lunes, 13 de diciembre de 2010

INCONSISTENCIA IDEOLÓGICA Y OPORTUNISMO



La diarrea mental resultante de la inconsistencia ideológica es  demoledora en algunos personajes. Les puede llevar a la esquizofrenia política; a hacer o decir una cosa y la contraria al mismo tiempo. Un estado mental cambiante sin apenas una reflexión, con bulla, y tratando de justificar cada paso en falso que dan, reafirmándose en el error anterior sin apenas darse cuenta, para a continuación  volverlo a repetir.

Es lo que le ha pasado al señor Montilla este fin de semana, que aunque ha reconocido su culpabilidad por el desastre en las elecciones,  en seguida ha repartido responsabilidades a los demás, sin  percatarse de que la responsabilidad es suya, y solo suya, y no sólo "por no haber sabido vender el producto" y haber dejado–hay que ser cándido–el aparato de propaganda que es TV3 en manos de los enemigos. 

Porque durante los cuatro años de mandato, ha ejercido de nacionalista furibundo, para hacerse simpático a la derecha, y a sus socios, permitiéndoles todos los disparates que se les antojaba, como si  tres gobiernos, y no uno, decidieran sobre los más variados temas. El mismo Montilla  renegó del tripartito nada más convocadas las elecciones, sin apenas darse cuenta de que echaba por tierra todo lo que había hecho, que por otra parte decía haber sido el mejor gobierno. 

Se ha pasado la legislatura haciendo todo lo posible para que se vieran de forma ostensible, sus discrepancias con el PSOE y el gobierno de España, al más puro estilo nacionalista, incluso independentista, postura que nada tiene que ver, no con un partido socialista que gobierna, sino con un poco de sentido común, ya que  hubiera sido más favorable para el PSC que los trabajadores susceptibles de darle su votos, hubieran visto lo contrario, que el partido socialista era uno. Mientras tanto en la derecha nacionalista convergente, encantados. No necesitaban esforzarse, el trabajo se lo hacía el capataz. 

Cometió uno de los errores más incompresibles que un gobernante pueda cometer: rebelarse contra una sentencia de Tribunal Constitucional. Por más que se discrepe de las sentencias han de ser respetadas. Cualquier ciudadano puede manifestar sus discrepancias, pero un gobernante no está en condiciones de hacerlo. No se puede tener una responsabilidad política de ese calado y no respetar las leyes. En todo caso que intente cambiar la Constitución. Aunque de ser así, debiera ser en sentido contrario del que provoca su enfado, si persiste en decir que es socialista.

Pero para el presidente Montilla no fue suficiente semejante barbaridad, sino que desde la presidencia, convocó una manifestación contra dicho Tribunal, lo que demuestra no sólo que él es incapaz de comprender las consecuencias de sus acciones, lo que lo inhabilita para el cargo, sino que ni siquiera supo rodearse de asesores que le dijeran que semejante actitud iba contra toda lógica y contra todo lo que es lícito y politicamente aceptable. Más bien parece lo contrario: que esos asesores, mucho más capacitados que él, pero  furibundos nacionalistas, en realidad lo empujaron a hacerlo, arrimando el ascua a su sardina,   para que se estrellara. 

Como sabemos, la manifestación fue una exaltación del independentismo, y hasta con tintes fascistoides, en la que el propio presidente se convirtió en objetivo, en el enemigo a batir, hasta llegar a la agresión. Lo que se desprende de esa fuga hacia adelante, apoyando a lo más reaccionario de la clase política catalana, es que en realidad Montilla, con la indeseada ayuda de los asesores nacionalistas de sus partido, se convirtió en el tonto útil, incapaz de comprender la  trascendencia de sus actos, que pagaría muy caro.

