sábado, 24 de mayo de 2014

EL DIFÍCIL VOTO



   Soy catalán. Y vivo en Cataluña. Pero si yo viviera en cualquier otra parte de España, sin ninguna duda mi voto sería para Izquierda Unida. A pesar de que pueda tener discrepancias en algunas cuestiones; como por ejemplo su apoyo –no sé si forzado– al disparate de la consigna de los partidos de la derecha catalana –CiU y ERC–, para contentar a los "iniciativos", tan abanderados y parte activa de dicho disparate, que nada tiene que ver con las necesidades de las clases expoliadas por la derecha, en este caso catalana.

  Pero es que resulta que mi humilde voto iría a parar a los iniciativos que ni siquiera en este caso han tenido la deferencia de colocar las siglas de IU en las papeletas de voto. Supongo que es para que quede claro su “hecho diferencial” que tanto esgrime la derecha catalana (ya sabemos que cuando alguien dice que es diferente, lo que está afirmando es que es mejor que el otro).

   Así que me lo han puesto verdaderamente difícil para votar la opción que desearía (IU). Sí, ya sé que en esta elecciones europeas todos los votos de toda España que van a un partido, se juntan. Y que si estuviera en otro lugar de España, también contribuiría a que los acompañantes del disparate secesionista de la derecha, obtendrían la cuota parte de mi voto. Pero no sería igual. Porque entonces no tendría la sensación de que, más que de haber tirado el voto, haberle votado a los que se alían con los enemigos de los trabajadores, a quien no deseo votar, por razones obvias.

   Porque la distancia haría que no percibiera que también habría votado contra mi deseo. Ya se sabe: el desconocimiento que la inmensa mayoría de los ciudadanos españoles, y sobre todo los políticos,  tiene de lo que hacen de verdad los partidos que se siguen llamando de izquierda en Cataluña. A pesar de que todos saben que van de la manita con la derecha. Habiendo logrando ésta que todas las protestas por la desastrosas políticas de CiU-ERC, se hayan escondido en parte, tras la cortina de humo del derecho a decidir, lo que ya han decidido ellos, y vienen decidiendo desde simple: explotar a los más débiles, si es posible con el apoyo de quienes debieran estar en contra.

 Además, aún tengo en la memoria cuando IU, sus votantes, le consiguieron un diputado al parlamento europeo a los incitativos.  Y le faltó tiempo al personaje para irse a otro grupo parlamentario, ajeno al que se integró IU. Y lo lamentable es que IU no parece haber aprendido la lección de aquella traición. Y ese personaje al que hicieron eurodiputado los votos de IU, hoy es uno de los "talibanes" del independentismo que promueven los partidos de la derecha catalana, al que se ha adherido ICV, con la incomprensible guinda de EUiA, con desaforada fe de conversos de algunos de sus dirigentes.

  Así que, como le viene pasando a tanta gente en Cataluña en reiteradas convocatorias electorales, tampoco en esta yo podré votar con la satisfacción de que mi voto haya ido a la opción deseada:  a un partido de izquierdas –inexistente en Cataluña–. 

   Y haciendo un repaso de las opciones nuevas que se proclaman de izquierdas, resulta que todas ellas han sido "abducidas" por el mensaje de la derecha nacionalista, del "derecho a decidir"; y hasta llegan a considerar menos reaccionaria a la derecha catalana, a CiU-ERC, que el PP. A pesar de que, como hace éste en todas partes, aquellos nos están dejando sin servicios públicos, exactamente igual que la derecha española. En eso no hay diferencia. CiU vota en el parlamento todo aquello que perjudica a las clases populares, junto al PP. E incluso van mucho más allá, pues los catalanes tenemos el triste récord en recortes, especialmente en el sistema sanitario. 

Ubaldo Plaza





viernes, 2 de mayo de 2014

LAS CARTAS MARCADAS



“LOS SINDICATOS PIDEN AL GOBIERNO QUE CAMBIE SU POLÍTICA DE AUSTERIDAD, PORQUE HA FRACASADO”.

