febrero de 2013

RÉQUIEM POR EL PSC


 El Partido Socialista de Cataluña ha sido más "el otro" gran partido de la burguesía nacionalistas catalana que un partido que representara el nombre que llevaba. Vivió siempre de las rentas que le proporcionaba su supuesta federación con el PSOE, para seducir cuando llegaban las elecciones a las clases populares que hubieran votado a este partido, al que sin embargo negaban su pertenencia–la siguen negando– para hacerse aceptar por el nacionalismo, y por tener en su seno muchos nacionalistas, que como es lógico barren para a casa común, esto es CDC, la burguesía catalana, la derecha pujoliana, que logró seducir y anular a la izquierda, que asumió a lo largo de los años todos los objetivos de ésta. 

Fueron de derrota en derrota, y nuna se les pasó por la cabeza, ni a los dirigentes del PSC, porque no les interesaba, porque pondrían de manifiesto hacia donde remaban su barca, ni, incomprensiblemente el PSOE que miraba para otro lado a costa de la desesperación de muchos militantes socialistas catalanes que no entendía tal actitud, cuando era sobradamente conocido que los votantes que se consideraban socialistas votaban al PSOE, cuando se trataba de las elecciones generales, y no consideran al PSC–nunca lo consideraron mayoritariamente–, su partido en las regionales catalanas. Mayor ejercicio de negación y masoquismo político, imposible; permitiendo que ganara una y otra vez la derecha con un exiguo número de votos hasta llevar a las clases populares al mayor expolio que se haya conocido en Cataluña en cuanto a derechos conquistados. Y no es que el PSOE sea para tirar cohetes, pero hay quien cree que, tarde o temprano sus bases podrán liquidar el liberalismo corrosivo que lo inutiliza.

Tras el desastre tripartítico y amontillado, en el que se rizó el rizo de la sumisión al proyecto nacionalista de la derecha–¡ay, ese complejo de inferioridad que hace fabricar conversos!, los votantes socialistas decidieron que ya estaba bien de hacer el canelo de seguir alimentando un proyecto nacionalista de la burguesía, y no fueron mayoritariamente a votar, ni siquiera aquellos sacrificados que lo hacían con más fe que sentido común, en que se enmendara, que lo hacían en las catalanas. Parece que ya se había colmado el vaso de la paciencia para la mayoría.

Cuando un desastre como este se produce, en un partido lo lógico es que dentro haya un terremoto, se rebobine la película se se analice, y haya consecuencias para los responsables. Montilla y su acompañantes en el desastre quedaron indemnes, y hasta a alguno como el expresidente se le premió con el remunerado cargo de senador.

Ante el desastre, el cambio de caras entre las que destaca la de Pere Navarro como secretario general, se esperaba que las cosas las situara en el debido lugar que le corresponde a un partido que se dice socialista; y parecía que iba en esa senda, para lo cuan debía hacer limpieza en el partido de todos aquellos que lo habían llevado al desastre, y que persistían en su error creciéndose en la defensa de su ideologías de derechas de apoyo al nacionalismo, rebelándose en las votaciones y uniendo sus fuerzas a la derecha en los ayuntamientos, para sacar adelante el proyecto disparatado del iluminado Artur Más y del resto de la comparsa. 

Navarro no supo, no pudo o no quiso sanear el partido de su rémoras, y quiere contemporizar con ellos, lo que constituye el peor error. Volviendo a caer en los brazos ideológicos de la derecha, rompiendo la unidad parlamentaria del socialismo, desmarcándose del partido, el PSOE, sin el cual no son más que una sucursal del nacionalismo catalán, en extinción por estar esa plaza ocupada por toda la pléyade de nacionalistas, desde CDC como aglutinadora– el pal de paller–, ICV, pasando por los asamblearios que la apoyan en todos sus disparates, ERC, más la suma del CUP, de los que algunos de izquierda, más o menos renovadora y anarquizante  aún no se han enterado de su verdadera naturaleza.

