lunes, 25 de julio de 2011

EL MOVIMIENTO 15-M, Y LOS "TREPAS"

Una de las mayores virtudes que tiene que movimiento del 15-M es su absoluta y total  trasparencia a la hora de las discusiones, tanto en las asambleas como en las comisiones. En ellas pueden participar todos los ciudadanos que lo deseen sin otra representación que la propia, habiéndose  convertido el movimiento  en el único foro de discusión verdaderamente democrático de toda España. Y eso lo percibe el ciudadano que asiste a las discusiones, sobre todo cuando ve que en todos los foros políticos institucionales,  la discusión y el debate es puro teatro, además de estar encorsetados  en reglamentos que sólo sirven para que los de siempre, los beneficiarios del sistemas, saquen adelante sus intereses de grupo con apariencia democrática.

La total libertad del ciudadano para expresarse, y la no existencia de líderes, que no de dirigentes, que sí los hay, aunque sean rotativos y cambiantes en función del tema que se discute, es lo que hace que el movimiento arraigue y pueda avanzar, junto con la decidida voluntad de defender un programa de mínimos, horizontal, susceptible de englobar los intereses de la inmensa mayoría de la población, víctima del poder plutocrático, y de sus servidores políticos.

Pero al mismo tiempo no se debe caer en la ingenuidad de que los poderes oligárquicos que ordenan el saqueo de lo público,  se vayan a quedar quietos; van intentar reventar de diversas maneras el movimiento reivindicativo. El primer intento fue–y seguirá siéndolo–,  el represivo. Y buscarán la ocasión para ello, como ya lo hizo el ultra Pelip Puig en su irracional y primaria acción represiva en la Plaza de Cataluña. Y también  con la utilización de los medios de manipulación intentando desprestigiarlo como un movimiento violento.

Pero precisamente porque el cariz pacífico y democrático de la lucha ciudadana les crea dificultades  para la represión violenta, intentarán otros más sutiles y que creen les serán mucho más eficaces, como es la infiltración de algunos elementos, con pretensiones de líderes. Podrán venir directamente de parte de los poderes a todos los niveles–sobre todo de los ayuntamientos–,  como representantes de algunas asociaciones vecinales dominadas hasta ahora por aquellos, a los que en definitiva defienden, con algún matiz discrepante, para justificar su existencia, y que de pronto descubren la bondad del M-15,  y se adhieren de forma entusiasta, aunque durante  todo el tiempo transcurrido desde su nacimiento no se hayan preocupado  de sus existencia.

Y sobre todo podrán aparecer algunos oportunistas de algunos partidos, que han fracasado en su intentos de trepar a la política, que tratarán de hacerse un hueco. Son de fácil reconocimiento porque sus intereses son opuestos al verdadero proyecto del 15-M; tienen prisa en ser reconocidos cómo líderes y se conocen por los defectos que traen de sus partidos, defendiendo en realidad las propuestas partidistas,  y como muy enteraos.

Suelen prodigarse en largas y tediosas verborreas mitineras, mostrando una supuesta experiencia de largas lucha, que aseguran tener a cada paso, y que casi siempre se aparta del interés y el orden de la asamblea; y acaparando cuanto más tiempo mejor los tiempos en las  mismas, con exhibiciones de sus supuestos conocimientos, que dan por descontado que los demás ignoran, para intentar ganar adictos creyendo que de esta forma alcanzarán mejor el liderazgo,  y que todo el mundo los tendrá en cuanta. 

Son muy peligrosos para la estabilidad y desarrollo del movimiento y de la lucha democrática, porque al introducir temas que en lugar de unificar criterios, los dispersa, crean malestar al propiciar discusiones estériles, por una parte; pero también porque otros ciudadanos que asisten a las asambleas   con sus criterios, pero que se los guardan respetuosos, precisamente para no distorsionar el espíritu unitario, pueden estar tentados de responder ante semejante   manipulación. Con  lo que la discusión se aparta de los objetivos, y los enemigos del 15-M,  logran lo que de verdad los ha llevado a participar: su liquidación por la vía de que muchos participantes no vean reflejadas sus reivindicaciones, sino las discusiones o exposiciones políticas de algún partido, y abandonen.

