miércoles, 6 de julio de 2011

LOS QUE SE CREEN IMPUNES

El descaro con que tan alegremente actúan los gobernantes a la hora de asestar golpes a la población no debiera hacerles perder de vista que las cosas de este mundo no son estáticas, que son cambiantes, y que a veces se precipitan. Y que lo que hoy es su reino de impunidad, mañana puede ser su talón de Aquiles. La actitud prepotente con la que han actuado y actúan Zapatero,  Rajoy, Rubalcaba y sus respectivos coros de aduladores a nivel de toda España; y Artur Mas y el resto de su banda de saqueadores de los público, destacando  su malcarado jefe de la porra, el irascible ultraderechista, en Cataluña, debieran pensarlo y bajar un poco el listón de sus prepotencias de caudillos devastadores. Porque aun siendo contradictorio su función y sus intereses de casta, con el sentido común, no debieran olvidar que los ídolos y los dioses fabricados de forma injusta y a costa de la vida ajena, por altos que estén, pueden caer. Y que un día, más pronto que tarde puede que tengan que rendir cuentas a los ciudadanos que hoy son sus víctima, por todas sus fechorías. 

Los recortes sociales, el saqueo de los bienes públicos por el gobierno de la Generalitat  de CiU para privatizarlos,  para sacar provecho de ellas, es inmoral. Y ellos debieran saberlo aunque su afán depredador les nuble la vista, y sean incapaces de ver nada. Y que cuando se les pida cuantas lo habrán de hacer uno a uno.


Igual que las formas que tiene el ultra reaccionario Felip Puig, que henchido de la soberbia de la que le dota su mal carácter, su ideología ultra y sus mala leche visceral,  que no tiene el menor reparo en actuar contra los ciudadanos, reprimiéndolos y anunciando mayores medios represivos contra el pueblo, gastando un dineral, que sin embargo no tienen para camas de hospitales y personal sanitario. Lo prioritario para ellos es su "orden", es decir el desorden de la represión para acallar las protestas contra el expolio.

Estas actitudes represivas, que hoy aplican desde sus castillos de soberbia y poder absoluto, por falta de democracia real, oteando al pueblo que sufre sus embestidas desde alturas despreciativas, puede que algún día tengan que responder de ellas. Probablemente hoy, en sus pavoneos con absoluto poder para humillar y despreciar a l ciudadanos, sumiéndolo en la desesperación por lo que traman contra él, no se percaten de que su poder está cuestionado, como lo están sus antidemocráticas decisiones de ricos en favor de los más ricos. Y que ese poder, aunque crean lo contrario, acabará; y es probable que acabe, tarde más o menos, en una democracia digna de tal nombre que acabe con sus prepotencias de caciques, y que les pida cuentas de sus tropelías, y que entonces traten de eludir, con las más burdas y peregrinas de las excusas. 


Y si no estuvieran tan entretenidos y afanados en liquidar nuestros derechos lo más pronto posible, les daría tiempo a pensar, que por mucho poder absoluto del que hoy dispongan, eso no justifica  para creerse impunes. Recordemos que Ben Alí, el tunecino y Moubarak, el egipcio, por hablar de los últimos dictadores caídos, horas antes de ser imputados por los tribunales, o tener que huir, gozaban del poder absoluto de reprimir a sus pueblos. El mismo con que goza el mediocre Artur Mas, que debiera dedicarse a otra cosa, si es que sabe, y no  a la política, cuyo traje le arrastra. Igual que  a su jefe de la porra...o de la tanqueta que proyecta, Que nos recuerda, una vez más los gloriosos momentos  de Martín Villa y de Fraga, que al parecer quiere recuperar Puig.

Los actos contra la ciudadanía, sean de tipo represivo a través de leyes injustas como las que asesta  CiU contra los más pobres, con el apoyo del PP–y al parecer también con cierto apoyo del PSC que lo justifica porque es "para mejorarlo"–; sean a través de la represión directa, propia de otras épocas, no deben prescribir; y deben plamarse en la memoria de todos, principalmente de aquellos que tienen la tentación de llevarlas a cabo, sean jefes o subordinados; que deben saber que las leyes u órdenes injustas no deben acatarse. Y hoy, debido a la situación de decadencia de esta sociedad corrupta, las cosas son imprevisibles. Y no debe descartar nada. Así que debieran moderarse en sus agresiones a los ciudadanos. Los que hoy reprimen, mañana pueden ser reos de la justicia para que respondan de sus actos. Y también los que de verdad mandan: los que esclavizan a los ciudadanos previamente engañados con los préstamos hipotecarios, los banqueros, también deberán rendir cuentas. Y otros muchos que se creen protegidos por sus jefes, que los dejarán con el culo al aire al menor contratiempo.

U. Plaza