martes, 7 de abril de 2015

CIUDADANOS EN CATALUÑA Y LOS PARTIDOS SATÉLITES DE LA DERECHA NACIONALISTA


  Ciudadanos, que hoy emula al PP en el resto de España, y tiene pinta de ser la derecha próxima por poco esfuerzo que haga Rajoy y sus huestes; y por la que apuesten los verdaderos poderes, que los apoyarán para que todo siga igual con apariencia de cambios. En Cataluña Ciudadanos ha jugado desde que nació un buen papel, en algún sentido. 

   Durante los años de su existencia, la verdadera oposición al pujolismo fue Ciudadanos, ante los disparates de CiU primero,  y  el Tripartido lacayuno y amontillado después, (Convocar una manifestación contra el Estado desde el Estado es todo un ejemplo)  junto a los partidos de los que todo el mundo conocía como el PUC (Partit Únic Català), que englobaban al resto del arco parlamentario, incluido el PP. Aunque éste apareciera como contrincante de CiU; porque a la hora de apoyar las políticas más reaccionarias contra las clases populares, CiU y PP (y el PSOE cuando gobernó), estaban de acuerdo en todo, tanto en el parlamento del cacicato catalán como en el Congreso de los Diputados. 

   Y Ciudadanos, al ser de facto los únicos que se oponían a todos los desmanes del nacionalismo, pusieron de manifiesto las desvergüenzas de los partidos que recibían sus votos de los trabajadores, principalmente de los de la antigua inmigración, castellano hablantes en su inmensa mayoría, y que tras pedirles el voto, despreciaban, haciendo políticas que nada tenían que ver con ellos; porque en realidad estaban en la órbita de la banda pujoliana, y después imitando al aventurero Mas y a los ultras de ERC. 

    Ha quedado claro que estos partidos, desde el PSC, dirigido por gentes de la derecha nacionalista, que ahora pastan en prados independentistas, tan iguales a CDC, que nunca lograron ganar unas eleciones, precisamente por apostar por el nacionalismo en vez de por la razón de clase, como corresponde a un partido que se dice socialista. Dándole en bandeja los triunfos a CiU, que  nunca fue más allá del 25 % de los votos populares. 

   Lo mismo se puede decir de los "verdugos" del PSUC, esa cosa incolora e insípida de la burguesía nacionalista catalana, y que viene de lejos (desde el propio nacimiento del PSUC, pero sobre todo desde que la derecha interna fue ocupando la dirección en la época del "Guti"), los que liquidaron al partido que había sido el único que luchó contra la dictadura; y apoyaron, primero con disimulo aparente su apuesta nacionalista, y después de forma descarada, hasta llegar a la degeneración de ahora; llevadolos a su inutilidad como fuerza política, ni que fuera para mantener el chiringuito, que ahora se deshace a marchas forzadas, y que intentan disimular con alianzas nuevas con fuerzas emergentes   en las  elecciones municipales, donde se  diluyen. Para eso sirvió la liquidación del PSUC. Sobre todo sirvió a la burguesía que no cambió un ápice en gobernar por ser protegida y protectora del franquismo, a ser demócratas de toda la vida, ocultando sus biografía franquistas  en no pocas ocasiones. 

   Estando en la órbita de los amos del cotarro, se unieron al cacique Mas, el que los ha arrastrado a la insignificancia de la mano de Herrerra y otros de sus conmilitones. El que causó vergüenza ajena, como el resto de los partidos del PUC, en la comparecencia de Pujol en el parlamento catalán. Donde también fue Ciudadanos quien le plantó cara al patriarca, sin aceptar su broncas. Habría que preguntarse si aquel guante blanco sonrojan para el ciudadano que comprobaba sus connivencias, que exhibieron los partidos de PUC con el patriarca se debía a aquello tan gráfico que éste enarboló de "la caiguda de les branques,  i que si cau una cauen totes" (la caída de las ramas y si cae una caen todas), como una amenaza nada velada, que todos debieron entender.

  Ahora, tras tantos años de servilismo, se dan cuenta de que respirar los mismos efluvios nacionalistas, o independentistas de la derecha corrupta catalana,  los lleva a la desaparición; porque su electorado nada tiene que ver con esas prácticas  y delirios del nacionalismo. Y los abandona a marchas forzadas. Por lo cual dicen no querer entrar en las últimas aventuras del cacique, el rey Arturo (Mas) y  de su animador el ultra Junqueras, capaz de llevar al abismo la sociedad, apoyando a un gobierno encargado de liquidar la Sanidad Pública. 