Es una táctica muy  recurrente, sobre todo entre los llamados partidos que hasta hace poco eran considerados de la izquierda, que están acomodados con sus prebendas y alejados de la realidad de la calle, y son conscientes de que el 15-M es un obstáculo para su tranquilidad. Y lo más que desean es que fracase. Son la mismas tácticas usadas a la hora del desmantelamiento de los movimientos vecinales, que la mayoría quedaron ineficaces en los años 80. Algunos de ellos siguen viviendo de aquellas rentas. Y no hay que descartar que incluso algunos de esos ambiciosos trepas, motu proprio, vean en el movimiento la oportunidad de lograr lo que no han conseguido en sus partidos. Si no se detecta y corrige este intento, se podrán tener serios problemas

U. Plaza

domingo, 24 de julio de 2011

CARO CHANTAJE POR UN CADÁVER POLÍTICO

El precio que el gobierno pagará al partido-chantaje de CiU por su apoyo, entre otras muchas cosas, son la entrega de decenas de edificios de la Seguridad Social en manos del gobierno hasta ahora. En sí mismo no es que este hecho pueda considerarse ni bueno ni malo, si de lo que se tratara fuera de hacer funcionar mejor el sistema público de sanitario. 


Pero es que se trata de todo lo contrario, teniendo en cuenta los proyectos saqueadores   de la Sanidad Pública por parte de la banda de CiU en pro de la los negocios de sanidad privada–ahora cogidos de la manita de la cúpula del PSC–, lo que ha hecho el gobierno es comprar el apoyo de CiU; pero no para la mejora de nada de lo público, ya que jamás la derecha catalana–ahora ya ultraderecha descarada– jamás se siente solidaria con nada que no repercuta en sus negocios, sino para que de esta forma los expoliadores dispongan de un  montón de patrimonio, en forma de edificios, de los que antes no disponían, para hacer caja, privatizándolos, con lo que el gobierno ha hecho un pan como unas tortas con lo que es de todos, dándonos una patada en nuestro trasero, pagando muy caro el apoyo de los saqueadores de CiU para su efímera estabilidad como gobierno, en coma y en la UCI. 


Esto es posible, siempre como consecuencia de la falta de una ley electoral democrática, que de haberla, los partidos-chantaje, dedicados al mercantilismo de sus intereses de clanes  no pintarían nada en el teatro político nacional,  por su escaso 3 ó 4 por ciento de votos en el caso catalán, y del uno por ciento, o menos en el vasco.


Pero es que en este caso aún es mucho más relevante, teniendo en cuenta que de lo que se trata es de sostener unos meses a un gobierno por el que ya doblan las campanas. Y no se nos escapa que en el paso adelante dado por de PSC,  para apoyar  el saqueo de sus camaradas de CiU, quitándose la careta de la confusión y el disimulo, algo habrá tenido que ver también con la asistencia, en su lecho de muerte, al gobierno. Rodríguez Zapatero se ha convertido a un tiempo en cadáver político, y en sepulturero de su partido, o por lo menos lo ha dejado a punto de recibir la extrema unción, que veremos hasta cuándo le dura la enfermedad en la travesía del desierto. 


U. Plaza

sábado, 23 de julio de 2011

El PSC y CiU: EL FRAUDE DE LA DERECHA CATALANA

La sorpresa que han tenido muchos ciudadanos, e incluso militantes honestos del PSC, no se puede atribuir más que al despiste de estos, que aun a sabiendas de que tal partido es fruto del pacto de la derecha catalana para repartirse el electorado, siguen considerándolo un partido que tenga algo que ver en su dirección con la izquierda. Basta recordar la composición social y orientación políticas de su dirección durante estas últimas más de tres décadas.


