sábado, 11 de mayo de 2013

ATENTOS A LAS MANIOBRAS.

  En los estercoleros de lo poderes, aunque estén plagados de ricos adornos revestido de discursos honorables, con caros tapices y aun más caras alfombras,  ese estercolero hiede a hambre y muerte, miseria y sufrimiento, por mucho perfume que le echen encima para disimularlo. El estercolero hiede si remedio. Porque es mucha la acumulación de injusticias. Y hay que estar alerta de la mierda que mueven en forma de manipulación, mentiras y todo tipo de maniobras. Sobre todo en momentos convulsos y de cambios como a los que irremisiblemente   estamos abocados. 

   No es nada extraño. Los poderosos lo han hecho desde siempre. Sobre todo si el pueblo se ha mantenido al margen o se ha dejado manipular y ha hecho suyo el discurso de la mentira permanente. Y, sobre todo, echándose las culpas a ellos mismos,  las víctimas de todos los crímenes, que aquellos  planifican y ejecutan. Acción, generalmente por delegación. Porque sus delicados estómagos soportan encargarles a sus inmorales servidores que hagan leyes que arruinan la vida a millones de personas. Pero directamente no soportarían plasmarlas ello mismos con su nombres y apellidos en el papel. Son de un refinamiento muy elevado. Y no quieren aparecer ante la historia como lo que son, lo que han sido siempre: fabricantes de miserias de las mayorías.  

  Porque para eso tienen sus servidores dispuestos a cualquier tropelía sin que les importe ni el presente ni el futuro, siempre que en ese tiempo las guadañas no aparezcan. Ya que, en tal caso tratarán de huir como ratas abandonados por sus amos, que llegado el caso los dejarán caer. Eso que no les quepa duda a los colaboracionistas con los poderes para el hambre de la gente. Y hasta algunos de los hoy poderosos serán los que pedirán sus cabezas, proyectándose al futuro como demócratas. ¡Ya lo hicieron tantas veces!  ¿O que fue, sino, aquella rápida conversión en demócratas cuando un cuarto de hora antes vitoreaban al caudillo, que les garantizaba explotación y ganancias sin límites?

   Es una puesta en escena que a lo largo de la Historia se ha representado muchas veces. Pero no aprendemos. Ni los que hacen la leyes en contra de los ciudadanos para beneficiar a los verdaderos amos, ni los que directamente ejecutan sus órdenes reprimiéndolos, ni el pueblo que es anestesiado por la manipulación. Después, como tantas veces los verdugos se lamentarán. Y hasta dirán que ellos no sabían que... los que mandaban fueran tan crueles, a pesar de que, en no pocas veces eran víctimas y verdugos a un tiempo, que sólo obedecían órdenes. 

   Pero es ahora cuando aún no ha llegado la guadaña, cuando hay que saber que puede llegar; que los poderosos hacen todo lo posible para que llegue, con sus ambiciones sin límite. Y que por lo tanto  hay que actuar en justicia más que en ley. Porque  cuando la desesperación del pueblo alcanza cotas insoportables como ya está sucediendo, además con la burla y el desprecios de los intermediarios del verdadero poder, entonces no habrá quien lo pare. Y el pueblo hará justicia. Personas que en su vida pensaron jamás en acciones para  defenderse de los poderosos, se convencerán a sí mismos de que todas las puertas han sido cerradas y sólo cabe echarla abajo, derribarlas, para hacer justicia. 

   Sí, no es nada extraño el comportamiento de los poderosos.  Así se hizo en la mal llamada transición, cuando con un lavado y peinado de la dictadura,  no tan pulcros como se ha dicho, nos lo vendieron como democracia y transición modélica, digna de ser exportada. (Recordemos que en el transcurso de la misma murieron personas  que sí estaban por la democracia por una República avanzada; y que los que mandaban, los responsables de aquellas muertes que quedaron en el olvido judicial, que no en el de los ciudadanos, cuando cayeron aquellos españoles, después fueron inmaculados demócratas de toda la vida). Los mismos que hoy retroceden en la historia para que –con pequeñas modificaciones de apariencia– todo vuelva al cauce que planificaron hace más e 70 años. 

