miércoles, 18 de diciembre de 2013

LOS HACHAZOS A CORTO Y A LARGO PLAZO

  En el régimen partitocrático que manda en España, se supone que los gobiernos acceden a sus funciones por un periodo de cuatro años. Y aunque debido a que, una vez aposentados en los ministerios convierten todos los medios públicos y casi los privados en sus cortijos particulares, pueden seguir de forma indefinida. Pero en principio es una legislatura de cuatro años, tiempo al que debieran limitar todas aquellas decisiones partidistas. Y sólo cuando se tratara de cuestiones de hondo calado de Estado, y con acuerdos amplios con la oposición, debieran traspasar dichos límites de una legislatura de cuatro años.

   Sin embargo estamos constantemente viendo que sus ambiciones de poder  y permanencia se alargan hasta muchos, muchísimos años más allá. Se trate de lo que se trate la percepción que el ciudadano tiene es que una vez puestas sus posaderas en los sillones que deciden los atropellos contra el ciudadano, por mediación del BOE, ya creen en la eternidad de sus cargos y de su gobierno. 

  Así vemos que el gobierno del PP que ha batido todos los límites de la mentira, antes y después de acceder al mismo, prometió que la luz no subiría, y ahora vuelve a anunciar nuevas subidas. Nada nuevo, una mentira más entre tantas, creen que pasará desapercibida. Lo raro sería que por un despiste, como a veces sucede en las votaciones, el PP cumpliera una promesa. Sería apoteósico.

   Pues bien la luz volverá a subir, a pesar de que la pagamos más cara que la mayoría de nuestros vecinos.  Eso ya entra en la genética servil de los gobiernos, con las grandes corporaciones. Lo chocante es que dicen que la subida se irá alargando durante muchos años más. 

   Y uno se pregunta ¿por qué ningún partido de la oposición no dice nada, no responden ante semejante dislate antidemocrático? Porque se supone que dentro de diez  años por ejemplo, los ciudadanos tienen derecho a creer, aunque sea utópicamente y para no morir de desesperación, que entonces se puede dar el caso de que en España –y en los 17 cacicatos– haya un gobierno decente que trabaje algo más para la defensa de los ciudadanos que les pagan sus sueldos y privilegios, que para los estafadores financieros, los empresarios especuladores y esclavistas, los trituradores de vidas de la Troika y los deseos de la Merkel y sus banqueros empobrecedores del sur del Continente europeo. Y si eso se diera, qué duda cabe que los pronósticos del actual gobierno, no se cumplirían. ¿Qué es utópico? Quizá, pero a veces los pueblos sobreviven a la agresión de los poderosos y sus lacayos de los gobiernos indecentes gracias a la utopía y porque luchan para que se haga realidad.

  ¿Entonces, a qué se debe que todas sus tropelías contra los más pobres las proyecten a tan largo plazo? Sencillamente porque saben que en el régimen actual del bipartidismo –a menos hasta ahora– todos los roles están predeterminados. Y saben que si llega al poder de nuevo el otro partido del régimen, defenderá exactamente lo mismo. Porque el hecho de cambiar un partido por otro en el gobierno, no cambiará nada. Y lo acordado por uno será aplicado por el otro. Porque ambos defienden las mismas políticas de agresión a los más pobres y defienden por igual a los mismos amos. 

   Por lo tanto se explica que piensen que lo que ha decidido un partido en un gobierno, lo asumirá su copia exacta en cuestiones de importancia, y lo aplicará. Ya hemos visto lo fácil que le resultó a Zapatero y a Rajoy ponerse de acuerdo para obedecer a los trituradores y fabricantes de miserias con el límite del déficit, que lo hicieron con verdadera alevosía antidemocrática. Y lo que les cuesta decidir aquello que beneficie a la mayoría. 