Toda esa ficción del tinglado montado hace ahora treinta y tantos años, se ha sostenido por la eficaz propaganda, y que, colocando en su cúpula algunas veces a personajes equívocos y serviles, seguían dando la apariencia de que el partido estaba dirigido por los nuestros, según querían creer, por el hecho de que algunos populistas aupados como alcaldes de ciudades populosas y obreras, que con más ambición que letras, y menos ideología, bien asesorados para que colara su socialismo de arbolito y banco de parque, obnubilaran al ciudadano llamándose socialistas, al tiempo que mostraban ver sus apegos nacionalistas, propios de la burguesía oportunista; y en  ningún momento cuestionaran el sistema ni dieran un sólo paso para modificarlo


Se presentaban como el contrincante de la derecha salvaje y depredadora que ese sector de ingenuos, hoy sorprendidos, consideraba a CiU, sin darse cuenta de que en realidad lo que existía no era más que un intercambio de papeles para que la obra teatral, escrita y representada desde hace tanto tiempo fuera creíble a ambos lados del embuste; tanto en el lado de la derecha convergente más reaccionaria y cavernícola–lo podemos ver  ahora, más si cabe, en la forma de reprimir al ciudadano en las medidas saqueadoras y represivas por el Conseller de Interior–, que hacía creer que defendía los intereses de esa parte de la población secuestrada, por la utilización política de unos sentimientos naturales, que todo pueblo tiene por su terruño, su cultura y su forma de ser,  para los  negocios oligárquicos. 


Como en el lado de la tribu socialista, que por apropiarse y enarbolar semejante nombre histórico, hacía que la gran mayoría de los trabajadores y clases explotadas, no se percataran de que estaban ante la otra cara de la misma moneda. Y se creyeran que votaban a un partido, no ya de izquierdas, sino hasta socialista, sin pararse a pensar en que las medidas tomadas por ellos nada tenían que ver con el supuesto socialismo, sino con los mismos sosias de clase, los convergentes.


En ese reparto de papeles les ha funcionado todo a la perfección. Y cuando algo parecía que se les escapaba, de inmediato lo corregían. Recordemos como ejemplo el  contubernio entre ambas caras de la misma cosa,  el esperpento ya clásico de Maragall a Artur Mas: "El seu problema, Senyo Mas, és el tres per cent". Un desliz que de inmediato corrigieron de consuno, ya que el teatro se torno en realidad, al querer darle tanto realismo a la obra; y lo hicieron en otra puesta en escena, al día siguiente, que rayaba el ridículo, ya que se invirtieron los papeles apoyándose mutuamente para deshacer el patinazo. 


Sí, ahora, la cúpula del PSC, en realidad no ha hecho más que salir en ayuda de su otra parte de la derecha, cumplir el pacto sellado al principio del posfranquismo. Toda la ficción anterior que servía para sacar provecho de esa supuesta rivalidad de clase, ha quedado obsoleta por los acontecimientos. Y hoy, ante  peligro de que los ciudadanos, cada día más indignados por las medidas de saqueo a las que están siendo sometidos,  respondan con más contundencia, y crezcan las protestas, como así esta pasando,  creen que ha llegado el momento de quitarse la careta y hacer un frente común sin disimulos, a las luchas ciudadanas como lo que son: una sola cosa que se enfrentan a sus enemigos de clase: la mayoría ciudadana.


Y ante semejante disyuntiva  no caben medias tintas. Y los convergentes le han debido decir a sus colegas de la otra mitad del tinglado de clase algo así: "Se acabó el disimulo. Ambos estamos en la misma trinchera y defendemos los mismos intereses, y no queremos ser nosotros los únicos que carguemos con el sambenito del saqueo de lo público; así que vosotros debéis ser corresponsables y asumir también la parte fea de la obra que pusimos en marcha, que tantos beneficios nos ha dado, pero que hay que modificar la escena, los tiempos requieren que así sea."