   Y siguen diciendo lo del derecho a decidir, cuando la liquidación de los derechos sociales lo han decidido ellos, o lo han apoyado, sin el menor sonrojo de seguir llamándose "esquerra", siendo la ultra derecha por sus políticas, embarcados en un ruta que saben no tiene salida. Y que ya ha logrado dividir a la sociedad catalana, mientras siguen los desahucios y miles de niños están subalimentados y se gastan millones en los preparativos de la puesta es escena de sus delirios decimonónicos, por no decir medievales en pleno siglo XXI. 

   Así que ante la convocatoria por el talibanismo de unas elecciones que dicen serán "plebiscitarias", sin que la "plebe" participe,  los iniciativos y los del PSC –estos se dieron cuenta antes, aunque no acaban de rematarlo–, se bajan de carro en el que estuvieron junto a la derecha catalana, para ver si el destrozo ocasionado por el abandono de sus naturales votantes, pueden paliarlo. Pero a pesar de lo cual, en ningún momento, ni PSC ni lo iniciativos hacen una declaración de renuncia a los disparates, ni se plantean ser partidos de clase, no meros palanganeros de la derecha desmadrada, que utiliza los sentimientos primarios para sus negocios, como es sabido.

  El hecho de que tanto PSC como ICV-EUiA dejaran que fuera Ciudadanos la única oposición, ha hecho que votantes de estos partidos que se sentían abandonados, les votaran por su indefinición ideológica, la que hoy ha quedado evidente su ideología de derechas. Como era evidente la ideología de los dos partidos asimismo llamados de izquierdas, que remaron durante tres décadas por la cosa identitaria, con lo que les asaban las castañas a CiU, como fuerza de la Oligarquía. 

  Pero no parece que sean conscientes de ello, más allá de intentar estrategias de supervivencia. Nada de, como partidos de izquierdas, tener como referencia la condición de clase. Nada de eso. Todo lo demás, es seguir sirviendo a los amos, perdiéndose en fantasías identitarias, mientras se destruyen los servicios públicos, y los amos siguen haciendo caja.

Ubaldo Plaza

jueves, 29 de enero de 2015

OPERACIÓN TROIKA, NO DE SUSANA


   Pactar con los presuntos socialistas (presuntos porque nadie en su sano juicio puede acusar a los dirigentes del actual PSOE inventado por González y otros, de socialistas) –los dirigentes, no sus bases y ni sus votantes–, es lo peor que se puede hacer desde la izquierda. E IU debía haberlo sabido antes de comprometerse con "los que no son de fiar", como dicen ahora. Desde el primer día hubo advertencias en ese sentido, que desoyeron. Las de Julio Anguita, entre otros.

   De todos los proyectos de ley previstos en el pacto entre IU y PSOE en Andalucía, casi todo ha quedado en aguas de borrajas. Los dirigentes del PSOE son maestros en eso de dilatar las cosas para que no se aborden los problemas que de verdad puedan cambiar la situación. Ahora, en IU dicen que la ambiciosa aspirante que tiene la vista en Madrid, los ha traicionado. Pero ese es el ADN de la socialdemocracia desde hace 100 años, que ya ni siquiera es socialdemocracia, porque ha perdido todas sus señas de identidad.

   Son la reserva de la derecha cuando ésta pierde las posibilidades de seguir gobernando en favor de los suyos, los poderosos. Y, sin duda, Susanita la del ratón chiquitín, y ambiciones gigantescas no es diferente. La que blinda a sus imputados sin rubor –seguramente por imposición de quien en la sombra así lo exige– con aforamientos indecentes, también traicionará a Andalucía, llegado el momento. La Andalucía que no es más que el trampolín para sus desaforadas ambiciones personales de quien no es nadie y aspira a todo, sin importarle cómo lo consiga. Porque está ahora en otro escenario que nada tiene que ver con los intereses andaluces y populares. 

   Porque Susanita es la manijera del caudillo que se sienta en el Consejo de Administración de una multinacional; el que apuesta por una "Gran Coalición" con quien ha arruinado a las clases populares, para frenar la ola de indignación ciudadana, que puede dar al traste con toda la ingeniería política y social urdida por los dos partidos del Régimen. 

  Es, salvando la distancia en el tiempo, pero no los objetivos, la misma trampa de la llamada Transición. Ponerse de acuerdo para que todo siga igual. Y tratan de que la historia se repita. Aunque es posible que si entonces fue una tragedia que la pagamos todos los españoles con una democracia de bajísimo contenido, ahora lo sea como farsa, como dijera Marx; y el resultado se parezca mucho a esa caricatura llamada PASOK, por querer llevar a las últimas consecuencias la Gran Coalición. Incluso si se hace con pactos ocultos, y broncas públicas entre ambos partidos del régimen, para confundir al personal. Porque parece que hay ya mucha gente que no comulga con las ruedas de molino con las que la han lapidado hasta ahora.