   Cuando los partidos obreros entran en un parlamento dirigido por la burguesía, saben –o debieran de saber–, que las cartas están marcadas. Y que todos sus reglamentos, procedimientos y hasta lo más cotidiano, están hechos para que todo se desarrolle a favor de esa burguesía, la clase dominante, que detenta el poder. Por lo tanto caer en la trampa de concederle el título de democráticos a esos parlamentos, ya es un error monumental. Y creerse que es posible modificar el sistema sólo con el parlamentarismo, una elucubración. Sí, naturalmente hay que utilizar todos las rendijas posibles para denunciar las injusticias del sistema. Pero no con la vista puesta en los servidores de la oligarquía del parlamento, sino dirigiéndose a sus víctimas, los ciudadanos. 

   Igualmente pasa con el lenguaje. Adoptar el que nos impone la clase dominante es entrar en sus juegos y aceptar como normal lo que es una aberración  de la sociedad: el capitalismo.

   La frase que encabeza este artículo lo demuestra: los sindicatos han aceptado como normal las políticas de los representantes  de sus enemigos de clase. Porque las políticas de austeridad no han fracasado, ni mucho menos. Todo lo contrario. Y cuando los dirigentes sindicales dicen semejantes dislates están dando por bueno que las intenciones de los gobiernos de la oligarquía habrían sido para que las cosas fueran bien para la mayoría de la población, en especial para la clase trabajadora. Y eso es de una ingenuidad mayúscula, por no decir algo peor.

   Parece que los dirigentes sindicales tanto han perdido la perspectiva de en qué sociedad viven, que se han olvidado de la lucha de clases. Porque las políticas llamadas de austeridad –que debiera llamarse de expolio–, así como la ley esclavista de relaciones laborales,  no es un fracaso.  Porque es evidente que no les ha fracasado a los que la están llevando a cabo: La oligarquía, los banqueros y los grandes, más que empresarios, especuladores esclavistas, han logrado llevar a la pobreza a millones de trabajadores, pagar salarios de hambre, tener un enorme ejército de reserva de millones de trabajadores, que les permite todo tipo de injusticias, tal como  la oligarquía ha deseado siempre.  Además de ir liquidando los servicios públicos para enriquecerse con la miseria, desesperación y muerte de muchos ciudadanos, que debieran contabilizar como crímenes de lesa Humanidad. Sin olvidar la impunidad de los grandes delitos, ya tan cotidianos como el respirar.

   ¿A esto le llaman los dirigentes sindicales “fracaso de las políticas de austeridad"? ¿O es que las cúpulas sindicales de los sindicatos mayoritarios están tan impregnados de eso que se ha dado en llamar “sindicalismo de negociación”, en lugar de sindicalismo de lucha –que no excluye la negociación, obviamente–, que han considerado que era positivo aceptar el discurso de la oligarquía como mal menor, "para ayudar a solucionar sus crisis?

   Si durante tantos años, en que los dirigentes sindicales, en lugar de ser tan "contemporizadores" con sus enemigos de clase,  hubieran tenido como horizonte de lucha, la realidad de la lucha de clases, seguramente ante la brutal agresión de los gobiernos –también de los, que debieran ser autonomías, pero que se parecen más a cacicatos–, de la oligarquía, hubieran estado en mejores condiciones de movilizar a los trabajadores con mejores resultados. Entre otras razones porque ante semejante embestida del capitalismo salvaje de hoy, los trabajadores hubieran tenido claro que el único paraguas de defensa a las agresiones del gobierno y sus amos,  eran los sindicatos. Agresiones de los de aquí y  de los de la Troika. Y posiblemente los agresores, tampoco se hubieran atrevido a poner en táctica semejante devastador expolio contra la población.

    No. Sin duda “la política de austeridad del gobierno”, no ha fracasado. Y lo que debe enseñar esta amarga experiencia, es que los trabajadores, con sus sindicatos al frente, deben de estas alerta, organizándose, en todo momento. Bajar la guardia creyendo que ayudando a los depredadores, a los banqueros, a los insaciables esclavistas que piden más y más miseria para la población, en esta antidemocrática sociedad capitalista, se puede ir de la mano para “ayudarles a repartir  las cargas para salir de su crisis”, es entrar en su juego, aceptando sus cartas marcadas. 

