viernes, 22 de marzo de 2013

EL DESCONOCIMIENTO DE LOS DIRIGENTES DEL PSOE, SOBRE EL PSC

Uno de los problemas que tienen los los dirigentes del PSOE, es que no tiene ni idea de lo que pasa realmente en Cataluña, pero tampoco lo que es el PSC. El PSC, si el PSOE se presentara a las elecciones, no sería nada. Y es posible que en las primeras elecciones por la confusión hubiera cierto descontrol–también por las políticas de derechas del PSOE de González y Zapatero–; pero cuando la gente sepa quién es quién, los pocos que queden con la banderita de imitar a Convergencia, se precipitarán a pedir el ingreso en su casa natural, con Mas o con el que lo sustituya, que tampoco parece que le vaya a durar muchos la cosa a Mosisés-Mas. 

Decir, como ha dicho Aguilar, que con el PSC es con quien pueden llegar al gobierno de España, porque necesitan sus diputados, en no enterarse de nada. Y es que a fuer de decirlo, los mismos del PSC, que están en la UVI, se lo han creído.  Por eso desafían a un PSOE debilitado que también se lo creyó, contra las evidencias, apoyando las polítcas de la derecha nacionalista, sin lograr nunca ganar unas elecciones catalanas.

El PSC no le da votos a PSOE, se los quita. En las elecciones generales, elección tras elección le han sacado más de un millón de de votos a CiU. Y son en las Generales en las que se ganan las elecciones para acceder el gobierno. Lo que dice Aguilar, es el mismo discurso de siempre, y así llevamos más de treinta años sin que nadie analice las causas del porqué pierden. Es pura masoquismo o persistencia en las brillantes ideas del asalariado de lujo de una multinacional, que fue el muñidor de los primeros pactos, cuando nació el PSC, o del “estadista” Zapatero. 

Si se presenta el PSOE sin el PSC, el problema será que tendrán que poner coto para que no se les cuelen los que han hecho posible que el partido no sea socialista, sino el hermano cómplice de la derecha de CiU. No se debe olvidar que el PSC es una criatura de la burguesía catalana, exactamente igual que la de CiU, la burguesía que era franquista, y ahora dice ser nacionalista catalana. 

Los catalanes lo sabemos muy bien. Los, que ya somos mayores, recordamos que muchos de los hoy furibundos nacionalistas, en sus casa hablaban castellano, porque así le gustaba al dictador y servía para sus negocios. Como hoy lo hacen al revés. Alguien desde el periodismo debería hacer una radiografía, hurgando en los antiguos ficheros de Falange y otros derroteros, para saber cuántos de estos han sido grande patriotas…españoles. 

Una chica de un pueblo cercano a Barcelona, que conocí en una asamblea de 15-M me decía: “los que hoy son de CiU en mi pueblo, eran los falangistas, que persiguieron a mi abuelo, por republicano y catalanista”. Los trabajadores catalanes–entre ellos los inmigrantes– fueron los que lucharon por su lengua, no estos que ahora parece que han descubierto la Diagonal. Porque, como se dice en la novela de Puzo, "son negocios, nada personal".

U. Plaza

miércoles, 20 de marzo de 2013

RECOGIDA DE VOTOS DEL PSC PARA CIU, EL PP Y CIUTADANS


   El PSC en la  etapa del desastroso montillato, se lo paso todo el tiempo llenando las alforjas de votos de la derecha de CiU. Sus incomprensibles arrebatos de converso al disparate de la burguesía y su complejo de inferioridad, le llevaron a presidente Montilla, a ser más papista que el papa; lo que provocó la indiferencia, cuando no la indignación de muchos de sus votantes.