De ahí esa súbita y desconcertante, para los desinformados, la decisión del PSC de colaborar con el partido de la derecha salvaje, que está saqueando la Sanidad y la Enseñanza públicas en defensa de lo privado. Lo que sí debieran sacar todos esos "sorprendidos" ciudadanos y militantes socialista, la inmensa mayoría gentes honestas, son las consecuencias del fraude histórico, cocinado por la derecha catalana, y que nos han ido haciendo tragar a los catalanes, como una medicina alienante, olvidadiza, que garantizó la estabilidad del sistema depredador capitalista. Y debieran decirles a esos supuestos dirigentes socialistas asentados en los muy bien remunerados cargos, que se acabó la fiesta. Que queremos participar todos.


U. Plaza

viernes, 22 de julio de 2011

BONO EQUIPARA A LAS VÍCTIMAS DEL FASCISMO CON SUS VERDUGOS

Si en España hubiera una democracia en lugar de un sistema al servicio de las grandes fortunas, de los banqueros; y si hubiera en el gobierno, no ya un partido socialista, sino simplemente un partido con el sentido ético de la lógica y la razón, a estas alturas el señor José Bono habría sido fulminantemente destituido. Y habría sido destituido por equiparar a una serie de felones y bandidos sin honor, que dieron un golpe de Estado, provocaron una guerra civil que llevó a España a una dictadura fascista durante cerca de cuarenta años, un exilio de cientos de miles de españoles y un regreso a las tinieblas de la Inquisición, en este caso fascista, con sus víctimas, con los fusilados durante toda la dictadura; por equiparar a aquellos golpistas que planificaron el exterminio de todos aquellos que no estaban de acuerdo con la España bárbara que proyectaron y llevaron a cabo hasta las últimas consecuencias criminales.

Pero es que en una España democrática sería impensable que un señor de la vieja escuela del pensamiento de la derecha más rancia– el mismo que le recriminó a un luchador  y resistente al fascismo, un demócrata, en un forzado homenaje rendido a las víctimas del fascismo,  que ondeara su bandera, de España, es decir la republicana–, fuera el presidente del Congreso de los Diputados. Y mucho menos que lo fuera por un partido que,   retorciendo el   lenguaje hasta la incomprensión,   y modificando la realidad política y práctica,  se sigue llamando "socialista.

Pero nada de eso sucederá. Más bien todo lo contrario, tendrá apoyos de su partido.  El mismo que ni tan siquiera, tras casi 22 años de gobiernos, han promovido una lógica condena del golpe de Estado, la dictadura y todos los crímenes de esta, al tiempo que promover una  verdadera limpieza de todo lo que huela al régimen dictatorial, resultado de aquella traición. No se ha hecho lo debido, dilatando hasta la exasperación el hacer justicia a la víctimas hasta que prácticamente no quede apenas algunos vivo.  

Y sigue siendo una afrenta para todos los demócratas, que tras la ocurrencia de Bono de equiparar a las víctimas con sus verdugos, para contentar a aquellos con los que se siente más identificado, los herederos de la dictadura, siga presidiendo lo que debiera ser el indiscutible foro de libertad,  justicia y democracia.

Como  proclaman los Indignados, "no nos representan, que no";  y "le llaman democracia y no lo es". Y la postura incomprensiblemente torticerera de Bono, lo demuestra. 

U. Plaza

jueves, 21 de julio de 2011

LA ESTÉTICA DEL TERROR





Todo poder es una dictadura. Y es una dictadura de una oligarquía, de una minoría muy minoritaria. La dictadura puede estar revestida de formas aparentemente democráticas, con rituales electorales y otras parafernalias,  que en realidad  ayudan al poder a mostrar una cara amable, y hasta a presentarse como el paradigma de la democracia; eso si la situación la controlan y no están en peligro los intereses políticos, ideológicos, mediáticos y sobre todo económicos, fin único de toda la arquitectura de los anteriores anteriores. 

Es sabido que en las luchas sociales la violencia siempre parte desde el poder de esa oligarquía, que intentará, primero cortarla con argumentos de "preservar el orden público",  para poder mantener el desorden social de injusticia, que es la esencia de la existencia de ese poder oligárquico. Y lo hará con toda  mesura. Permitirá las protestar siempre que las controle, e incluso pondrá, en un alarde de aparente tolerancia democrática, a las fuerzas de orden publico a disposición del buen transcurrir de las manifestaciones, con policías perfectamente identificables, con sus uniformes reglamentarios "normales", por así decirlo, casi como ciudadanos, que parezcan estar formando parte del "servicio de orden" que toda concentración humana numerosa requiere.