    Porque el verdadero hombre de la derecha en la Transición fue el caudillo de aquel recién inventado PSOE, que nada tenía que ver con el histórico; el que hoy se desespera por lo que pasa en Venezuela. Pero no dijo ni dice nada de cuando su maestro y amigo Carlos Andrés Perez (CAP), el presidente de Venezuela (en realidad de las multinacionales yanquis en Venezuela), mandó disparar en el "Caracazo" con el resultado de miles de muertos. Aquella Venezuela era para él mejor que la actual. 

  Y era el caudillo del aquel PSOE el verdadero hombre de la derecha, para garantizarle los privilegios al franquismo de los negocios, el verdadero franquismo, el que persiste, el de la banca y el de las leyes mordaza; el de leyes laborales esclavistas; el de los desahucios. Por eso nunca, ni en los casi 14 años de su cacicato, ni en los casi 8 del posterios "zapaterato" merkeliano quisieron desmontar el franquismo. Les iba bien a los dos partidos del régimen.  Y ahora eso está en peligro y saltan las alarmas. 

   Y hoy, Susanita se presta a una operación contra IU y Podemos, para ver si pueden enderezar las cosas para que nada cambie. Es una operación de altos vuelos, como fue la de la transición. Nada regional. Si les sale bien, podrán acometer la principal en toda España. En este y  no en otros escenarios hay que buscar las "razones" –ambiciones personales aparte– en la convocatoria de las elecciones andaluzas, cuando el gobierno era perfectamente estable. Hay excusas de mal pagador, que quedan al descubierto. Y para eso no dudan en poner a los pies de los caballos a su recién elegido secretario general.

   Porque los gurús que mueven los hilos están en otra cosa. Y que la izquierda esté en un gobierno, aunque sea regional, no gusta a los verdaderos amos, porque puede ser un mal ejemplo para el gobierno de España. Y eso sí puede ser grave. Y los servidores del estatus son fieles y cumplen. Porque tras la "tragedia griega", para inquietud de los amos del mundo, de los fabricantes de miserias, todos los manijeros se han puesto manos a la obra para ver si pueden corregir la "anomaía" de que lo que decidan los ciudadanos se cumpla.  Para que todo siga como hasta ahora: tragedia, pero de verdad, para los pueblos. Porque la Operación "Gran Coalición", es más "Operación Troika". 

Ubaldo Plaza 

lunes, 26 de enero de 2015

GRECIA, ESTA VEZ, VOTA POR UN PRIMER MINISTRO Y UN GOBIERNO GRIEGOS


En las elecciones que tuvieron lugar en Grecia en 2012, los griegos estuvieron a punto de hacer lo que acaban de hacer ahora. Entonces, como ahora, se pusieron en marcha todos los poderes del mundo mundial para impedirlo. El "terrorismo financiero", y el IV Reich, con la devastadora Angela Merkel a la cabeza, utilizaron sus misiles en forma de amenazas; presagiaban todos los males de los infiernos para quien se saliera de los carriles ortodoxos impuestos por la Troika, ese jinete de la Apocalipsis para los pueblos. Todos los economistas y mercenarios tertulianos de la falsimedia a su servicio, algunos con engañosas etiquetas de "progresistas", que los vemos cada día desgañitarse defendiendo a sus amos con aparentes críticas puntuales al sistema, para mejor vender su mensaje, abundaban en la necesidad de no caer en lo que la derecha más salvaje y depredadora, bautizó como populismo. 

    En 2012  les funcionó y la mayoría de los griegos creyeron en los cantos de sirena de los fabricantes de miseria. Pero en lugar de sobrellevar la situación o mejorarla, la Troika y el gobierno del protectorado alemán aprovechó que había ganado las elecciones para afilar los cuchillos del expolio a los ciudadanos griegos. Millones de personas fueron cayendo en la miseria. Niños desnutridos y millones de personas despedidas por el cierre de miles de industrias y comercios, que acabaron hundiendo en la más absoluta de las miserias a amplias capas de la población; las clases medias no sólo se proletarizaron, sino que se convirtieron, como los trabajadores desempleados, en mendigos. 

   Las recetas que habían aplicado los banqueros del IV Reich, la Troika, y toda la fauna de salvajes e inmorales financieros y colaboradores, dio como resultado lo que habían previsto: mayores sacrificios y acelerar el expolio del pueblo griego. Ensayo para ser aplicado al resto del Continente europeo, en especial a los países del sur. Ellos lo sabían, sin duda. Porque son inmorales, pero no idiotas. Y sus medidas las pusieron en marcha precisamente para eso, no para que Grecia saliera de la crisis, que los grandes poderes financieros provocaron. En todo caso era para establecer un sistema de austeridad –léase de pobreza de la mayoría, e inmensas riquezas de unos cuantos–, que se instaurara como un hecho de normalidad, dejando definitivamente atrás lo que se llamó el pacto social que tuvo lugar tras la Segunda Guerra Mundial, y que tantos años llevan pergeñando, con la ayuda valiosa de parte de la socialdemocracia, que dejó de serlo hace muchos años. 