  Tras perder las elecciones precisamente por eso, en el bienio negro y privatizador del iluminado Artur Mas, el PSC se convirtió en una jaula de grillos que la derecha nacionalista de su propio partido agravó.  Pere Navarro, que al principio parecía que iba a tomarle el pulso y situar las cosas en su sitio, sucumbió a los deseos de los revoltosos identitarios de su partido, asumiendo sus postulados que no son otros que los de la burguesía catalana, cuya expresión política, aunque es una, el Partit Únic Català (PUC), como estrategia electoral se lo reparten entre los tres partidos de la burguesía nacionalista, ahora además sumado el socio recién llegado, el CUP, en cuya primera puesta en escena, se ofreció a Moisés-Mas para ayudarle en su travesía del desierto. 

Desde la aventura mosaica de Artur, al adelantar las elecciones  cuando tenía mayoría suficiente para gobernar, creyéndose sus propias elucubraciones con la intención de llevar a su pueblo hacia la Tierra Prometida, abriendo las aguar del Llobregat–o del Besós–, el PSC ha caído en una fuerte melancolía, recordando los tiempo en que ser nacionalista era lo más natural para ellos, los jefes del partid.,  que no los militantes. Y nadie se lo discutía dentro del partido. Si la crítica era de fuera, se silenciaba y punto; porque toda la dirección se sentía nacionalista, siendo minoritaria en el partido, y sobre todo en las bases votantes. No importaba: bastaba con que una vez al año en la fiesta de la Rosa se mostraran algo rojillos, o en los 15 días de campaña electoral, recuperaran el lenguaje "socialista" de usar y tirar.

Si los tiempos de Montilla–y de Margall– fueron los dorados que llenaron las alforjas de votos a CiU, los de ahora, con todos los disparates que está haciendo Navarro, se llenarán  en parte las de el PP, y sobre todo la de Ciudadanos. Esos votantes ya no tendrán la menor duda de que si quieren votar a algún partido que no sea de los del PUC–al que se reincorpora tras una leve duda el PSC– votarán sin ningún cargo de conciencia, a uno u otro, en función de sus más o menos preferencia, pero ya sin esperanzas de que el que había sido su partido se pueda regenerar. 

A eso puede llegar una formación política que abandona, si es que alguna vez los tuvo, y no es la única, sus principios ideológicos, sin entender que un partido lo es precisamente porque se supone, que en una sociedad capitalista, desigual y profundamente injusta, ha de representar a una parte de la sociedad; por eso se llama PARTIDO, y no club de amigos de la petanca, por ejemplo.  

En este caso ha de representar, se supone, a la parte más desfavorecida. Y cuando eso se olvida y  sus dirigentes se unen a otros en un proyecto común patriotero, están favoreciendo al enemigo de clase y desarmando a su partido ideológicamente. Y es cuando los ciudadanos dicen, con acierto o no, que todos son iguales. Y eso se confirma al ver que partidos que se dicen socialistas o comunistas o de cualquier otro credo que se denomine de izquierdas, se unen al proyecto de la derecha, como es el caso escandaloso hoy en Cataluña, para que la derecha puede enmascarar con más facilidad el expolio social que está llevando a cabo contra los más pobres, y oculte su fracaso político. Ayudar a semejante disparate, anula las supuestas ideologías y proyectos populares. Y deja sin opción de izquierdas a las clases populares. 

U. Plaza

martes, 19 de marzo de 2013

¿CUÁNTO TARDARÁ EL PUC EN DECIR: ¡ATACAN CATALUNYA!?

El hijo del jefe de la cosa convergente, y en su día delfín para heredar el puesto de su padre, Oriol Pujol, ha sido imputado por tráfico de influencias por lo de las ITV. Lo que ya era la crónica de una muerte anunciada. La imputación, como se sabe, legalmente, no significa culpabilidad; pero políticamente es insostenible y debiera dimitir, no como lo ha hecho con esa burla a los ciudadanos, de los cargos de su partido, que es irrelevante, sino de los cargos políticos oficiales que desempeña. 

Pero dicho esto, la duda está no en la cuestión que deberán decidir los jueces. Sino en ver ¿cuánto tiempo tardarán los partidos del PUC (Partit Únic Catala), de la burguesía  nacionalista catalana: CiU, ERC, PSC e ICV-EUiA– en salir  en tromba para decir que esto es "una maniobra de "Madrit" contra el soberanisme", para, como tantas veces han hecho–el papá del imputado en su tiempo lo hizo–en envolverse en la senyera–perdón, en la Estelada–para decir que ¡ATACAN CATALUNYA!