Se convocan la elecciones, y hete aquí, que lo primero que hace es hablar por primera vez en su lengua materna, en castellano, lo que no había hecho durante toda la legislatura de forma oficial–otra cosa era en los mítines de Gavá donde la mayoría eran charnegos como él– con el ojo puesto en todos aquellos que durante su mandato no contaron para nada. Y empieza a desmarcarse del tripartito, hace venir a los dirigentes del PSOE a Cataluña pidiéndoles ayuda para ver si  consigue darle la vuelta a las encuestas, recuperando el discurso que se parezca algo al del PSOE. Pero con tanta torpeza por su inconsitencia ideológica, que sigue queriendo contentar a la derecha nacionalista que corroe su partido, con ese discurso imposible de "catalanista y socialista". O se es socialista o catalanista. Ambas cosas imposible. 

A pesar de todo durante la campaña hizo venir a todos los grandes espadas del PSOE, compartiendo abrazos, y apoyos mutuos de hermanos del mismo partido. En esos momentos, ni por un instante se les ocurrió al trepa Montilla, considerar que los del PSOE o el gobierno, con Rodríguez Zapatero a la cabeza, fueran culpables de nada de lo que días después acusaría.

Perdidas las elecciones, y ya con las relucientes y engrasadas  navajas encima de la mesa,  y en el Consell Nacional lanza culebras contra el PSOE, al que hace referencia como si de un partido extraño para él se tratara, al que hace responsable de su mediocridad y de su incapacidad para saber dónde está y, al menos en teoría, de que él no preside un partido nacionalista, sino un partido socialista. Lo hace con la misma disparatada metedura de pata, que cuando compara un libro de historias mitológicas como la Biblia, con El Capital, sin apenas comprender lo que dice, suponemos que para hacerse simpático a un sector que jamás le votará, por mucho que se ponga de rodillas y simule rezos.

Montilla no sólo tiene una diarrea mental en cuanto a no saber qué significa cada cosa, en qué consiste una ideología u otra, de la que evidentemente carece, sino que además ni siquiera ha tenido el olfato político  de saber qué carta quedarse y qué le convenía.  Aunque fuera de forma oportunista. Seguramente creyó que apuntándose a lo mismo que domina a las castas políticas catalanas, es decir la cosa identitaria, y por lo tanto reaccionaria,  le iba a ser rentable. Que haciéndose simpático a la derecha de su partido, y al resto de la derecha pujoliana, le iban a perdonar su pecado de charnego, e  iban a considerarlo de los suyos. Pero ya se sabe: cuanto más se agacha uno, más se le ve el culo. 

En realidad ha estado remando en su contra durante toda la legislatura. Si Montilla hubiera tenido claro cuál era su ideología, de haberla tenido, hubiera actuado de muy distinta manera. Pero incluso ahora, cuando ya la catástrofe es un hecho, en lugar de reflexionar y ver adónde lo ha llevado su sumisión, trata de abundar en el error, cuando ya es un cadáver político. Pero precisamente  por carecer de guía ideológico, es incapaz de entender qué le ha pasado. Aunque por todo eso, quizá le importe poco.

U. Plaza


domingo, 12 de diciembre de 2010

LA CULTURA DEMOCRÁTICA INEXISTENTE


Sin ninguna duda el desprestigio de la fauna política, según todas las encuestas y lo que se percibe en la calle,  es por méritos propios. Es un hecho que cuando sale a la luz un escándalo de corrupción y de tanto calado como el caso Gürter o Pretoria, ocupa las primeras páginas de los periódicos y los informativos de todos los medios. Se dan todo lujo de detalles a pesar de que contra el sentido común se emplea el legal titulillo de "presuntos", que la más de las veces suscita risas cuando no indignación, por más correcto que se considere por la ley. 

Una vez pasada la ola, más periodística que otra cosa, entra en un terreno de cuasi silencio. Se dice que son los jueces los que están trabajado. Sin duda eso debe ser así. Pero es que en cuanto han pasado unos días del escándalo, todo parece, sino haber pasado al olvido, sí entrar en un terreno que no justifican los primeros síntomas de alerta con los que nos informaban de la trama de corrupción. Pronto la prensa nos ¿informan? de que lo que todo el mundo consideró un gran delito de unos políticos o sus periféricos, resulta que no era tan grave, se consideran faltas. Es decir que lo desinflan en gran parte; y como aquel que dice pasan, debido a una campaña de sus partidos, nada interesados en limpiar los establos de la políticas de corrupción, de ser unos delincuentes como todo apuntaba, a víctimas del celo de los contrincantes, de la policía y del fiscal que obedecen lo que dicen éstos para desprestigiar al  honorable, personaje pillado con las manos en la masa, que al parecer los millones no se los llevaba, sino que sólo los miraba, o quizá los contaba por pura distracción. Y hasta se piden responsabilidades políticas –que como es sabido rara vez se llevan a cabo- antes de que se pronuncien los jueces. Se trata de salvar al corrupto por los medios que sean. 