  Todo lo que esos poderes vienen poniendo en marcha desde mucho antes de la crisis, está diseñado en la misma dirección: liquidar derechos conquistados durante los últimos 200 años por los pueblos, liquidar la civilización tal como la conocemos en Europa. 

   En las elecciones que tuvieron lugar ayer, también se pusieron en marcha, incluso con mayor escándalo, los misiles chantajistas de todos los poderosos del mundo, con calculados movimientos de bolsas para que los griegos se aterrorizaran ante la llegada de un gobierno que no esté dispuesto aceptar sus recetas de empobrecimiento. Acusaron a los candidatos de Syriza de querer dinamitar la Unión Europea; de que si ganaban lo primero que iban a hacer era salir de la zona euro; que si no salían ellos voluntariamente serían expulsados, etc., provocando el desastre. 

 Pero el desastre ya estaba en Grecia. Y los griegos esta vez no se han dejado vencer por el chantaje de la Troika, del IV Reich y tutti quanti  mercenario se pusieron a su servicio. Los griegos, en esta ocasión había aprendido de su propia historia, de sus mitos. Y como Ulises, se taparon los oídos ante los nuevos canto de sirenas de la destructora Troika.

  Ahora Grecia podrá tener por primera vez un gobierno y un primer ministro griegos. Podrá negociar la deuda contraída por los poderosos y que le hacen pagar a los ciudadanos, con vistas a los intereses de estos, no de los banqueros alemanes. Porque Grecia, como todos los pueblos de Europa, lo que ansían es la construcción de una Europa  unida en la solidaridad; no una Europa de los mercaderes, que ponen por delante los intereses del capital a los de los pueblos. De nada sirve a los pueblos una Europa en la que gran parte de sus ciudadanos estén en la miseria, mientras las grandes fortunas cada día se incrementan más y más. 

   Pero si hasta ayer Grecia, el pueblo laborioso griego, necesitaba la solidaridad del resto de los pueblos europeos para salir de las devastadoras políticas aplicadas por la Merkel y la Troika, a partir de hoy necesita más que nunca nuestra solidaridad para que los "tanques" y "bombardeos" que en diversas formas esos poderes antidemocráticos le lanzarán, no acaben con las esperanzas de los griegos en recuperar la dignidad vendida por sus dirigentes a los mercaderes inmorales. 

  Y la mejor manera de ayudar a los griegos no es otra que hacer lo mismo que han hecho ellos en Grecia, en  nuestros respectivos países: expulsar a los gobiernos, a los colaboracionistas en las políticas de saqueo, y recuperar también la dignidad y la democracia secuestrada por éstos.  

   Rajoy, el que defiende y aplica las políticas que le ordena la Merkel y la Troika, fue a apoyar al delegado de la Merkel, Samaras, para que todo siguiera igual. Los españoles debemos mandar a la cola del paro a Rajoy –esta vez de verdad y no como un cartel publicitario como hizo cuando mentía antes de las elecciones de 2011– y restablecer la cada vez más deteriorada democracia, que día a día se ve más amenazada por las agresiones como la Ley Mordaza, para impedir las protestas que sus reaccionarias y serviles políticas provocan. 

Ubaldo Plaza

jueves, 8 de enero de 2015

ALGUNOS MITOS PARA EL USO DE INGENUOS


A raíz de un artículo sobre Miquel Roca de Isidro Carpio en Crónica Global


   Con Roca pasó como con Pujol, que intereses espurios los convirtieron, a uno en “Padre de la Patria", y al otro un "hombre de Estado". Ambas cosas eran escandalosamente falsas.  Y todos lo sabían, pero las alimentaban. Simplemente interesó a algunos –equivocadamente a mi parecer–, que estuviera un nacionalista en el parto de la Constitución, manteniendo el error continuado para que los nacionalistas se sintieran cómodos con ella. Pero como hemos visto reiteradamente toda la pólvora que se da a los nacionalistas la aprovechan para atacar en cuanto tienen ocasión; porque no lo olvidemos, el nacionalismo por naturaleza, no es democrático. Y simula serlo cuando no puede hacer otra cosa, como pasa con la burguesía que lo es mientras todo le es favorable. Cuando se le tuerce o cree que se le puede torcer el disfrute de sus privilegios, se tira al monte. Y aprovecha lo conseguido con extraños manejos  para atacar en cuanto tienen ocasión.

   Y con Pujol tres cuartos de los mismo: Les interesaba, tanto a González como a Aznar (en realidad a la oligarquía española, la catalana incluida), sus apoyos. Y la falsimedia, la prensa, lo convirtió en un "moderado" capaz de "ayudar a la gobernabilidad de España". En realidad ayudaba a sus cuentas corrientes de patriota.