El victimismo de la derecha catalana ha funcionado. Principalmente porque los que se decían de izquierdas– hoy ya integrados sin complejos en el corpus de la derecha nacionalista que encabeza el iluniminado Mesías-Mas–, en lugar de exigir siempre responsabilidades  ante cualquier hecho irregular, lo han tolerado en el mejor de los casos. 

La finca particular del pujolismo, que era Cataluña, les permitía que construyeran alguna barraca particular; y con eso íbamos tirando. Las pocas críticas que se hacían eran para salir del paso. 

Viene a colación, aquella vez en que Julio Anguita dijo "que Pujol era de una burguesía de las peores". Pues bien, el que entonces era secretario general del PSUC, Rafael Ribó, pidió audiencia a Pujol, !para pedirle perdón!, por las palabras de Anguita. ¿A alguien le puede extrañar lo del PUC? 

Tiempo después, Ribó, era homenajeado por todos los partidos, como ¡histórico del PSUC! Nada que añadir, salvo que Ribó llegó al partido en el año 74. Es decir, un año antes de la muerte de Franco. Los miles de militantes que llevaban decenios en la clandestinidad,  eran "menos históricos" que él. Ser de la burguesía, parece que también en eso, tenía un plus. Los obreros encarcelados durante muchos años, eran unos advenedizos.

Veremos cuánto tiempo tarda el PUC en unir fuerzas para defender a uno de los suyos. 

U. Plaza


lunes, 18 de marzo de 2013

LA INVASIÓN DE CHIPRE

El indecente y antidemocrático golpe asestado por la jefa del Reich alemán, Angela Merkel, con la colaboración de los mercenarios a su servicio, políticos escandalosamente pagados, y con la sumisión de los gobiernos vasallos como el español y el francés, con Hollande, en el que algunos ilusos pusieron sus esperanzas, olvidándose de que la socieladmocracia ha sido y sigue siendo la mayor tabla de salvación del capitalismo más salvaje, es una clara premonición de que retrocedemos hacia la dictadura del IV Reich, la que en otros tiempos no pudo implantar en Europa el III, por la lucha de sus pueblos. 

La cancillería de la führer les hace pagar los escándalos financieros de unos cuantos a todo el pueblo chipriota–y a toda Europa–, despojándolo de sus ahorros, sin que ellos, los ciudadanos, tengan ni arte ni parte en las prácticas ambisiosas de banqueros y políticos  corruptos. 

A la führer, la defensora de los mayores oligarcas, no sólo no le importa llevar a la miseria a los ciudadanos europeos del sur, con tal de que los grandes depredadores  sigan enriqueciéndose, sino que está en sus planes esclavizarlos, como salta a la vista por sus órdenes y ejecuciones, fielmente obedecidas por los gobiernos.

Indiscutiblemente estamos ante una invasión de Chipre  por parte del Reich alemás, sin necesidad de tener que emplear los tanques ni la aviación, ni ejércitos expedicionarios; le basta a la führer y al Alto Estado Mayor del Reich con la bajeza moral de los gobiernos de Europa que están a su disposición sin el menor asomo de dignidad; y acabarán por convertir en servidores del Reich, a los ciudadanos europeos, al servicio de su imperio. La falta de dignidad de los gobernantes envilece a los dirigentes y esclaviza a nuestros pueblos, y les quita absolutamente la legitimidad a esos dirigentes para seguir en sus puestos vendiendo la libertad, para el entiquecimiento de los culpables de una crisis provocada para eliminar derechos conquistados. 

Se dice que tanto esos políticos como los mercenarios profesionales, están prepcupados porque cada día se va forjando más un estado insostenible de desconfianza contraria, a la Europa de los mercaderes. Y que tal como avanza el descrédito del tinglado de los especuladores llamado UE, y el cabreo que se extiende, cada vez más generalizado, es muy posible que la situación se torne en   incontenible, por más represión que utilicen. 

