lunes, 8 de junio de 2015

RAJOY PIERDE LAS FORMAS


Mariano Rajoy nunca debió ser presidente del gobierno. Fue elegido por el dedo divino del tercer hombre del cuarteto de las Azores, Aznar –recordemos que también estaba  el ultra portugués Joao Barroso–. Y lo eligió, porque tal vez éste consideró que le resultaría más fácil gobernar él desde la sombra con un personaje de tan escasas cualidades como dirigente político, en lugar de optar por   otro que sí las tuviera. Aunque estuvo deshojando la margarita entre Mariano y Rato. Y tal vez llegó a considerar que éste último era demasiado espabilado y ambicioso y que eso le impediría sus manejos.

Pero cómo es sabido, cuando personajes como el presidente se sienten investidos de la púrpura del poder, se trasmutan; y no aceptan que nadie los aconseje, si el consejo no coincide con sus deseos.  Así que decidió ir por su cuenta.

Su labor se desarrollaba por el enmascaramiento de sus limitadas dotes políticas, facilitadas por un partido cesarista, de ordeno y mando, sin democracia interna. Como diría el General: “todos atentos al mando” cuartelero. Sus paniaguados le hicieron un cinturón protector para salvarlo de toda inclemencia. Con la mayoría absoluta, se sentía amo del mundo y la democracia, el parlamento, era puro formalismo.

 Lo que a todas luces era falta de liderazgo y capacidad para tomar las decisiones que requería su responsabilidad, se atribuyó a que su “meditación y análisis de hombre tranquilo le llevaba a no precipitarse.  Y al principio hubo quien lo creyó, porque la propaganda funciona. Aunque la mentira no se pueda mantener por mucho tiempo. Y pronto se vería que estábamos ante un fraude. Que lo de hombre analítico y templado era simplemente indecisión y mediocridad.

Se fue viendo cada vez más y más frecuente, que cuando afirmaba que haría respetar la ley, después era incapaz de hacerla cumplir, como muy bien se vio ante el desafío desde el propio Estado, del aventurero Mas y sus palmeros de la derecha nacionalista, en colaboración con la supuesta izquierda, que se pasaban por el forro la legalidad,  sin que el presidente fuera capaz de reaccionar; asustado ante los problemas, los dejaba pudrir, a la espera de que se solucionaran por sí solos,  a  que escampara, se decía.

Ni siquiera era capaz de tomar el toro por los cuernos y enfrentarse a verdaderas ruedas de prensa, con todas las consecuencias, y hablaba escondido tras una pantalla de plasma; y cuando aceptaba una rueda de prensa,  la selección de los “preguntadores”, de sus mediáticos, era evidente. O, en las vergonzosas “ruedas de prensa”, en las que no se admitían preguntas; algo insólito en un dirigente político democrático.

Cuando estalló el escándalo de “los papeles de sus tesoreros, y le envió los mensajes a Bárcenas, parecía el colmo, que no se podría superar, tras lo cual  dimitiría.  Lo habrían hecho dimitir como presidente en cualquier país de los llamados democráticos. Pero no sólo no dimitió, sino que elevó un escalón más el desprestigio de la institución que representaba, al mentir en el parlamento y no pasar nada. Parece que había demasiadas confidencialidades para que su partido tomara semejante decisión. El escándalo de los sobres  repartidos entre la cúpula del partido era suficiente para que el gobierno dimitiera y convocara elecciones. Pero en el ADN del partido de la derecha eso no se contempla. Los hábitos democráticos, existentes en otros lugares, tras casi cuarenta años de parlamentarismo, aún no han cuajado, y el bipartidismo  ha disfrutado de los privilegios alternantes y sin otra intención de modificar nada, que mantenerse el el poder para perpetuar el poder oligárquico, pactado en la llamada transición por los sectores del poder que tenían necesidad de lavarle la cara al régimen, para adecentarlo.

El PP, su partido, debiera haber tomado cartas en el asunto, y haber hecho que Rajoy se fuera a casa, para dignificar la institución democrática, o al menos no enfangarla más. Lo que sin duda habría aportado al partido de la derecha una pátina de partido democrático o menos autoritario, que diluyera de algún modo sus orígenes, mostrándose por primera vez una derecha democrática en España, nunca existente. Suponiendo que inmediatamente, hubiera abordado la plaga de la corrupción, principalmente en Madrid Y Valencia.  Pero no se hizo nada por preferir el pájaro en mano del poder, a la regeneración democrática.

Todo lo contrario. El presidente, en campaña electoral, ha ido ensalzando  y dando apoyo a los personajes corruptos, sin que eso provocara, ni en él ni a su partido la necesidad del menor cambio de táctica. Provocaba sonrojo ver cómo Ensalzaba  a Camps, a Matas, a Rita Barbará, sin darse cuenta de en la aberración en la que caía, sabiendo el fangal en el que estaban esos personajes. Porque si no lo sabía, todavía es mucho peor para quien se supone dirige un gobierno. Ninguna persona medianamente audaz hubiera caído en semejante dislate. Pero Mariano sí. ¿Por qué será? ¿Es prisionero de sus propios enemigos interiores por razones inconfesables? 