Ubaldo Plaza





miércoles, 30 de abril de 2014

LAS LENGUAS, DE TODOS

Durante la dictadura franquista la enseñanza, de y en, lengua catalana estuvo excluida de la escuela y de la administración, como todos sabemos. Los trabajadores que empezábamos a tener sensibilidad contra las injusticias del régimen, luchábamos contra él, por conquistar las libertades –entre ellas la normalización de la cultura catalana–, en mi caso en el PSUC, que no lo diferenciábamos del PCE, digan lo que digan ahora algunos interesados olvidadizos. 

    El sentido común nos decía que era una barbaridad, una injusticia que los niños de lengua catalana no recibieran la enseñanza en su lengua materna. Y que los catalanohablantes estuvieran discriminados.

   Y siendo esto cierto, no lo era del todo. Porque cuando la dictadura imponía el castellano como lengua oficial única, estaba discriminando a toda la población catalana. A la catalanohablante, como era obvio, pero también a la que tenía el castellano como lengua materna. Porque privó a gran parte la población llegada  de fuera de Cataluña de conocer la lengua catalana, y su cultura, con toda normalidad, y no de oídas como la aprendió la mayoría de la gente, sin poder acceder plenamente a ella, que, además, la mayoría trabajadora; muchos sin la menor instrucción. Lo que constituía una doble discriminación: como trabajadores y como excluidos de todo.

   Por lo tanto, cuando se priva o limita el acceso a la enseñanza de una lengua que la habla todo, o parte de un pueblo, se está privando a TODA la población de su cultura, de su riqueza y de la aportación que ambas lenguas se hacen mutuamente. Y no se le está haciendo favor alguno a los que pudieran pasar, a priori, por “privilegiados”; todo lo contrario: todos pierden. Y esa situación se produce, cuando por razones extraculturales se politizan las lenguas para sacar beneficios políticos. 

  Porque ambas comunidades se empobrecerán culturalmente. Baste como ejemplo el penoso espectáculo que dio la señora Marta Rovira, en su comparecencia en el Congreso de los Diputados, al mostrase incapaz de hablar castellano correctamente. Lo que no deja de ser una muestra del verdadero nivel que adquieren los alumnos en castellano, al margen de la propaganda de los comisarios políticos de la Generalidad. 
   Sí, ya sabemos que algunos indepenentistas –no pocos de ellos, charnegos acomplejados–, se vanaglorian de no expresarse bien en castellano, como si de un valor añadido se tratara.

  Aquella injusticia del franquismo de mutilar la cultura, no de una parte, insisto, sino de toda la población, impidiéndole aprender una lengua, sea materna o no, le llamábamos entonces fascismo. Y era defendido por los prebostes de la dictadura de la burguesía catalana que hablaba castellano en sus casas. Hoy se le llama “soberanismo”. Y hasta hay organizaciones, presuntamente de izquierdas, que consideran que tal aberración, antes fascista, es hoy  “progresista”. Misterios del leguaje politizado.

   Porque también hay que recordar, que a la burguesía, la misma que hoy enarbola la bandera del “soberanismo” –y que recorta derechos como entonces– a la que les dan apoyo determinada izquierda, y hasta las direcciones sindicales, no le preocupaba ni poco ni mucho la cultura catalana. Su corazón estaba, como lo está hoy, más cerca de la cartera que de los emociones. Eso queda para el populacho en folclóricas manifestaciones. Las cuentas corrientes es lo suyo.

   La cultura y lengua catalanas eran defendidas entonces desde la clandestinidad y con mucho riesgo por el Partido de la clase obrera. Gran parte de la cual no entendía el catalán; o lo entendía de forma muy rudimentaria, porque vivía en los barrios obreros y sin servicios, al margen de la población de habla catalana, sin más contacto con ella que la que tenía en la fábrica, generalmente con el encargado que le daba las órdenes, a veces el único catalán que conocía, que naturalmente le hablaba en castellano.

Ubaldo Plaza


miércoles, 9 de abril de 2014

EL ESPECTÁCULO DE "LA INTEGRACIÓN DE CLASE" DEL PUC

 Que el actual tripartito de la derecha del gobierno catalán  haya llevado sus aventuras hasta el disparate, en compresible. Porque las mismas no se pueden disociar del gran expolio del que los ciudadanos catalanes estamos siendo víctimas. Y no por parte de España, con esa fábula de “España nos roba” que la prensa amarilla del "presebre" catalán con dinero público, y sus corifeos no menos "pesebristas" tienen como doctrina para incautos y fanáticos.  
  
