martes, 17 de diciembre de 2013

REFERENTE AL ARTÍCULO DE CLARA VALVERDE EN Diario.es

El problema, amiga Clara es que los "cupidos" de izquierda sólo tienen –o se creen eso– las camisetas y la pose. No se puede ser de izquierdas y tener un programa imperialista y en tantas cosas como el de la derecha y los otros tres partidos de la burguesía: CiU, los ultras de ERC y los iniciativos, los que liquidaron el único partido que luchó contra la dictadura de verdad, no en cenáculos de salón. Lo que les costó miles de años de cárcel a los militantes que, que casualidad, eran obreros y casi siempre charnegos, que nunca perdieron la dignidad, ni tuvieron que pedir perdón por ser explotados salvajemente por los padres de los hoy independentistas.

Hay que recordar que el "Catalán de Zamora” –así se presentó en sociedad al amo de la cosa, Artur Mas, el charnego acomplejado Fernández, en lugar de hablar de luchas sociales y de hacerlo para una Cataluña no capitalista, no saqueadora como la que encarnan Más y su gente. Fernández se ofreció al jefe reaccionario para ayudarle en su ideario de derechas. Lo que a la gente de izquierda nos sonó a lacayuno; porque tuvo necesidad de decir que, aun sin ser "puro"–es de Zamora–, como si no se pudiera considerar catalán e igual que los demás por ser nacido en esa tierra castellana; lo que trasluce un tufillo xenófobo que apesta, a la vez que de un halo de acomplejo–, pero se mostraba ante el amo Mas con fe de enmienda para lograr, como el converso, ser perdonado en su pecado original y reconocido por la nueva Religión Verdadera: el nacionalismo catalán de los explotadores, como siempre. 

La CUP no es más que una parte de esa burguesía –aunque muchos de sus jóvenes no lo sepan y se crean el discurso–, que necesita, como la Iglesia, poner sus huevos en distintos cestos para que gane quien gane, ganen los mismos. El programa y los objetivos se parecen a unos neofalangistas con camisetas de "progres", y son paralelos a los de la gran burguesía; como también lo son los del resto de los partidos que están ayudando a Mas en sus delirios. 

Ninguno de esos partidos se plantea en ningún momento acabar con esta sociedad injusta, y ya hasta criminal, que es la sociedad capitalista. Todo lo contrario: la están apuntalando. Que alguno tenga nombre que suene a "progre", y hasta hable con altisonantes palabras, es indiferente. Recordemos, si se hace abstracción de los nombres que cada día significan menos cosas sólidas, que los joseantonianos se mostraban más "sociales" que nadie: tenían en su programa la nacionalización de la Banca, la Reforma Agraria y los derechos de los trabajadores –decían–. Pero se enfrentaban pistola en mano a socialistas, comunistas y a los sindicatos obreros –cuando los socialistas eran socialistas y los comunistas, comunistas y los sindicatos sindicatos. 

Y, como no podía ser de otra manera, servían a su señor: la oligarquía,  como todos sabemos. Lo mismo que hacen estos que se ofrecen al amo y lo escenifican contentos, ya que  nadie les obliga a esa escandalosa foto con la derecha, si se consideran otra cosa diferente, como dicen. 

Además, en su ideario, sin contar con los interesados quieren imponer a valencianos y baleares sus criterios de països catalans. Y se unen al programa de los que nos están liquidando los derechos sociales, sin que en ningún momento estén llamándoles por su nombre: expoliadores, apartándose de ellos como de la peste que es lo que son para las clases populares. 

Sin embargo se sienten felices fotografiándose todos juntitos, con la derecha. Se han enganchado a la propuesta de la burguesía en lugar de elaborar y presentar  un programa de izquierda y socialista propio para combatirla, no para reforzarla. Y si quieren la independencia, que sea la independencia con respecto a los expoliadores del capitalismo, que es el problema, no las calenturas decimonónicas, que son inventos de la burguesía para defender sus privilegios

Los trabajadores catalanes que no tenemos partidos que nos defiendan, resulta que cuando llegan unos que se supone por sus comentarios rompedores, antes de disfrutar con sus posaderas de los privilegios de los escaños, escandalosamente pagados con dinero público, se vuelven corderitos y colaboradores de los saqueadores;  se dejan acariciar el lomo por el amo, en lugar de hacer un programa de izquierdas inequívoco que aglutine a las clases que peor lo están pasando.  Y convierten lo que debiera ser un altavoz de los supuestos diputados de izquierdas, en mero teatro, donde lo que prima son las "buenas maneras", es decir, el chalaneo y el reparto de papeles.

Romper con el resto de los trabajadores de España, como pide la CUP –eso es lo que piden, y no otra cosa– cuando se debería ir hacia la unidad universal, es el escenario más reaccionario posible; es donde están estos supuestos patriotes. Nadie de izquierdas en sus sano juicio pediría segregar a las clases populares en lugar de unirlas, y menos repetir las mismas mentiras que la derecha: que con la independencia seremos mejores, estaremos mejor, viviremos más y hasta seremos más guapos, que "los desgraciados del Estado Español". Lo que sí es cierto es que algunos, la derecha que antaño fue franquista y ahora independentista, seguirá viviendo muy bien, como siempre, a costa de los de siempre, que seguirán viviendo mucho peor, si no ponemos remedio con nuestra lucha.

La izquierda es solidaria o no o es izquierda. Por eso salta a la vista que los cupidos son un flanco de la derecha, pónganse las "lanas" o camisetas que se pongan; o exhiban zapatos amenazantes. Es más  de izquierdas organizar a los trabajadores contra sus  aliados de la derecha, que montar el espectáculo, por muy bien que quede en la redes sociales. 

Muchos catalanes estamos hartos de gente que se dice muy de izquierdas, que en realidad se mueven en ambientes reaccionarios de la burguesía, pero desconocen los barrios obreros. Sólo los conocen de visita y muchos ni eso. Precisamente aquellos que debieran ser el desvelo de los supuestos izquierdistas. Seguro que si fueran, verían que sus delirios burgueses de independentistas se les aflojarían, porque no interesan a nadie allí. Porque lo que interesa a los parados, a los desahuciados, a las víctimas del desgobierno de la derecha de Mas, nada tiene que ver con sus calenturas entre diseño y diseño de camiseta, o de peinado. Los obreros que pasan ya hambre y que buscan en los contenedores para comer algo, esperarían que los que se dicen de izquierdas no les vendieran el mismo humo independentista que los fachas de la derecha, causantes de su situación.

Ubaldo Plaza




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