Su mandato, Rajoy lo ha podido llevar a cabo por que tenía mayoría absoluta. Y eso hacía que su soberbia de personaje mediocre le hiciera ver que tenía patente de corso y podía hacer todo cuanto quisiera, sin contar con el resto de la oposición. De haber tenido una mayoría limitada, y de haberse visto obligado a pactar con la oposición, se hubiera comprobado con mayor nitidez que a Rajoy le venía muchas varas ancho el traje de presidente. Porque es en esas circunstancias de mayoría simples es cuando se ve la talla política de un dirigente. Cuando ha de saber lidiar con propuestas y contra propuestas; negociar y llegar a cuerdos para llevar adelante el gobierno que, en teoría, representa a todos los españoles, lo hayan votado o no, sin que eso invalide quién tienen la última palabra como partido del gobierno. 

A Rajoy le basta el rodillo y las charlotadas de su secretaria general, la de los “contratos en diferido”... etc., y las ridículas explicaciones de los portavoces intentando justificar ante las Cámaras todo tipo de desaguisados cometidos por el rodillo de la mayoría absoluta.

Precisamente, cuando se tiene la mayoría absoluta es cuando un partido puede mostrase mucho más “generoso” y aparentar humildad, para negociar aquellas cuestiones presentadas por la oposición que considere razonables, en lugar de negarle el pan y la sal; lo que de hecho invalida al  parlamento. La falta de predisposición al diálogo es lo que ha convertido el PP en un partido con el que nadie sensato quiera pactar. Porque, hay que recordar, que ni tan siquiera acepta la creación de una comisión de investigación sobre la corrupción y sobre determinados personajes. Lo que, desde su punto de vista es razonable, por la avalancha de casos de corrupción del PP, pero nada democrática. Y mucho menos creíble que Rajoy haya tenido la más mínima intención de luchar contra ella. Sabía que aplastando a la oposición, llevando a cabo propuestas  antidemocráticas como la ley mordaza, nadie le discutiría, más allá del pataleo. 

Pero esas actitudes autoritarias han ido haciendo mella, no sólo en muchos ciudadanos, sino entre su propio electorado, que le dio la mayoría absoluta. Olvidando  Rajoy  de que su triunfo fue más fruto del “desastre Zapatero”, obediente a la Troika y a la Merkel como él,  que de sus méritos, o los del PP, enfangado e Valencia y Madrid. Y que con las políticas antipopulares que lleva a cabo, muchos de esos votantes migrarían de nuevo hacia las formaciones abandonadas, a las nuevas formaciones surgidas por la indignación creada entre la ciudadanía por el expolio de los servicios públicos, por la estafa financiera. O que muchos de sus votantes acabarían en la abstención ante la imposibilidad moral de votar a un partido con semejantes mimbres. 

Esas políticas contra los trabajadores y eso que se dio en llamar “clases medias” han llevado a Mariano a perder hasta las formas. Atacando, una vez celebradas las elecciones –otra cosa son las campañas que parece que lo aguantan todo–, al PSOE y a Pedro Sánchez por pactar con otros partidos, tildando de “antidemocráticos” dichos pactos. 

No digiere Mariano que el otro partido con el que se han partido prebendas y sostenido el régimen monárquico y sus privilegios le ponga los cuernos; a ellos que tan bien se llevaban para cortar el paso a los “intrusos”. 

Esas formas despechadas es todo lo contrario de lo que se espera que haga un dirigente político democrático, contra nadie que se haya presentado a las elecciones y obtenido apoyos ciudadanos. Un dirigente demócrata jamás se atrevería a tildar en público, de anti españoles, antidemocráticos, y mucho menos considerar que esos pactos no son hechos entre demócratas y que son  apocalípticos, porque es tratar a los ciudadanos que los han votado de idiotas. Aunque lo piense. 

Lo que abunda aún más en la falta de actitud de Mariano para gobernar. Porque no se olvide que a Sánchez tampoco le gustan los pactos. Y se sentiría más satisfecho pactar con el PP, como apuntaba González, erigido como defensor de las esencias llamadas “liberales”, es decir el gran poder del mundo económico expoliador. 

Pero también saben en el PSOE y sabe Sánchez, que ese camino de abrazarse al PP, es el más corto para hacer crecer a los criticados “populistas”. Y también para “pasokerizarse” a marchas forzadas, inmolándose  como su partido hermano heleno, por ayudarle a la Troika a empobrecer a los griegos ya pobres, donde lo que ocurre es que están propiciando un golpe lento contra Grecia, tratando de humillar al pueblo griego. Es la lucha por la supervivencia de los pueblos, no sólo del griego, sino de Europa, defendiéndose de no caer en la esclavitud que planifican los mercaderes y sus servidores. 

La política llevada a cabo por Rajoy, su soberbia, más las practicas y relación con el resto de los partidos, lo convierte en alguien con quien es muy difícil pactar sin dejarse muchas plumas en la gatera, con los diversos partidos en liza, por haberse ganado a pulso la repulsa de todos con su rodillo –la aventura de Rivera le puede costar muy cara a éste,  si acaba dándole la comunidad de Madrid al PP–.