Pero eso se acaba en cuanto el poder, la oligarquía, intuye por sus propias actuaciones expoliadoras, que las protestas irán a más cada día, que se multiplicarán por todas partes, y que pueden alcanzar tintes de peligrosidad para sostener sus especulaciones, manejos e intereses, que creen, o creían hasta entonces, sólidamente afianzados por todo el tejido legislativo, judicial y policial, elaborados para su defensa, y  que ellos llaman democracia, pero que todo aquel que se preocupe lo más mínimo de ver con atención, sabe que es falso: "lo llaman democracia y no lo es", gritan los ciudadanos.

Esa minoría oligárquica, que en Cataluña la representa CiU, pero también la cúpula del PSC, unidos por razón de clase en el saqueo de los bienes públicos proyectados por el primero, pero apoyado sin disimulo por el segundo, ya no se pueden permitir la tolerancia supuestamente democrática. Y prescinden de ella a pasos agigantados. Ya no les sirven la presencia policial como tal servicio de orden y tranquilidad durante el decurso de la protesta. 

Mas, tampoco, debido a que la misma transcurre de forma pacífica, puede la oligarquía justificar, sin tener unos costes imprevisibles, incontrolables, la represión dura y pura que es en realidad en la que piensa en todo momento; incluso mucho antes de que aflore la más mínima protesta, ya los oligarcas,  han colocado a sus servidores a preparar la represión, dotándose de todo tipo de pertrechos represivos, porque saben que llegará el momento en que el pueblo tendrá que salir a la calle para hacerle frente al saqueo y la ruina en que tratarán de sumirlo. Lo saben muy bien y se preparan para reprimirla, contando para ello con todos los resortes pagados por los que, cuando llegue el momento,  serán reprimidos.

En ese intervalo de creciente tensión, pero aún sin la explosión generalizada, mas in crescendo –y lo sabe muy bien porque es ella, la oligarquía, quien lo provoca por sus medidas saqueadoras de los publico–, cuando se empieza a despojar de la cara amable, artificialmente utilizada,  y  a mostrar todo el aparato represivo, a pesar de la inutilidad práctica de su intervención; porque todo sigue igual de pacífico, aunque desearían justificar "algo" la presencia con algún atisbo de desmán por parte de los ciudadanos que justificara todo el enorme gasto que supone movilizar lo más selecto del aparato represivo, que nos cuesta mantener un dineral para que sea utilizado contra nosotros mismos. Y lo necesitarían porque así su aparato de propaganda–la inmensa mayoría de los medios en el pesebre o directamente de su propiedad–podrían explayarse, criminalizando al ciudadano que protesta, y justificar la represión  como  necesaria, para defender al propio ciudadano. 

Entonces,  ¿qué sentido tiene todo el espectacular despliegue  que tuvo lugar ayer en Barcelona, de policías especializados en reprimir al ciudadano descontento, salvajemente exprimido por la oligarquía, repetimos –con un costo carísimo que debieran dedicar en buena lógica a otros menesteres sociales–,  sin identificación, y con unos pertrechos como si fueran a enfrentarse a una legión de terroristas? ¿Cómo es posible que esas fuerzas represivas estuvieran en lugares alejados, pero visibles, siendo  innecesarias–salvo en la puerta de la Bolsa de Barcelona, que aunque tampoco las necesitaran, no hay que olvidar que para el Poder oligárquico y sus lacayos de los gobiernos,  la Bolsa es el Templo totémico de sus plegarias especulativas a los dioses del dinero, únicos en los que creen–;  porque estaban en lugares simplemente para que se les viera y se intuyera de lo que serán capaces de hacer para defender los intereses de la oligarquía cuando llegue el momento.