Pero quien debe desmarcarse ahora es el PSOE del PSC, presentar listas electorales en Cataluña, y desembarcar con el partido también. Militantes dispuestos a ellos que hoy están en el PSC no les faltarán.  No se puede seguir alimentando con los votos de las clases populares a la burguesía, a los nacionalistas, porque por ese camino han hundido las posibilidades de las clases populares y así ha estado gobernando– es un decir– la derecha, ahora ya declaradamente extrema y expoliadora. Si Navarro, pusilanimemente es incapaz de hacer frente a la derecha nacionalista infiltrada desde siempre y dominando el partido, éste acabará desapareciendo o siendo, como hasta ahora, un mero apéndice suyo y contentando a los nadales, maragalles y a toda la patulea de la derecha que han vivido del voto popular de izquierdas. 

Allá Pere Navarro. Pero ya hay muchos socialistas que  quieren otro camino que no vaya haciéndole el caldo gordo a los oportunistas que trabajan para la derecha más ruin y negociante de todo en panorama. Navarro demostrará, si es incapaz de limpiar el partido, y se deja llevar por los que debieran estar ya en CDC, y sin duda acabarán en ahí– como ya lo ha hecho alguno muy relevante–, que el cargo le viene muy, pero que muy ancho. Y para ese viaje no necesitaba ningunas alforjas. Por ese camino el réquiem para el PSC está servido. De hecho ya hace tiempo que se le rezaron los responsos, en tanto que partido socialista, que nunca asumió seren toda su extensión. 

U.Plaza


viernes, 22 de febrero de 2013

LA INCOMODIDAD DE LOS DIRIGENTES DEL PSOE SOBRE LA MONARQUÍA

    El torpedo que ha dejado caer Pere Navarro sobre la abdicación del monarca a favor de su hijo, ha sentado como un tiro en la dirección del partido socialista, que se han apresurado a desmarcarse del mismo, con los más peregrinos argumentos que sorprenden, sobre todo en un partido cuya raíces (?) se dicen republicanas, y sin embargo semejante tema es cuasi un tabú en sus proclamas, salvo en los jóvenes que evidentemente viven con su tiempo y esperan un futuro democrático de ciudadanos, no de súbditos.

     Pero, aunque es absolutamente rechazable la propuesta de Pere Navarro, ya que lo que se espera de una persona de izquierdas, y mucho más si se dice socialista, es que pida la abdicación del rey, si lo considera–y si persiste en su filiación y convicciones republicanas–, pero en favor de la República. Y si más no, por lo menos promover el proceso hacia unas Cortes Constituyentes que  culminen en un nuevo Estado, alejado ya de tutelas del franquismo. Y más por el absoluto fracaso al que ha llegado el régimen, que hace aguas por todas partes, nacido de un pacto en falso, sin contar con la ciudadanía, que impidió el regreso a la normalidad tras tantos años e dictadura. Recordemos que aún no se ha condenado a la misma, ni se ha rendido homenaje a las víctimas del franquismo y que las cunetas de España siguen llenas de cadáveres, sin que el Estado asuma la reparación a su memoria y a sus familiares.

     Pero, ¿porqué ha sentado tan mal a la cúpula del PSOE la propuesta del primer secretario del PSC, si al fin y al cabo está dentro del propio desarrollo de la monarquía, que tarde o temprano, según su propia lógica, se tendrá que producir?

     Sencillamente porque en el momento en que se decida la abdicación del rey en favor de su hijo, tendrán que ser las Cortes Españolas la que tendrán que pronunciarse. Y, tras todo lo que viene lloviendo, a veces a cántaros en la casa real, las voces republicanas exigirán que el debate sea otro, es decir la Forma de Estado, y por lo tanto de régimen, que cierre el paréntesis que se abrió con el golpe de Estado. Y si en el Parlamento son minoría los que desean el debate, por la actitud ambigua como mínimo del PSOE, en la calle crecen día a día.

    Claro, hace años, seguramente todo hubiera sido un mero trámite, en el que, salvo alguna minoría que votaría  en contra, la inmensa mayoría de los parlamentarios lo haría a favor del heredero,  y sin remordimiento, colando la sucesión como colaron la monarquía sin que los ciudadanos tuvieran la oportunidad de pronunciarse expresamente sobre tema tan importante, como es en qué tipo de Estado en el que desean vivir, mayoritariamente. 