   Son mitos modernos creados para uso de ingenuos. Porque ni Roca era Gran Padre de la Patria, sino que interesó a otros incluirlo en aquel contexto de la Transición, en lugar de releer la historia y saber el daño que el nacionalismo ha hecho en todas partes a  la convivencia, ni Pujol era otra cosa que un mercader que también interesó alzarlo al Olimpo de la capacidad política a pesar de su limitaciones, como afirma Alfons Quità, que  conoce muy bien al personaje y sus disimulos.

    Como mito fue Felipe González y Alfonso Guerra, que hasta les colaron a millones de españoles que eran ¡socialistas! Y se podría ampliar la lista de muchos otros notables de entonces. Por ejemplo Nacís Serra, el de Caixa de Catalunya, el ministro, que también decía ser "socialista", siendo de la misma camada que Roca, de aquel FLP (Frente de Liberación Popular, "felipe") que para mayor escarnio, en Cataluña de llamaba FOC (Frente Obrero de Cataluña). La lista sería interminable. 

  No es extraño que hayamos llegado a este estado de descomposición del Régimen teniendo en cuenta que nadie era lo que decía ser. De promover la lucha obrera ¡y hasta la lucha armada! a defender a la monarquía y las desigualdades que agobian a millones de españoles; o entrar en una entidad bancaria para desmembrarla y arruinar a muchos pequeños ahorradores; o en un consejo de administración de una multinacional previamente privatizada, sin renunciar al sueldo oficial de  excargo público. Y decir aquello que demostraba su ignorancia de trileros, o sus calculadas intenciones "hay que ser antes socialista que marxista".  ¡Ahí es nada!

   ¡Qué bien se deben defender los intereses de las clases populares y socialistas desde los Consejos de Administración de la Oligarquía!

   Los lodos que hoy nos enfangan en la interminable corrupción no son extraños a aquellos polvos aventados por tanto personaje cucañero. 


Ubaldo Plaza

domingo, 30 de noviembre de 2014

EL EXTRAÑO ASCENSO DE MARIANO

 


 Siempre me pareció que a Mariano Rajoy le venia muy grande el traje de presidente del gobierno. Dio muestras de ello siendo ministro de Aznar. Cuando fue designado como candidato por éste, quedó en evidencia que lo hacía porque así podría manejar el expresidente del gobierno desde su cómodo retiro teniendo un personaje como Rajoy en lugar de otro con capacidad de tomar las decisiones que un presidente del gobierno ha de tomar. Después por la aventura bélica y lacayuna de Aznar con Bush, perdió las elecciones, que fue cuando tuvimos que padecer el nefasto periodo –otro mas– de un gobierno de España con Zapatero. Hasta que llegó Rajoy.

   El estilo Rajoy de no abordar los problemas de forma inmediata, dejándolos pudrir a la espera de que se solucionen solos, fue ensalzado por sus propagandistas, como un método que hacía poner nerviosos a sus contrincantes, para acabar venciéndolos por cansancio. Y si bien pareció funcionarle en cuestiones menores, en realidad lo que se demostraba, más que habilidad política era su incapacidad para abordar los problemas, que como presidente del gobierno de España la ciudadanía le demandaba. 

   Se vio envuelto en la cada vez mas insoportable corrupción, con acusaciones a su propias persona, de connivencias extrañas y "ensobradas" con el tesorero de su partido que él había designado; lo que en cualquier país de Europa le hubiera hecho dimitir, por el bien de las instituciones democráticas. Mariano se enrrocó, ante la inexistencia de una costumbre ética política o instrumentos legales y EFICACES para hacerle dimitir.  Y miró para otro lado como de costumbre, a la espera de que los problemas se solucionaran solos, por cansancio de la oposición, sin importarle el daño que hacía a las instituciones democráticas con su empecinamiento, que perdían crédito y confianza entre los españoles.

    En 2012, ante el insólito desafío desde dentro de las instituciones del Estado, la Generalidad, de un responsable político en una democracia, de un aventurero como  Arturo Mas, echado al monte, para apropiarse del discurso del talibanismo independentista que encabezaba principalmente los ERC, a lo que dócilmente siguieron el resto de los partidos nacionalistas, el PSC e ICV-EUiA, Mariano no cambió de estrategia. 

     En aquella ocasión a Mariano Rajoy sólo se le ocurrió responder al desafío del gobierno de la Generalidad y del aventurero Arturo Mas, que tildándolo de "algarabía". En lugar de ver la realidad de que estábamos ante un ataque frontal y brutal a la democracia y a la convivencia por parte de los privilegiados de la burguesía catalana, insolidaria y egoísta, como siempre. Los que habían decidido siempre, invocaban el derecho a decidir, naturalmente lo que ellos querían. 