Hoy, Mariano, sigue teniendo la mayoría absoluta en el Parlamento, pero su soledad es aplastante. Y no sólo ante sus contrincantes políticos, sino frente a los enemigos interiores del PP, que han visto que los electores les han dado una patada a Rajoy, en sus culos, propiciando la pérdida de sus poderes en ayuntamientos y parlamentos regionales.

Desde luego, ¡menuda racha!: casi ocho años de zapaterato irresponsable–, tras los ocho del belicoso Aznar. Zapatero, un dirigente con escasas tablas, que desconocía las esencias manipuladoras y antidemocráticas del nacionalismo, de todo nacionalismo, también del español, con aquello de: “Pasqual,  aceptaré lo que el parlamento catalán decida”. Lo que es una metedura de pata de un novato absoluto, que alguien en el PSOE debió haberle enmendado; y cuatro de Rajoy que parecen una eternidad, por la decisión de Tío del “cuarteto de las Azores. 

Pero lo que es evidente es que ni al PP ni al PSOE les gustan los cambios que ellos con sus políticas han propiciado de mano de la Troika. Y ni a los unos ni a los otros –hablamos de los dirigentes, no de los militantes o votantes–, y que harán cuanto esté en sus manos para impedirlos o frenarlos echándoles el agua al vino que puedan. Los cambios sociales nunca van al ritmo deseado por los que luchan por ellos. Y serán duros porque el enemigo de la democracia es muy grande. Pero o hay un cambio que rompa con el expolio, o los ciudadanos se implican de forma decidida a que no les roben el futuro ya tan oscuro para los jóvenes, o ese futuro será la barbarie. A estas alturas donde nos han llevado los mercaderes financieros y sus servidores, no hay término medio: o triunfa la civilización, o lo dicho, será la barbarie. 



Ubaldo Plaza

domingo, 31 de mayo de 2015

EL PODER POR DERECHO DIVINO, Y LAS CRIADAS RESPONDONAS


Cuando la derecha alcanza el poder –el que por otra parte lo ha tenido siempre, salvo en instantes y de forma parcelada–, no pierde tiempo. Y aplica su programa expoliador, el verdadero, no el que exhibe en la campaña electoral para ingenuos, como descaradamente ha sucedido en los últimos tiempos. 

La derecha lo hace sin complejos y de la forma salvaje que la caracteriza. En países donde la derecha tiene trayectoria democrática, trata de defender sus intereses con ciertas tácticas inteligentes; incluso aceptando propuestas de la izquierda,  y populares, que no cuestionen el sistema ni en lo mas mínimo; y su talante se muestra muchas veces hasta dialogante, ganándose así su estatus de clase democrática y defensora de los valores republicanos. 

No es el caso de España donde la derecha nunca ha sido democrática, como pone en evidencia cada vez que tiene ocasión; no en el sentido real de lo que significa la democracia, de constituir un sistema social que  avance hacia la eliminación de las grandes desigualdades sociales, sino, ni tan siquiera en el sentido que la propia burguesía establece tras su toma del poder, tras su triunfo contra el feudalismo y la aristocracia, para mantenerse en el mismo y permitir el desarrollo de sus fuerzas productivas en mejores condiciones, sin corsés.

En España, la derecha, nunca ha superado ese estado en el que prefirió, contrariamente a lo que sucedía en otros lugares de Europa, su alianza con la aristocracia y con la Iglesia, seguramente de las más reaccionarias del continente europeo, antes que hacer su propia revolución, que le llevara a modernizar las estructuras productivas y de mentalidad de los españoles. 

Lo que nos ha llevado a que en nuestro país nunca pudiéramos ponernos a la altura de otros países modernos; y cuando lo ha intentado, por la propia dinámica del desarrollo de nuestro entorno, primero en 1873-74 con la Primera República, y después con la Segunda, las fuerzas reaccionarias lo impidieron, hasta convirtiendo en “Cruzada medieval”, la defensa de sus privilegios.   

Y, cuando la modernidad, por razones ineludibles por el entorno en el que vivimos hace que parezca que hemos superado ese estado de postración y atraso, resulta que no lo es. Y no lo es porque la burguesía española –incluida en ésta la de los cacicatos, donde domina una burguesía ombliguista, patriotera de cuentas corrientes en según que "patria" interese más, seudoreligiosa, alicorta, mediocre y de campanario, como la catalana, con su corifeos, a veces con disfraces de “izquierdas” de comparsas–, mantiene sus integridades antidemocráticas, las más de las veces corruptas, empeoradas y “normalizadas” por la dictadura. 

Llegando a convencerse a sí misma de que su estado natural, y por lo tanto cuasi indiscutible, es que sean ellos los llamados a mandar, que no a gobernar, por decisión divina. Constituyendo una anomalía incomprensible, que en el juego democrático establecido por ella, con todas las trampas antidemocráticas incluidas, con leyes electorales que le favorecen, para que el tinglado se mantenga, que otros que no son de su club puedan discutirle el poder que sin duda consideran suyo exclusivamente. 