     La diferencia ahora es que las aguas ya no están tan tranquilas. Y cuando se lleve la propuesta a votación no será un mero trámite, porque la ciudadanía, aunque le quieran sustraes el debate, la redes sociales se pronunciarán. Y ante el escándalo de no dejar a los ciudadanos pronunciarse, se incrementará el cabreo, con lo que todo quedará en falso para resucitar, no ya en 30 años, sino constantemente. Porque la República es el estado natural de una democracia.

    Pero, ¿el porqué del  cabreo de los dirigentes del PSOE? Pues muy sencillo. No tendrán más remedio que pronunciase con su palabras y sobre todo sus votos en el parlamento, a favor o en contra de la sucesión monárquica. Y  no pasará como cuando la llamada transición, que tanto el recién creado PSOE–"Este PSOE  es nuevo y nada tiene que ver con el histórico", (Nicolás Redondo Terreros)–,  como el PCE controlado por Carrillo,  que se sintieron encantados con la monarquía y tragaron hasta los más convencidos republicanos, inventándose para tapar sus sonrojos aquello de republicanos  juancarlistas. 

    Si los socialistas votan a favor de la monarquía, la credibilidad como partido socialista y de izquierdas–con todos los matices que se quiera, porque su bases y sus votantes los son–se acabó el tinglado felipista y de la socialdemocracia que hizo posible su nacimiento, aprovechándose de unas siglas históricas, que en la lucha contra el franquismo desaparecieron, salvo honrosas excepciones. 

   Y si por presión de las bases y votantes se decide lo contrario, el debate quedará abierto sin posibilidad de volver atrás. Ah, y los ciudadanos, teniendo en cuenta que la inmensa mayoría de los medios están en manos de quien están, no aceptarán un falso debate sin poder llevar sus opiniones al contraste de ideas sin manipulaciones. Y una vez más, las redes sociales y la sociedad civil que ansía la democracia secuestrada por el bipartidismo–siempre hay que añadir a CiU y a PNV como parte del reparto del pastel–y la partitocracia, hará llegar sus opiniones y activará el debate,

  Así que se comprende que los dirigentes del PSOE, cómodamente instalados en el régimen canovista del turnismo, se hayan puesto nerviosos. Como se sabe, aquellos muertos mal enterrados, resucitan. Si se hubiera promovida el referéndum en su día, ahora esto no sería una tragedia para algunos instalados en el régimen. Y quizá podríamos hablar de una democracia avanzada, en lugar de su decadencia y nunca desarrollada, y cada vez con más resabios dictatoriales  y franquistas, como se puede ver en los últimos tiempos cuando la falta de respeto a los derechos ciudadanos, es la norma de los gobiernos, del de España y de las taifas o cacicatos.

Ubaldo Plaza


jueves, 21 de febrero de 2013

!"ATACAN CATALUNYA"!

    Ya es un clásico. De hecho es EL clásico. No hay nada que en esta Cataluña de los talibanes que más les gusta sacar al victimismo. Naturalmente para estos personajillos Cataluña son ellos, la minoritaria casta que ha hecho y deshecho a su antojo desde tantos años. Y lo utilizan con las mismas intenciones fanatizadoras que en cualquier secta religiosa, sólo que en este caso de lo que se habla es de negocios, como muy bien está siendo más que evidente para todo el mundo, incluso para aquellos que honestamente se lo venían creyendo por el machaqueo permanente en las neuronas de los catalanes, que los padecemos. 

   Ya el jefe de la familia convergente lo utilizó con éxito, cuando empezaron los primeros escándalos, aunque dicho con justicia, no lo hizo solo, sino que contó  con la ayuda necesaria y corrosiva de otros políticos españoles que en aquellos momentos prefirieran contar con el puñado de votos de CiU–en lugar de recurrir a los votos de la izquierda aunque se decían socialistas, lo que dice mucho de la categoría socialista del sujeto, hoy asalariado de lujo de una multinacional–, antes de que  se aclarar las posible irregularidades o delitos: y lo hizo, como suelen hacer los dictadores o los gobernantes populistas y tramposos, envolviéndose en la bandera y recurriendo al patrioterismo. No es que fuera invento nuevo, el caudillo, cuando en el mundo se protestaba por sus atrocidades, también se envolvía en la bandera y decía: ¡Atacan a España! y convocaba a sus huestes, autocares y bocadillos incluidos a la plaza de Oriente ¿Les suena?