Esa falta de decisión y  mirar para otro lado de los máximos responsables políticos,  es lo que hace que la ciudadanía vea la escasa voluntad para acabar con la corrupción, por lo que lleva a considerar en las encuestas a esa casta de privilegiados como lo más impresentable.

Pero es una paradoja que esa misma ciudadanía carezca del suficiente criterio y educación democrática para  hacer lo que en buena lógica debiera: hacérselo pagar en las urnas. Una forma posible para el ciudadano, en los estrechos y controlados resortes del sistema de libertades políticas, en el que lo único que se permite es el derecho al pataleo. 

Sin embargo no sucede nada de eso. A lo sumo lo que hace el ciudadano en quedarse en casa y aumentar la abstención, desentendiéndose de  todo, como ha sucedido recientemente en Cataluña, por lo que el PSC ha perdido estrepitosamente las elecciones, aunque en este caso ha tenido que ver el rechazo de muchos  catalanes por la desastrosa política identitaria llevada a cabo por el Tripartito. 

El caso Gürter en Valencia con ramificaciones por media España, y el caso Pretoria en Cataluña –y se podría extender otras taifas y a numerosos ayuntamientos, cuyos alcaldes están implicados en procesos judiciales– en buena lógica democrática, debieran haber hecho que los partidos a los que pertenecen los implicados, por la nula acción de éstos contra la corrupción, se quedaran tras las elecciones en su mínima expresión en cuanto a apoyos populares. 


Sucede todo lo contrario. En Cataluña, a pesar del caso Pretoria en el que están implicados altos cargos del tinglado pujoliano; del escándalos del Palau cuyos desvalijadores incomprensiblemente siguen burlándose de los ciudadanos al disfrutar de plena libertad– han ganado las elecciones de forma indiscutible. Los votantes no  han tenido en cuenta ni la financiación ilegal o irregular del tinglado de la derecha catalana, con aquellos dos pesos pesados del pujolismo, Alavedra y  Prenafeta implicados. 

¿Y qué decir del gobierno del PP y del presidente Camps, de la Generalitat valenciana, que a pesar de todo cuanto se sabe, todo indica que los ciudadanos valencianos no sólo volverán a votarlos, sino que incluso pueden aumentar su poder electoral?

 Al igual que pasa con el PP a nivel nacional, que a pesar de seguir sin tomar carta en el asunto para acabar con ese monstruo  de la corrupción, ganará las elecciones generales, aunque en este caso sea más  porque el trabajo se lo está haciendo, ¡y de qué manera! el gobierno y el partido socialista a la derecha. 

La falta de cultura democrática de los españoles, en gran parte porque arrastramos el pacto entre clanes políticos de la Transición, donde todos, franquistas y oposición, muchos llegados a ésta en el último cuarto de hora, aún con los tubos hospitalarios atados al dictador presentes, hicieron que ese llamado pacto entre caballeros, lo tapara todo. Eso arraigó de tal manera, que aunque en el circo del disimulo que montan parezca que están a matar, en realidad no está en la intención de nadie sacar los trapos sucios de los demás, más allá de ese teatro: "No nos haremos daño, ¿verdad doctor? como dice el famoso chiste.

Llegando a la incompresible situación de que la gran mayoría de los ciudadanos, en lugar de castigar a los partidos condescendientes con la corrupción, les dan su apoyo. Parecen decir: como todos son iguales, de corruptos, votaremos a los nuestros, que son corruptos pero nuestros. 