Y tales situaciones  les sienta muy mal. Algo así como que la criada se haya vuelto respondona, situación que a su parecer, merece un fuerte y pronto correctivo.  Porque eso es intolerable para su estado mental. Y por tanto –la historia esta llena de ejemplos trágicos–, tratarán de “corregir”  de la forma que sea, que todo vuelva a la normalidad, a su normalidad. 

De ahí que el pequeño terremoto causado en algunos ayuntamientos, por romperse de alguna manera el guión para que todo siguiera por los cauces establecidos, haya puesto nerviosos a algunos de los actores más trabucaires.

Mientras la partida ha podido ser jugada íntegramente, sin observaciones de terceros no integrados, entre los partidos que sostienen el tinglado, de nada había que preocuparse. Ambos partidos, con pequeñas diferencias para que el juego sea rentable y creíble, controlaban que no se saliera de los carriles pertinentes. Pero cuando alguna criada ha empezado a mirar a los ojos al amo y a tutearle, entonces la soberbia de éste se ha disparado.

De ahí que en las últimas horas  hayan empezado a mover fichas para hacer trampa en el tablero, pateándolo. Y lo hacen con todo tipo de presiones, insinuaciones o descaradamente escupiendo sobre el intento de democratizar algo, lo que han ido degenerando en los últimos tiempos de consuno, los representantes políticos del régimen que sirven a los verdaderos poderes, los económicos.

Los mismos “demócratas” a los que no les ha preocupado  que la corrupción sea un “estado natural”, ahora digan que peligra la democracia, precisamente cuando puede haber una oportunidad de atajar la corrupción y adecentar la cosa pública putrefacta. Lo mismo sale a la palestra una condesa desquiciada que el jefe de los grandes empresarios, beneficiarios del estado de miseria de millones de españoles, diciendo que eso de los programas hay que olvidarlo. Como en realidad venía haciendo sus servidores de los partidos garantes del régimen. Así como otro de la cúpula empresarial que dice que están “hondamente preocupados” porque el cambio en el Ayuntamiento de Barcelona, de Madrid, u otros lugares que eran coto cerrado del caciquismo “natural” establecido, trastoque los cimientos del sistema, de su sistema. Ayuntamientos, que mira por dónde, ¡que detalle!, en los que están aprovechando para hacer limpieza de “papeles”, naturalmente “para hacer espacio”, dicen. 

Es curioso que desde que llegaron las libertades políticas, que no la democracia, no han tenido necesidad de llevar a cabo los ayuntamientos salientes, ningún reciclaje de urgencia para despejar espacio. El que entraba no pondría en cuestión el estatus, enfrentamientos teatrales aparte. ¿Por qué será?

Ubaldo Plaza



martes, 26 de mayo de 2015

ALGUNAS MEDIDAS NECESARIAS Y URGENTES

 Algunos de los partidos emergentes, y otros existentes desde que llegó la democracia y antes, dicen apostar por la regeneración de la maltrecha vida política, sus muchos vicios y corruptelas desarrollados por el bipartidismo, con la prepotencia que ha caracterizado durante tantos años, al considerarse intocables, y por lo tanto impunes. 

 Si esos partidos "regeneracionistas" quieren ser creíbles, a nuestro parecer, debieran poner en marcha en primer lugar, entre otras muchas, algunas medidas desde el minuto uno en que alcancen los gobiernos y empezar a plantearse su trasparencia; tras las elecciones –las de ahora y las generales, cuando lleguen al gobierno de España–; para que los ciudadanos sepan que van a llevarlas a cabo para que las defiendan como suyas, y para que esos gobernantes se sientan respaldados por la ciudadanía, no aislados en los castillos que han solido construir los partidos del régimen. 

Porque, tal como dicen, los ciudadanos, deben entrar en las instituciones  para cambiar la nefasta actitud de ordeno y mando que estos partidos, con ostentoso desprecio hacia el pueblo, han venido practicando, en particular el PP en toda España y CiU en Cataluña. 

 (De entrada, tras la debacle del PP, algunos de los dirigentes políticos  ya debieran haber pedido en la noche electoral del 24 de mayo, la dimisión del Presidente del Gobierno, y la convocatoria de elecciones generales). 




1º –. Movilizar a la gente para que la ley de represión contra el ciudadano, llamada por la sabiduría popular  "Ley Mordaza", para que no entre en vigor semejante aberración antidemocrática, propia de regímenes autoritarios,  prevista para los próximos meses. Con un consenso democrático de todos los partidos que consideren que esa  ley liquida las libertades conquistadas con mucho esfuerzo por los españoles, que los retrotrae e tiempos que creíamos superados. Sabemos que algunos partidos se opondrán por razones obvias. Pero esos partidos o dirigentes de los mismos, quedarán en evidencia ante los ciudadanos. Y si hasta ahora no les ha importado la opinión pública porque todo lo controlaban, en la nueva etapa ha de ser diferente.