   Y tanto  loaron aquello –esto que llamaron democracia–, que hubo ingenuos que lo han creído hasta hoy, cuando ya el hambre llama a su puerta y la de sus hijos y las injusticias los ha llevado a despertar del falso sueño. Y así han ido los  de los estercoleros acumulando riquezas y empobreciendo a los ciudadanos; ya hasta a los que ingenuamente se decías a sí mismos que pertenecían a la clase media y que no tenían necesidad de reivindicar nada cuando veían que los primeros eran echados al pasto del hambre, algunos empujados por aquellos por ser cargos importantes y tener la misión de aligerar las plantillas. Pues también se han quedado sin nada, como el resto. Era sólo cuestión de tiempo porque no se respondió como correspondía a la agresión en el primer momento. Porque muchos se creyeron el discurso del esclavista de que ellos estaban a salvo. 

   También ahora es cuestión de tiempo que caiga el resto que todavía se creen ser inmunes a la salvaje agresión del sistema capitalista, cada vez más semejante al fascismo, en su etapa final; que si no se remedia con la lucha ciudadana, piense lo que piense cada uno, no es que retrocedamos hacia una nueva Edad Media; es que simplemente liquidará la civilización acabando con la posibilidad de vida en el Planeta, una vez ellos hayan sucumbido por la propia dinámica de la cosas que han manipulado.

   Pero que nadie se llame a engaño. Aquello, la llamada transición, fue fraguado con mucho tiempo. Los grande amos de lo ajeno, los que lo manejan todo, los que la vida ajena no es más que una estadística verificable sólo si supone un cambio en sus cuentas corrientes, que chorean sangre, no improvisan. Desde mucho antes de que el golpista sin honor le hiciera compañía a los malvados de todas las épocas –en el último círculo del infierno, según Dante–, ya esos poderosos habían trazado hasta los últimos detalles de cómo iba a ser la transición. Los demás fueron meros extras en una farsa que no admitía fallos. Eso sí, les hicieron creer a algunos que eran protagonistas de un evento histórico, que alimentaron de por vida. Lo que realzó su ego de supuestos dirigentes y hasta de Estadistas, que al parecer alimenta tanto a los miserables que se prestan a cualquier cosa con tal de  relucir. 

   Y sobre todo estudiaron qué instrumentos utilizarían para vendernos el producto como si fuera un cambio de  época y de absoluta democracia. Y para que aceptáramos sin rechistar el gatopardismo, entre otras cosas porque el espadón seguía en alto, amenazante. Y sobre todo porque  algunos que creímos de los nuestros, no sólo no lo eran, sino que con el tiempo, vimos que  en realidad, eran de los de ellos. O se enamoraron en seguida de los metamorfoseados en demócratas de usar y tirar, que para el caso es lo mismo.

    Viene esto a colación porque nadie debe tener duda, de que en estos momentos esos estercoleros posiblemente se mueven con mucha agilidad y premura, en la sombra,  para repetir la farsa; aunque con algunos otros actores, diferentes decorados, y con algún argumento algo cambiante para entusiasmar al personal con la obra, para que se distraiga y acepte promesas que nunca cumplirán

    Pero que a nadie le quepa la menor duda de que si la farsa se llega a estrenar, si logra el éxito de taquilla –de ciudadanos que compren la obra, la ilusión y la mentira como entonces–, deseado por sus autores, el resultado será el mismo: la recaudación será para los mismos que montaron el teatro y la obra llamada pomposamente Transición, que se desveló lampedusiana.

    Porque ante lo que se avecina –puede tardar más o menos pero ese será al fin–, un necesario cambio que les permita a los que remueven el estiércol seguir dominado la cosecha.

   Descartada ya por razones obvias, digan lo que digan sus publicistas, la permanencia del Juan Borbón en la Jefatura del Estado, seguro que estudian la viabilidad que tiene que su hijo  Felipe  sea el sustituto del padre. Sin duda debe estar en las primeras proposiciones a tener en cuanta...de momento, y como hipótesis de trabajo hasta ver qué da de sí la respuesta ciudadana a la que los medios en manos de los poderosos también se emplearán al máximo. 

   Pero, como la Iglesia, esos poderes no dan puntadas sin hilo. Y cuando vean que es inviable a medio plazo –otra cosa es mientras tanto–, porque la respuesta ciudadana al retroceso social llevado a cabo  por su gobierno del PP –y CiU–, con el PSOE como fondo, se hace más intensa contra el régimen, entonces con toda seguridad entrará en escena una parte del libreto que hasta entonces no habían revelado e incluso negaban su existencia y viabilidad: Que en realidad esos poderes no eran monárquicos; que eran sólo juancarlistas; que apoyaron al rey en una situación difícil en pro de la estabilidad. Pero que lo que de verdad ellos deseaban –junto a los deseos del pueblo, faltaría más– era la República. 

