martes, 4 de agosto de 2020

LA MONARQUÍA ESPAÑOLA Y LAS EUROPEAS, TRAS LA HUIDA



Tras la huida pactada del antiguo jefe del Estado, tras los numerosos escándalos que se vienen publicando en los últimos meses, hay una oleada de propagandistas de la monarquía, defendiendo lo indefendible. En realidad, más haciendo piña para salvar la monarquía que para defender al huido de difícil defensa pública. 
Ahora se han puesto como prioridad los servidores  o paniaguados monárquicos, que de todo hay, para defender, la "modernidad" de la monarquía. 

Un profesor universitario en un programa de televisión, ha dicho que "las monarquías eran residuales en Europa". Una de la tertulianas lo ha negado efusivamente; y otro ante la disparidad de criterios de los componentes del gobierno de coalición, en este tema, suelta "que en toda Europa hay diversos gobiernos de coalición y ninguno de ellos cuestiona la monarquía". Y es cierto. Pero hay diferencias.

Lo que se les olvida a estos defensores de la monarquía española, es que en Europa, sus reyes, sus monarquías, en general,  se pusieron al lado de sus gobiernos democráticos y de sus pueblos cuando fueron atacados e invadidos por el nazismo.

Mientras, en España, la monarquía fue restaurada por un dictador,  ayudado por los nazis para esclavizar a su pueblo. A consecuencia de un criminal golpe de estado contra la democracia, una cruenta guerra, una dictadura criminal de casi cuarenta años, y cientos de miles de exiliados. Además de que la oposición  aceptó la monarquía a la trágala, por la exhibición de ruido de sables, como todos sabemos.

Es una diferencia sustancial que ningún gobierno desde la Segunda Restauración –todos de derecha, por más que alguno usurpara el nombre de "socialista"–, y la recuperación de las libertades políticas nunca quiso modificar por la única vía posible: preguntándole a los españoles lo que no se quiso preguntar en la transición por temor a una respuesta indeseada por los poderes franquistas, económicos y eclesiásticos, un referéndum que decida qué tipo de Estado deseamos. 

Todo lo que se está haciendo, siempre con retraso, a destiempo, para salvar la monarquía, no son más que parches que de inmediato envejecen. La  manera de salvar la monarquía si es que el pueblo español optara por ella,  sólo se puede zanjar con el referéndum. Sólo así, tras el mismo, se podrá decir que la monarquía española –repito, si el pueblo lo refrendara, habría dejado de ser heredera del dictador y comparable a las monarquías constitucionales europeas. Mientras los poderes que la impusieron en España sigan empecinados en negarlo, nunca será saldada esa cuenta. Siempre la monarquía estará viciada de origen. 

Hoy más que nunca es necesario un cambio constitucional, de profundo calado, que modernice también la Jefatura del Estado. Repito, todo lo demás no serán más que parches. Se podrá repetir que "el actual rey es una persona moderna y comprometido con la democracia". Letanía persistente, como durante tantos años lo hicieron con el padre, obviando siempre sus pecadillos. Los que hizo porque los presidentes del gobierno, lo toleraron, impunemente.

Sin el consentimiento general, hurtándole la decisión a los ciudadanos españoles, sin un debate amplio y sin cortapisas, la reivindicación del referéndum para decidir sobre República o monarquía,  surgirá una y otra vez. Sólo el temor a que los españoles decidan contra los deseos de los poderes dominantes, hace que se retrase lo que es inaplazable.

Ubaldo


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