  Ante el escándalo–uno más que los ya endémicos de corrupción que nos agobia a los catalanes sin que haya intención de liquidarlos–del espionaje de todos contra todos, de nuevo aparece el !Atacan Catalunya! Y lo ha dicho esta vez  el talbán Homs, número dos de la nave que llevan la deriva. De nuevo ha salido con las acusaciones de que la culpa es de otro, nunca de ellos que son inmaculados. 

  El problema es que han abusado tanto de toda una ristra de acusaciones que como suele suceder, sobre todo ante las evidencias, pierden valor y eficacia, por desgastado porque se les ve el plumero. 

   Es curioso la manera que tiene la derecha catalana–toda la derecha catalana, hasta los que se camuflan de izquierda que apoyan su proyecto–, de considerar que todos los catalanes nos sentimos atacados, porque ellos necesiten envolverlo todo en esa niebla narcotizante, para poder ocultar la realidad: que su gobierno de talibanes es un absoluto fracaso. Y que están dejando a los ciudadanos sin los más elementales derechos, principalmente en sanidad y enseñanza. A la par que derrochan millones en sus delirios identitarios y patrioteros, que evidentemente pagamos todos, a costa, entre otras, de convertir los mejores hospitales que tenemos en meros centros de asistencia de beneficencia. Y que como sigan así, serán mera antesala del tanatorio para la mayoría, ya que los ricos sí tendrán la sanidad que deseen porque podrán pagarla. Ahí está el quid del asunto: el negocio. Y la sanidad  privada, arruinada la pública, es un buen negocio. Y todo lo que estorbe al negocio, es "un ataque a Catalunya", SU Cataluña que nada tiene que ver con la de los miles de ciudadanos que están en listas de espera en los hospitales por los recortes, muchos de los cuales no llegarán a tiempo.  

  Aquellos que se crean que la derecha es nacionalista, ni siquiera en los términos que proclaman, deben saber que éstos no tiene patria. O mejor dicho, su patria son los negocios, y su patriotismo–también la derecha de los patriotas españoles del PP–se mide en ceros a la derecha de sus cuentas corrientes. Y si les interesa en un momento dado porque es bueno para el negocio, se olvidan de la patria. De hecho ya lo hicieron apoyando la dictadura de Franco, porque les era más rentable. Luego, cuando consideraron que había que cambiar, se quitaron la boina falangista y se calaron la barretina, y en esa estamos. 

Ubaldo Plaza


   

miércoles, 20 de febrero de 2013

EL DILEMA DE PERE NAVARRO Y EL PSC CON LOS NACIONALISTAS Y SU INSÓLITA PETICIÓN SOBRE LA MONARQUÍA

     El difícil equilibrio en que se ve obligado a moverse el secretario general del PSC, Pere Navarro, tratando de capear el temporal con los nacionalistas de su partido, con la vana ilusión de no romper el partido, me parece una decisión absolutamente equivocada. Y lo es porque, en realidad, lo que está haciendo es posponer el final; dar aliento y asiento a unos militantes que ni poco ni nada coinciden con los ideales socialistas o socialdemócratas, ni tan siquiera con lo que se entiende por sentido de la democracia. Porque lo que debiera saber Navarro es que una nacionalista, por definición, por deriva y por principios, no es un demócrata. Y mantener a los enanitos dentro del partido, lo que hacen en minarlo y crearles problemas a los que de verdad quieren un partido de izquierdas, más o menos de izquierdas, socialdemócrata, e incluso recolector de votos indefinidos, pero inequívocamente democráticos y útiles a la mayoría de las capas populares. 