Las revoluciones nunca se sabe cuándo empiezan; pero el desprecio que los gobernantes sienten por sus pueblos  sirviendo de lacayos a sus amos alemanes, es una llama que  puede encenderse en cualquier momento. Tanto están tirando de la cuerda, que pueden encontrarse con el cabo en la mano, y con ella al cuello.  Porque lo que están haciendo los gobernantes al servicio de los fabricanres de misieria y esclavistas del Reich, es posible que más pronto que tarde lo tengan que pagar. Hoy la democracia tan cacareada en Europa ya ni siquiera merece tal nombre. Es simple y llanamente una dictadura del Reich alemán y  de los grandes especuladores del mundo. Y los pueblos de Europa son simples  pueblos ocupados, como se acaban de hacer con Chipre, pero que, de una u otra forma lo son  el resto. 

Porque no es necesario hoy para ocupar un país, hacerlo físicamente con tropas. Igual que la colonias para seguir siéndolo no es neceario que sean ocupadas por los ejércitos coloniales. Les basta con las recetas del Fondo Monetario Internacional o de Banco Mundial, los grandes fabricantes de miseria de continentes enteros. Es más, al imperio le sale mucho más batato que sean los propios  gobernantes los que apliquen la politicas que la führer Merkel les ordena. Escavizar a sus pueblso es la misión a cumplir al finan del recorrido, que tienen encomendada. Y así lo hacen y obedecen como buenos lacayos. Porque otra cosa no es lo que ha pasado en Chipre, y aplican en toda Europa.

La imposición desde la cancillería del Reich es en todo inaceptable por parte de los pueblos libres, que deben rebelarse, como en otro tiempo lo hicieran contra los antecesores de los actuales invasores. La UE, es una farsa, una mentira para que los pueblos dejen de ser libres y se sometan a los caprichos de la führer y del gran capital.

Esperemos que algún día, establecida la libertad y la democracia, los gobernantes colaboracionistas contra sus pueblos, puedan ser llevados ante los tribunales, para que respondan por la salvaje agresión de que éstos están siendo objeto.

Quizás, lo que habría que empezar a pensar si lo correcto no sería expulsar  de la U.E. a los que provocan la esclavización de los ciudadanos, en lugar de seguir oliéndole sus excrementos. El Reich es un peligro para la supervivencia de la democracia y el bienestar de los europeos. Y si más no, para una Europa que sea de los ciudadanos, no de los mercaderes que hoy deciden sobre nuestras vidas, sin que nos hayan preguntado si queremos ser súbditos– o esclavos– del Reich alemán.

U. Plaza

domingo, 17 de marzo de 2013

LA IGLESIA NO DA PUNTADAS SIN HILO


La Iglesia católica no da puntada sin hilo. Tampoco es cogida desprevenida ante ningún acontecimiento. Y en cada uno de ellos reacciona con los análisis que le interesa. Gana todas las guerras por más que a veces  pueda parecer lo contrario. Ha sido la tónica general  en los 1700 años–no 2000– de historia, desde que Constantino, en el siglo IV consideró que le iría bien al Imperio, al poder para mantenerse. 

Siempre ha sido así porque en sus formas, intenciones y hasta liturgias, lo que hoy es el Vaticano no deja de ser la herencia del Imperio romano, con sus vicios, aunque sin muchas de sus virtudes, por ejemplo en lo mucho que aportaban de pluralidad las religiones telúricas, llamadas paganas, culturas milenarias destruidas por el fanatismo, que nos llevó a más de mil años de oscurantismo. 

