miércoles, 11 de diciembre de 2013

LA OCURRENCIA DEL PRESIDENTE, Y LA MEDIOCRIDAD DE LA CASTA POLÍTICA


Que Rajoy, este hombre gris haya llegado a presidente del gobierno de España, es un ejemplo de la degradación de las instituciones a todos los niveles; no sólo por la corrupción, sino también por la mediocridad –o ambas cosas porque la corrupción acompaña a la mediocridad– de las castas políticas que se han instalado en el poder, sin que haya medios democráticos y EFICACES para echarlos. Esto no se arregla con unas elecciones, sino con una profundo cambio que limpie las instituciones de esta vergüenza y del hazmerreír en que nos hemos convertido. 

Que al representante de España en el funeral de Mandela no se le ocurra decir más que lo bonito que es el estadio donde ganó España el mundial de fútbol, es evidente dónde nos puede llevar este sujeto. El mismo que hace unos días  dijo que el estado del bienestar es intocable, cuando lleva dos años liquidándolo por vía expeditiva, favoreciendo el negocio privado, y con una ley esclavista de relaciones laborales que nos devuelve al siglo XIX. Y si además, como delegado por la Merkel en el protectorado español dice que está esperando lo que decide la jefa del IV Reich y los genocidas de la Troika,  los grandes sepultureros de continentes enteros, completa el panorama de la profundidad de pensamiento de quien se supone ha de decidir los destinos de los españoles.

Rajoy imita tan al dedillo a Franco, que se apoya en la jefa alemana, como Franco; está llevando a la miseria a millones de españoles, como Franco; esta haciendo que cientos de miles de ciudadanos jóvenes se exilien para poder mantener a su familia, y así poder decir que el paro ha bajado, como Franco; y está sacando leyes represivas para contener las protestas y aterrorizar a los ciudadanos, como Franco. 

Así que a parte de cuestiones meramente formales, el franquismo sigue vigente y actualizado como vemos cada día. Sólo que hay un intercambio de papeles entre los dos partidos del régimen, que actúan igual cuando gobiernan, y cuando están en la oposición. Sólo que con los papeles invertidos: cuando se está en el gobierno es cuando han de hacer lo que prometen, no cuando están en la oposición. 

La mediocridad de la instalada casta política alcanza a todo el abanico del poder desde la más alta institución hasta los niveles de escasa relevancia. Baste ver la perla que la consellera de Educación de Baleares, sí, si de Educación, haya llegado a traducir en su discurso sobre la evaluación que el informe PISA hace sobre la enseñanza, y sin que se le cambie el rictus, y sin que nadie la corrija, lo traduzca como "Trepitja" (trepitjar, pisar en catalán). Y que se sepa todavía no ha sido cesada. Pero claro, si no ha sido cesado ni dimitido Rajoy con mucho más motivo tras mentir en el parlamento, qué motivos habrá para que la consellera deje la poltrona. Aunque nos abochorne, más abochornan otras  cosas de mayor calado.

Y sin entrar ahora en el ridículo permanente que el president del cacicato catalán, Artur Mas, viene haciendo ininterrumpidamente y sin dar tregua a que los catalanes nos rehagamos del anterior, paseándolo por todo el orbe, sin que, ni su partido, ni la leal oposición –a sí misma llamada progre y hasta alguna tiene la frivolidad de proclamarse de izquierdas–, se sientan abochornados y sigan montados a la grupa del desbocado caballo del aventurero independentista, que plantea la derecha y la ultraderecha catalanas.