   Mariano se pasó los dos años siguientes sin saber qué hacer, y alimentando toda clase se desafíos, inmovil, silbando como el baturro del tren, sin darse cuenta de que mientras contemplaba el paisaje, el tren arrollaba la democracia y las libertades ciudadanas en Cataluña. 

   Todos los medios de manipulación catalanes –los públicos pagados por todos y los privados subvencionados, obviamente también con dinero público–, puestos al servicio del independentismo, sin el menor disimulo. Los medios catalanes absolutamente entregado a la causa del poder. Lo que más bien parece que Goebbels ha resucitado y se pasea tan campante todos los días por ellos.

   ¿Y qué hacían mientras tanto los medios catalanes controlados por el gobierno, TVE y RNE y el resto de los medios en sus desconexiones, la SER, ONDA CERO? Pues comportarse como los medios nacionalistas, abundando en la misma idea. Mientras que en los controlados por la Generalidad apenas es posible discrepar del pensamiento único del régimen, en los que controla el gobierno tienen abiertos sus micrófonos y espacios televisivos para su propaganda, con el mismo comportamiento servil que los que controla Mas, todo independentista que lo desee. Los medios que controla el gobierno, tan manipulados como los de la Generalidad en otros terrenos, son incapaces de desenmascarar las sarta de mentiras que las 24 horas del día lanzan contra el ciudadano indefenso los medios nacionalistas. 

   Pero Mariano siguió y sigue en el guindo. Se ha pasado dos años diciendo que haría cumplir la legalidad en Cataluña, al tiempo que Mas y sus pretorianos de los partidos que siguen llamándose de izquierdas, arreciaban los pasos para subvertirla. Tanto insistía el presidente en sus afirmaciones de que se cumpliría le legalidad, que los catalanes, primeras víctimas de Mas y sus mamporreros, los que han dividido a la sociedad, familias y amistades inculuidos, pensaban que tendría algún plan que impidiera que los catalanes hiciéramos el ridículo ante el mundo civilizado, con una farsa bananera como la del 9-N. 

  Pero llegó ese día. Y Mariano desapareció. Según cuentan las malas lenguas, se metió bajo la cama, asustado, con el único soporte intelectual que dicen utiliza, del periódico Marca, esperando que pasara todo. Pasaron tres días. Hasta que hubo que sacarlo arrastras –era la segunda vez tras la de los mensajes a Barcenas–, traquetearlo,  ducharlo y empujarlo para que saliera al ruedo, sin plasma, para que diera la cara. No debió ser fácil.

  El sábado ha venido a Barcelona. ¿Y qué? Lo que los ciudadanos desean no son reuniones con su partido a los que dejó en pelotas el día 9-N. Lo que los ciudadanos esperan es saber qué medidas, políticas, legales y de estrategia va a emprender, para que un gobierno –es un decir– como el de Mas, deje de serlo sólo de una parte, de sus adictos. 

    Hoy por hoy, a parte de algunas obviedades de pura propaganda de consumo interno del PP, no vemos nada diferente. O sea, que Mariano sigue silbando  a la luna, a la espera de que cambie su ciclo, sin otra proyección de futuro. Y mientras, se gastan el dinero en las aventuras de un pésimo gobernante, al tiempo que los servicios públicos  son desmantelados, con la inopia o complicidad de la otrora izquierda, abducida por el desvarío de la derecha nacionalista. Esa, digámoslo una vez mas, que siempre decide. 

    Así que, vistos los resultados, nos resulta extraño el ascenso de Mariano a la presidencia del gobierno  que dice presidir, de todos los españoles.

  Ubaldo Plaza

lunes, 24 de noviembre de 2014

LAS OCURRENCIAS DE PEDRO SÁNCHEZ


   El recientemente nombrado secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, lleva desde que accedió al cargo, dando bandazos como pollo sin cabeza. Se le ocurren las más estrambóticas propuestas. La última de verdadero calado destructor, como blindar la competencias en materia de enseñanza, para intentar contentar a los nacionalistas. Que todo el que conozca el percal sabe que es tarea imposible. 

    Es inconsistente por antidemocrática, que los nacionalistas, que no los catalanes, que somos muy diversos, se sientan cómodos y "encajen" en España. Es decir una minoría, que por el hecho de tener controlados todo el arsenal propagandístico pagado con dinero público, se erigen como "representantes del pueblo de Catalán". Cuando en realidad se trata de la minoría que ha mandado siempre: la burguesía que fue franquista, y hoy es nacionalista. Porque todo es cuestión de dividendos, no de patrias.

   Sánchez, este pipiolo de la política, al menos en cuanto al conocimiento de la naturaleza del caciquismo nacionalista, parece no darse cuenta de lo antidemocrático de su propuesta.  Porque lo que está proponiendo no es ni más ni menos que darle categoría legal a la exclusión ya existente, por la irresponsabilidad de los gobiernos de España, de más de la mitad de la población. 

