lunes, 27 de diciembre de 2010

UN MISIL DE ARTUR MAS, A LA LÍNEA DE FLOTACIÓN DEL PSC

Ferrán Mascarell
"El nuevo conseller defiende el copago sanitario" (el Mundo)


El misil lanzado por Artur Mas a la línea de flotación de un PSC ya bastante hundido, por méritos propios, ha sido una obra maestra para acabar de  una golpe con la oposición. Tras hacerles votar la investidura del nuevo president y quedar, aunque lo nieguen ahora, maniatados por inconfesables pactos entre nacionalistas,  que anula de hecho una oposición eficaz, toda vez que en los proyectos que interesan, tanto a CiU como al sector nacionalista del PSC, son muy similares. Ahora Artur Mas integra en su gobierno  a un nacionalista del PSC, Ferrán Mascarell, que ha pillado con el pie cambiado al partido y dejado sin los pocos argumentos de oposición que pudiera aparentar de cara a la galería: hasta los suyos se pasan al contrincante Mas, después de haberlo hecho presidente con su abstención sin otras contrapartidas, al menos declaradas.
Joaquim Nadal

En la propaganda vendida por unos y otros de que un socialista será Conseller de Cultura, es de una pretensión realmente engañosa, pero eficaz para Mas y CiU que ha desactivado por completo al PSC. Nada que decir de la capacidad y preparación del señor Mascarell para desempeñar su función, que seguramente será óptima, dentro de su ideología nacionalista, y por ende, de derechas. Pero el hecho de que milite o haya militado en el PSC, que se dice socialista, no dice nada de que Mascarell lo sea.  De  hecho en el PSC hay bastantes  nacionalista, y Mascarell lo es, como lo son  principalmente en su cúpula dirigente y en los cargos medios. Talón de Aquiles del PSC que es lo que hace que nunca haya  ganado unas elecciones catalanas, ni se pueda prever que las gane  en mucho tiempo; mientras, ha ganado todas las nacionales, precisamente porque en éstas se presentaba como socialista, junto al PSOE y sin la rémora de eso que de forma machacona e imposible,  llaman catalanista y socialista. A pesar de lo empíricamente  demostrado hasta la saciedad, que es lo que les hace perder las elecciones. Baste como muestra un botón: el PSC, es decir en buena lógica el PSOE en Cataluña para sus electores, tiene en el Congreso 25 diputados; CiU, sólo 10. El millón de votantes del PSOE en Cataluña, no les votan en las catalanas porque no consideran que el partido, el PSC sea socialista. Así de sencillo. Y lo saben. Pero siguen empecinados en negar la realidad que es tozuda.

Ahora, este misil de Artur Mas es un regalo envenenado –y vendrán otros – que sólo podría conjurarlo el PSC si de verdad éste se dejara de veleidades identitarias como las que viene aplicando, desde que nació el partido fruto de pactos antinatura,  se convirtiera en un partido socialista, o que se identificara con el PSOE en Cataluña, e hiciera una oposición en esa clave.  Lo contrario de  lo que harán, y sino al tiempo. Se diría que en el pacto primigenio de la creación del PSC estaba precisamente que la derecha nacionalista  ganara las elecciones, mientras ellos hacían de comparsas. Y no es cuestión de adivinanza: en 30 años nunca fueron capaces de ganarle a CiU, a pesar de que el Cataluña se concentra el mayor número de votos socialistas en el cinturón obrero de Barcelona. Pero esos obreros, está visto que piensan otra cosa del partido. Tanto es así que, aunque vengan los líderes del PSOE a apoyarlos, los votantes no se lo creen, saben que al final primará en el partido las políticas nacionalistas con los votos socialista. Es la maldición del PSC, aunque sea asumida voluntariamente. Lo saben y persisten aunque vayan de derrota en derrota, sin rectificar. 

U. Plaza