   Y nos podemos encontrar en que, de la noche a la mañana esos poderes desde los profundos aromas de los estercoleros que fabrica el dinero, decidan proclamar la República. ¿Y cuál es el problema, se preguntarán algunos republicanos que llevan tantos años deseando cerrar el paréntesis histórico que  inició la oligarquía con una traición y un golpe de Estado de unos militares felones?

   Pues sencillamente que una república por el mero hecho de llamarse así no es garantía alguna de democracia, de derechos, de libertad, de progreso. Garantía de que el ciudadano, sus vidas, es más importante que las ganancias de unos pocos depredadores sociales henchidos de inmoralidad. Y que, por tanto, hay que luchar no por una república, sino, además, por una república con sentido social.  Porque, que no le quepa duda a nadie de que lo poderes del estercolero trabarán, como ya lo hicieron tantas veces, en  desacreditarla –a la República– si es mínimamente democrática,  haciendo de ella algo inservible para la mayoría, para que la gente la acabe repudiando por ser tan reaccionaria, corrupta y falta de sentido social como el actual régimen  oligarca, de banqueros y esclavistas y sus servidores.

   Si la  República Española tiene hoy para mayores y sobre todo para las jóvenes generaciones una idea liberadora, es precisamente porque el fascismo, los grandes poderes oligárquicos, la asesinaron. Y porque fueron las clases populares las que la defendieron contra los traidores de la reacción.  Porque con aquella República –que era burguesa, no lo olvidemos, pero camino de avanzar hacia una sociedad más justa–, defendía la dignidad del ser humano, hoy tan maltrecha por el régimen actual y sus gobiernos al servicio de los poderosos sin el menor disimulo. Porque es la misma ideología que acabó con la República la que hoy hace retroceder los derechos sociales.

    Entonces, aquella República abrió el camino en su última etapa frustrada por el fascismo, para que todos los españoles tuvieran acceso a la enseñanza y a la sanidad; muchos de ellos que seguían viviendo igual que hacía siglos, y algunos equiparables a la Edad Media. Aquella República empezó a dignificar la situación de la mujer absolutamente sometida y manipulada desde los púlpitos y esclavizada en su propio entorno. 

    Así que, antes de que nos sorprendan hay que tener en cuenta que los poderes, por muy perfumado que nos presenten, el montón mierda, hay que saber que mierda, es. Porque jamás ellos harán una república que sea verdaderamente democrática, es decir, que favorezca  a la mayoría. Hay que estar atentos a las maniobras. Y hay que reivindicar una República que dé satisfacción y solucione el enorme daño hecho por el actual régimen a los más desfavorecidos. Incluyendo entre estas las que aún no han sido reconocidas, de la dictadura, más de 35 años después de tan modélica transición, en la que gobernó durante 22  de ellos un partido que se llama socialista. Y que para decidir el tipo de régimen,  hay que exigir igualdad en la lid política en los medios de información, hoy  en manos de unos pocos. Para que las decisiones de los ciudadanos no estén, como ahora, manipuladas por mercenarios de tertulias, más atentos a la voz de sus amos que a la verdad. 

   No hay que olvidar que la oligarquía no tiene más credo ni régimen que sus cuentas corrientes –por muy patrioteros que se muestren algunos, sea a nivel de toda España por el nacionalismo español, sea en las taifas o cacicatos, como lo hacen los que antaño fueron franquistas y hoy dicen ser independentistas para enmascarar el saqueo de los servicio públicos –; ni más patria que sus beneficios, aunque algunos se crean que esos dirigentes son patriotas. Lo que hacen es utilizar las patrias políticamente para embaucar a las buenas gentes que se lo creen. Nada en común tiene un trabajador ni un profesional que se gana la vida con su trabajo, si es que no se lo han quitado ya, con las oligarquías, sean en general o las que nos liquidan los derechos sociales, porque es el negocio lo que les importa. 

