martes, 9 de noviembre de 2010

QUE LA ONU DENUNCIE LA MASACRE




La dictadura del sátrapa marroquí ha colocado al pueblo saharahui ante el abismo y la desesperación, a quien lucha por su supervivencia.  Y ante esta grave agresión lo que hay que tratar por parte de todos los ciudadanos españoles,  de los gobiernos de Europa, y sobre todo al gobierno español, responsable de la descolonización, es de responder a la agresión criminal con todos los medios diplomáticos a su alcance.   Todos los gobiernos de la democracia se  han plegado a los caprichos del dictador marroquí, primero del sangunario Hassan II, y después su no menos dictador, su  hijo, Mohamed. 

En estos momentos, no se trata de algo baladí, de una más de los muchas agresiones habituales de la dictadura. Lo que está en juego es evitar el genocidio que sin duda está llevando a cabo la dictadura medieval marroquí en una nueva escalada de terror. España no debe mirar para otro lado como ha hecho siempre ante todos los caprichos del reyezuelo sanguinario. 

Es urgente que España, de una vez por todas, asuma su responsabilidad y denuncie las agresiones a los ciudadanos saharaui, que técnicamente debieran ser todavía, mientras no se haga una descolonización legal, y se expulse al invasor marroquí de territorio saharahui, ciudadanos españoles. 

España debe denunciar a la dictadura de Marruecos ante la ONU, para que sea condenada en el concierto internacional para que no lleve adelante sus criminales propósitos. No se puede hacer, como ha hecho la ministra de Exteriores española, equiparar a las dictadura agresora, y responsable de las muertes de ciudadanos saharahuis, que luchan por su tierra, con el pueblo agredido.  No son iguales los agresores que los agredidos. 

Y hay que ver lo fácilmente que el nuevo secretario o vicesecretario  de organización señor Iglesias, ha aprendido la táctica del disimulo, utilizando eufemismos para no molestar a la bestia marroquí.  

Es fundamental que sea España quien exija de inmediato la reunión del Consejo de Seguridad para parar la matanza de la dictadura del sátrapa marroquí, y dejarnos de paños calientes con quien no respeta  los derechos humanos. Y hay que exigirle al rey que llame de inmediato a su "sobrino" para decirle que en España no se tolera que el pueblo saharahui sea machacado en un genocidio, lento hasta ahora, pero que la dictadura trata de acelerar, como hemos visto ametrallando a unos gentes pacíficas que lo único que pedían era trabajo y respeto con el único propósito de eliminar el obstáculo que le impide poseer el territorio que no le pertenece, acabando con la oposición, cada día más creciente de los saharahuis.  El dictdor se siente protegido por Estados Unidos, y de alguna manera por los gobienrnos europeos, pero España no puede caer, una vez más en la vergüenza que arrastra desde la dictadura, y por la incapacidad y falta de voluntad política, de ayudar a un pueblo con dignidad como el del Sahara.

U. Plaza

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