   Así que están tranquilos porque creen tenerlo todo "atado y bien atado" como pronosticó el sanguinario dictador golpista. Y, discursos florentinos a parte, la realidad es que todo está controlado, porque representan idénticos intereses porque la mayoría de ellos –los que deciden– vienen de pastar en los mismos prados. Por lo tanto la solución está lejos de esos partidos y sus copias en los cacicatos, aunque se llamen de otro manera. Los hachazos a corto y a largo plazo, los tienen claros todos ellos y en la dirección que han de ir. Porque una cosa es el teatro "opositor", y otra la cruda realidad de sus decisiones políticas contrarias a la mayoría.

Ubaldo Plaza






martes, 17 de diciembre de 2013

REFERENTE AL ARTÍCULO DE CLARA VALVERDE EN Diario.es

El problema, amiga Clara es que los "cupidos" de izquierda sólo tienen –o se creen eso– las camisetas y la pose. No se puede ser de izquierdas y tener un programa imperialista y en tantas cosas como el de la derecha y los otros tres partidos de la burguesía: CiU, los ultras de ERC y los iniciativos, los que liquidaron el único partido que luchó contra la dictadura de verdad, no en cenáculos de salón. Lo que les costó miles de años de cárcel a los militantes que, que casualidad, eran obreros y casi siempre charnegos, que nunca perdieron la dignidad, ni tuvieron que pedir perdón por ser explotados salvajemente por los padres de los hoy independentistas.

Hay que recordar que el "Catalán de Zamora” –así se presentó en sociedad al amo de la cosa, Artur Mas, el charnego acomplejado Fernández, en lugar de hablar de luchas sociales y de hacerlo para una Cataluña no capitalista, no saqueadora como la que encarnan Más y su gente. Fernández se ofreció al jefe reaccionario para ayudarle en su ideario de derechas. Lo que a la gente de izquierda nos sonó a lacayuno; porque tuvo necesidad de decir que, aun sin ser "puro"–es de Zamora–, como si no se pudiera considerar catalán e igual que los demás por ser nacido en esa tierra castellana; lo que trasluce un tufillo xenófobo que apesta, a la vez que de un halo de acomplejo–, pero se mostraba ante el amo Mas con fe de enmienda para lograr, como el converso, ser perdonado en su pecado original y reconocido por la nueva Religión Verdadera: el nacionalismo catalán de los explotadores, como siempre. 

La CUP no es más que una parte de esa burguesía –aunque muchos de sus jóvenes no lo sepan y se crean el discurso–, que necesita, como la Iglesia, poner sus huevos en distintos cestos para que gane quien gane, ganen los mismos. El programa y los objetivos se parecen a unos neofalangistas con camisetas de "progres", y son paralelos a los de la gran burguesía; como también lo son los del resto de los partidos que están ayudando a Mas en sus delirios. 

Ninguno de esos partidos se plantea en ningún momento acabar con esta sociedad injusta, y ya hasta criminal, que es la sociedad capitalista. Todo lo contrario: la están apuntalando. Que alguno tenga nombre que suene a "progre", y hasta hable con altisonantes palabras, es indiferente. Recordemos, si se hace abstracción de los nombres que cada día significan menos cosas sólidas, que los joseantonianos se mostraban más "sociales" que nadie: tenían en su programa la nacionalización de la Banca, la Reforma Agraria y los derechos de los trabajadores –decían–. Pero se enfrentaban pistola en mano a socialistas, comunistas y a los sindicatos obreros –cuando los socialistas eran socialistas y los comunistas, comunistas y los sindicatos sindicatos. 

Y, como no podía ser de otra manera, servían a su señor: la oligarquía,  como todos sabemos. Lo mismo que hacen estos que se ofrecen al amo y lo escenifican contentos, ya que  nadie les obliga a esa escandalosa foto con la derecha, si se consideran otra cosa diferente, como dicen. 

Además, en su ideario, sin contar con los interesados quieren imponer a valencianos y baleares sus criterios de països catalans. Y se unen al programa de los que nos están liquidando los derechos sociales, sin que en ningún momento estén llamándoles por su nombre: expoliadores, apartándose de ellos como de la peste que es lo que son para las clases populares. 