  El gobierno catalán, por llamarlo de alguna manera, porque gobernar, lo que se dice gobernar, no lo ha hecho nunca Artur Mas, si gobernar  significa solucionar problemas a los ciudadanos; más bien ha hecho todo lo contrario: nos  los ha creado, como puede comprobar cualquier usuario de la sanidad pública, hace poco una de las mejores, hoy en pleno desmantelamiento, y negocio de la sanidad privada. 

    Problemas, además que, como son visibles,  alcanzan a las diputas familiares con claras evidencias de rupturas, o condenados a guardar silencio sobre temas que se han convertido en tabúes, si quieren que una reunión no acabe como el rosario de la aurora, rompiendo amistades. En general, los nacionalistas habían conseguido que los no adictos, o indiferentes callaran cuando se suscitaba temas patrioteros. Lo que a uno que ya es mayor, le recuerda otras situaciones que creíamos olvidadas, de silencios obligados. Pero, claro, como siempre pasa, a una acción opresiva, aparece la reacción. Y la cosa va a más en cuanto a división social, porque ya responden los silenciados, que no quieren ser ciudadanos de segunda, o que los conviertan en apestados, o en extranjeros en su tierra.

   La apuesta radical de Mas, para no quedar a la zaga de su jefe Junqueras no tiene otro objetivo en estos momentos que el  de ahogar las protestas de los ciudadanos por los recortes, en los que el gobiernos de Cataluña es tristemente líder en España. Pero está dentro de su lógica expoliadora de partidos de la derecha; y lo único que cabe es combatirlas desde las clases populares. 

   Lo que ya no es tan lógico es que ICV- EUiA, si nos atenemos a lo que dicen sus escritos y lo que sus líderes proclaman, de ser formaciones de izquierdas. Porque cuando debieran estar denunciando a tiempo completo el expolio de esos servicios públicos, y la corrupción que embarga a la derecha catalana, resulta que van de la mano de esa derecha para ayudarle en su "hoja de ruta", y a mantener la cortina de humo que lanzaron contra los ciudadanos, para que se desmovilizaran, respecto a lo que de verdad les interesa, y se crean el cuento y los delirios y masturbaciones mentales de los que siempre han decidido: la burguesía. Pero no nos dejan decidir, por ejemplo si queremos que nos saqueen los hospitales para que los amigos o jefes de representantes de la sanidad privada hagan pingües  negocios con la salud de la gente.

   Lamentablemente en su intervención en el Congreso de los Diputados, el que representaba a los que llaman “la izquierda plural”, puso más fe en la defensa de la propuesta de los partidos de la derecha y ultraderecha nacionalista –CiU-ERC–  que éstos. Y más lamentable aún, es que IU se haya prestado a apoyar lo que no es más que la defensa de los negocios de la gran burguesía catalana. 

  ¿Alguien desde un pensamiento mínimamente popular y de izquierdas puede creer que  una Cataluña en manos de CDC-ERC, sin el menor control, sería democrática? ¿Alguien en su sano juicio puede creer que una Cataluña dirigida por los que patrocinan la independencia, la que hace negocios con la salud y la vida de los ciudadanos sería favorable a los intereses de la mayoría? ¿Se puede creer que los trabajadores estaríamos mejor, cuando ya hoy los recortes y la corrupción que afecta al poder, son insoportables? 

   Lo que hoy son recortes para el negocio privado, mañana sería el cacicato sin límites de unos cuantos en su finca particular, es decir de los mismos, los 400 que siempre estamos en todas partes, como diría el recaudador Millet.

   Parece que Coscubiela, y Herrera así lo creen, y sin el menor pudor se han prestado a ser palanganeros de la derecha para defender los planes de Convergent-ERC –cuando el propio  Más no ha sido capaz de defenderlo él y se ha quitado de en medio. 

