martes, 8 de diciembre de 2015

LA EXPLICACIÓN DEL GRAN LIDER





"PODIA HABER GANADO YO, O PODÍA NO HABER GANADO" (Mariano Rajoy)


Otra frase lapidaria del lumbrera Rajoy. La que sin duda será colocada junto a toda la ristra que ya acumula; bordeadas de oro para las futuras generaciones; para que éstas sepan que en un tiempo remoto hubo un filósofo, un sabio irrepetible de su talla, capaz de librar batallas dialécticas sin miedo, en cualquier circunstancia y sin recurrir, como hacían otros, a enviar a un/a subordinado para que diera la cara. Escondiéndose ellos por cobardía. Las generaciones venideras sabrán que en aquellos siglos habían algunos que decían ser dirigentes, que cobardemente se escondían bajo las sombras de otros, además de que, cuando hacían ruedas de prensa, lo hacían desde una cosa que entonces llamaban plasma, una ventana desde donde se asomaban, pero que en realidad no estaban allí, sino muy lejos para no oír las pestes que echaban por la boca las víctimas de aquellas tomaduras de pelo. 

Rajoy, este sabio dirigente enseñará con su ejemplo y sus lapidarias frases, a las futuras generaciones, cómo aquellos, sus cobardes contrincantes, se escudaban en ruedas de prensa en las que no se podían hacer preguntas. O tenían a periodistas apesebrados para que se las hicieran, en las que hasta las respuestas estaban implícitas para que no se  sintieran incómodos. O iban a las televisiones dominadas por ellos o sus secuaces –que para eso les habían concedido las licencias de los canales de TV de forma caprichosa–, con mercenarios a su servicio para que se sintieran cómodos, en casa. 

"Eso lo hacían aquellos antidemócratas, no como él, el Gran Mariano, el gran líder, que se exponía a pecho descubierto a todas las inclemencias políticas. Aquel sí era un líder",  dirán las crónicas del futuro.  

"A nuestro Gran Mariano de otros tiempos, no repetible (esperemos, porque unos años más de lo mismo sería la liquidación de lo poco que no ha destrozado) no se le hubiera ni pasado por la cabeza esconderse. Como tampoco hubiera dejado pudrir la situación de una parte del país por unos aventureros ambiciosos, ocultándose bajo la cama, mientras se incumplía la ley de forma ostentosa  sin coger el toro por los cuernos –con perdón–. Ni hubiera permitido convertir el país en un protectorado del mundo financiero, como hicieron otros. Ni llevar a la miseria a millones de ciudadanos para que los banqueros y estafadores millonarios se hicieron más millonarios". Ni convertir el mundo laboral en una suerte de esclavismo para contentar a los insaciables esclavistas, a los que se agrupaban  en clanes a  las que llamaban "organizaciones empresariales".

"El Gran Mariano nunca caería tan bajo, como sí cayeron otros cobardes insensatos, que en lugar de dimitir si no se sentían capaces de ocupar el lugar de mando designados por el dedo de sus jefes; o dimitir en lugar de mentir en el parlamento, acción impropia de un dirigente demócrata, que jamás hubiera pasado por la cabeza del Gran líder, ni de sus asesores". 

¡GLORIA AL GRAN LIDER!

Ubaldo Plaza