Sin embargo se sienten felices fotografiándose todos juntitos, con la derecha. Se han enganchado a la propuesta de la burguesía en lugar de elaborar y presentar  un programa de izquierda y socialista propio para combatirla, no para reforzarla. Y si quieren la independencia, que sea la independencia con respecto a los expoliadores del capitalismo, que es el problema, no las calenturas decimonónicas, que son inventos de la burguesía para defender sus privilegios

Los trabajadores catalanes que no tenemos partidos que nos defiendan, resulta que cuando llegan unos que se supone por sus comentarios rompedores, antes de disfrutar con sus posaderas de los privilegios de los escaños, escandalosamente pagados con dinero público, se vuelven corderitos y colaboradores de los saqueadores;  se dejan acariciar el lomo por el amo, en lugar de hacer un programa de izquierdas inequívoco que aglutine a las clases que peor lo están pasando.  Y convierten lo que debiera ser un altavoz de los supuestos diputados de izquierdas, en mero teatro, donde lo que prima son las "buenas maneras", es decir, el chalaneo y el reparto de papeles.

Romper con el resto de los trabajadores de España, como pide la CUP –eso es lo que piden, y no otra cosa– cuando se debería ir hacia la unidad universal, es el escenario más reaccionario posible; es donde están estos supuestos patriotes. Nadie de izquierdas en sus sano juicio pediría segregar a las clases populares en lugar de unirlas, y menos repetir las mismas mentiras que la derecha: que con la independencia seremos mejores, estaremos mejor, viviremos más y hasta seremos más guapos, que "los desgraciados del Estado Español". Lo que sí es cierto es que algunos, la derecha que antaño fue franquista y ahora independentista, seguirá viviendo muy bien, como siempre, a costa de los de siempre, que seguirán viviendo mucho peor, si no ponemos remedio con nuestra lucha.

La izquierda es solidaria o no o es izquierda. Por eso salta a la vista que los cupidos son un flanco de la derecha, pónganse las "lanas" o camisetas que se pongan; o exhiban zapatos amenazantes. Es más  de izquierdas organizar a los trabajadores contra sus  aliados de la derecha, que montar el espectáculo, por muy bien que quede en la redes sociales. 

Muchos catalanes estamos hartos de gente que se dice muy de izquierdas, que en realidad se mueven en ambientes reaccionarios de la burguesía, pero desconocen los barrios obreros. Sólo los conocen de visita y muchos ni eso. Precisamente aquellos que debieran ser el desvelo de los supuestos izquierdistas. Seguro que si fueran, verían que sus delirios burgueses de independentistas se les aflojarían, porque no interesan a nadie allí. Porque lo que interesa a los parados, a los desahuciados, a las víctimas del desgobierno de la derecha de Mas, nada tiene que ver con sus calenturas entre diseño y diseño de camiseta, o de peinado. Los obreros que pasan ya hambre y que buscan en los contenedores para comer algo, esperarían que los que se dicen de izquierdas no les vendieran el mismo humo independentista que los fachas de la derecha, causantes de su situación.

Ubaldo Plaza




viernes, 13 de diciembre de 2013

EL P.U.C. Y EL DESPISTE DE IZQUIERDA UNIDA


Las cuatro formaciones políticas catalanas de la burguesía que compones el P.U.C (Partir Únic Català) que es en realidad lo que son los partidos nacionalistas catalanes –ya que sólo se diferencian para que en los procesos electorales parezcan formaciones diferentes, para mejor colar la mercancía  averiada–, se han doblegado a los deseos del aventurero Artur Mas de CDC. Y, naturalmente, a los de la ultraderecha  de la mal llamada ERC, que es quien  lleva el timón y empuja al suicidio a un mediocre, y no por eso menos peligroso, presidente Mas, y con él a los catalanes. 