   Es de agradecer, aunque sólo sea para que la imagen de IU en toda España, y en particular en Cataluña, donde la izquierda brilla por su ausencia, no quede más deteriorada por la decisión de apoyar lo que decide la derecha de los recortes, que no saliera Cayo Lara a defender los despropósitos de quienes desde la supuesta izquierda han perdido todo sentido y orientación de clase. La ha perdido la otrora izquierda política, y la ha perdido la sindical, con el  vergonzoso caminar  de los jefes de los sindicatos, de la mano de los independentistas, desmintiendo todo sentido solidario de clase de los mismos, con 800 mil parados en Cataluña, miles de desahucios, y con otros tantos miles de niños desnutridos; mientras se dedican recursos a los delirios independentistas de los que siempre han sido independientes, porque son las clases adineradas. 
Y ver a los tres representantes de PUC, (Partit Únic Catalá), supuestamente de diferentes opciones políticas defender lo mismo, aunque lo hayan querido adornar con otros colores, es todo un espectáculo de "integración de clase". En la dominante, claro, que los ricos no están para juegos estériles, y cuando los pobres se acercan a ellos, ha de ser para servirlos, nunca para igualarse en derechos.

Ubaldo Plaza


sábado, 5 de abril de 2014

LOS TICS Y EL ADN DEL FRANQUISMO

Lo de la condesa del PP es lo más natural del mundo, no sé a qué viene tanto revuelo. Porque los tics autoritarios del franquismo sigue intactos en los políticos del régimen. ¿Como se les ocurre a unos agentes molestar a la condesa?  A la que seguramente lo que su cuerpo serrano le pedía era decirles: "ustedes (o vosotros que lo campechano no quita la soberbia) no saben con quién están hablando, si siguen molestándome se les va a caer el pelo. Hablaré con su superior, que lo conozco muy bien de cacerías, cenas y otras cosas, y menudo puro les va a caer encima". 

Porque una cosa es que los ciudadanos salgan a protestar contra el saqueo de lo público por los compinches de la condesa y contra la corrupción, que entonces hay que disolverlos por ser "peligrosos "terroristas", de extrema izquierda y violentos desestabilizadores de la democracia" (¿?) –no sabemos a qué se refieren cuando mencionan la palabra democracia–, y otra que los políticos del régimen, que cada vez más, regresan al pasado, de donde aprendieron sus modales, en la dictadura, sean molestados por dos agentes que no saben los pobrecillos que por más que digan, aquí siguen mandando los mismos de siempre, y tienen impunidad de facto. Basta ver el panorama que nos ahoga.

!Qué felicidad cuando todos los agentes de policía, estaban sin la menor duda más atentos a los caprichos "de la autoridad", o amigos de ésta, que de cumplir con su deber. Porque por estos políticos que padecemos no está bien visto que los agentes de la policía cumplan con su obligación, cuando les afecta directamente, como en este caso, los "municipales" han hecho. Ahora sólo falta que los  periodistas de cámara y pesebre, marhuengados, digan que estos agentes municipales son un comando violento, infiltrado, que quiere desprestigiar a la condesa de Bombay y al PP, para echar por tierra la recuperación económica que los banqueros están teniendo (bueno, esto no lo dirán, pero lo pensarán). 

Lo que ha quedado claro es el talante "democrático" de esta señora, y por ende de su partido y de la derecha española, incluida en ésta la derecha de los cacicatos, que en eso no le va a la zaga por mucho "hecho diferencial" patriotero e independentista que exhiba, para tapar sus recortes particulares, en la misma línea que la del PP. Porque hasta este momento que se sepa la dirección del partido de los recortes y la mentira, no la ha apartado de su responsabilidad como jefa del mismo en Madrid, ni ha condenado su inadmisible conducta con los agentes municipales. 

Los agentes que reprimen manifestaciones, según el PP, y la señora Aguirre, actúan de forma inmaculada; estos ciudadanos de la policía municipal, que cumpliendo con su cometido "molestaron" a la jefa de la derecha madrileña, son unos irresponsables, en el mejor de los casos. Como diría otra ilustre representante de esa derecha casposa, "¡Que se jodan"!... Los agentes, naturalmente, no la ilustre condesa, que por los códigos no escritos, pero que están en el ADN franquista, no se debe molestar. Y que vayan aprendiendo estos y otros agentes confundidos de en qué sociedad viven, con quién se gastan los cuartos y quién manda aquí, desde Viriato. 

Porque aunque "todos los ciudadanos somos iguales ante la ley" (y por favor no se rían), la ley no puede ser igual para todos los ciudadanos. Porque los hay que tienen otros orígenes, a veces cuasi divinos, que no toleran "intromisiones democráticas" que transgredan los estamentos naturales. Que se lo pregunten a mitinero Rouco. ¡Hasta  ahí podíamos llegar!