Ubaldo Plaza


lunes, 9 de diciembre de 2013

DOS ANIVERSARIOS

Hoy, 9 de diciembre hace 118 años que nació una mujer singular; una luchadora por los derechos de los trabajadores. Y su recuerdo debe dar empuje a las nuevas generaciones para luchar contra el retroceso social que nos llevan de la mano de los herederos del fascismo y sus servidores, a los tiempos siniestros de la dictadura. 
DOLORES IBÁRRURI, PASIONARIA
Su recuerdo debe ser también un ariete para luchar por la República, que también hoy se cumple  el 82  aniversario de la proclamación de la Constitución Republicana, aquella que garantizaba valores que los conmemoradores de la actual ConstItución no cumplen: los derechos ciudadanos en aquello que pueda beneficiar a las clases populares, que es donde más hincan el diente los reaccionarios que gobiernan.
POR LA CONSTITUCIÓN REPUBLICANA
Como sabemos, el golpe dado para favorecer a los buitres de la genocida Troika, hace que sea más importante para ellos pagar las deuda de los estafadores financieros que la vida de los ciudadanos, a los que cada día les expolian sus viviendas, y hacen que el hambre y la miseria se enseñoreen por toda España, mientras la casta y sus amos banqueros, se enriquece cada vez más.  También se le sigue pagando enormes cantidades de dinero a la misma Iglesia que fue el fundamental soporte ideológico al fascismo. Y se mantiene una monarquía puesta por el golpista Franco, con todos los escándalos que se ciernen sobre ella, sin que de verdad se tomen cartas en el asunto pare remediarlo. Todo lo contrario, el Fiscal por orden del gobierno trata de obstaculizar la labor del juez instructor, sin que les de vergüenza, porque se consideran por encima de todos los ciudadanos, que a su parecer somos gilipollas, emulando las palabras del bronquista de verbena, Montoro.

En la conmemoración de estas dos fechas debe estar en la mente de los demócratas la lucha por los derechos saqueados por los servidores de los estafadores, para recuperar lo expoliado y avanzar hacia una sociedad sin corruptos, con una Constitución republicana que no blinde a los poderosos, con leyes que sean igual para todos, sin que el apellido o la fortuna determinen su condición judicial. Y debe ser  un empuje para  seguir luchando por la Tercera República Española, que cierre el círculo terrorífico que abrió el golpe de Estado que la liquidó, la terrible dictadura, y esta falsa democracia, que ni tan siquiera se cumple aquello que la letra de la Constitución proclama, habiéndola convertido en papel mojado. 

¡Viva el ejemplo de la Pasionaria! y de tantas pasionarias que hoy luchan para que le fascismo no regrese y para defender su dignidad como mujeres, como ciudadanas y como personas junto al resto de los trabajadores y ciudadanos. ¡Viva la Tercera República!

Ubaldo Plaza

domingo, 8 de diciembre de 2013

EL PRECIO DE LA AVENTURA

  

 El jefe de la extrema derecha catalana presiona a los tontos útiles. Además de poner en evidencia la mediocridad de un Artur Mas que en su fuga hacia adelante, como un guerrero del antifaz, creía que podría controlar el desvarío del talibanismo, en provecho propio, para que la gente se olvidara del desastre de su desgobierno, que está expoliando los servicios públicos para enriquecer a los mercaderes amiguetes con la salud y la vida de los ciudadanos. Al Mesías Artur Mas le ha crecido ese monstruo de Frankenstein al que ha ayudado a desarrollar, sin siquiera haber creído ni por un momento en él.  Ahora no puede controlarlo y lo está devorando, cayendo su partido en picado, porque los que están por la aventura, prefieren el original  de  la extremaderecha a la copia improvisada del nuevo Mesías; y los que siempre han apoyado a CiU, un electorado moderado y nada adicto a las aventuras, se le retira asustado. 

Y lo "iniciativos" –también enteramente comprometidos los de EUiA con los objetivos de la burguesía–, creyeron que arrimándose a los amos del tinglado les iría muy bien en sus objetivos de aparecer como parte integrante del invento, como socios del caudillo Mas y el amo ultraderechista Junqueras. Y que esa descarada entrega a los deseos de la derecha de Convergencia-ERC les aportaría los correspondientes réditos políticos. 

Se arrimaron a los proyectos de la derecha en lugar de combatirla en sus desmanes sociales, colaborando con ella, aunque sólo fuera no haciendo nada en contra de los saqueos de lo público. Porque –seamos benevolentes– están distraídos en los desafíos, que son ya más que de Mas, de Junqueras, el verdadero amo de la cosa del desvarío patriotero, de tan trágicos resultados para las clases populares.