U. Plaza

sábado, 13 de abril de 2013

POR LA TERCERA REPÚBLICA, CONTRA LA CORRUPCIÓN


LA REPÚBLICA ESPAÑOLA


Este año llegamos al aniversario de la proclamación de la Segunda República española con más razones que nunca para reivindicar la Tercera. El régimen salido de la trampa que constituyó la mal llamada transición pergeñada y dirigida por el franquismo, tal como lo había diseñado el dictador, ha llegado a su fin. 
LA PLAZA DE SAN JAUME

La falta de de instrumentos democráticos efectivos para controlar al poder;  el desprecio que éste muestra constantemente hacia los ciudadanos que pagan sus prebendas. Ciudadanos a los que no se les permite participar en la vida democrática más que en una puesta en escena cada cuatro años, tras la cual nada puede hacer para modificar verdaderamente las agresiones del gobierno. Y que cuando los abusos antidemocráticos, regresivos hacia la dictadura, que hacen que el ciudadano se rebele, la única respuesta del poder sea la represión del gobierno sobredimensionado, de los privilegiados contra el pueblo, víctima de sus negocios y corrupciones. Como estamos viendo en la escalada que el gobiernos ultraderechista del PP, digno heredero  de épocas que algunos creían pasadas. 


CONVOCATORIA EN MADRID

Gobierno  que  pone el marcha todo tipo de represalias con multas y sanciones y falta de libertades– pa lo que le dan su apoyo la derecha salvaje catalana de CiU y vasca  del PNV, sin que falte alguna voz de apoyo de algún otro personaje privilegiado que otrora dijo ser "socialista", hoy asalariado de lujo de una multinacional privatizada– ayudando al régimen en su cometido represivo.

  Poca gente hoy cree que el actual régimen, nacido del lavado de cara de la dictadura para adecentarla y hacerla pasar por democracia, tenga futuro. El régimen pos franquista que hizo que los beneficiarios de la dictadura salieran reforzados–la Banca, la Iglesia y la oligarquía en definitiva–, ya está caduco, por más que los que se benefician de él sigan queriendo apuntalarlo y mantenerlo con respiración asistida, como hacen los dos partidos del régimen por antonomasia, y los de los cacicatos, mientras millones de personas siguen siendo víctimas de los privilegiados. 

 La corrupción galopante en todas las instituciones, con permanentes trabas a los jueces que desean limpiar de corruptos la vida pública, con leguleyos métodos de demora, que impiden que aquellos que están bajo sospecha sean expulsados de sus cargos de inmediato, y se eternicen en los mismos. Pudiendo pasar años antes de que se ventilen las responsabilidades, muchas de las veces con la prescripción de delito. Cuando no se utiliza el indulto para librar a los delincuentes de guante blanco de cualquier sanción. 
EL SUEÑO DEL PUEBLO POR LA LIBERTAD

  Que ante el escándalo del fraude financiero, que con el apoyo de su gobierno le está haciendo pagar a los más pobres, no haya ni un banquero en la cárcel, demuestra que los supuestos mecanismos democráticos no existen. Ni siquiera la Constitución es  válida, toda vez que sus artículos no sirven para nada, pues esta derecha insaciable y corrupta los incumple sin que haya forma legal de imponerla de forma efectiva. 

  La Constitución habla del derecho a la vivienda, al trabajo, a la sanidad, a la enseñanza. Todo es papel mojado. La misma derecha que disfrutó de la dictadura  continuó en el poder –que en el gobierno hubiera un partido que se llamara "socialista" no cambió nada, todo lo contrario, validó el mismo–. Esta derecha no podía asimilar ni siquiera leves derechos ciudadanos, y aprovechó el fraude financiero para liquidar las conquistas sociales logradas durante más un siglo.
La Junta Estatal Republicana

  Ante el cada vez más evidente regreso a formas y métodos dictatoriales por parte de los poderes, en el 82  aniversario de la proclamación de la la Segunda República, es fundamental cerrar el paréntesis que se inició con el golpe de Estado de aquellos felones de las fuerzas reaccionarias, la guerra provocada por el mismo, la larga dictadura y la transición posfranquista, que nos ha llevado a este estado de corrupción generalizada. 

  Reivindicar hoy la República, es un acto de necesidad democrática y de regeneración pública que nos lleve a la normalidad, rota  por los que deseaban que España no entrara en la modernidad. Son las mismas fuerzas que a marchas forzadas liquidan hoy los derechos de la mayoría.
ZARAGOZA POR LA REPÚBLICA

  La lucha hoy por la Tercera República Española no es ya ni de lejos una reivindicación nostálgica, todo lo contrario. Lo nostálgico obsoleto es mantener una monarquía que impuso un dictador, que hace aguas por todas partes, a la par que el resto de la instituciones, que no sirven al ciudadano. Los que aún no lo entienden así, algunos desde supuestas posiciones "socialistas", la Historia los arrollará y les pedirá cuentas si no reaccionan, en lugar de segur sosteniendo el tinglado.