2º –. Revertir el expolio de la Sanidad Pública llevada a cabo por el PP en toda España, y CiU con la ayuda de-ERC en Cataluña,  para que vuelva a ser lo que era la sanidad antes de que los mercaderes la convirtieran en un negocio privado para enriquecerse con la salud y la vida de los ciudadanos, entregándosela a la sanidad privada, con el coste en salud y económico que ello representa. Exigiendo responsabilidades políticas y judiciales, si las hubiera, a aquellos cargos públicos que por acción u omisión las proyectaron o las consintieron. 

3º – Cuando lleguen a los ayuntamientos, Comunidades Autónomas –hoy más bien cacicatos del partido que manda en lugar de gobernar–,  encargar una Auditoría, a una auditora independiente, para que saque a la luz todos y cada uno de los gastos habidos durante los últimos 35 años en todas partes; hayan prescrito o no. Porque los ciudadanos deben saber el comportamiento de sus gobernantes a lo largo de estos años de opacidad informativa, que obviamente debe acabar de inmediato.  

Es importante políticamente  que los ciudadanos sepamos por qué tipo de personas hemos estado gobernados y para quién lo hacían; para el bien de aquellos que han sido honestos, a los que se les debe un reconocimiento público, como para los que han utilizado los recursos con triquiñuelas en beneficio propio o de sus amigos. Poniendo en marcha, en los casos posibles, los instrumentos legales para la devolución a las arcas públicas del patrimonio apropiado indebidamente, respondiendo para ello con su patrimonio, tanto los beneficiarios como los políticos que se prestaron a semejantes prácticas.

De no hacerse así, la regeneración democrática, política  y social,  que asiente una cultura de respeto de lo público, no será tal. Sería una farsa o quedarían los problemas aplazados, una vez más. Y ya se sabe, cuando los muertos no se entierran debidamente, acaban por resucitar. Y sus consecuencias cuando salen a la luz, son demoledoras, como muy bien se comprueba hoy, por no haber sido depuradas en su día las responsabilidades. Y es necesario que los ciudadanos se sientan satisfechos  y orgullosos de tener en los cargos públicos personas merecedoras de ello. 

Sin duda hay muchísimas medidas a las que los gobiernos regionales y de los ayuntamientos deberán hacerles frente; así como el futuro gobierno de España tras las próximas elecciones generales tendrá que llevar a cabo, esperemos que ya saneado adecentado y dispuesto a profundizar en la democracia, en los derechos sociales, tan maltrecha en los últimos años. 

4º–. Y, en otro terreno, pero no menos importante,  pensamos que una de las tareas es dignificar a las víctimas del franquismo, que ni los gobiernos del PSOE, ni por supuesto los del PP, han estado interesados.  Viendo, con vergüenza, cómo es la justicia extranjera la que se ocupa de ello, mientras el gobierno de España protege a los personajes responsables de torturas. Esto es una asignatura pendiente, que deberán abordar sin dilación el futuro gobierno de España, ya regenerado. 

Ubaldo Plaza





viernes, 22 de mayo de 2015

LOS DINOSAURIOS AL ESCAPARATE


Que el PP y el sucedáneo de PSOE hayan llegado a la conclusión de que tienen que sacar del museo a los fósiles de la política   dice mucho de lo nerviosos que están ellos y la Mekel porque sus candidatos ya no puedan ofrecerle todo lo que ella y la Troica les exijan, sin la menor oposición, ellos que se llaman patriotas.

Como el saqueo de  la Sanidad y la Enseñanza públicas, al tiempo que los gansters financieros cada día acumulan más riquezas. Lo de Gonzáles es patético porque ya lleva tiempo en el empeño de la Gran Coalición con sus colegas del PP.  Lo del tío de las Azores, es chungo. Si lo que opinan ambos defensores de las oligarquías es el futuro que le ofrecen a los españoles, sin duda hace falta limpiar los establos de Ugias, y un esfuerzo hercúleo para lograrlo, tras tantos años de coto cerrado. 

Que el "cruzado" del Séptimo de Caballería que lucha contra los indios venezolanos que tanto molestan al emperador; y el que ponía las patas sobre la mesa con el amo Bush contemplándolo satisfecho por lo hecho en Irak, sean la  esperanza de futuro que ofrecen los dos partidos oligárquicos de la monarquía –con los aprendices de CDC-ERC si son necesarios–,  los que se han venido repartiendo el pastel desde hace 35 años; si los que se entregaron en los brazos de la terrorífica Merkel y la Troica, es lo que nos ofrecen, a los españoles como regeneración de lo que ellos han degenerado, es que ya no les queda nada que perder y se lanzan al vacío a la desesperada para defender el régimen que tan bien les fue a ellos y que nos ha llevado a esta situación de descomposición, por la corrupción en las instituciones, que debieran ser garantía de democracia.