Ubaldo Plaza

jueves, 27 de marzo de 2014

LA MINA

Leí La mina, de Armando López Salinas hace ya muchos años en la clandestinidad, porque aquí mandaba el padre y el abuelo político de los que hoy reprimen manifestaciones y hacen negocio con la sanidad pública. 

Me impresionó mucho porque entonces no se podían leer aquellas cosas que afectaban directamente a la gente de abajo, sus sufrimientos reales, que si bien alcanzaban a todo el pueblo bajo la dictadura del golpista Franco, para los que trabajaban en la mina eran aún mayores los sufrimientos, por el tipo de trabajo inhumano y sin las debidas precauciones de seguridad; cuando en cualquier momento podían perder la vida los mineros, como muy bien retrata Armando en la novela. Esta novela del realismo social, debiera hoy ser leída por los jóvenes, y releída por los mayores, ya que el régimen que hoy padecemos, va camino de parecerse como una gota de agua a otra, al que imponía los padres ideológicos de la actual dictadura financiera, tan corrupta como entonces, tan a favor de los banqueros y esclavistas de ahora,  como entonces, tan retrógrada y catolicofascista como entonces. 

La lectura de La mina es tan necesaria como organizarse para combatir en neofascimo financiero galopante que hoy, como ayer, sigue matando trabajadores. Sea en la mina, sea en cualquier parte, pues las garras de los depredadores y fabricantes de hambre e ignorancia y fanatismo alcanza a la mayoría del pueblo, sea apoyando a los banqueros para expulsar a nuestra gente de sus casas, o expulsando a nuestra juventud hacia el exilio propiciando que una generación se haya perdido, o que sea mano de obra esclava al servicio del IV Reich de los amos de Europa, con la vergonzosa colaboración de nuestros gobernantes, afanándose para pagar la deuda ilegitima creada por los estafadores financieros, a costa del bienestar de la mayoría.

La mina de Armando López Salinas sirve para la toma de conciencia de todos los trabajadores hoy despojados de sus derechos, mientras los explotadores, los esclavistas sigan dominando la vida y las conciencias de la mayoría y se enriquezcan a su costa sin el menor control como sucede ahora con los gobiernos de la ultraderecha del PP, en España, y de CiU–ERC en Cataluña, donde comenzaron los recortes más salvajes contra los servicios públicos, para hacer negocios privados. Los mismos que se autohomenajean para tratar de mantener el cadáver de la Transición con respiración asistida,  tanto por parte de los herederos de la dictadura como de los que debieran estar en frente; mientras, siguen decenas de miles de víctimas del franquismo tirados en la cunetas, sin que ningún gobierno se decida acabar con esa injusticia. 

No sólo no han cambiado tanto las injusticias que López Salinas denunciaba en La mina, sino que es de rigurosa actualidad. 


Ubaldo Plaza

miércoles, 5 de marzo de 2014

LA AUTORIDAD ÉTICO-MORAL DE LOS ESTADOS UNIDOS

Ante la entrada de tropas rusas en Crimea, el gobierno los Estados Unidos por boca de su presidente Obama han acusado a Rusia de incumplir el Derecho Internacional. Y tiene toda la razón en sus acusaciones contra el gigante ruso. Toda vez que cualquier  gobernante de  una gran potencia tendría que morderse la lengua, por prudencia. 

Pero el gobierno de los Estados Unidos no tiene necesidad de semejante actitud, toda vez que, para hacer esas afirmaciones contra el “incumplimiento del Derecho Internacional” por parte de la Rusia de Putin, les asiste a los gobernantes de Los Estados unidos  la autoridad moral probada y demostrada durante toda sus existencia.

Los Estados Unidos jamás hicieron nada semejante. Nunca metieron la narices en ningún país para imponer un régimen a su favor, derrocando a otro que no fuera de su agrado. Jamás dieron un golpe de Estado en aquellos países cuyos pueblos quisieron liberarse de las tiranías que los oprimía y que estaban defendiendo los intereses de grandes compañías norteamericanas, o de cualquier otro sitio.  Jamás pasó por la cabeza de los dirigentes de los Estados Unidos hacer un salvaje y criminal boicot a un pueblo como Cuba, que tuvo la osadía de querer ser dueña de sus destinos. 