El florero de esta payasada que le permite a Mas ganar tiempo para  aprobar los presupuestos, lo pone la otra formación de la burguesía, los inciativos, que son los que llevan varios años sin percatarse del estropicio que sus señores de la Gran Burguesía de CiU están llevando a cabo contra los servicios públicos. 

Sin embargo, los iniciativos, que engañosamente se dicen de izquierdas y progresistas, en lugar de denunciar semejante expolio a los ciudadanos más débiles, ellos los muchachos del vacuo señorito Herrera, siguen montados en la aventura, ayudando a la derecha y a la ultraderecha, a desviar la atención de los principales problemas de la sociedad catalana, que nada tienen que ver con los manejos de la burguesía, que defienden junto a ésta.

 Cabe  destacar también, la falta de criterio en Izquierda Unida (IU), que sigue sin enterarse de la realidad catalana, teniendo como socios a los iniciativos en Cataluña, validando sus descalabros ideológicos, que como sabemos vienen de lejos: desde mucho antes incluso de que la burguesía liquidara al PSUC desde dentro, para desembarcar en esa cosa llamada IC, ya como uno más del abanico que compone el tinglado de la derecha catalana. Además de obstaculizar el surgimiento de un partido de izquierdas en Cataluña, del que carecen los trabajadores en esta tierra, al contar incomprensiblemente con el apoyo de IU.

Después de que el PSC intente recuperarse del destrozo que ha supuesto su deriva nacionalista, desenganchándose de algún modo del PUC del que formaba parte de forma entusiasta –aunque siguen haciendo la puta  i la Ramoneta–, para ver si logra remontar; no sólo en Cataluña, sino el PSOE en el resto de España, que sufre también las consecuencias del desvarío de sus amigos del partido catalán. 

Ahora, es posible que sea IU quien sufra esas consecuencias por su apoyo al referéndum de la derecha catalana, justificando lo injustificable desde el punto de vista de la izquierda, para contentar a los iniciativos. Y que también lo pague caro en credibilidad en  el resto de España. Porque no se puede vender la misma mercancía a dos clientes a la vez, y pretender que ambos se la paguen y además, queden contentos. No se puede tener un discurso nacionalista en Cataluña, y  de izquierda en el resto de España.  

Lo hemos dicho muchas veces: el despiste que la izquierda española tiene, con respecto a los que se dicen de izquierda en Cataluña, pero que van de la mano de la derecha más reaccionaria y expoliadora, es clamoroso. Que conocidos personajes mediáticos de la izquierda española –que arrastran sus posaderas por todas las televisiones fascistoides de España–, desde los escasos medios en los  que pueden intervenir con libertad, se les dé patente de izquierdas a ERC  y a IC, es un suicidio ideológico y un atentado al sentido común. 

Nos cuesta creer que en la principal formación de la izquierda española, en IU, no haya  nadie con criterio  y poder de decisión que sea capaz de tomar cartas en el asunto que acabe con el disparate de llamar izquierda a los nacionalistas. 

Se trasluce de las declaraciones de Cayo Lara una cierta incomodidad al tener que apoyar lo decidido por la derecha catalana, que apoyan sus socios de IC. Cierto, pero no basta. Hay que denunciar la posición de IC y del resto de los actores, por reaccionaria. Y de una vez por todas que IU cree la izquierda en Cataluña acabando con la ficción en la que vivimos los catalanes –y el resto de los españoles–, de que los que liquidaron al PSUC, son remotamente de izquierdas, al tiempo que se meten en la cama con la gran burguesía, defendiendo sus proyectos.