Quizá para acabar con esta situación lo urgente fuera cambiar la ley electoral; listas abiertas, que permitiera al ciudadano elegir a los mejores o a los menos malos, no a los que deciden los clanes políticos que dominan. Pero eso no lo harán porque no les interesa ya que perderían en inmenso poder que tienen a la hora de decidir el reparto de prebendas, con las que se aseguran las suyas. Así que la democracia en España seguirá enferma y secuestrada por los jefes de los clanes políticos, salvo que haya un revulsivo ciudadano, que desmonte el tinglado en el que están instalados los jefes. 

U. Plaza








jueves, 9 de diciembre de 2010

LA PERSISTENTE CHULERÍA DE LOS AEROPIJOS



Evidentemente los aeropijos, como todo ciudadano tienen derecho a no declarar. Y además dicen que la Audiencia de Madrid no es competente. Eso lo determinarán los tribunales. Pero los ciudadanos, teniendo en cuenta el daño que han hecho y  en la catástrofe en la que sumieron al país, esperaban de ellos que tuvieran unos gramos de humildad y se olvidaran de la chulería de matones que vienen exhibiendo desde hace tantos años. Estos días, viéndoles las orejas al lobo, han simulado un súbito arrepentimiento, un mea culpa, diciendo que piden perdón y aceptando que la salvajada de señoritos fue un acto irresponsables. Se ha visto que era falso.

Porque, como vemos, todo es eso, una estrategia para tratar de enmendar en algo la condena de la opinión pública a un colectivo dispuesto a poner de rodillas al Estado, y a sus sufridos ciudadanos. En realidad con esta actitud vuelven a las andadas. No son conscientes de que han perdido. No sólo con el gobierno, sino con la opinión pública que no olvidará fácilmente que todo el chantaje se debió a un cálculo de ricos, que querían serlo más y tener más privilegios de los que ya tienen, incluso tratando de liquidar una decisión tomada por el Congreso, ya que la noche del viernes, querían que todo volviera al punto de partida. Y el gobierno se negó.Y decidieron seguir con los ciudadanos secuestrados.

Siguen siendo los mismos aeropijos y sin el menor atisbo de humildad. Digámoslo  una vez más: no estamos ante un colectivo de trabajadores, estamos ante un colectivo,  excesivamente bien pagado, pequeño que nos chantajea a todos; y eso había que cambiarlo. Si se tratara de un colectivo de trabajadores, de los que llevan mucho tiempo sin cobrar, que los hay; o por defender un convenio para mejorar sus condiciones de míseros salarios, entonces estaría justificada la huelga, por muy ilegal que fuera, y por muy salvaje que se considerara, porque sería cuestión de justicia. Pero no es eso. Parten con sueldos escandalosos y quieren más. Y han tenido poder para lograrlo hasta que se ha dicho ¡Basta! Y, aunque pensemos que debía haberse hecho antes, es preferible esto, que volver a las andadas dentro de unos días, en plenos días  de navidad, en los que seguro tenían previsto volver a estar enfermos.  Porque una huelga lo que se dice una huelga, nunca la han hecho. Han utilizado los medios que tienen  parar el servicio, diciendo que no estaban el huelga, que estaban enfermos. Y es que les debe hacer tal repelús compararse con los obreros, que lo de la huelga era algo que no entraba en sus cálculos. Preferían otros métodos como el de ponerse enfermos de forma colectiva: el chantaje.


Negándose a declarar, no hacen sino, ponerse todavía más en contra a los ciudadanos que les pagan el sueldo, los que para ganar lo que ellos en un año, suponiendo que tengan trabajo, necesitan diez años. Tienen derecho a negarse a declarar y establecer su defensa. Eso en los tribunales les servirá, pero ante millones de españoles, quedan por los suelos, más todavía, si es eso posible.