Y si Sánchez cree que resucitando a González va a mejorar su imagen, que se vuelva a la universidad privada de la que procede, o que, como ha hecho hasta hace poco, que vuelva a ser mudo como lo fue cuando, siendo diputado, Zapatero se cargó el Artículo 135 de la Constitución para favorecer al gangsterismo financiero contra los servicios públicos. No debió enterarse el hoy flamante secretario general del PSOE de aquel atropello de su entonces jefe contra la democracia, hecho de consuno con el otro partido de la oligarquía, poniéndole, a partir de ese momento, las alfombras al PP, para que llevaran a cabo, sin cortapisas, todas las atrocidades que han querido contra los ciudadanos y las libertades democráticas. 

Ahora, en las próximas elecciones, los ciudadanos tienen la oportunidad de empezar a cambiar las cosas y culminarlas en las elecciones de otoño. Y deben meditar el significado de su voto; porque el voto puede ser la forma de cambiar para bien; o un arma de doble filo que nos siga cortando la yugular de los derechos sociales, si se vuelve a confiar en los mismos de siempre que han patrimonizado los cargos, y algo más. Y sacan al sol y al escaparate a sus viejas glorias para ver si de esa forma logran que un sector de la ciudadanía les crea. 



Ubaldo Plaza






lunes, 18 de mayo de 2015

EL DILEMA DE LA ESPERANZA DE LA DERECHA: CIUDADANOS:

El dilema con el que se enfrenta Ciudadanos  y los artífices de los que los apoyan en estas próximas elecciones, municipales y regionales, es el cálculo de qué es lo que más les interesa. 

Por un lado no hay que olvidar que Ciudadanos ha pasado de ser un partido inexistente en España, con presencia únicamente en Cataluña –donde jugaba un buen papel enfrentándose a las aberraciones  del talibanismo de la derecha nacionalista  y sus comparsas que se decían de izquierdas–, a ser la esperanza blanca de los poderosos en el caso de que los dos partidos del régimen que han garantizado los intereses de la oligarquía, sean incapaces de seguir haciéndolo. Y  Ciudadanos lo ha hecho con apoyos impensables hace sólo unos meses, cuando los dos partidos del régimen garantizaban que todo seguiría inalterable para los que mandan de verdad: el mundo financiero, dispuesto a liquidar cuantos derechos se habían conquistado a lo largo de un siglo de luchas de las clases populares, con tantos sufrimientos.

Se da la circunstancia de que, según las encuestas, Ciudadanos puede ser quien decida si la limpieza de la corrupción de la vida política le interesa, o por el contrario apoyará a los corruptos, manteniéndolos en el poder en ayuntamientos y regiones  importantes, como Madrid, Sevilla, Zaragoza, Valencia..., frustrando de esta manera la necesaria regeneración  de la vida política.

No cabe duda de que en estos momentos los estrategas de los poderosos, los que mueven los hilos de su marionetas,  deben estar examinando qué les interesa más, si hacer que entre un soplo de aire para que limpie la putrefacta vida política protagonizada por los partidos a su servicio, o mantenerla. 

Que Ciudadanos aparezca, junto con el resto de los partidos no contaminados como parte de esa limpieza; o por el contrario que salve a los responsables de la corrupción, manteniéndolos con sus votos en las instituciones, si los números así lo permite, con el señuelo de que ellos vigilarán. Lo que no se sostiene, porque lo que es corrupto es el sistema, la forma de gobernar, como si de sus cortijos particulares se tratara, además de despreciar  a los que les pagan el sueldo, haciendo leyes represivas, para acallar las protestas, como la ley de represión ciudadana del PP.  

Dependerá de si los que de verdad deciden –los poderes económicos que nos han arruinado y siguen en ello como exige la CEOE–, desean invertir a corto o a largo plazo. Si deciden que es necesario salvar a su servidores, o dejarlos que poco a poco vayan cayendo, por no serles ya tan útiles.  

Si optan porque Ciudadanos los salve, éste se convertirá en una herramienta de cortos vuelos para los que le dan apoyo. Y, en ultima instancia sólo lograrán que los españoles tengan un tiempo más de sufrimiento, hasta lograr la deseada limpieza de la sociedad española, y convertirse ellos, Ciudadanos, también en parte del problema.

Si los poderosos deciden que hace falta apoyar la limpieza para simular una regeneración –repitiendo la historia como tantas veces–, entonces no apoyarán a los partidos del régimen, a sus partidos servidores, en esta ocasión; e invertirán a largo plazo; esta vez con la vista puesta en hacer crecer a Ciudadanos como herramienta de recambio de sus otros partidos ya desprestigiados ante la opinión pública, por todo lo que han venido perpetrando en los últimos años, de común acuerdo. Y para que entonces aparezca Ciudadanos como una derecha limpia de corrupción, al menos en parte, hasta que, con todo el aparato económico y de propaganda, consigan elevarlos a la cúspide. Lo que les permitirá ser la reserva de la derecha.  Y vuelta a empezar, si los ciudadanos hastiados de tantas mentiras no lo impiden con su voto, votando a opciones, que  verdaderamente estén al servicio de los intereses públicos y no de los financieros. 