Sencillamente, se trata de ir creando las condiciones de miedo, de temor, de terror al ciudadano. De advertencia. De que sepamos que todo nuestro dinero, será utilizado contra nosotros, los ciudadanos. Se trata de desplegar una especie de "estética del terror", sutil todavía, perfectamente visible, para atemorizar a la población; no para  el momentos de ayer,  que sabían  mejor que nadie que era inútil, porque  aún lo controlan, sino para el futuro cercano que saben llegará por los terribles azotes que provocará el saqueo por esta oligarquía delincuente, insaciable, contra la mayoría de la población, que provocará desesperación y necesidad de defenderse de las agresiones, si no quiere regresar al siglo XIX, en cuanto a derechos sociales, e incluso a diversas formas de esclavitud, ya existentes en esta Europa teoricamente democrática. Esa es la única función del despliegue represivo de ayer: en terror al ciudadano. La estética del terror, que es tan vieja como el propio capitalismo.

U. Plaza

miércoles, 20 de julio de 2011

LA ARTILLERÍA DE "EXPERTOS", LA SOCIALDEMOCRACIA Y EL FIN DE UNA ERA



Cada vez que los poderosos, a través de sus empleados los políticos gobernantes, urden algunas maldades contra los ciudadanos, tienen necesidad de enmascararlas,  contratando supuestos expertos, con la intención de que cuelen sus recetas, como medidas "absolutamente necesarias", y, de esa manera nos prometerán el paraíso futuro, si aceptamos jorobarnos  en el presente, para que ellos sigan engordando sus cuenta de resultados. Más o menos igual que la Iglesia lleva siglos haciendo.

Dichos mercenarios expertos, qué duda cabe, serán los más cualificados en la materia, según declararán los amos que los eligen, que curiosamente gozarán de toda su confianza y  solvencia, que validarán sus deseos de aplicar políticas salvajes, inmorales hasta para sus propios parámetros ya en sí muy elevados, y rayando la criminalidad,  insolidarias que sólo favorecerán a los  urdidores de las maldades que los han elegido para semejantes tareas, para que maquillen la trastada  en ciernes. 

Ahora, de nuevo han vuelto a poner en marcha la artillería con una nueva hornada de nuevos lacayos de la reserva pesebrista de expertos, para asegurar, que de no haberse tomado las medidas de saneo de la banca, y del saqueo  de lo público–naturalmente ellos dices "ajustes" que es un eufemismo más engañoso–,  era imposible salir de la crisis; por lo que las reivindicaciones del movimiento democrático de Indignados del 15-M, de Democracia Real Ya, en este terreno, que piden que la crisis la paguen los culpables de la misma, no es factible. Es evidente que con tanto experto económico al servicio de la gran delincuencia financiera, que siempre adivinan las catástrofes cuando ya han pasado, carecen de credibilidad, por ser parte de la artillería del régimen, para su vergüenza, la de ellos, claro, que se prestan a semejante bajeza.


Pero estos mismos expertos son incapaces de explicarnos las razones por la cuáles, a pesar del saqueo criminal ejercido contra el pueblo griego, irlandés y portugués, siguen estado cada vez en peor situación, y no se atisba en el horizonte ninguna mejora, sino todo lo contrario: los buitres financieros apuran hasta la última posibilidad de tragarse la carroña por ellos provocada, para hundir más y más a los pueblos, cuyos gobiernos obedecen todas la señales y órdenes que les dan, aun a costa de los mayores costes sociales.


Pero es que esos "expertos" son incapaces de dar soluciones sencillamente porque no las hay.  Y no las hay porque el sistema ya está agotado y lo que hace falta es un cambio del mismo. El capitalismo sólo tiene posibilidad de subsistir mientras tiene un horizonte de permanente crecimiento económico. Su propia dinámica productiva, acelerada y sin otro horizonte la mayor ganancia posible, la  le lleva a su tumba. Es una ley social. Todo en el sistema es contradictorio, pero hasta ahora se lograba tapar con el colonialismo o el neocolonialismo, haciendo que los países ricos pudieran tener unos niveles de vida aceptables gracias al expolio de los pueblos del llamado Tercer  Mundo. Y eso se ha acabado. Su propia dinámica expansiva e insolidaria ha globalizado todo el planeta, toda la economía, destruyendo grandes recursos naturales, que cualquier cambio en positivo del sistema no hace más que ahondar la propia crisis. 