   La decisión de no hacer nada disciplinariamente  con sus diputados nacionalistas indisciplinados y soberbios con las decisiones de la mayoría–lo hacen también en algunos ayuntamientos–, en la ya famosa votación sobre el derecho a decidir, que proponía CiU, y que las tres formaciones de la burguesía catalana votaron a favor: la misma CiU, ERC y ICV-EUiA– (y es lamentable tener que incluir a EUiA entre las formaciones de la burguesía, pero obras son amores, y han sostenido con su voto el disparatado proyecto de la derecha, de un partido que nos está dejando sin sanidad y liquidando el estado de medioestar, como dijera Cayo Lara; y a una formación que se diga de izquierdas, eso debiera hacerles pensar en qué lugar se sitúa). Porque los iniciativos ya se definieron al liquidar al PSUC, por lo que nada que decir, son parte de la burguesía, y así lo han asumido, aunque debieran decirlo claro.

   El dilema de navarro no es fácil, él mismo ha mareado la perdiz, aunque parece que el sentido común y democrático le ha hecho ver claro, pero le hace falta decisión y coraje para desembarazarse de lo que es la rémora que impide que su partido en un futuro, remonte y recupere la base social a la que se ha traicionado desde el minuto uno de la creación de un PSC dirigido por los nacionalistas. Pero si no lo hace, irá languideciendo sin ser nada relevante, a la par que su votantes se quedan en casa, con lo que representa de triunfo de la derecha convergente, o emigraran a otros partidos que defiendan sus intereses de clase, no los identitarios de la burguesía, que como sabemos no tiene más patria que sus cuentas corrientes, por más que proclame interesadamente su patriotisme.

    Por lo pronto no estaría de más que empezara  a considerar la idea de que sea el PSOE el que se presente como tal a las elecciones, con Navarro como principal responsable de la sección catalana del mismo. Lo mismo convendría que hiciera IU con EUiA, acabando con esa sinrazón y concierto de la confusión de que una formación que se dice de izquierdas, esté defendiendo el mismo proyecto de facto, que la derecha catalana de las privatizaciones. 

   Por otra parte, hubiera sido digno de tener en cuenta la decisión de Pere Navarro al pedir que el rey abdique. Pero en la Tercera República. No sé qué clase de socialista aboga por la monarquía, sea quien sea el rey, padre o hijo. Además, los socialistas debieran ir, por lo pronto, planteándose la necesidad de ir a Cortes Constituyentes, y que durante bastante tiempo se abra un debate entre los ciudadanos, con los medios a su disposición para que sea abierto y trasparente. Y que los españoles se pronuncien sobre la forma de Estado. Y que, naturalmente el partido socialista se manifieste inequívocamente por la República. No parece que Navarro entienda que los españoles queremos ser ciudadanos, no súbditos. Espero que, como en el dilema con sus enanitos nacionalistas,  en esto también sepa que es socialista, o eso dice. Y no se puede ser nacionalista y socialista, como tampoco monárquico y socialista.

   Y es un soplo de aire fresco, que ante la insólita petición por parte de Navarro de que el rey abdique en favor de su hijo, en lugar de reivindicar la República, los jóvenes socialistas del PSC, sean más coherentes que Navarro y exijan el fin de la monarquía. La juventud es mucho más clara y democrática, porque el futuro es suyo, y no quieren hipotecarse como lo hicieron con aquella transición que nos ha llevado hasta esta insoportable situación decadente.

U. Plaza


RAJOY, RECIÉN LLEGADO DE MARTE

Dejando para más adelante la mayor parte de de las cuestiones del discurso del Don Tancredo señor Rajoy, en su discurso sobre el estado de la Nación, que no hace falta que nos lo diga a los ciudadanos, ya que lo sufrimos mucho más que él y su correligionarios, banqueros incluidos, vale la pena entrar en lo más sorprendente de lo que ha dicho sobre la corrupción.

Oyendo al presidente de gobierno hablar sobre la medidas a tomar para atajar lo que, diga lo que diga él, de que no somos un país tan corrupto–, sobre la lacra de la corrupción, uno tiene la sensación de que el señor Rajoy acaba de ser designado por  el  dios del Olimpo que nos tiene Zeus bajo su mirada, para que solucione el problema desbocado de corrupción en este pobre país perdido al sur del Mediterráneo.