Ubaldo Plaza


miércoles, 11 de diciembre de 2013

LA OCURRENCIA DEL PRESIDENTE, Y LA MEDIOCRIDAD DE LA CASTA POLÍTICA


Que Rajoy, este hombre gris haya llegado a presidente del gobierno de España, es un ejemplo de la degradación de las instituciones a todos los niveles; no sólo por la corrupción, sino también por la mediocridad –o ambas cosas porque la corrupción acompaña a la mediocridad– de las castas políticas que se han instalado en el poder, sin que haya medios democráticos y EFICACES para echarlos. Esto no se arregla con unas elecciones, sino con una profundo cambio que limpie las instituciones de esta vergüenza y del hazmerreír en que nos hemos convertido. 

Que al representante de España en el funeral de Mandela no se le ocurra decir más que lo bonito que es el estadio donde ganó España el mundial de fútbol, es evidente dónde nos puede llevar este sujeto. El mismo que hace unos días  dijo que el estado del bienestar es intocable, cuando lleva dos años liquidándolo por vía expeditiva, favoreciendo el negocio privado, y con una ley esclavista de relaciones laborales que nos devuelve al siglo XIX. Y si además, como delegado por la Merkel en el protectorado español dice que está esperando lo que decide la jefa del IV Reich y los genocidas de la Troika,  los grandes sepultureros de continentes enteros, completa el panorama de la profundidad de pensamiento de quien se supone ha de decidir los destinos de los españoles.

Rajoy imita tan al dedillo a Franco, que se apoya en la jefa alemana, como Franco; está llevando a la miseria a millones de españoles, como Franco; esta haciendo que cientos de miles de ciudadanos jóvenes se exilien para poder mantener a su familia, y así poder decir que el paro ha bajado, como Franco; y está sacando leyes represivas para contener las protestas y aterrorizar a los ciudadanos, como Franco. 

Así que a parte de cuestiones meramente formales, el franquismo sigue vigente y actualizado como vemos cada día. Sólo que hay un intercambio de papeles entre los dos partidos del régimen, que actúan igual cuando gobiernan, y cuando están en la oposición. Sólo que con los papeles invertidos: cuando se está en el gobierno es cuando han de hacer lo que prometen, no cuando están en la oposición. 

La mediocridad de la instalada casta política alcanza a todo el abanico del poder desde la más alta institución hasta los niveles de escasa relevancia. Baste ver la perla que la consellera de Educación de Baleares, sí, si de Educación, haya llegado a traducir en su discurso sobre la evaluación que el informe PISA hace sobre la enseñanza, y sin que se le cambie el rictus, y sin que nadie la corrija, lo traduzca como "Trepitja" (trepitjar, pisar en catalán). Y que se sepa todavía no ha sido cesada. Pero claro, si no ha sido cesado ni dimitido Rajoy con mucho más motivo tras mentir en el parlamento, qué motivos habrá para que la consellera deje la poltrona. Aunque nos abochorne, más abochornan otras  cosas de mayor calado.

Y sin entrar ahora en el ridículo permanente que el president del cacicato catalán, Artur Mas, viene haciendo ininterrumpidamente y sin dar tregua a que los catalanes nos rehagamos del anterior, paseándolo por todo el orbe, sin que, ni su partido, ni la leal oposición –a sí misma llamada progre y hasta alguna tiene la frivolidad de proclamarse de izquierdas–, se sientan abochornados y sigan montados a la grupa del desbocado caballo del aventurero independentista, que plantea la derecha y la ultraderecha catalanas.