El problema está en que, como bien decía Gramsci hace casi un siglo, cuando el sistema capitalista estaba en su máxima expansión, a pesar de las crisis cíclicas que siempre ha sufrido, crisis de crecimiento: "Crisis es cuando el poder  ya está obsoleto, y el que lo ha de sustituir no está en condiciones de hacerlo". De no ser así, no lo llamaríamos crisis. 


Y ese es el momento actual. Y esto es así porque durante muchos años los que debieron trabajar para cambiarlo, la izquierda, no lo logró por muchos factores, no siempre atribuibles al enemigo de clase. Pero sobre todo, porque la socialdemocracia casi desde su nacimiento, se pasó con armas y bagaje al capitalismo, y en los últimos treinta años al liberalismo salvaje, desmantelando las organizaciones populares para que semejantes traiciones tuvieran limitadas contestaciones. Y si las había fueran controladas por ellos, ya fuera desde los partidos o de los grandes sindicatos burocratizados, como correas de transmisión de los primeros.


El momento actual es la culminación de la traición de muchos años. Los partidos socialdemócratas, gobernantes en muchos países durante décadas, fueron convirtiéndose en "los otros partidos de la derecha", con mayor garantías para ésta, ya que  lograba la cuadratura del círculo: que la masa popular de izquierdas avalara las políticas reaccionarias, por ser dirigidas por partidos con orígenes, aunque fuera sólo de nombre, socialistas o socialdemócratas. Los que hoy podían haber dado el salto hacía un cambio controlado–según la propaganda de estos partidos–en realidad son parte del sistema, que cualquier modificación progresista los aterra en la misma medida que aterra a la derecha de siempre. En realidad, han venido disfrutando de las ventajas del corrupto sistema a la par.


Por eso vemos que, cuando sin freno de ninguna clase, los delincuentes financieros provocan lo que tenemos encima, en lugar de llevarlos a la cárcel, pedirle responsabilidades con sus patrimonios, se ponen a su servicio para resucitar un sistema finiquitado por el desarrollo y por la Historia. Y lo hacen con la inmoralidad de la única manera que saben, que es saqueando los recursos públicos y asestando golpes a sus ciudadanos, diciéndoles que han de apretarse el cinturón, robándoles  logros de luchas de siglos, mientras que los culpables siguen amasando fortunas. 


Por eso, aunque el camino sea largo, que lo será, nadie duda que estamos al principio de una nueva era de cambios sociales. Porque no hay otra salida; no es posible regenerar un cuerpo que ya es un cadáver, que ya ha cumplido su ciclo vital. Y lo que hacen  las fuerzas que otrora fueron  socialdemócratas, de consuno con el resto de las conservadores, es retrasar el devenir de lo nuevo, haciendo más doloroso el sufrimiento de los pueblos. Nunca, y eso lo hemos vistos en todos los procesos históricos, los poseedores del Poder, de las riquezas, han cedido nada por las buenas, sin resistirse; y han provocando desgracias a los pueblos, tratando de retrasar en lo posible su debacle. Va en los genes del que lo ostenta. Pero tampoco nunca el cambio ha sido de tal envergadura. Todos los cambios anteriores fueron pasando de una clase social explotadora a otra más explotadora, aunque más dinámica y productiva. Pero tampoco nunca los notables de la clase llamada a tomar el testigo, habían sido el principal obstáculo al cambio, por haberse convertido a la causa de lo social e históricamente liquidado.