Ubaldo Plaza








sábado, 9 de mayo de 2015

LOS CONSEJEROS, ADALIDES DE LOS DERECHOS HUMANOS...EN EL PATIO TRASERO

El consejero de Gas Natural Felipe Gonzáles, el que según algunos fue uno de los fraudes más evidentes de la llamada transición; el  que creíamos que estaba dedicado a buscar distracciones para matar el tedio, que según él, le provocaba tal consejería de la multinacional, otrora de todos los españoles y ahora en manos privadas, por su decisión entre otros, reapareció. 

 Reapareció de pronto. Y con sus sabios consejos parece que instó a Susana Diaz a que rompiera el gobierno andaluz, que mantenía estable con, según algunos, esos rojazos  impertinentes de Izquierda Unida.  Porque a su parecer los de IU les hacían quedar muy mal con las visitas. Sobre todo si éstas eran de banqueros y asimilados de cierta relevancia. Era intolerable con la desvergüenza que se comportaban dejando mal a la manijera del cortijo, que le prometía al cacique tranquilidad y orden.

Porque no se les ocurría otra cosa más tonta a los de IU que pedir que se creará un Banco Público en Andalucía, que aliviara la falta de créditos de los bancos privados para las pequeñas y medianas empresas; y para que los desahuciados por los banqueros  tan defensores ellos de los derechos humanos, tuvieran alguna posibilidad de no perder sus viviendas. Porque la creación de una Banca Pública, naturalmente, y a todas luces, hubiera sido una competencia desleal. Porque como todo el mundo sabe, los créditos los han de conceder los amos del dinero, y a quien ellos consideren, aunque ese dinero sea de todos. Pero no nos liemos. 

Total, que la Señora Susana disuelve el parlamento andaluz con la sana intención de pillar desprevenidos a sus contrincantes –seguro que aconsejada por sabios Auríspides de aves de diversos vuelos–, lo que le proporcionaría la mayoría absoluta, que el sistema electoral permite, sin tenerla. 

Pero resulta que no le salieron las cosas tan bien como esperaba a la señora Díaz; y sobre todo al Consejero, que había proyectado la necesidad de una Gran Coalición con el PP, para seguir asegurando "la estabilidad". Esto es, seguir garantizándole los privilegios a los de siempre. "Como en Alemania", dijo el sabio consejero. No sabemos si como recuerdo de otros tiempos en que los tudescos eran grandes amigos y protectores alquimistas, para convertir en oro útil, la hojalata inventada en salones oscuros. 



Después de esto, el señor Consejero se ha alistado, (¿O ha sido movilizado?) en el Séptimo de Caballería, para meter en cintura a ese indio díscolo venezolano –y con éste al resto de las tribus revoltosas que se niegan a obedecer al Rostro Pálido de Washington–, que tantos dolores de cabeza le crean al emperador del norte.

Pero como las cosas hay que hacerlas bien para que el emperador quede satisfecho, nuestro consejero se ha aliado con el general Custer-Aznar, señor de las Azores, con el que simularon ser contrincantes para embaucar al respetable, que asistía atónito al espectáculo de cambio de cromos. Nuestros consejeros –ambos dos los son, por esa cosa tan socialista y democrática como las puertas giratorias; posible, por haber ostentado cargos públicos importante–, velan armas para su cometido, que pueda redondear sus brillantes biografías.

Y como la mediática está suficientemente donde debe estar, y en manos de quien debe estar, ha quedado claro que sus propósitos son el de lograr que se respeten los derechos humanos en esos pueblos indios. Porque cada día, nos recuerdan los tertulianos de cámara y peloteo, que al Sur de Río Grande, todo es un desastre y no se respetan las mínimas libertades. Otra cosa debía ser cuando todos los gobiernos sin excepción, los ponía la United Fruit Company o la ITT, u otra multinacional de turno, decidido por los amigos del Norte. 

Así que, si es menester para el bien de la democracia,  habrá que recluirlos en eso que eufemísticamente los sabios del Norte llamaron "reservas", cuando su nombre no era otra cosa que campos de concentración y de aniquilación, de los pocos "pieles rojas" que quedaban tras años de asedio y masacre. 

Es de apreciar el interés que tanto el señor González como el señor Aznar tienen por que se respeten los derechos Humanos. Muy elogiable, sin duda. Lástima que no lo hicieran cuando mandaba Carlos Andrés Perez (CAP), en el Caracazo del 27 de febrero de 1989, en que el hoy consejero de Gas Natural, era presidente del gobierno del reino de España. En aquella masacre de Caracas, murieron más de 300 personas y hubo unas 2000 desaparecidas. 

Tampoco parece que despierte mucho interés combativo de nuestros consejeros, las continuas masacre de palestinos por parte del Estado de Israel. Ni al hecho de considerar poco menos que inmaculada a la dictadura de Marruecos, de la que nunca se dice nada;  pero sí de Venezuela, donde llevan muchos años, elección tras elección ganando los que no le gustan al emperador ni a sus generales. 

Tampoco tenemos noticias de que ante la reiterada ola de violencia por parte de la policía de algunas zonas de Estados Unidos, con una carga de racismo y de odio de clase desbocados, hayan condenado los hechos; ni mucho menos considerar que la plutocracia de los Estados Unidos no sea una democracia. Aunque  en ese país tan rico,  haya millones de personas en la marginalidad y sin derechos elementales, es decir, Derechos Humanos. 