Los que, aún contra toda lógica, se siguen llamando de izquierdas, han caído en su propia trampa de ser más conversos que nadie –más los de EUiA, que los de IC ya les viene de lejos, desde que liquidaron al PSUC– y no saben como deshacer el entuerto. Sobre todo después de que el PSC le viera las orejas al lobo del desapego de su electorado obrero y charnego, que cada día aumenta su deserción. 

Porque los iniciativos saben muy bien que si ellos se desenganchan también, todo se habrá acabado. El problema es que en su seno, los iniciativos tiene algunos dirigentes que están más cerca de las aventuras del facherío de la derecha –con barretina, eso siempre–, que de una formación socialdemócrata y de la pequeña y mediana burguesía,  que es lo que son realmente, aunque traten de engatusar a las clases populares diciendo que son de izquierdas; e incluso herederos del PSUC –al que le dieron sepultura, pero que usufructúan su larga lucha–, lo que cada día es menos creíble. 

Junqueras los ha puesto a parir –sin mencionarlos– y los ha comprometido a que decidan, si aceptan la totémica y hasta orgásmica pregunta en la que figure inequívocamente la palabra independencia. En lo que llevan mucho tiempo sin ponerse de acuerdo, porque cada uno mira sus intereses electorales, que tampoco hay que ser tan patriótico, cuando lo que se ventila es el interés de la pequeña tribu y el lugar de sus bien remuneradas posaderas.  

Si aceptan las imposiciones de los ultras, se habrán quitado del todo la careta de partido progresista de la clase obrera y popular, con lo que gran parte de su electorado obrero abrirá los ojos y rechazará semejante dislate. Y si no pasan por el aro de la extrema derecha de ERC, ésta los acusará de haberse rendido y haber frustrado el viaje a la Tierra Prometida –nunca mejor dicho después de la actitud vergonzosa de Mas con el Estado terrorista de Israel– y haber acabado hundido en el río Besós. 

Es lo que pasa cuando una formación política  juega con las cartas de otros.  Porque en ese juego si gana, los dividendos se los embolsa el contrincante dueño de la baraja. Y si pierde le echan las culpas de no haber sabido jugar bien. 

La única salida, tanto para los de CDC como para los inciativos, es asumir los costes de sus errores, recomponer el tablero y empezar y cambiar de juego. Es difícil, pero seguir con el mismo juego los puede dejar desplumados a todos –a los ciudadanos en primer lugar– menos a los de Junqueras, aunque a la larga, también. Es el precio que habrán de pagar por el riesgo y la aventura secesionista.

Ubaldo Plaza

sábado, 7 de diciembre de 2013

MANDELA Y LA HIPOCRESÍA GLOBALIZADA

 La muerte del luchador por la dignidad de sus compatriotas, y por ende de la Humanidad, Nelson Mandela, ha provocado todo un tropel de hipócritas que se han lanzado a valorar al gran ser humano, al revolucionario que era, el dirigente encarcelado durante 28 años por un régimen criminal racista. Todos los mercenarios del gran capital han sentido la necesidad de rendirle homenaje, naturalmente con vanas e hipócritas palabra, no en los hechos emulando al homenajeado, como todos sabemos, sino con intenciones de sacar provecho político. Un despropósito y una vergüenza; y un insulto a la inteligencia y al luchador desaparecido.

  Obama, el jefe del imperio que invade países para imponer sus criterios y explotar a sus gentes de forma despiadada, ha sido uno de los que más lejos ha llegado en su hipócrita puesta en escena, aunque todos los servidores de los mercaderes de la gran explotación han echado el resto en elogios. El emperador yanqui, el negro con el alma blanca –o la conciencia más que blanca, de los depredadores del dinero al los que sirve–, el que mantiene en Cuba, contra el deseo de este pueblo una colonia, y un campo de concentración y de tortura, ha llegado a decir que no comprende la vida sin Mandela. Parece que no se le escapó la risa cuando las pronunciaba. Pero se ha pasado varios continentes.