 La bandera republicana es hoy el estandarte de unidad de toda persona, de todo sector democrático, independientemente de las ideas particulares que cada uno tenga. Las que deberá defender en una República en la que los mecanismos democráticos no sean burlados para beneficio de los de siempre. 

¡POR LA TERCERA REPÚBLICA! ¡CONTRA LA CORRUPCIÓN! ¡POR UNA JUSTICIA DEMOCRÁTICA! ¿POR GOBIERNOS  NO SOBREDIMENSIONADOS E IMPUNES! ¡CORTES CONSTITUYENTES!

U. Plaza





domingo, 7 de abril de 2013

LA AGRESIÓN A LOS CIUDADANOS, SU CRIMINALIZACIÓN Y LA ESCLEROSIS DEL PSOE

    A la inmoralidad que representa que el gobierno esté al servicio de banqueros y grandes empresarios, contra su propio pueblo que paga sus privilegios, utilizando los resortes represivos contra él, se suma la campaña  que tanto desde el gobierno–los gobiernos, también desde las taifas y cacicatos–como desde el partido de la derecha más salvaje del PP vienen realizando contra los que se defienden de sus agresiones, criminalizándolos y equiparándolos  a los violentos y hasta a terroristas. 

   Tienen la desvergüenza de decir  que señalar a los que deciden votar contra la dación en pago, y por lo tanto están de acuerdo con la injusticia, son agredidos. Sin considerar, porque parece que sus códigos morales no llegan para tanto, que echar a miles de familias de sus casas por unos banqueros a los que el gobierno les ha dado miles de millones del erario público, sea violencia, cuando es un crimen, que sólo en una sociedad dirigida por salvajes mercaderes, se podría explicar. Y todo, con una corrupción que alcanza a todas las instituciones, sin que hagan nada para solucionarlo. 

  La desafección de los ciudadanos hacia los dos partidos principales del régimen, hace prever que ya no funcionará el turnismo canovista, que han estado llevando a cabo hasta ahora. Según las últimas encuestas entre ambos partidos no llegan al 50% de los votos, cuando tenían más del 80%. Además de que por primera vez se puede dar el caso de que haya menos votantes que abstencionistas, o casi; habiendo unos 22 millones se desentiendan de las urnas, como forma de protesta.

   Y hay que preguntarse: ¿Como es posible que ante la extensión de movimiento de los que luchan por evitar ser echados de sus casas por el PP, que da soporte a los banqueros y no a los ciudadanos víctimas de estos, el PSOE no sólo no remonte en las encuestas, sino que siga bajando en intención de voto a la par que el PP?

  A parte de otras consideraciones de más hondo calado ideológico de deriva hacia el liberalismo que lo iguala al PP, y la deriva nacionalista del PSC que lo ha situado en la UCI; así como la propia inconsistencia del liderazgo del partido, lo que no hay que olvidar, es que el PP es el partido que hoy le arruina la vida a miles de desahuciados. Pero que el inefable Zapatero se opuso a la dación en pago, con el valioso soporte del PP. Y que en el gobierno Zapatero, con Rubalcaba de vicepresidente, fueron llevados a cabo más de 70.000 desahucios.

   Con estos mimbres heredados de ellos mismos es imposible que los del PSOE puedan hacer cestos y levantar cabeza. Cualquier intento del partido socialista en discutir la salvaje política del PP está llamada a fracasar. Porque es muy fácil para el PP hacerles callar con sus mismos argumentos. Sobre todo porque quienes aplicaron semejante política antisocial y a favor de los especuladores financieros, son los mismos que ahora dicen ser solidarios con los agredidos. Y eso los ciudadanos lo saben muy bien.