Los Estados Unidos son, quizá, la única gran potencia del mundo que nunca organizó una guerra en el exterior para expoliar los recursos naturales de continentes enteros, sin importarle la vida de millones de personas si con eso conseguía grandes ganancias, como hacen otros países sin su autoridad ético-moral. 

A los Estados Unidos nunca se le ocurrió llevar una Guerra a Vietnam, envenenar la flora para que medio siglo después siguieran naciendo personas malformadas. La ética de los gobernantes de los Estados Unidos nunca les permitió apoyar un genocidio como el de Indonesia; a los Estados Unidos jamás se les pasó por la cabeza organizar un golpe de Estado para acabar con gobiernos democráticos y propiciar dictaduras fascistas en Chile, Argentina o en el resto del Cono Sur americano, apoyando a unos asesinos traidores vestidos con uniforme, o con elegantes corbatas frente a bancos o corporaciones empresariales. Ni se le ocurrió invadir Guatemala ni Granada y llevar a cabo decenas de invasiones a países que no obedecieran sus órdenes. Eso nunca.

La autoridad moral de los gobiernos de los Estados Unidos es de tal calibre, que se niega a apoyar a un Estado terrorista como Israel, que mantiene el mayor campo de concentración del pueblo palestino. Tampoco se les ocurre a los gobernantes de esa gran potencia moral bombardear impunemente a la población civil, como hicieron otros en Yugoslavia, con el apoyo de genocidas a su servicio. Ni por asomo se le ocurre a estos éticos gobernantes mantener un campo de concentración, además de tenerlo en un territorio ocupado ilegalmente, como Guantánamo, único lugar de Cuba donde se incumplen los derechos humanos, como hacen otros; ni mandar comandos de sicarios a varios a países extranjeros para eliminar físicamente a sus enemigos.  Eso no va con ellos.

Es evidente que los Estados Unidos, sus gobiernos, sus élites de grandes millonarios, poseen la mayor autoridad moral jamás alcanzada por la civilización, al menos desde Hitler. Porque, por ejemplo, fue el único país que se negó a apoyar a un dictador fascista como Franco, heredero de Hitler y Mussolini, impidiendo que una dictadura salvaje se mantuviera durante 40 años, como hicieron sus colegas británicos y franceses. Ellos no. Los gobernantes de los Estados Unidos se negaron a apoyar semejante barbarie contra el pueblo español, renunciando a  establecer bases militares en España para ampliar su poderío  geoestratégico.  Para los gobernantes de los Estados Unidos la ética y los derechos humanos estaban muy por encima de intereses espurios que pudieran avergonzar a sus habitantes durante generaciones. 

Se podría ampliar hasta el infinito el comportamiento ético y democrático en defensa de los derechos humanos en todo el mundo por parte de los gobernantes de los Estados Unidos a la hora de defender la causas justas de los pueblos. Empezando por lo que los malintencionados enemigos de la libertad llamaron “patio trasero” al Sur del Río Grande, África, Asía y en todo el mundo. Siempre han estado junto a los pueblos que querían liberarse, como es notorio.

Como tampoco el Gobierno de los Estados Unido  hubieran impedido que actuara la justicia para aclarar el asesinato de un periodista español, como José Couso, asesinado por la soldadesca, porque como queda dicho jamás ese país hubiera invadido un país como Iraq  para saquear sus riquezas, provocando cientos de miles de muertos.

Y ahora por nada del mundo se les ocurre participar, como hacen otros, en un plan para desmantelar la Federación Rusa para fraccionar la zona en una pléyade de países débiles para así apoderarse de los recuerdos naturales de la misma. Y tampoco que para lograrlo se le ocurra organizar con ingentes cantidades de dinero, “revoluciones multicolores”, con mercenarios nazis a la cabeza como destabilizadores, para establecer gobiernos que sean de su agrado, por medio de un golpe de Estado, como en Ucrania. Eso nunca se les ocurre a los Estados Unidos como sí  hacen otros países carentes de su ética y autoridad moral.

Definitivamente la autoridad moral de los gobiernos de los Estados Unidos le permite afearle la conducta a Putin y a cualquier aventurero que no cumpla con el Derecho Internacional, como sí hacen ellos, como es notoriamente conocido a lo largo de su corta historia.  

Ubaldo Plaza