   Lo mismo cabe decir de los Hollande, los Merkel, y de toda la fauna de servidores de los poderosos que siguen arruinándoles la vida a millones de personas para que los grandes millonarios que propiciaron la Gran Estafa Financiera lo puedan seguir siendo aún más e incrementando sus sangrientos patrimonios.

   Igual cabe decir de los servidores patrios. Porque, ¿qué tiene que ver el pensamiento y la prácticas políticas de un tal Felipe Gonzáles, un Zapatero, un Rubalcaba, un  Nacís Serra con un hombre como Mandela?  ¿Qué tiene que ver la ética de Mandela con la de  estos personajes, que en lugar de luchar por sus pueblos, se ponen a las órdenes de la Troika y en primer tiempo de saludo para llevar a cabo todas las tropelías que le piden contra sus pueblos, y que llevaban a cabo de mil amores? ¿En qué puede parecerse la lucha de Mandela con aquellos que siendo presidentes de sus países, privatizaron empresas de todos los españoles, para luego formar parte de sus plantilla, con sueldos de escándalo? ¿En qué se le parece la forma de hacer de personajes campeones de la mentira como Aznar, o Rajoy con Mandela? 

   En su momento la mayoría de los mencionados, por referirnos sólo una pequeña minoría de los que más daño han hecho a la causa popular, y con más desprecio tratan a los ciudadanos que les pagaban y pagan sus escandalosos sueldos, acusaron de terrorista a Mandela y a los hombres y mujeres que desde el Congreso Nacional Africano (CNA) luchaban por la justicia. Y sin el menor problema moral, apoyaron a los racistas que gobernaban y que mantenían en la Cárcel, no sólo a Mandela, sino a muchos de los ciudadanos de aquel país, si es que el ejército y la policía política no los asesinaba antes, moneda corriente en las prácticas de aquella dictadura. 

   Pocos, por no decir nadie de la casta de los que ahora salen en tropel cantando la benevolencias del luchador revolucionario, hizo nada para que el fascismo-terrorista del régimen racista de aquel país, que convirtió en poco menos que en animales a la mayoría de la población, fuera derrotado. Ni tan siquiera cuando hubo la masacre como la de Soweto, con cerca de 600 muertos provocados por los disparos de la policía  fascista  del régimen criminal de los racistas, las protestas pasaron de las meras declaraciones de cara a la galería. Pero mantuvieron los negocios con la dictadura. Porque es el único lenguaje que entienden, el de los negocios, por encima de los cuales no están ni las vidas humanas, las ajenas, naturamente. 

   Y sólo cuando el pueblo logró vencer a aquellos asesinos y abrir la vía hacia las libertades de todos los sudafricanos y Mandela apareció como un hombre de Estado, se pronunciaron de forma oportunista –como ahora– los gobernante del mundo, los que habían hecho todo lo posible para que no llegara ese momento de libertad, cantaron entonces las excelencias del proceso democrático, y dijeron estar encantados con la democracia, que los mercaderes y sus servidores asocian siempre con sus trapacerías e intereses económicos. 

   Los únicos que de verdad sienten la desaparición de Mandela son los pueblos oprimidos, precisamente por la pléyade de mercenarios hipócritas que hoy realzan al líder revolucionario. Y aquellos gobernantes de algunos de los pueblos que se han desprendido de la pesada losa del imperialismo. Los que de verdad ayudaron a la causa del pueblo de Mandela. Los demás, no.  Si lo que dicen tuviera un ápice de honestidad, empezarían por no expoliarle los derechos a sus propios pueblos, como vemos en España con la Sanidad y la Enseñanza públicas, a la vez que dan pasos agigantados para regresar a los tiempos pasados de esclavitud, tan parecidos a los de la época en que Mandela luchaba contra la opresión. 