Ubaldo Plaza


lunes, 9 de diciembre de 2013

DOS ANIVERSARIOS

Hoy, 9 de diciembre hace 118 años que nació una mujer singular; una luchadora por los derechos de los trabajadores. Y su recuerdo debe dar empuje a las nuevas generaciones para luchar contra el retroceso social que nos llevan de la mano de los herederos del fascismo y sus servidores, a los tiempos siniestros de la dictadura. 
DOLORES IBÁRRURI, PASIONARIA
Su recuerdo debe ser también un ariete para luchar por la República, que también hoy se cumple  el 82  aniversario de la proclamación de la Constitución Republicana, aquella que garantizaba valores que los conmemoradores de la actual ConstItución no cumplen: los derechos ciudadanos en aquello que pueda beneficiar a las clases populares, que es donde más hincan el diente los reaccionarios que gobiernan.
POR LA CONSTITUCIÓN REPUBLICANA
Como sabemos, el golpe dado para favorecer a los buitres de la genocida Troika, hace que sea más importante para ellos pagar las deuda de los estafadores financieros que la vida de los ciudadanos, a los que cada día les expolian sus viviendas, y hacen que el hambre y la miseria se enseñoreen por toda España, mientras la casta y sus amos banqueros, se enriquece cada vez más.  También se le sigue pagando enormes cantidades de dinero a la misma Iglesia que fue el fundamental soporte ideológico al fascismo. Y se mantiene una monarquía puesta por el golpista Franco, con todos los escándalos que se ciernen sobre ella, sin que de verdad se tomen cartas en el asunto pare remediarlo. Todo lo contrario, el Fiscal por orden del gobierno trata de obstaculizar la labor del juez instructor, sin que les de vergüenza, porque se consideran por encima de todos los ciudadanos, que a su parecer somos gilipollas, emulando las palabras del bronquista de verbena, Montoro.

En la conmemoración de estas dos fechas debe estar en la mente de los demócratas la lucha por los derechos saqueados por los servidores de los estafadores, para recuperar lo expoliado y avanzar hacia una sociedad sin corruptos, con una Constitución republicana que no blinde a los poderosos, con leyes que sean igual para todos, sin que el apellido o la fortuna determinen su condición judicial. Y debe ser  un empuje para  seguir luchando por la Tercera República Española, que cierre el círculo terrorífico que abrió el golpe de Estado que la liquidó, la terrible dictadura, y esta falsa democracia, que ni tan siquiera se cumple aquello que la letra de la Constitución proclama, habiéndola convertido en papel mojado. 

¡Viva el ejemplo de la Pasionaria! y de tantas pasionarias que hoy luchan para que le fascismo no regrese y para defender su dignidad como mujeres, como ciudadanas y como personas junto al resto de los trabajadores y ciudadanos. ¡Viva la Tercera República!

Ubaldo Plaza

domingo, 8 de diciembre de 2013

EL PRECIO DE LA AVENTURA

  

 El jefe de la extrema derecha catalana presiona a los tontos útiles. Además de poner en evidencia la mediocridad de un Artur Mas que en su fuga hacia adelante, como un guerrero del antifaz, creía que podría controlar el desvarío del talibanismo, en provecho propio, para que la gente se olvidara del desastre de su desgobierno, que está expoliando los servicios públicos para enriquecer a los mercaderes amiguetes con la salud y la vida de los ciudadanos. Al Mesías Artur Mas le ha crecido ese monstruo de Frankenstein al que ha ayudado a desarrollar, sin siquiera haber creído ni por un momento en él.  Ahora no puede controlarlo y lo está devorando, cayendo su partido en picado, porque los que están por la aventura, prefieren el original  de  la extremaderecha a la copia improvisada del nuevo Mesías; y los que siempre han apoyado a CiU, un electorado moderado y nada adicto a las aventuras, se le retira asustado. 

Y lo "iniciativos" –también enteramente comprometidos los de EUiA con los objetivos de la burguesía–, creyeron que arrimándose a los amos del tinglado les iría muy bien en sus objetivos de aparecer como parte integrante del invento, como socios del caudillo Mas y el amo ultraderechista Junqueras. Y que esa descarada entrega a los deseos de la derecha de Convergencia-ERC les aportaría los correspondientes réditos políticos. 

Se arrimaron a los proyectos de la derecha en lugar de combatirla en sus desmanes sociales, colaborando con ella, aunque sólo fuera no haciendo nada en contra de los saqueos de lo público. Porque –seamos benevolentes– están distraídos en los desafíos, que son ya más que de Mas, de Junqueras, el verdadero amo de la cosa del desvarío patriotero, de tan trágicos resultados para las clases populares.