Siempre que interesó a ese Gran Poder nada espiritual y nada celestial, sino muy real y presente, hicieron pequeños cambios que los presentaron como grandes acontecimientos; pero pasado un tiempo se pudo percibir que todo había quedado igual. Para referirnos sólo a los últimos, baste ver la adaptación que se hizo con la llegada de Juan XXIII, que a muchos les pareció que era la gran revolución en la Iglesia. Pero si uno lee muchos de los documentos que se elaboraron el el Concilio Vaticano II, y sobre todo algunos de los planteamientos que se hicieron a continuación, no cambiaba nada sustancialmente.    
  
  Después, con Pablo VI, se fueron desmontando todas aquellas ilusiones de muchos católicos de base, aunque lo hizo con cierto sigilo, pero con una señal clara de que no iba a consentir avance alguno–por ejemplo en el terreno de los anticonceptivos– , que a la sazón estaban en el candelero, por el avance que se había logrado en la liberación de la mujer, paralelo a científico en este terreno, que permitía las relaciones sexuales sin la imposición de la procreación indeseada.

  Tras Montini, con su reinado plagado de cierta ambivalencia para muchos católicos progresistas, que empezaron a temer que aquello no avanzaba en el sentido progresista, pareció a la vista de muchos que la llegada de Albino Luciani (Juan Pablo I), iba a promocionar un cambio sustancial. Si eso era así o no, queda en el terreno de la duda, aunque viendo cómo acabó, permite creer que algo había de cierto, y sobre todo de cierta ingenuidad, al pensar que el Poder lo permitiría, si de verdad iba en serio. Parece ser que la aguas del río reaccionario  de esa etapa transcurrían con muchos más bríos que las progresistas, no sólo en la Iglesia, sino en los grandes países a los que se promocionaba a personajes fundamentalistas, como Reagan en Estados Unidos, o la Tacther  en el Reino Unido, que iban a empezar el desmantelamiento de los derechos sociales, que hoy es ya una liquidación casi total. Por los tanto aquel  papa según había anunciado, no convenía a los que son el Poder de verdad. Parece ser que al espíritu santo se le coló, pero que supieron corregir a tiempo.

 Después, corregido el tiro equivocado, colocando a un fundamentalista reaccionario, más propio de la Edad Media, el polaco Wojtyla que no tuvo ningún empacho en reunirse con dictadores y alabar sus políticas de facto; apoyar a los  grandes poderes económicos, al tiempo que amonestaba y le ponía todas la trabas posibles a hombres y mujeres  buenos que estaban luchando por la dignidad de sus pueblos, como eran los de la Teología de la Liberación. Pudiendo ver ante miles de personas, cómo amonestaba al sacerdote poeta nicaragüense, Ernesto Cardenal, al más puro estilo inquisitorial, igual que despreciaba a Monseñor Óscar Romero, que reiteradamente le pedía ayuda. Tardó varias semanas en recibirlo en el Vaticano, y la respuesta que le dio  cuando le dijo: "están asesinando a mis sacerdotes y a mis feligreses",  fue que se pusiera de acuerdo con el gobierno, que no obstaculizara. Un gobierno de El Salvador, de la oligarquía que organizaba Escuadrones de la Muerte, contra personas indefensas.  Poco después Monseñor Romero sería asesinado. Nada hizo el que después fuera promocionado para santo por esa monarquía absoluta que es el Reino de Vaticano, que contentaba a unas minorías, que en esencia son los que tienen el poder de la Iglesia y son las oligarquías que mandan en todas partes.

  Toda la política llevada a cabo por el polaco ultra, fue la que cocinaba el que después sería su sucesor, el alemán, que no fue capaz de acabar con la fiera que el mismo había ayudado a mantener y engordar: la corrupción, la misma con la que, al parecer, quiso acabar Juan Pablo I y le costó caro. Y la que le ha explotado en las manos a Benedicto XVI. 

  Ahora volvemos a la misma. La Iglesia está en una situación difícil; es necesario poner en marcha de nuevo la maquinaria para que parezca que realmente se va a cambiar en algunos aspectos, y así será, porque conviene. Tiempo habrá para volverlo a corregir si esos cambios se materializan, por poco que lo sean. Es necesario que masas católicas esperanzadas y tantas veces desilusionadas, se lo crean y se reverdezca las ilusión que en sí misma es la Iglesia. Pero nada cambiará a largo plazo, por más que así lo crean los que de verdad se sienten solidarios con el imaginario llamado cristiano, de solidaridad. 