Ubaldo Plaza



lunes, 18 de noviembre de 2013

EL CONSELL DEL PSC

Tras la victoria aplastante de Pere Navarro en el Consell Nacional del PSC, en que los nacionalistas, lo más de derechas de dentro partido, han sido arrollados –aunque seguirán incordiando, porque como han hecho siempre los nacionalistas no respetarán los acuerdos mayoritarios del partido, tarde o temprano tendrán que irse o ser excluidos–, ahora ya sólo quedan los dos partidos de la derecha más racionaría: CDC y ERC –los cupidos son pura adorno folclórico–, los que seguirán montados en el disparate de dividirnos a los catalanes. 

Y Los iniciativos, como ya anunciamos hace tiempo, se quedarán con la brocha en la mano al retirarles la escalera. Eso o mantener la vela encendida para iluminarles el camino a los ultras para justificar sus desvaríos. No sabemos con qué argumentos van a seguir llamándose de izquierdas con semejantes compañeros de viaje, lo que la derecha de actual tripartito –CDC, UD, y ERC– aprovechará para decir que también la izquierda, está subida al vagón de cola  de Mas, que conduce Junqueras, el que dice que puede paralizar Cataluña si se le antoja. Curiosamente nunca hicieron en ERC algo semejante contra la dictadura, ni en democracia –valga la expresión– en defensa de las reivindicaciones de los trabajadores. 

Se puede entender semejante posición de los iniciativos –su trayectoria nacionalista lo avala–, pero pensábamos que en EUiA había otras sensibilidades más cercanas a las verdaderas necesidades e intereses de los trabajadores. Pero como todo en la política de esta tierra es un disparate, esperemos que las bases del llamado PSUC-viu e EUiA corrijan el rumbo, para tratar de que en un futuro no lejano en Cataluña, vuelva a haber un partido de izquierdas; porque esas bases entiendan que con semejantes compañeros de viaje van en sentido contrario.

Sin echar  las campanas al vuelo, porque los socialistas pueden ser atacados por vientos que puedan volver a virar el rumbo, es un mala noticia para el rey Artur (Mas) al que se le ha cortado, y agriado, un poco más la leche. 

Ubaldo Plaza


sábado, 16 de noviembre de 2013

EL DERECHO A DECIDIR DE LOS QUE SIEMPRE HAN DECIDIDO

La burguesía catalana, la derecha de siempre, la que ahora se alza con la consigna reivindicativa del derecho a decidir, que cual flautista de Hamelin ha logrado que la siga todo el elenco de lo que anteriormente se llamaba la izquierda.

Pero resulta que el derecho a decidir siempre ha estado en las manos de esa burguesía. Y siempre han decidido todo aquello que era bueno para sus ganancias, como clase social explotadora.

Para no remontarnos excesivamente en el tiempo haremos mención sólo a nuestra reciente historia:

La burguesía catalana, la misma de hoy, decidió en su día apoyar el golpe de Estado contra las República. Cuando entraron las tropas fascistas en Barcelona, los muy decididos victoriosos burgueses franquistas las seguían; pues habían decidido ocupar las instituciones vestidos de falangistas para defender el nuevo Estado de terror y fascista (no eran como la propaganda de esa misma burguesía ha querido hacer ver, engañando a las jóvenes generaciones, “fuerzas de ocupación”; ver el libro de Ignasi Riera, Els catalans de Franco, Los catalanes de Franco). 

Así que se sintieron encantados con la dictadura que les permitía una brutal explotación de la clase obrera que había sido despojada de los más mínimos derechos, aterrorizada por la represión, que ellos habían decidido arrebatarles para que sus negocios resultaran aún mas rentables.  

También decidieron en una profunda reflexión de pragmatismo que la cuestión de la cultura catalana carecía de importancia entonces, si con ello sus negocios iban viento en popa, aunque fuera a costa de la miseria del pueblo catalán, y arrinconando la cultura catalana que, como ahora les importaba poco si entraba en contradicción con su negocios. Durante muchos años la cultura catalana quedo relegada, y defendida, curiosamente por los inmigrantes obreros que luchaban en la clandestinidad, a veces sin siquiera comprender la lengua. Durante toda la dictadura, aquella burguesía franquista, que hoy lanza el mensaje de “España nos roba”, decidió que aquella situación represiva contra los ciudadanos y también  de su cultura, era buena para ellos y sus negocios. Así que decidían rendirle pleitesía al caudillo cuando éste les hacía el honor de visitar Cataluña; y hasta lo nombraban alcalde honorífico allá por donde iba en un acto de decisión patriotera y lacayuna, en este caso franquista, más que española. 