   De ahí la importancia que tiene que el PSOE –si es que en él anida, aunque sea remotamente, la idea de diferenciarse de la derecha con la que ha compartido programa en lo fundamental–, haga una catarsis que incluya la total renovación de sus cargos; que de una vez se defina  su verdadera ideología y sobre el modelo de Estado y defienda la República, ante el agotamiento del régimen y sus instituciones, al fin y al cabo heredadas del franquismo. Y que no se olvide, en 22 años de gobiernos del PSOE, fueron incapaces de desmantelar  por falta de voluntad política. Y que hoy el PP va recuperando  en muchas de sus actuaciones autoritarias y políticas regresivas en la enseñanza y en sanidad y en la manipulación con mentiras.

  De no hacerlo, de no llevar a cabo la necesaria renovación de forma clara y contundente, no con paños calientes para que parezca, pero que no sea, para que no se les escape de las manos a los que mandan, el pueblo español sufrirá mucho más defendiéndose de las agresiones. Pero a la larga éste los arrollará con sus acciones de defensa por pura necesidad de supervivencia.  Y los arrinconará hacia el estercolero de la Historia, por no haber, querido verlo cuando estaban a tiempo. Porque cuando todo indica la necesidad de una revolución social, un cambio de modelo democrático – el actual data de la revolución francesa, hace más de 200 años–, más participativo,  los viejos partidos, y el PSOE, con sus esclerosis se aferran al pasado, o siguen emulando a la derecha cuando están en el gobierno, y se quejan cuando están en la oposición.

U. Plaza


jueves, 4 de abril de 2013

LA IMPUTACIÓN DE LA BORBÓN Y EL AGOTADO RÉGIMEN: ¡CONSTITUYENTES!

   

Era un escándalo para el ciudadano, agobiado por la perdida de sus derechos por constantes hachazos a los servicios públicos y  a las libertades, que estuviera imputada hasta la mujer de exsocio del yerno del Borbón, y la hija de éste ni siquiera hubiera sido llamada a declarar. 

  El juez Castro ha debido tener que sortear mucho  obstáculos antes de dar este paso. Pero al final no ha tenido más remedio que tomar la ineludible decisión de imputar a Cristina de Borbón, como presunta colaboradora necesaria para los negocios de su marido.

  Al deterioro de la vida política, por culpa de los principales partidos políticos se suma uno más, tras el desprestigio de la monarquía en los últimos tiempos, ganado a pulso. El turnismo  canovista de los dos partidos que han sostenido a la monarquía, han sido incapaces de situar desde el parlamento las acciones del monarca y su familia. Lo que en una democracia es incomprensible. 

   Si hasta ahora la monarquía estaba blindada, y aparecía hasta  como una instiución modélica, era porque toda una legión de medios le hacían de escudo, y estaba vedada cualquier crítica que se le hiciera, y silenciada y ahogada por esos medios; además de la sumisión de los dos partidos, PP y PSOE,  que ha permitido que no sólo el monarca careciera de responsabilidad–también incomprensible en una democracia–en su acción, sino que se extendiera al resto de la casa real,  de facto, sin base jurídica. 

  La ciudadanía tiene una paciencia de la que los gobiernos han venido abusando hasta la saciedad sin la menor moralidad. El regreso hacia situaciones cada vez de más de dudosa democracia y de autoritarismo por parte del PP, hace que todas las instituciones estén en entredicho. El ataque a los derechos ciudadanos  de los más débiles, es paralelo a que los poderosos se burlen de todos, sin el menor disimulo enfangados en la corrupción.

  La chulería y desprecio a la opinión pública,  por parte del presidente del gobierno, que se oculta tras una pantalla de televisión  para no responder a las preguntas de los posibles periodistas que le sean incómodos, nos muestra el talante autoritario del mismo, a la vez que  utilizando la mayoría absoluta del parlamento para gobernar por decreto, despreciando en la práctica el sistema parlamentario. Todo abunda en un rápido deterioro  de las libertades y de la agudizada enfermedad de un sistema caduco, en franco retroceso a situaciones pasadas, como acaba de pedir el presidente de la Comunidad de Madrid de que "de alguna manera" se  establezca un control, es decir se restablezca la censura. Y a este régimen  aún le siguen llamando democracia cuando desde el gobiernos se criminaliza a las víctimas de los deshaucios. 

  Es evidente que los dos partidos del régimen no están en condiciones por falta de voluntad política, y sus muchos compromisos  con él, de subsanar la terrible enfermedad de corrupción que padece España, taifas y cacicatos incluidos. Y es así porque con todo lo obscuro de la situación, de sospechas y evidencias de muchas irregularidades, y la burla que representa que nadie tenga la grandeza moral de dimitir. Todo lo contrario: a cada nuevo escándalo que se destapa, todos a una se ponen a defender la inocencia del imputado, si es de su tribu, al tiempo que hablan de trasparencia, tomando al ciudadano por estúpido. Lo que hace que éste cada día vea que no hay solución con los actores actuales, sino que los vea como el problema.