Y nada cambiará, porque es imposible. Si el Vaticano, el corpus fundamental de la Iglesia cambiara, entonces desaparecería tal como la diseño Constantino y la han ido adaptando a través de los siglos. La Iglesia es un poder, un poder absoluto para unos fines nada espirituales. Si eso se abandonara, adquiriría una dimensión diferente, pero entonces carecería de la función que ha tenido durante tantos siglos de apoyo a los poderosos. Y eso, de ninguna manera entra en los proyectos del Vaticano, haya quien haya sentado en el trono.

  No es banal que la Iglesia se oponga al sacerdocio femenino; no que deje de condenar a los matrimonios homosexuales, ni que entre en la modernidad aceptando el preservativo como forma de evitar enfermedades y embarazos no deseados, y a considerar que la sexualidad no es algo condenable y sucio como han venido diciendo durante siglos, al tiempo que se extendía el abuso a menores por muchos miembros de la Iglesia; ni que la mujer sea libre de decidir cuándo desea tener un hijo. No. Porque si la Iglesia aceptara esa parte de avance democrático, ¿qué le quedaría, no a los cristianos, sino al Vaticano y a la Iglesia institucional, que nada atiene que ver con él?

   Ahora, tras la desastrosa herencia del polaco ultra  y sus apoyos nada evangélicos a los poderosos, era necesario un cambio de rumbo que será de fachada; y de insuflar ilusión. Y que los católicos olviden en lo posible a los dos últimos reyes del vaticano, y se fijen en las prometidas bondades venideras. En eso la Iglesia es maestra, viene prometiendo el paraíso a los pobres, desde siempre, a condición de que aceptemos el valle de lágrimas; y que unos cuantos vivan y disfruten de ese paraíso aquí.

Además, no debe olvidarse que mientras, en muchos países siguen liquidando los derechos sociales. Siguen los desahucios, los despidos, los suicidios, la liquidación de la sanidad pública y de la enseñanza como derechos universales; la corrupción política financiera; de todo lo que están expoliando a la ciudadanía. Nos apabullan con todo el montaje de propaganda que los medios al servicio el Poder. Cuando lo que debiera ser noticia, que una persona se ha suicidado desesperada–que no deja de ser un eufemismo de asesinato–, la noticia es que han cambiado al jefe del Estado de Vaticano. Y lo que debiera ser en España unos medios públicos, están por entero al servicio de la propaganda. 

U. Plaza

miércoles, 13 de marzo de 2013

UNIÓN EUROPEA, O VICTORIA DEL IV REICH


   El desplome del apoyo ciudadano a la Unión Europea de los mercaderes y fabricantes de miseria, que encarna y  personifica  la heredera de Hitler, la tedesca Angela Merkel, tiene su base en que en ningún momento los ciudadanos se han sentido verdaderamente representados en ella. Y cuando se ha dicho que tal o cual país la apoyaba, en realidad era porque se les ha ocultado o manimulado la verdadera naturaleza de una Unión Europea que nada tiene que ver con los intereses de sus pueblos, y sí con el negocio de los grandes mercaderes, en especial los intereses de los bancos y la oligarquía Alemanes. 

   La historia se repite, aunque sea de forma diferente, en apariencia. Los objetivos siguen siendo los mismos de los poderosos: expoliar a sus pueblos en pro de una minoría. Hitler lo intentó utilizando la forma más fea que el capitalismos tiene, es decir el fascismo. Éste logró que tanto los gobiernos europeos como sus pueblos hicieran sacrificios enormes para derrotar al nazismo. 

