viernes, 17 de enero de 2014

SE ACABÓ LA FICCIÓN


Los que hicieron todo lo posible para liquidar a la única fuerza política que de verdad luchó contra la dictadura franquista –el PSUC–, muy en la lógica de la derecha, han acabado siendo los mamporreros de Mas, olvidándose de que con esa actitud se les ha acabado  la gallina de los huevos de oro de las apariencias.

Mientras los socialistas del PSC, que eran los que se habían convertido en una copia casi exacta de CiU, apoyando los disparates del nacionalismo, con un permanente harakiri –nunca ganaron unas elecciones por imitar a CiU–, se bajan del tren, (al que los subieron los díscolos que hoy reciben parabienes de la derecha por votar con ella), los iniciativos eran sus más fervientes defensores.

Si bien desde que decidieron que el Partido de los comunistas catalanes era un estorbo para la burguesía, y por tanto ya entonces defendían los intereses de ésta, a la que pertenecen, durante muchos años han utilizado eso que en Cataluña llamamos fer la puta i la Ramoneta, para seguir engatusando a muchos electores que se creían de verdad que votaban a una opción, si ya no de izquierdas,  porque eso era obvio, sí al menos lo parecía por estar en un terreno confuso, aparentemente popular; de hablar de izquierdas mientras se pergeñaban acuerdos con la más impresentable derecha en Cataluña.

Hoy los iniciativos ya han quemado todas sus naves y se han quitado la pintura del camuflaje; y se han subido por entero al carro del ultra Junqueras y de su títere desbocado, Artur Más. 

Todos aquellos trabajadores, comunistas incluidos,  que aún seguían prestando oídos a la dirección de ese sector de la burguesía, han podido enterarse de que, en realidad a los iniciativos se les ha acabado el discurso progresista al apoyar a la derecha. Pretendían que el PSC siguiera por la misma senda que ellos, sin duda para así enmascarar mejor su verdadera cara de servidores de la derecha, o parte de ella. Y a pesar de que en un principio se subieron al tren que conduce Junqueras, y Mas alimenta su caldera, los del PSC se han dado cuenta de que sus desgracias han venido por su indefinición ideológica durante tantos años. Y de que si seguían por ese camino su desaparición como fuerza importante era inminente. Se lo dijeron sus electores. Y se apearon del tren suicida. Y los iniciativos se quedaron solos, junto a los representantes del régimen, visiblemente cabreados por no saber dar marcha atrás y no poder desdecirse de un discurso nacionalista.

Lo malo no es que defiendan a los suyos, su clase, la burguesía –lo hicieron desde siempre–,  sino que al tiempo que iban de progres, reclamaban su condición de izquierdas. Y eso les funcionó. Hoy esa ficción se ha diluido para todo aquel que quiera mirar y ver. 

En los últimos tres años hemos asistido a la mayor agresión a las clases populares por parte del gobierno –es un decir– de CiU y de Mas. Pero los iniciativos estaban demasiado atareados con  la cosa identitaria, como para denunciar la corrupción, de forma efectiva, no con la boca pequeña,  y el saqueo de lo público; estaban en  otra cosa. La cortina de humo que CiU con  Junqueras y Más a la cabeza, para que muchos se olvidarán del expolio también ha funcionado.  Pero ayer, a los iniciativos,  con su alineamiento con los aventureros de la derecha nacionalista catalana, se les acabó la farsa. IC, y también los de EUiA, han acabado con la ficción. Hoy todo el mundo sabe que son parte del régimen, del cacicato de la derecha, en nombre de la idea más reaccionaria posible, el nacionalismo. Eso sí, ahora se toca con barretina, pero siguen siendo tan reaccionarios como todos los nacionalismos, el español incluido. 

Y, lamentablemente hasta sectores de la llamada izquierda alternativa, le dan cancha en el resto de España y se  creen el izquierdismo, no tanto de IC-EUiA, sino hasta de ERC. Y hasta se muestran "comprensivos" con el aventurero Mas y su jefe Junqueras. Y hay que preguntarse ¿IU, el señor Lara y otros dirigentes no ven en todo esto, que están alimentando un monstruo que se ha comido a la izquierda catalana, hoy inexistente y que puede también devorar a toda la izquierda española, y lo que es peor a todos los ciudadanos, porque ya hay en Cataluña un manto de silencio, desconfianza y miedo, que recuerda otras épocas? 

Ubaldo Plaza







1 comentario:

Paco Frutos gras dijo...

Coincido en gran parte de tu artículo, aunque yo determinadas cosas las diría de forma diferente.
Saludos Ubaldo.