U. Plaza

martes, 7 de diciembre de 2010

LA DAMA TRISTE Y NUESTRA SALUD



Bien venida sea la segunda y tan dilatada,  ley antitabaco, por la mal hecha primera. Es algo esperado por la mayoría de los ciudadanos, y por la que vienen luchando los colectivos médicos desde hace mucho tiempo. Pero lo  impresentable es que La Dama Triste, la ministra de Economía trate  de vendernos  la decisión de  la subida del precio del tabaco, como que lo ha hecho, para el bien de nuestra salud. Eso es un insulto a la inteligencia de los españoles. La subida del tabaco es simplemente una forma de recaudar, que puede ser bien visto por mucha gente que no fuma, pero que no deja de ser  una medida recaudatoria más, y como tal se debe considerar.   

Porque, si tanto les preocupara nuestra salud al gobierno, y en concreto a La Dama Triste, que nada tiene que ver con Sanidad, y sí con las finanzas, ¿por qué han tardado tanto en poner en marcha la ley antitabaco y además tan chapucera la primera, que ha hecho que sea tan fácil saltársela, que ha hecho necesario que cinco años después haya fracasado y se tenga que hacer otra ley mejor? Son conceptos distintos y como tal debieran haberse tratado. Decir claramente que se sube el tabaco porque el Estado necesita dinero y el sector es un campo abonado para sacarlo, y además con un alto grado de consenso.

La Dama Triste, señora Salgado, consciente de que la subida del precio del tabaco, como toda subida, molesta a los consumidores, y porque llueve sobre mojado tras las reaccionarias medidas decididas por el gobierno, cada vez más escorado a la derecha,  que protegen a los más favorecidos, a los ricos, tenía que salir justificando la medida como "protección de la salud", no para  recaudar, como una medida sanitaria y benévola. 

Ha tratado de dulcificar  el caramelo amargo, con otro más endulcorado, innecesariamente. Es burdo y carente de sentido. Pero si cree estar en lo cierto nos gustaría que hiciera lo mismo aplicándole esa misma receta a los grandes capitales que pagan pocos impuestos, al fraude fiscal y a aquellos que se lo llevan a los paraísos fiscales, que sin duda son mucho  más nocivos para la salud de todos los españoles. 

Como también nos gustaría que La Dama Triste, de consuno con todo el gobierno, elaborara una ley para que los políticos delincuentes, los  que meten la mano en la caja de todos, no se fueran de rositas, con unos meses de nada en la cárcel, y  a veces como sabemos, ni eso; que después salen de ella millonarios y descaradamente se pasean ante nuestras narices con lo robado. Es decir, una ley  que mientras no devolvieran los robado, se pudrieran entre rejas, y sin privilegios. Ellos y sus cómplices. Eso sí que ayudaría a elevar la salud de los ciudadanos y de paso, y de qué manera, a sanear las arcas del Estado. Y algo muy importante: a limpiar los establos de Augías, de la política, para lo que haría falta un Heracles, por los niveles que  ha alcanzado. 

Basta echar una mirada a los múltiples casos, que tras años de proceso, los ciudadanos tenemos la sensación de que al final, la legión  de picapleitos que intervienen, con interpretaciones y vericuetos legales, convierten los que fue en su día un escándalo de ladrones de guante blanco en meras faltas. Incluso, hasta se puede culpar al juez de haber prevaricado porque ha puesto de manifiesto ciertas connivencias entre aquellos y el presunto ladrón. 

Esta muy bien que La Dama Triste mire por nuestra salud, pero hay que hacerlo a todos los niveles, porque con lo que se defrauda y se roba, habría para asegurarle a muchos parados su estabilidad, e incluso serviría para mejorar las instalaciones sanitarias. La salud luchando contra el tabaquismo es muy importante, y bien sea, y la esperamos con ansiedad, pero con medidas contra el fraude fiscal y el de los políticos "que están ahí para forrarse", sería más eficaz para la salud de los ciudadanos y para la salud de la democracia.

U. Plaza

domingo, 5 de diciembre de 2010

REVELADA ESCLAVITUD EN ESPAÑA




Así van los controladores conducidos a punta de pistola.