U. Plaza

martes, 19 de julio de 2011

"EXCÉS DE MALA LLET (EXCESO DE MALA LECHE)

Los militantes de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), ese partido que lleva el nombre de esquerra, pero que en realidad es un representante de  una pequeña burguesía indefinida, desnortada  y sin peso, por su devaneos extemporáneos hacia no se sabe dónde,  lleva bastante tiempo que están a la greña, más porque todos quieren ser cabeza de ratón, todos quieren  mandar, para lo cual les importa muy poco descalificar a sus conmilitones, si eso les permite sacar la cabeza, hacerse notar y tener sus minutos de efímera gloria en la prensa afin. 

Desde que Carod-Rovira empezó a ir por su cuenta,  interesándole más por su muy bien remunerado cargo como vicepresidente del Govern de la taifa, que del asambleario partido del talibainismo  catalán, en lucha abierta con su contrincante de partido, el que tiene pinta de bronquista de verbena, Puigcercós, no hay sosiego.  Todo en esa formación es una jaula de grillos y son maestros en fagocitar  dirigentes y dirigentillos de toda pelaje: en cuanto uno alcanza cierta relevancia, de inmediato aparece otro para discutirle su liderazgo, haciendo propuestas distintas, apareciendo en su seno todo tipo de "independentistas más independentistas que los anteriores independentista", con acusaciones mutuas, fraccionándose constantemente y apareciendo grupos que van sangrando al original, sin que los demás contrincantes se vean beneficiados, todo lo contrario. 

Ahora ha tomado el relevo  un oscuro desconocido –o conocido entre sus familiares y amigos–,  Oriol Junqueras, al que han elevado al cargo por impulsión de los anteriores jefes, como único candidato, ante la imposibilidad de la presencia de otros, a los que se les exigía el seis por ciento de apoyo de los militantes para poder ser candidatos. 


Sería comprensible, que ante la debacle centrifugadora   sufrida por el grupo independentista a la deriva, de esta  derecha vergonzante, no se hubieran puesto trabas a los aspirantes, abriendo la mano y que fueran los militantes mismos los que seleccionaran con su voto a los más idóneos. Pero lo que se ha visto es que, pese a todo, las estructuras de los partidos, aun en caída libre,  son férreas y de cualquier manera los jefes tratan de evitar perder el control a la espera de tiempos más favorables para ellos. 


¿Y cuál creen ustedes que ha sido  la primera decisión de nuevo "líder", el iluminado Junqueras?  ¿Hacer un frente común con las personas víctimas de saqueo sanitario y de la Enseñanza por parte de CiU, al que ahora se ha unido  el otro partido de la derecha, el llamado "socialista", para consumar el saqueo apoyando la Ley Omnibus?  ¿Oponerse frontalmente contra la aberrante situación de privilegio de los bancos, y evitar a que el intento de esclavizar a los ciudadanos hipotecados se consume, con propuestas a favor de las decenas de miles de desahuciados? ¿Poner freno a los escándalos de sueldos de los políticos, dando ejemplo, al tiempo que se los limitan a los que los pagan, a los ciudadanos? ¿Exigir responsabilidades al Govern por la actuación violenta del irascible Felip Puig, ultra derechista, y peligro público?  


Pues no. Nada de eso parece estar en el centro de las preocupaciones del partido y de su nuevo jefe. Lo que realmente preocupa a lo que queda de la parte contratante de la última parte del sainete de este grupo, es que se haga una ley que permita tapar la E en las matrículas de los coches con el CAT.  Eso es lo verdaderamente  importante, con lo que está cayendo, para estos dirigentes de Esquerra. Lo raro es que todavía nadie se haya percatado, en este grupo a la deriva, por extemporáneo, si es necesaria su existencia, más allá de la satisfacción onírica de unos cuantos, más pensando en su propio futuro que en otra cosas, por más que todo el armazón  ideológico esté cimentado en la patria catalana.

Seguramente el que mejor ha dibujado la actual situación caótica del ERC, ha sido el candidato rechazado por no alcanzar el número suficiente de avales, Carles Bonet, dicendo que ERC és un partit amb excés de mala llet (ERC es un partido con exceso de mala leche); naturalmente lo ha dicho, para afirmar su pronóstico, también, según el tono empleado, amb molta mala llet (con mucha mala leche).

U. Plaza