En todos esos años en los que ellos tenían poder y decidían  –salvo honrosas excepciones como es lógico–, su adhesión al régimen dictatorial que ellos contribuyeron a crear, fue una decisión sin fisuras importantes.

Cuando se acercaba el fin de la vida del dictador, decidieron que tenían que empezar a soltar lastre de incondicionales franquistas –eso sí, sin poner en peligro ni en lo más mínimo sus privilegios, y siguiendo con las explotación de los trabajadores en sus fábricas como siempre, cada cosa en su lugar–, y empezar a ponerse la piel de corderos  de “demócratas de toda la vida”, y de víctimas del franquismo. 

Para que tal estrategia tuviera el éxito rotundo que auguraban, decidieron congraciarse con algunos de los luchadores antifranquistas de la izquierda –en realidad con los comunistas del PSUC que era el único partido digno de tal nombre, y compuesto de forma aplastante de obreros inmigrantes que llenaban las cárceles–, y que en aquel totum revolutum de lucha por la democracia se creó; permitiéndoles que pasaran de franquistas incondicionales a defensores de la democracia, sin mácula y sin riesgos para ellos y que se les les otorgara el carnet de opositores antifranquista. Y hasta muchos de aquellos luchadores de la izquierda se sintieron agradecidos porque la burguesía decidiera ayudar para traer la democracia. 

Todo, desde el primer día –habría que decir desde el mismo 14 de abril del 31–, pero almenos desde las elecciones de febrero del 36 que las ganó el Frente Popular, la derecha catalana, hoy tan patriótica y embaucadora viene decidiendo. Los que no han decidido nunca, y nunca decidirán, son las clases populares, si el proceso de cualquier cambio lo abandera la derecha, y lo hace con la vergonzosa colaboración de los partidos y sindicatos que debieran estar en otro proyecto, el  social, y  no el patriotero con el que los Artur Mas y los ultras de Junqueras, que manipulan a la desinformada población con los medios apesebrados, en especial la corrosiva TV3 del régimen.

Así que lo del “derecho a decidir” ha sido la norma de la derecha; desde decidir apoyar el más terrorífico golpe a las libertades apoyando el fascismo, hasta hoy, que decide expoliar a los ciudadanos de sus derechos sociales, la Sanidad y la Enseñanza públicas y el resto de patrimonio público, vendido al mejor postor. Porque han decidido, una vez más que lo público es un buen negocio para los que siempre deciden, si se privatiza. Así que siguen decidiendo que la Sanidad no es un derecho, sino algo privado, como dijo en inefable representante de la sanidad privada el encargado de que los recursos sanitarios públicos pasen a manos privadas. 

Mientras tanto, los partidos que se siguen llamando de izquierdas en Cataluña, en un alarde de enajenación deciden colaborar también y no molestar, en pro de la paz patriotera –yendo de la mano con la derecha en sus disparates–,  que lo importante es la cosa identiraria del derecho a decidir, como si las decisiones no las tomaran desde siempre los mismos. Y se olvidan de la precariedad social a la que han decidido llevar a las clases populares, y ya, en este fragor de indecencia, hasta a las clases medias. 

Y, lamentablemente, también la izquierda a nivel de toda España, se han dejado seducir por semejante disparate, llegando a considerar que la derecha catalana es menos reaccionaria que la del resto de España, habiendo caído en la trampa de tragarse el mensaje de que también ella, fue víctima de la dictadura, no su principal soporte.