Gracias a  la situación a la que se han visto abocados los controladores–sin duda contra su voluntad y forzados por su terrible situación– , hemos podido enterarnos de que en España existe un importante foco de esclavitud, propiciada y sostenida por el propio Estado,  de lo más inhumano, y mucho peor que la que existen en algunos países, que con tanto énfasis critican algunas organizaciones, pero que guardan silencio de la situación de estos compatriotas, de los que nadie se acuerda. 

Así nos lo ha hecho saber una desconsolada Merche Canaleja, del colectivo de controladores esclavos. Hay que reconocer que los esclavistas, han desarrollado sus malignas y explotadoras intenciones, en connivencia con el gobierno, de la forma más  siniestra, retorcida y maquiavélica. Para sumir en la mayor  degradante e ignominiosa situación a los esclavos, los esclavistas no han escatimado malévolos medios. De entrada lo han hecho por la vía del disimulo, casi clandestinamente. Y para que la civilizada Europa no se percate de la injusticia a la que están sometidos los esclavos controladores, ocultan que son apaleados a latigazos  de unos 200.000 euros anuales, con lo que eso duele, y que  empeora sustancialmente la situación de los esclavos, digamos, normales. Por ejemplo del resto de los trabajadores, expoliados por las medidas del gobierno. Los españoles, en nuestra ignorancia creíamos que ya esas prácticas de la esclavitud tan duras, que padece el colectivo de controladores sin piedad, habían desaparecido en nuestro país, y mira por donde las tenemos a nuestra vista.
Una vez enterados de esta situación debemos exigir a quien corresponda, que  intervenga la ONU, Amnistía Internacional y cuantos organismos internacionales de derechos humanos existan, que hasta ahora hacían caso omiso del sufrimiento de este colectivo marginado, dedicándose a tonterías como la pena de muerte, el maltrato a la mujer y a los niños, las torturas en Iraq y el genocidio por parte de Bush y sus acólitos de las Azores o Guantánamo y otras minucias, olvidándose de lo importante.  
Un controlador  llevado  a la fuerza a  las torres de control.

Y visto este agravio comparativo, hay que decir que los cuatro millones de parados,  dejen de  hacerse las víctimas y  de lagrimear,   y de quejarse; los que están parados y cobran 800 euros al mes, o menos; el millón largo que pronto estarán sin ninguna ayuda por habérsela retirado el gobierno –siempre atento a las necesidades de los poderosos banqueros a los que sirven–, que no nos molesten más con sus pijaditatas. Y que los que están siendo desalojados de sus casas por los depredadores del capitalismo salvaje de los bancos por no poder hacer frente a la usura impuesta, que no nos den más la tabarra; que esos que cada día van a rebuscar entre la basura, duermen en la calle con frío o calor, y los que acuden con sus hijos a los comedores solidarios para poder hacer al menos una comida decente al día, que se dejen de tonterías imaginarias. Porque, si consideran que están mal, su situación no se parece en nada a la de los esclavos controladores. Y que no olviden esos desaprensivos, que sus situación puede empeorar. Basta con que se les aplique el mismo régimen de esclavitud que padecen los controladores, incluso con la amenaza de propinarle los mismos latigazos de 200.000 euros al año, con lo que sabrían lo que vale un peine. Sería terrible. 

U. Plaza

LAS PRIORIDADES DE LOS TIRANOS


Un Estado moderno ha de prepararse para abordar eventualidades de catástrofes naturales, sean incendios, sequías o de cualquier otra índole que pueda crear problemas a la población. Un Estado invasor sólo se prepara para impedir que los ciudadanos del terreno invadido, pueda recuperarlo, armándose hasta los dientes, cueste lo que cueste.

El pavoroso incendio que asola Israel, ha demostrado las carencia en cosas tan importantes. Un Estado terrorista como Israel tiene otras prioridades; y prevenir   una posible catástrofe natural no es lo que más le  preocupa, y no se preparan para eso. Es prioritario para sus gobernantes reprimir y aterrorizar  a los ciudadanos que están siendo esclavizados en su propia tierra, como le sucede al pueblo palestino. El mismo jefe del gobierno derechista israelí  ha reconocido su absoluta falta de prevención. 