    Da la sensación de que no sepa  que uno de los partidos, posiblemente el que más imputados tiene, es precisamente el suyo.  Y que, por sólo dar un dato, el tercer grupo parlamentario de las Cortes valencianas, es precisamente el de los imputados, curiosamente de su partido. El mismo que ha mantenido a un personaje como Bárcenas en nómina, y que parece que tiene 22 millones de Euros en Suiza, y del que sigue sin aclarar la situación de su vinculación con el partido, en nómina hasta hace tres cuartos de hora, como quien dice. 

   Por lo que no es nada creíble que Rajoy tenga intención de acabar con la corrupción, con esos antecedentes. Que la misma persona–las mismas personas del PP– que ha apoyado a Camps con todo lo que se conoce, y que situó como "modelo de gobierno que yo deseo para toda España", según dijo, a un delincuente, ya condenado como Jaume Matas. 

    La parafernalia y  puesta en escena, sólo es eso, una puesta de escena de una tragedia que se hace a costa de los ciudadanos que siguen rebuscando entre la basura para poder comer; o que se siguen suicidando porque les arruinan su futuro y no ven otra salida en su desesperación, que no le alcanza a ningún banquero. Y lo hace Rajoy para contentar a sus leales, o para combatir a sus   adversarios de dentro de su partido, que es ahí donde están, no fuera, que en todo caso sería ligítimo. 

     Los ciudadanos, que saben mucho mejor que el presidente del gobierno,  porque padecen sus injustas y clasistas decisiones– que a la vez son las que le han ordenado los fabricantes de miseria de los pueblos, como la llamada Troika–, cómo está la nación uno a uno, porque eso es la nación, la suma de todos los ciudadanos. Y no necesitan que él se lo explique. Porque, en todo caso, su misión debiera ser solucionarlos, en lugar de crearlos con una contra reforma laboral catastrófica y letal para los trabajadores. Y a la vista está que ni lo ha hecho, ni las medidas tomadas contra los más desfavorecidos, irán en esa dirección. 

   Rajoy y el PP no pueden hablar de corrupción como si acabara de aterrizar procedentes de Marte. Como no pueden hablar de transparencia, cuando el  oscurantismo, el disimulo y el no decir la verdad constantemente es lo que ha caracterizado su gobierno, y para muestra un ahí están los últimos acontecimientos. 

   No es con un discurso de autosatisfacción onanista, como se pueden solucionar los problemas de la corrupción. Y los ciudadanos no se lo creerán mientras se intente abundar en el disimulo y dejar pasar el tiempo para ver si escampa el temporal y un nuevo escándalo tapa al anterior. El ciudadano necesita medidas ejemplarizantes, para recuperar la confianza, si no en los actuales políticos gobernantes, sí en las instituciones que se siguen llamando democráticas. Esto es, ver cómo los grandes corruptos–políticos, banqueros y los que se llaman empresarios, pero que más parecen especuladores, no vayan a la cárcel, al tiempo que devuelvan los robado, por la vía de la incautación de sus bienes. Porque no otra cosa es lo que desea el ciudadano, más allá de que la Justicia les haga pagar sus delitos.

Tampoco Rajoy ha dicho una palabra sobre el drama nacional de los desahucios, lo que no dice precisamente nada bueno del presidente del gobierno en cuanto a las verdaderas preocupaciones de los ciudadanos, muy alejadas de las suyas.

Ni Rajoy, que ha hablado de trasparencia, haya dicho ni pío en cuanto a la misma de la Casa real. Porque si todos los ciudadanos dicen que somos igual ante la ley, cosa que es evidentemente falsa, al menos que se sepa en qué y cómo se gasta el dinero de todos, también el que le pagamos a la casa del Jefe des Estado. 