Ubaldo Plaza

viernes, 15 de noviembre de 2013

EL CHANTAJE

Por su propia naturaleza los nacionalista siempre tiene el chantaje como arma. La derecha es así. No hay diferencia entre los que la ejercen desde CDC contra el gobierno central para lograr sus prebendas, con los que estando en otros partidos, ejercen igualmente el chantaje como arma para lograr sus propósitos de capilla y de grupo. Puede ser para unos próstilos limitados o totales. La mayor expresión la tuvimos en el PSUC cuando la derecha nacionalista, desde dentro y desde fuera –la prensa jugó su papel–, logró todos sus objetivos: liquidar a la única fuerza de izquierdas digna de tal nombre, que había luchado contra la dictadura, y que sin duda resultaba molesta para ciertos intereses.

    Es a lo que se enfrenta el PSC de Navarro, que tras el desastre al que esos nacionalistas llevaron al partido, dominado por ellos durante más de tres décadas, ahora chantajean a los que tímidamente han querido regenerar el PSC para intentar salir del marasmo de la UVI  al que lo llevaron y aún permanece.

Pero, a nuestro parecer, el camino elegido por Navarro de paños calientes, tratando de contemporizar con los sectores nacionalistas,  puede ser nefasto, pues es ceder al chantaje. Porque no logrará fortalecer a su partido si cede, sino aplazar el problema, que volverá a resurgir dentro de nada con nuevas  presiones y opciones que son las mismas que hoy representa CDC y hasta la ultraderechistas de  los Junqueras.

Puede parecer doloroso para los dirigente del PSC que su partido se rompa, y que una cuarta parte de sus componentes se adhieran a una escisión, que parece calculada para manejar el propio chantaje como arma arrojadiza y de opresión, más que porque crean que sea factible otro partido nacionalista más. Pero será  mucho más doloroso para el PSC si sigue tolerando  el chantaje y siguen los chantajistas dentro del partido, paralizando cualquier intento de giro hacia la izquierda; lo que en el PSC no deja de ser mera moderación.

A veces en un cuerpo enfermo no hay más remedio que aplicar la cirugía para atajar el mal. Y es precisamente lo que el PSC necesita para que lo extraño de ese cuerpo,  lo estirpe el bisturí y cicatrice la herida, no que se cierre en falso y que dentro de poco la infección mate el cuerpo definitivamente. Lo que por otra parte no es extraño que sea la meta. No es nuevo,

Un partido político es eso, partido. Y no puede tener más que una determinada política, no dos o varias; porque lo que pasa a la larga es que todos quedan descontentos. No se puede servir a dos amos a la vez. Ser un partido que defiende los postulados de la derecha nacionalista, al tiempo que se proclama socialista, acaba como ha acabado el PSC, que los sectores populares de los obreros, poco a poco le han retirado su apoyo, al sentir que el PSC durante mucho tiempo estaba más cerca de lo que defendía la derecha de CDC y ERC que de un partido con sensibilidad obrera y popular. Así que, como era de esperar, los sectores nacionalistas optan por los originales, no por la copias. 

Lo mejor que puede pasarle al PSC, si de verdad quieren regenerarlo en un partido, más o menos de sectores populares y de izquierdas, es ponerle puente de plata a los chantajista, y no ceder ni un ápice en sus pretensiones. Porque en realidad lo que desean es seguir donde están, pero aplicando sus nefastas políticas, que son las aplicadas por CDC y hasta por los ultras de los Junqueras. De salir del partido acabarán –algunos ya lo han hecho atentos a la oferta de prebendas– en CDC, o haciendo de aguantacirios de Junquera avalando sus disparates.

De ceder Navarro a las pretensiones de la derecha nacionalista del partido, el problema resurgirá, no dentro de un tiempo, sino que será tarea permanente tratar de contentarlos, lo que no logrará Navarro, porque el nacionalismo, la derecha al fin y al cabo, lleva en sus genes la contradicción con la democracia. Y tarde o temprano volverá a incordiar para hacerse notar y reivindicar sus posiciones.

Navarro y los dirigentes del PSC debieran saberlo por propia experiencia, además de mirando lo que desde siempre viene haciendo CDC y el resultado: siempre vuelven los problemas de su mano. Contentar hoy al sector que ha sido responsable del desastre, es apostar por seguir en él.

Ubaldo Plaza