  Hoy, el capitalismo, lo repite sin tantas excentricidades hitlerianas y fascistas aparentes, que entonce enfrentó a los propios capitalistas, en una fase de inferior desarrollo de los mismos. Habiendo aprendido del pasado, es todo el capitalismo mundial unido ya en imperialismo, el que emprende la guerra contra sus pueblos. Por eso nuestros gobiernos, como parte integrante de los servidores del mismo, participan en esta guerra, a favor de sus amos como colaboracionistas–entonces considerados traidores a sus pueblos, no como defensores de los mimos. Ni siquiera como defensores de sus intereses locales, como hicieran algunos entonces, por estar todo en pocas manos. Algo de dignidad había entonces en una parte de aquella burguesía, que hoy no existe–la dignidad, la burguesía, sí. Hoy los golpes de Estado se dan con decretos ordenados por los que de verdad mandan, y nuestros gobiernos obedecen ciegamente. 

   La Unión Europea es una idea romántica, que sólo puede ser realidad con altas dosis de tolerancia y solidaridad de sus respectivos pueblos–tan diferentes en culturas–, para nivelarse; no esta  U.E. en la que están más interesados en salvar el Euro–en realidad el marco alemán que ha cambiado de nombre para que el IV Reich de la señora Merkel y los grandes complejos económicos dominen sobre todos los pueblos–, que en salvar la propia Unión por voluntad y adhesión de sus componentes.  

  Porque a ellos, a los mercaderes, a los que mandan y deciden si vivimos o morimos de hambre, les da igual. Es más, una Unión Europea de los pueblos no les interesa en absoluto. Porque como estamos viendo  prefieren que se hunda a que sea un hecho. La democracia no tiene nada que ver con sus objetivos.  Lo han dicho todos los economistas decentes de todo el mundo que no son mercenarios de los mercaderes: están yendo en sentido contrario. Y lo saben. Y no es ningún error, es lo que han decidido muy conscientemente. 

   Pero lo que de verdad desean, no es que se recupere, más o menos una estabilidad económica para que la gente pueda empezar a vivir civilizadamente. No. Esta situación la han creado   y la están aprovechando con el mayor descaro para acabar con 200 años de lucha de los pueblos por la libertad y la dignidad humanas. No soportan que los ciudadanos lo sean, sino que prefieren tener esclavos, que trabajen para ellos simplemente por la comida. Para que les procuremos a ellos mano de obra gratis para que pueden seguir en la abundancia. 

   Esa es la hoja de ruta. Y cuanto antes se tome conciencia de que es así, antes se le podrá responder. De  lo contrario la esclavitud y una nueva Edad Media  está a la vuelta de la esquina. ¿Alguien se acuerda de cuando de forma casi degradante se decía que tal o cual era miliurista? Nadie podía pensar que se llegaría aquí. Sin embargo hoy es mucho peor. Pero los grandes urdidores de esta situación, han sabido hacerlo poco a poco, con dosis repartidas y en determinados colectivos primero, los más débiles. Y poco a poco se lo van aplicando a todos, incluso a aquellos que se creían libres por su posición relevante en la sociedad. 

   Los siguientes pasos son nuestra liquidación como personas, como sujetos de derecho. Ahora, aquellos que se creían libres de ser agredidos, se darían con un canto en los dientes si, primero, tuvieran trabajo; y segundo, si fueran miliuristas.  Han logrado que la gente trabaje por menos de los que los esclavistas gastarían en nuestra manutención. Las intenciones del poder y sus colaboradores de los gobiernos, es liquidar todo lo logrado, y ya ni disimulan, lo hacen con descaro. 

  Dan golpes de Estado, poniendo a sus servidores como presidentes de países, sin el menor respeto ni a  las formas que ellos llaman democráticas. La Esclavitud es lo que espera a la Humanidad, si no se rebela contra lo que hoy se traman. La U.E. va perdiendo apoyos, en la misma medida que la Europa de los Pueblos nunca estuvo en la cabeza de los mercaderes. Los ciudadanos no somos  para ellos más que instrumentos de sus negocio, nada más. Lo que el III Reich no logró, lo puede lograr el IV. Y de ahí a la barbarie. A otra Edad Media. 

U. Plaza