Los que, aún contra toda lógica, se siguen llamando de izquierdas, han caído en su propia trampa de ser más conversos que nadie –más los de EUiA, que los de IC ya les viene de lejos, desde que liquidaron al PSUC– y no saben como deshacer el entuerto. Sobre todo después de que el PSC le viera las orejas al lobo del desapego de su electorado obrero y charnego, que cada día aumenta su deserción. 

Porque los iniciativos saben muy bien que si ellos se desenganchan también, todo se habrá acabado. El problema es que en su seno, los iniciativos tiene algunos dirigentes que están más cerca de las aventuras del facherío de la derecha –con barretina, eso siempre–, que de una formación socialdemócrata y de la pequeña y mediana burguesía,  que es lo que son realmente, aunque traten de engatusar a las clases populares diciendo que son de izquierdas; e incluso herederos del PSUC –al que le dieron sepultura, pero que usufructúan su larga lucha–, lo que cada día es menos creíble. 

Junqueras los ha puesto a parir –sin mencionarlos– y los ha comprometido a que decidan, si aceptan la totémica y hasta orgásmica pregunta en la que figure inequívocamente la palabra independencia. En lo que llevan mucho tiempo sin ponerse de acuerdo, porque cada uno mira sus intereses electorales, que tampoco hay que ser tan patriótico, cuando lo que se ventila es el interés de la pequeña tribu y el lugar de sus bien remuneradas posaderas.  

Si aceptan las imposiciones de los ultras, se habrán quitado del todo la careta de partido progresista de la clase obrera y popular, con lo que gran parte de su electorado obrero abrirá los ojos y rechazará semejante dislate. Y si no pasan por el aro de la extrema derecha de ERC, ésta los acusará de haberse rendido y haber frustrado el viaje a la Tierra Prometida –nunca mejor dicho después de la actitud vergonzosa de Mas con el Estado terrorista de Israel– y haber acabado hundido en el río Besós. 

Es lo que pasa cuando una formación política  juega con las cartas de otros.  Porque en ese juego si gana, los dividendos se los embolsa el contrincante dueño de la baraja. Y si pierde le echan las culpas de no haber sabido jugar bien. 

La única salida, tanto para los de CDC como para los inciativos, es asumir los costes de sus errores, recomponer el tablero y empezar y cambiar de juego. Es difícil, pero seguir con el mismo juego los puede dejar desplumados a todos –a los ciudadanos en primer lugar– menos a los de Junqueras, aunque a la larga, también. Es el precio que habrán de pagar por el riesgo y la aventura secesionista.

Ubaldo Plaza

sábado, 7 de diciembre de 2013

MANDELA Y LA HIPOCRESÍA GLOBALIZADA

 La muerte del luchador por la dignidad de sus compatriotas, y por ende de la Humanidad, Nelson Mandela, ha provocado todo un tropel de hipócritas que se han lanzado a valorar al gran ser humano, al revolucionario que era, el dirigente encarcelado durante 28 años por un régimen criminal racista. Todos los mercenarios del gran capital han sentido la necesidad de rendirle homenaje, naturalmente con vanas e hipócritas palabra, no en los hechos emulando al homenajeado, como todos sabemos, sino con intenciones de sacar provecho político. Un despropósito y una vergüenza; y un insulto a la inteligencia y al luchador desaparecido.

  Obama, el jefe del imperio que invade países para imponer sus criterios y explotar a sus gentes de forma despiadada, ha sido uno de los que más lejos ha llegado en su hipócrita puesta en escena, aunque todos los servidores de los mercaderes de la gran explotación han echado el resto en elogios. El emperador yanqui, el negro con el alma blanca –o la conciencia más que blanca, de los depredadores del dinero al los que sirve–, el que mantiene en Cuba, contra el deseo de este pueblo una colonia, y un campo de concentración y de tortura, ha llegado a decir que no comprende la vida sin Mandela. Parece que no se le escapó la risa cuando las pronunciaba. Pero se ha pasado varios continentes.