  El régimen se ha agotado. Esto es algo que se proclama a derecha e izquierda. Pero los principales beneficiarios del mismo, se resisten a reconocerlo porque perderían sus privilegios. Sólo tratan de lavarle la cara con la intención de mantenerse. Lo que acaba siendo mucho peor. Y ha de ser el propio ciudadano que decida salir a la calle y exigir un Proceso Constituyente que nos conduca a un estado democrático, donde sea imposible por ley sin subterfugios, que la llegada de un grupo deteminado al gobierno, le permita dejarnos sin patrimonio público, principalmente la sanidad y la enseñanza, sin contar con los ciudadanos, como sucede ahora. Y sin que legalmente se pueda hacer nada, cuando eso debiera ser motivo de lesa humanidad en un Estado democrático. Ya que se privatizan los servivios públicos para hacer negocio con la salud ciudadana, sin que los responsable sean consucidos ante la justicia, como indicaría el sentido común. 

  En un Estado democrático, no cabría la menor discusión sobre la imputación de un familiar del jefe del Estado. Sería algo natural, y un signo de la salud democrática del mismo, en caso de algún presunto delito. En España, precisamente por el ocultismo y blindaje del que ha gozado la jefatura del Estado, y la falta de vigilancia del parlamento, ha permitido que las cosas se deterioraran, y constituya una rareza. 

  Habrá que ver el recorrido que tiene la imputación de Cristina Borbón. Pero no es muy buen síntoma que el fiscal–quien debiera haber sido el primero en pedir que declarara–, que se supone obedece órdenes del gobierno, haya recurrido el auto del juez Castro. Ni tampoco que la casa real se haya adherido al recurso del fiscal, rompiendo la primera manifestación de no hacer declaraciones sobre las decisiones judiciales. 

  Es necesario que ante el deterioro de la vida pública, aquellos que desde los partidos y desde la sociedad civil desean que se acabe este estado de cosas, tomen en sus manos la necesidad de abrir el camino que permita que los ciudadanos podamos decidir el tipo de Estado que deseamos, monarquía o República; ya que no pudimos hacerlos cuando se fraguó lo que pomposamente llamaron transición, pero que los verdaderos poderes quedaron, más que intactos, reforzados, como hemos visto a lo largo de tantos años.

U. Plaza





jueves, 28 de marzo de 2013

BOCHORNOSO


El bochorno que representa que un cargo público esté inmerso en un proceso judicial por corrupción y tráfico de influencias, presuntamente, es altamente preocupante. Que además cuando lo pillan comiéndose el pan  bajo el sobaco, a escondidas y con alevosía, en lugar de dimitir de inmediato nos tome el pelo, dimitiendo de sus cargos en el partido, que es irrelevante; o "delegando" que es aún más insultante para el ciudadano, pero no dejando el acta de  diputado que le proporciona aforamiento. Lo que quiere decir, privilegios a quien ya en sí es un privilegiado del régimen, es el rizo del rizo del descaro, de los que en lugar de sumir que son servidores públicos, consideran que somos los ciudadanos los que estamos a su servicio, como lo evidencian los hechos, sin que nos consulten nada de lo que hacen y que nos afecta, ¡y de qué manera!, por ejemplo sobre el expolio sanitario, privatizándolo, para hacer negocio con la salud de las personas. 

Pero, además, lo resulta doblemente bochornoso para el ciudadano,  que paga las facturas, es que el presunto corrupto, cuando llega a la sede de su partido, tras el paripé y puesta en escenas su semidimisión, en lugar de encontrar un vacío y reproche, o duda razonable ante los hechos que han provocado la imputación, los suyos, antes que nada lo reciban con una fuerte ovación, como si en lugar de un presunto corrupto, se trate de un héroe.

Y cabe preguntarse ¿Quién puede tomar en serio las palabras de esta casta de políticos, cuando dicen que van a poner los medios para acabar con la corrupción si cuando debieran poner en cuarentena a todo aquel que es objeto de la más mínima sospecha, no ya de corrupción como es la lacra que nos invade, sino simplemente de irregularidades, los alaban y los convierten en víctimas de oscuras maniobras. 