U. Plaza


martes, 19 de febrero de 2013

EL REFERÉNDUM SOBRE "EL HEREDERO"


    Ya se habla, ante la situación de deterioro de la monarquía, con todo un rosario de escándalos a los que venimos asistiendo, con cuestiones judiciales  muy serias por  corrupción de por medio, que afectan a la familia real, incluso con acusaciones al propio monarca, de la necesidad de la abdicación del rey; pero hablan de que se abra la posibilidad de un referéndum sobre el heredero, Felipe–en realidad sobre la monarquía–. Lo que no puede ser una cosa más o menos de propaganda para que se pueda saber lo simpático o no que caiga el borbón junior; para eso basta una encuesta más o menos cocinada, como todas las encuestas de ese tipo, por las llamadas revistas del corazón

    Ha de ser una consulta de una limpieza impecable, con medios de comunicación libres y democráticos al servicio de todos los ciudadanos, que hoy no es el caso, ya que todos los medios importantes están en manos de una derecha antidemocrática y pesebrista. De hacerse con las televisiones de hoy, en manos de quienes están, incluidas las públicas, que son aparatos de propaganda del partido gobernante, que naturalmente manipulables. E incluso donde gobiernan otros partidos, republicanos, algunos en teoría, pero que no hacen nada por reivindicar la República.  Lo único que resultaría de semejante "consulta" sin la plena libertad y el correspondiente debate ciudadano, sería falsear los resultados, no llegar a un consenso nacional, con lo que el problema se aplazaría,  para resurgir con más brío al cabo de tiempo. 

    Sólo con transparencia y con actores muy diferentes de los que mantienen el sistema partitocrático corrupto actual, podrá ser creíble el resultado de un referéndum; de lo contrario mejor que el borbón abdique directamente en el único sistema lógico y democrático en el siglo XXI, y que no pude ser otro que la República, ya que la monarquía actual esta viciada de origen por venir de donde viene, por deseo expreso del dictador que logró el poder con un golpe de Estado, una guerra, una dictadura y una transición lampedusiana, que nos ha llevado hasta aquí, que hizo que todo el poder real siguiera en las mismas manos que estaban en la dictadura–los banqueros, como se ha puesto de manifiesto de forma sangrante en los últimos tiempos–, la Iglesia y los estamentos más reaccionarios de la derecha, como vemos en toda España, Cataluña incluida, con la burguesía que apoyó a la dictadura, y ahora se erige como patriotera nacionalista catalana, para disimular el desastre al que nos han llevado sus prácticas ultraliberales, liquidando los servicios públicos, mezclado con una insoportable corrupción  cotidiana, que sólo favorece los intereses se una minoría de mercaderes–sanidad y enseñanza, en primer lugar–, sin importarle la situación real de los ciudadanos peor situados, sino el negocio.

    Y lo que es más horrendo, con el apoyo de partidos que se dicen hasta de izquierdas, que se han embarcado en el mismo proyecto reaccionario de la gran burguesía catalana oportunista, que a río revuelto, seguro intentará, con cantos de sirena, aprovechar la situación para orillas la corrupción, ante la inexistencia de partidos de izquierdas en Cataluña, y tratará de asimilar republicanismo, con el independentismo de la extrema derecha gobernante, con el coro de palmeros que abandonaron hace tiempo su señas de identidad, y hoy constituyen el PUC, partido único catalán.

    De no hacer un refrendo con todas las garantías democráticas, con una amplia discusión de meses, o el tiempo que sea necesario, de toda la población española, propiciándolo en todos los foros, sin cortapisas y sin trampas, no serviría de nada. O, como decimos, sería dejar los problemas sin resolver, y aplazado. 

   Sin duda la desafección que los ciudadanos sienten ante el  régimen ya caduco y corrupto, sólo se resuelve tratando de cerrar el paréntesis que se abrió con el golpe de Estado franquista, la guerra, la dictadura y el posfranquismo, al que algunos llamaron transición, sin que se diera satisfacción, al menos moral, de los crímenes del fascismo aún no reconocidos ni condenada la dictadura, de las humillaciones que tuvieron que pasar por defender la legalidad Republicana. Es hora de cerrar ese paréntesis para que todos los ciudadanos nos sintamos, no sólo en un Estado legal, sino legítimo, tanto en sus símbolos como en las instituciones.

U. Plaza

domingo, 17 de febrero de 2013

LOS ABUCHEOS A DIRIGENTES SOCIALISTAS, POLVOS DE AÑEJOS LODOS


Es lamentable  lo   sucedido al   dirigente del PSOE y a la de   las Juventudes Socialistas en la  manifestación contra los desahucios que tuvo lugar en Madrid, como en el resto de España–, contra el sin sentido de que se eche a la gente a la calle   para favorecer a los banqueros, responsables   de la situación,  y que  los     pisos  queden vacíos. No aplaudiré que se abuchee a nadie que participe en un acto democrático, como se  ha   hecho con  Aguilar   y Talegón, que no se olvide ha sido por un grupo muy minoritario, aunque los medios de la derecha–casi todos los medios están en manos de la derecha– hayan puesto los focos en este hecho anecdótico.