   Es decir excluir como ciudadanos a aquellos que tienen como lengua el castellano, la lengua oficial en todo el Estado. Pero no sólo a estos; sino a todos aquellos catalanes que, aun teniendo el catalán como lengua materna, no quieren verse excluidos de la posibilidad de aprende la que hablan 500 millones de personas en todo el mundo, con políticas de campanario, provincianas del nacionalismo. Los que desean que ambas lenguas sean impartidas en la enseñanza pública y utilizadas en la administración, como debiera ser en un país democrático.  

   Porque el nacionalismo, per se,  no respeta aquellos acuerdos que no le sirvan para sus propósitos venideros, como sabemos de los últimos 34 años. Ya que, una vez los nacionalistas lo logran en una materia determinada, tras negociaciones con los gobiernos, de inmediato ya cavilan  y preparan el siguiente chantaje, sin tener en cuenta que lo logrado por cesión por parte del Estado,  es precisamente para mejorar la posición del gobierno autonómico, en favor de los ciudadanos; no para que sea utilizado como munición para el siguiente envite, que sin duda emprenderán de inmediato. Es la historia de un chantaje de las últimas tres décadas.

  Todo esto, la naturaleza antidemocrática del nacionalismo, parece ignorarlo el Señor Sánchez. Como lo han ignorado sus compañeros del PSC. Partido que jamás ganó unas elecciones catalanas; mientras ganaban por goleada las generales. Y nadie, ni en el PSC ni en el PSOE, se preguntó nunca el porqué de este hecho. Ni si convenía cambiar de estrategia tras tantos fracasos: Dejar de ser un "partido con dos almas", de las que siempre prevalecía la nacionalista. 

   Pero si ganaban las las elecciones generales, lo hacía la "socialista". En realidad el PSOE, no el PSC. Y era con los votos del Cinturón obrero de Barcelona, que ni poco ni mucho son nacionalistas, como es obvio; a pesar de que la dirección del PSC copada por nacionalistas, o conversos, hizo cuanto pudo para llevar el mensaje "catalanista –forma vergonzante  nacionalista–, calcado al de la derecha de CiU y ERC, a los que se sumaban los "iniciativos" pos PSUC. 

  Es más, muchos de aquellos trabajadores de Cinturón de Barcelona que votaban al PSOE, consideraban el PSC "cosa de los nacionalistas catalanes", o muy parecidos, por la políticas lingüísticas que emprendían unos y otros: calcadas a las de CiU y ERC.

   Desconocemos si semejante ocurrencia de blindar las competencias de la enseñanza en manos del nacionalismo, y la exclusión de la lengua de la mayoría de los catalanes, el castellano,  la ha elaborado Pedro Sánchez solo. O si ha contado con el consejo de alguien más. Por ejemplo, por Felipe González –su referente–, que últimamente se dedica a impartir admoniciones desde un puesto tan "socialista" como es el Consejo de administración de una multinacional. Él mismo responsable, con otros, de la situación en la que nos encontramos los catalanes ante el desafío a la democracia de la derecha nacionalista.

   O quizás  haya sido Zapatero –su otro referente, mira por dónde–, el que, demostrando cuando gobernaba el mismo desconocimiento del nacionalismo que ahora demuestra Sánchez, le vino a decir a Maragall, que estaba dispuesto a renunciar de sus responsabilidades como gobernante de todos los españoles, y aceptar lo que decidieran los nacionalistas catalanes; que repitámoslo una vez más, no somos todos los catalanes, ni de lejos.

    Porque no creemos que hayan venido semejantes disparatados consejos del bushiano Aznar, aunque no es descartable; aquel que, por acceder al poder, vendió su alma al diablo Pujol, desmantelando su partido en un momento en alza. Porque el PP catalán hacía precisamente todo lo contrario que el resto de los partidos, y se enfrentó al pujolismo. Haciendo  desde la derecha, lo que debía haber hecho la izquierda de no haber estado abducida. Además de haber garantizado los derechos de todos los catalanes, en lugar de unir sus propósitos a los nacionalistas, hasta llegar a la inanición ideológica de hoy, de lo que fue la izquierda.

  Se sabe que el PSOE nunca podrá acceder al gobierno de nuevo sin los votos catalanes. Pero en ese intento de contentar a los ambiguos militantes del PSC, que cada día son más los que desertan hacia su lugar natural, el nacionalismo, va en dirección contraria. 

   Si no se les ocurrió averiguar los motivos por los cuales el PSC nunca ganó una elecciones regionales, quizá sí deberían averiguar ahora si el PSC no es un obstáculo; y si debieran presentar candidaturas como PSOE, en Cataluña. Como, por otra parte también debiera hacer Izquierda Unida. 

