jueves, 8 de enero de 2015

ALGUNOS MITOS PARA EL USO DE INGENUOS


A raíz de un artículo sobre Miquel Roca de Isidro Carpio en Crónica Global


   Con Roca pasó como con Pujol, que intereses espurios los convirtieron, a uno en “Padre de la Patria", y al otro un "hombre de Estado". Ambas cosas eran escandalosamente falsas.  Y todos lo sabían, pero las alimentaban. Simplemente interesó a algunos –equivocadamente a mi parecer–, que estuviera un nacionalista en el parto de la Constitución, manteniendo el error continuado para que los nacionalistas se sintieran cómodos con ella. Pero como hemos visto reiteradamente toda la pólvora que se da a los nacionalistas la aprovechan para atacar en cuanto tienen ocasión; porque no lo olvidemos, el nacionalismo por naturaleza, no es democrático. Y simula serlo cuando no puede hacer otra cosa, como pasa con la burguesía que lo es mientras todo le es favorable. Cuando se le tuerce o cree que se le puede torcer el disfrute de sus privilegios, se tira al monte. Y aprovecha lo conseguido con extraños manejos  para atacar en cuanto tienen ocasión.

   Y con Pujol tres cuartos de los mismo: Les interesaba, tanto a González como a Aznar (en realidad a la oligarquía española, la catalana incluida), sus apoyos. Y la falsimedia, la prensa, lo convirtió en un "moderado" capaz de "ayudar a la gobernabilidad de España". En realidad ayudaba a sus cuentas corrientes de patriota.


   Son mitos modernos creados para uso de ingenuos. Porque ni Roca era Gran Padre de la Patria, sino que interesó a otros incluirlo en aquel contexto de la Transición, en lugar de releer la historia y saber el daño que el nacionalismo ha hecho en todas partes a  la convivencia, ni Pujol era otra cosa que un mercader que también interesó alzarlo al Olimpo de la capacidad política a pesar de su limitaciones, como afirma Alfons Quità, que  conoce muy bien al personaje y sus disimulos.

    Como mito fue Felipe González y Alfonso Guerra, que hasta les colaron a millones de españoles que eran ¡socialistas! Y se podría ampliar la lista de muchos otros notables de entonces. Por ejemplo Nacís Serra, el de Caixa de Catalunya, el ministro, que también decía ser "socialista", siendo de la misma camada que Roca, de aquel FLP (Frente de Liberación Popular, "felipe") que para mayor escarnio, en Cataluña de llamaba FOC (Frente Obrero de Cataluña). La lista sería interminable. 

  No es extraño que hayamos llegado a este estado de descomposición del Régimen teniendo en cuenta que nadie era lo que decía ser. De promover la lucha obrera ¡y hasta la lucha armada! a defender a la monarquía y las desigualdades que agobian a millones de españoles; o entrar en una entidad bancaria para desmembrarla y arruinar a muchos pequeños ahorradores; o en un consejo de administración de una multinacional previamente privatizada, sin renunciar al sueldo oficial de  excargo público. Y decir aquello que demostraba su ignorancia de trileros, o sus calculadas intenciones "hay que ser antes socialista que marxista".  ¡Ahí es nada!

   ¡Qué bien se deben defender los intereses de las clases populares y socialistas desde los Consejos de Administración de la Oligarquía!

   Los lodos que hoy nos enfangan en la interminable corrupción no son extraños a aquellos polvos aventados por tanto personaje cucañero. 


Ubaldo Plaza