   Lo mismo cabe decir de los Hollande, los Merkel, y de toda la fauna de servidores de los poderosos que siguen arruinándoles la vida a millones de personas para que los grandes millonarios que propiciaron la Gran Estafa Financiera lo puedan seguir siendo aún más e incrementando sus sangrientos patrimonios.

   Igual cabe decir de los servidores patrios. Porque, ¿qué tiene que ver el pensamiento y la prácticas políticas de un tal Felipe Gonzáles, un Zapatero, un Rubalcaba, un  Nacís Serra con un hombre como Mandela?  ¿Qué tiene que ver la ética de Mandela con la de  estos personajes, que en lugar de luchar por sus pueblos, se ponen a las órdenes de la Troika y en primer tiempo de saludo para llevar a cabo todas las tropelías que le piden contra sus pueblos, y que llevaban a cabo de mil amores? ¿En qué puede parecerse la lucha de Mandela con aquellos que siendo presidentes de sus países, privatizaron empresas de todos los españoles, para luego formar parte de sus plantilla, con sueldos de escándalo? ¿En qué se le parece la forma de hacer de personajes campeones de la mentira como Aznar, o Rajoy con Mandela? 

   En su momento la mayoría de los mencionados, por referirnos sólo una pequeña minoría de los que más daño han hecho a la causa popular, y con más desprecio tratan a los ciudadanos que les pagaban y pagan sus escandalosos sueldos, acusaron de terrorista a Mandela y a los hombres y mujeres que desde el Congreso Nacional Africano (CNA) luchaban por la justicia. Y sin el menor problema moral, apoyaron a los racistas que gobernaban y que mantenían en la Cárcel, no sólo a Mandela, sino a muchos de los ciudadanos de aquel país, si es que el ejército y la policía política no los asesinaba antes, moneda corriente en las prácticas de aquella dictadura. 

   Pocos, por no decir nadie de la casta de los que ahora salen en tropel cantando la benevolencias del luchador revolucionario, hizo nada para que el fascismo-terrorista del régimen racista de aquel país, que convirtió en poco menos que en animales a la mayoría de la población, fuera derrotado. Ni tan siquiera cuando hubo la masacre como la de Soweto, con cerca de 600 muertos provocados por los disparos de la policía  fascista  del régimen criminal de los racistas, las protestas pasaron de las meras declaraciones de cara a la galería. Pero mantuvieron los negocios con la dictadura. Porque es el único lenguaje que entienden, el de los negocios, por encima de los cuales no están ni las vidas humanas, las ajenas, naturamente. 

   Y sólo cuando el pueblo logró vencer a aquellos asesinos y abrir la vía hacia las libertades de todos los sudafricanos y Mandela apareció como un hombre de Estado, se pronunciaron de forma oportunista –como ahora– los gobernante del mundo, los que habían hecho todo lo posible para que no llegara ese momento de libertad, cantaron entonces las excelencias del proceso democrático, y dijeron estar encantados con la democracia, que los mercaderes y sus servidores asocian siempre con sus trapacerías e intereses económicos. 

   Los únicos que de verdad sienten la desaparición de Mandela son los pueblos oprimidos, precisamente por la pléyade de mercenarios hipócritas que hoy realzan al líder revolucionario. Y aquellos gobernantes de algunos de los pueblos que se han desprendido de la pesada losa del imperialismo. Los que de verdad ayudaron a la causa del pueblo de Mandela. Los demás, no.  Si lo que dicen tuviera un ápice de honestidad, empezarían por no expoliarle los derechos a sus propios pueblos, como vemos en España con la Sanidad y la Enseñanza públicas, a la vez que dan pasos agigantados para regresar a los tiempos pasados de esclavitud, tan parecidos a los de la época en que Mandela luchaba contra la opresión. 

Ubaldo Plaza