Pero es que fue Zapatero en comunión con el PP, los que votaron en contra de lo que ahora dicen defender los de su partido. Han pasado muchos años y los ciudadanos han tenido mucha paciencia con el PSOE–más de 22 años gobernando–, y siempre que están en la oposición les sale, mira por donde, la vena de izquierda y de normalidad socialista. La misma vena que esconden, desaparece y olvidan cuando están en el gobierno, imitando miméticamente, salvajemente, la política reaccionaria de la derecha del PP o de CiU, que recortan la sanidad y la enseñanza, según sea el caso, en toda España o en Cataluña.

Fue el PSOE quien dio. junto al PP el golpe de Estado constitucional para maniatar al país en el límite del déficit, sin contar con los ciudadanos, cuando se había afirmado hasta la saciedad que la Constitución era intocable, sin un alto consenso, porque así recibió la orden de la tedesca, fabricante de miseria de los pueblos de Europa, conquistando con su presión económica y con la complicidad de los gobiernos, lo que no pudo con los tanques su antiguo colega.

Fue el PSOE cuando estaba en el gobierno quien rechazó–también en comunión con el PP–la dación en pago–que considero injusto, porque lo que hay que hacer es garantizarle a los ciudadanos una vivienda digna, como dice la Constitución, ya convertida en papel mojado, para lo que favorece a la mayoría–, al tiempo que daba un indulto a un banquero delincuente a correcuita, antes de abandonar el cargo de presidente del gobierno, lo que no es muy elegante ni estético que digamos en un gobierno que se dice socialista. 

Es decir, de aquellos polvos vienen estos lodos. Es lamentable que se abuchee a nadie que quiera participar en una manifestación–un hecho, repitámoslo, minoritario–, pero es que ya son muchas veces las que los ciudadanos han aguantado del partido que seguramente han venido votando con paciencia infinita y hasta con resignación, el pragmatismo del PSOE, desde que González–el ahora asalariado de una multinacional, sin el menor sonrojo, sin renunciar al sueldo que le pagamos todos–, que liquidó un favorable Estatuto de los Trabajadores, para favorecer a la derecha económica; hasta la última hazaña de Zapatero– ¿recuerdan cuando volvió de Alemania con la lección y las órdenes aprendidas–"me cueste lo que me cueste", dijo, cuando a él y a los millonarios no les iba a costar nada, todo lo contrario, iban a hacer pingües negocios, sino que era a los españoles más pobres los que iban a sufrir aquella humillante entrega  del gobierno del PSOE a la Merkel, la teutona Atila, y a lo que ésta representa de fabricante de  miseria para nuestro pueblo?

Porque es que ni siquiera han cambiado los dirigentes cómplices de aquel desastre de Zapatero. Y la gente no olvida que todo el grupo parlamentario socialista y la Ejecutiva, aplaudieron la gestión del gobierno de Zapatero, y hasta la consideraron muy buena. Y desgraciadamente Aguilar y su compañera, han pagado la rabia de la gente.

Los ciudadanos, sobre todo las clases más desfavorecidas, esperan que un partido socialista cumpla su función de tal. Y no de segundo partido en reserva de la derecha, al más añejo estilo del turnismo canovista. De haber cumplido su función, entonces seguro que nadie desde la izquierda, incluso desde sectores moderados, pero civilizados, se sentirá tentado de abuchear a ningún socialista, porque entre otras cosas, estará éste con los ciudadanos resolviendo sus problemas y no ayudando a los banqueros delincuentes para que no vaya a la cárcel, indultándolos, y claro, haciendo una política alejada de la que, hoy por hoy, es la misma del otro partido de la derecha. También, ante la situación de corrupción que nos asola a todos los niveles, se echa en falta la reivindicación de la condición republicana, que se le supone al partido socialista.

U. PLAZA