Decenas de muertos es el balance provisional. Es una catástrofe, pero el Estado israelí que es el mejor armado y que tiene el presupuesto militar más gigantesco y terrorífico del mundo, que gasta una desorbitada millonada en la represión contra los palestinos, amén de río de dinero que le llega de los fundamentalistas estadounidenses. Ese Estado no es capaz de sofocar un incendio, porque no entra en sus planes la prevención; se ve impotente para apagar un incendio por falta de medios y ha tenido que pedir ayuda a numerosos países para extinguirlo. Es curioso que los que reprimen y asesinan hasta a cooperantes que intentan que los niños palestinos reciban algo para que no mueran de hambre, ahora piden ayuda, cuando su potencial dedicado a la muerte de los demás, sería suficiente para sofocar el fuego y para evitar que miles de personas vivan, si dedicaran parte del presupuesto a la vida y no a la muerte. Es la forma curiosa de gastar el denero, solo para la muerte...de los demás.

U. Plaza

sábado, 4 de diciembre de 2010

BIEN, PERO TARDE: DÉBIL CON LOS FUERTES, FUERTE CON LOS DÉBILES



La repuesta del gobierno ante al chantaje que los aristócratas aeropijos, con sueldos escandalosos, ha sido correcta para frenar semejante desafío a todos los españoles por un grupo de privilegiados sin escrúpulos. No son trabajadores que luchan por unas mejoras salariales que les permita poder salir de apuros, como le sucede a la inmensa mayoría, suponiendo que tenga trabajo. La actuación ha sido correcta, pero ha llegado algo tarde, cuando el  mal que querían hacerle a todos los españoles y al turismo,  en un puente como el de la Constitución, ya estaba hecho. El gobierno debía saber lo que podía ocurrir si los controladores, subidos en su egoísmo de casta, llevaban a cabo un chante como el que ha puesto en marcha. Y haber tenido un plan para responder de inmediato. Incluso tener redactado el Decreto que al final ha hecho posible que estos señoritos supieran que no se puede poner de rodillas al Estado y a medio millos de ciudadanos que desean viajar. Un minuto después de que los controladores empezaran sus colectivo chantaje, el decreto debía haber sido una realidad, para cortarlo de raíz y evitar lo que se ha producido.

Contrasta la tolerancia que el gobierno socialista tiene a la hora de enfrentarse con los poderosos a todos los niveles, con la rapidez con que actúa para imponerle restricciones a los más débiles. Contrasta ver con la facilidad con que recorta el sueldo a los trabajadores, congela las pensiones, retira la miseria que representa los 426 euros  a los trabajadores en paro de larga duración; o con la imposición de que hayan de  cotizas hasta los 67 años. Como contrasta con que dejen indefensas a miles de familias chantajeadas por los banqueros que son los culpables del desastre económico,  que les exigen que abandonen sus casas al no poder hacer frente a las hipotecas, por no tener trabajo. Sobre todo porque fueron ellos los que provocaron esta situación, ofreciendo hipotecas por encima de lo razonable en su afán por ganar dinero. 

El gobierno, sin duda, se impone con los débiles, pero es complaciente con los poderosos; como estamos viendo con el expolio de los hipotecados por los banqueros; es de justicia que se impida que esos millonarios, que han recibido una ingente cantidad de millones de dinero público; que no se cortan a la hora de mostrar sus beneficios y reparto entre los directivos de los consejos de administración. Es de justicia en una situación de desesperación de cientos de miles de familia, que el gobierno haga algo, y pronto, ara impedir que miles de familias sean puestas en la calle. Eso sería actuar con diligencia, pero sobre todo con justicia.

El gobierno, al final ha actuado bien con los aeropijos, aunque tarde  –y esperamos que no se vuelva a permitir–, precisamente porque son poderosos y no ha querido meter el bisturí como debiera, hace ya tiempo, para acortar privilegios antes de la catástrofe que han organizado, mucho antes. Lo mismo  que debiera hacer  con  banqueros, que también afecta a cientos de miles de familias, pero  porque no se produce de forma puntual y con es despliegue de medios; pero los sufrimientos de esas personas, los padecen de forma individual.

U. Plaza