 La propuesta de blindar las competencias de enseñanza, qué duda cabe que a la derecha nacionalista (CiU-ERC e ICV-EUiA) no tiene por qué parecerle mal; toda vez que es una trinchera más y un arma para próximas contiendas hacia sus objetivos, que siempre tuvo presente: el independentismo.  Más bien habría que pensar si no ha llegado el momento en que el Estado se dote de autoridad y recupere las competencias en materia de Enseñanza –también sanitaria–, para que nuestros hijos dejen de estar adoctrinados en fanatismos, en lugar de crear ciudadanos libres y no manipulables por fabricantes de humo e inventores de patrias, que dividen al ciudadano. Y esto, o lo hace la izquierda, recuperando su origen solidario e internacionalista, o no lo hace nadie.

Ubaldo Plaza


sábado, 22 de noviembre de 2014

ENTRE LA REALIDAD Y LA FICCIÓN

    
Todos hemos podido ver la teatralidad del estafador Jordi Pujol, el que fue presidente del cacicato catalán en el parlamento de Cataluña; el que se mantuvo impune durante décadas gracias a la colaboración de los gobiernos de España, que con políticas de vuelo gallináceo se le permitió todo lo que quiso desde su invulnerable cacicato.

  La actitud de los representantes de los partidos para con el confeso defraudador en su comparecencia, fue de guante blanco y de bochorno público. Tan seguro estaba el estafador de que jugaba en terreno propio –nunca mejor dicho, porque siempre ha considerado, no sólo que Cataluña era suya, sino que ésta era él mismo–, que lo que hubiera hecho avergonzarse a cualquier mortal, o al menos  disimularlo con cierta humildad, en él no hizo la menor mella. Sabía mejor que nadie que aquello era una farsa, una puesta en escena por la mayoría de los partidos que han estado siempre en su órbita de intereses. 

    Por eso carecía de importancia a qué lugar iba lo que se llevaba y adónde lo  depositaba. Un patriota como Pujol y su familia, no tenía bastante con una sola patria; necesitaba más. Así que se buscó Andorra, Suiza y cuantas necesarias fueran para dar satisfacción a su ancho corazón de patriota, en las que repartir aquello que "solidariamente" a su patria catalana le sobraba. Pero de eso ya han hablado mucha gente y se ha publicado lo suficiente, aunque no en la prensa del pesebre catalán, que ese es otro cantar. 

   A lo que me quiero referir, porque no se ha publicado que yo sepa, más que a la comparecencia-teatro de la bronca a los diputados de la taifa catalana, y a las-ramas-del-árbo-que-si-cae-se-puede-venir-todo-abajo, que los acojonó –quizá con la excepción de Ciudadanos, que son catalanes de segunda, o simplemente no son catalanes, porque tal categoría es un título que como sabemos otorgaba el patriarca– es a lo que pasó inmediatamente después de la bronca, en la que la presidencia de la comisión, en vez de hacerle callar y recordarle cuál era su papel allí, lo dejo explayarse. Convertirse en  chantajista, papel tan bien entrenado por los nacionalistas. 

   Pues bien. Mientras se iba vaciado el local de satisfechos diputados por haber cumplido en engorroso trámite, el locutor, micrófono en mano iba explicando innecesariamente lo que todos ya habíamos visto. Y lo hacía con las imágenes en directo a sus espaldas. 

  Para mí aquellas imágenes fueron mucho más esclarecedoras de la verdadera situación en la que está enfangada la putrefacta política en Cataluña.

   Todos pudimos ver cómo los jefes o notables de los distintos partidos –no sé si con la excepción de alguno, pero sí los de  PUC (Partido Único Catalan), de los que "deciden"–, fueron acercándose hasta el interpelado por haber estafado durante 34 años, para estrecharle la mano. Lo hacían como si lo estuvieran felicitando tras una buena exhibición, o quizá pidiéndole disculpas por haber tenido que hacer aquella puesta en escena para seguir vendiendo humo. Se desconoce si  alguno de ellos se sonrojó. 

   No sé por qué, pero a mí me viniéron enseguida a la memoria las imágenes de los primeros momentos de la película El Padrino I. Mientras en el jardín todos los invitados se divertían en la boda, dentro, el padre de la novia, don Vito Corleone recibía a los jefes de las otras familias, a los que había hecho favores, o los que se los pedían. Todos saludaban respetuosamente al benefactor. 

   Desconozco qué motivaría aquella asociación de ideas en mi cabeza entre dos hechos, ¿distantes? El uno de ficción, el otro muy real. ¿Debe ser cosa de la psicología,  de recuerdos perdidos en el tiempo? Me pareció mucho más real la escena del parlamento catalán que la película. ¿Será por aquello de que la realidad supera siempre a la ficción?  

Ubaldo Plaza