Ni hablan de las dictaduras medievales  árabes, que marginan a la población –principalmente a la femenina–, a la que mantienen en un lugar en la que son meros instrumentos del deseo de esos millonarios, con los que tan bien nos llevamos en esta democracia hispana, cada vez más degradada.  

Ni tampoco es necesario que vayamos tan lejos: en España, en este país de cacicatos y pillos de guante blanco,  cada día son echadas a la calle, desahuciadas, de sus casas, familias enteras por los demócratas de la banca, que ellos sí, respetan los derechos Humanos que tanto preocupa a los consejeros. 

Pero lo que conviene es denunciar la falta de derechos humanos en Venezuela. Haciendo caso omiso de las pruebas  que el gobierno venezolano tiene de posibles intentos desestabilizadores, de los que aquí los media no se hacen eco.

Pero claro, deben decir nuestros héroes: "no podemos estar en todo, y lo que conviene ahora, es ayudar a que se respeten los derechos Humanos en ese país caribeño, que una y otra vez se empecina en equivocarse votando, como dijera el no menos demócrata, ¡faltaría!, Henry Kissinger, respecto al Chile de Allende, ¿recuerdan?, y que los amos del norte "corrigieron", como sólo ellos saben hacerlo, naturalmente eligiendo entre sus colaboradores persona del servicio de intachable conducta, como Augusto Pinochet.

Ubaldo Plaza






sábado, 25 de abril de 2015

¿SE REPETIRÁ LA HISTORIA?

Si no a puro oportunismo del que por desgracia también ha sido víctima Izquierda Unida de Madrid –sin exonerar un ápice de la responsabilidad a la propia IU–, que se llaman "progres", pero con idénticas intenciones de arrimarse a un árbol que creen que les dará más sombra a corto plazo, que ya veremos lo que les da de sí, tras el fraude a lo felipista que se vislumbra a pasos agigantados. 

Lo ultimo, muy significativo al menos para la estética de un partido que aspira a que se deje atrás a la Casta, renunciar a la reivindicación de la República, y rendir pleitesía al monarca, por más que se haya adornado con aires desenfadados. Lo que puede llevarlos a corto o a medio plazo a ganarse la confianza de los poderosos –sin excluir  que ya esté en el guión–; pero que la pierda entre los que habían despertado tantas ilusiones, tras tanta mentira acumulada de los franquista conversos y "socialistas" de diseño y sucedáneo. 

Confieso que quisiera equivocarme. Pero mi ya vieja vida me avisa de que lo que nos rodea es lo más parecido  al "fraude González" de los ‘80, –éste hoy tan "solidario" con los enemigos de los gobiernos que se enfrentan al Imperio–, de tan pésimas consecuencias para la democracia, pero que le sirvió a las clases dominantes para lavarle la cara al franquismo, y mantener sus privilegios, sin ni siquiera exigir una recompensa a las víctimas, aunque  fuera moral.

Cabe preguntarse si lo que se fragua hoy no será una nueva ingeniería  de esos poderes siniestros, que como sabemos no dan puntadas sin hilo; si no será otra estratagema para seguir dominando –cambiando lo superfluo, si es necesario–,  durante otras tres décadas, ahora, con el señuelo de “la renovación democrática”.

 Y que de nuevo el personal descubra que ha sido timado, como con el famoso "cambio" felipista, que resultó el asentamiento oligárquico de los dos partidos que defendían el régimen, con iguales armas y métodos; sólo diferenciados en cuestiones que no afectaban en lo más mínimo los pilares de la oligarquía que lleva gobernando España desde siempre. 

Sabemos que en toda época hay quien, carente de escrúpulos, se presta a ser el ilusionista, el encantador de serpientes, como lo fue  el diseñador "socialista"; y que tras descubrirse los trucos la gente salga del teatro sabiendo más de tramoya que de ilusión.  Porque ya habrá pagado la entrada. 

Iremos viendo. Pero de aquellas propuestas de inicio, rupturistas e ilusionantes, se ha pasado a reunirse con el embajador del imperio. Y eso, para muchas de las víctimas del mismo, es muy significativo. Si se firman pactos con el diablo, como de hecho lo tienen firmado todos los gobiernos con el diablo financiero, al que sirven indecentemente, deben saber que los obligaran a  cumplirlos. 

 Porque si se está dispuesto a aceptar la bota que te pisa el cuello, y que se la pisan a millones de ciudadanos, entonces es poco creíble que se desee un cambio. O que éste quede como antaño, en mera cosmética, cuando lo que hace falta es limpiar los establos de toda la basura que se ha ido acumulando en los cuarenta años de posfranquismo, que tan bien le ha ido a la banca, a la Iglesia, y, en definitiva a los de siempre. 

Repito, quisiera poder decir dentro de un tiempo que me he equivocado. Que mi escepticismo por tantas derrotas acumuladas por los míos, por los que están abajo, como gusta decir, no estaba justificado. Y lo celebraré. Pero...


Ubaldo Plaza