Lo ciero es que, de inmediato, todos los suyos–¿por qué será?–salen en tromba asegurando unos que es inocente, que el hecho de estar imputado no significa que sea culpable. Y es cierto, pero una cosa es lo judicial y otro lo político. Otros asegurando que se verá que tal hecho no tiene recorrido. En definitiva, tirar pelotas fuera para que vaya pasando el tiempo, y todo quede en nada. Hay en Cataluña–como en toda España–un montón de imputados–algunos desde hace ya muchos años– que siguen en sus cargos o en los aledaños del poder. Pero a día de hoy ni un solo político–ni banquero– está en la cárcel. ¿Por qué será?

¿Alguien se acueda ya de  Lluís Prenafeta  y Macià Alavedra, que cuando salieron de trullo–con la prensa pesebrista quejándose de "la condena del telediario", pobrecitos, porque la guardia civil los llevaba esposados, como a todo detenido– y que fueron recibidos con los apoyos del que fuera presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, en lugar de afearle la conducta a los que fueron sus consellers? ¿Por qué será? 

Sin duda no soy de los que cree que todo los políticos son corruptos, en algún lugar debe haber alguno que no lo sea. Pero la solidaridad entre ellos, el corporativismo hace imposible que la limpieza llegue. Y menos que los ciudadanos, sus víctimas, se lo crean. Y mientras tanto..., pues aquí  dicen que vivimos en una democracia.

U. Plaza



viernes, 22 de marzo de 2013

EL DESCONOCIMIENTO DE LOS DIRIGENTES DEL PSOE, SOBRE EL PSC

Uno de los problemas que tienen los los dirigentes del PSOE, es que no tiene ni idea de lo que pasa realmente en Cataluña, pero tampoco lo que es el PSC. El PSC, si el PSOE se presentara a las elecciones, no sería nada. Y es posible que en las primeras elecciones por la confusión hubiera cierto descontrol–también por las políticas de derechas del PSOE de González y Zapatero–; pero cuando la gente sepa quién es quién, los pocos que queden con la banderita de imitar a Convergencia, se precipitarán a pedir el ingreso en su casa natural, con Mas o con el que lo sustituya, que tampoco parece que le vaya a durar muchos la cosa a Mosisés-Mas. 

Decir, como ha dicho Aguilar, que con el PSC es con quien pueden llegar al gobierno de España, porque necesitan sus diputados, en no enterarse de nada. Y es que a fuer de decirlo, los mismos del PSC, que están en la UVI, se lo han creído.  Por eso desafían a un PSOE debilitado que también se lo creyó, contra las evidencias, apoyando las polítcas de la derecha nacionalista, sin lograr nunca ganar unas elecciones catalanas.

El PSC no le da votos a PSOE, se los quita. En las elecciones generales, elección tras elección le han sacado más de un millón de de votos a CiU. Y son en las Generales en las que se ganan las elecciones para acceder el gobierno. Lo que dice Aguilar, es el mismo discurso de siempre, y así llevamos más de treinta años sin que nadie analice las causas del porqué pierden. Es pura masoquismo o persistencia en las brillantes ideas del asalariado de lujo de una multinacional, que fue el muñidor de los primeros pactos, cuando nació el PSC, o del “estadista” Zapatero. 

Si se presenta el PSOE sin el PSC, el problema será que tendrán que poner coto para que no se les cuelen los que han hecho posible que el partido no sea socialista, sino el hermano cómplice de la derecha de CiU. No se debe olvidar que el PSC es una criatura de la burguesía catalana, exactamente igual que la de CiU, la burguesía que era franquista, y ahora dice ser nacionalista catalana. 

Los catalanes lo sabemos muy bien. Los, que ya somos mayores, recordamos que muchos de los hoy furibundos nacionalistas, en sus casa hablaban castellano, porque así le gustaba al dictador y servía para sus negocios. Como hoy lo hacen al revés. Alguien desde el periodismo debería hacer una radiografía, hurgando en los antiguos ficheros de Falange y otros derroteros, para saber cuántos de estos han sido grande patriotas…españoles. 

Una chica de un pueblo cercano a Barcelona, que conocí en una asamblea de 15-M me decía: “los que hoy son de CiU en mi pueblo, eran los falangistas, que persiguieron a mi abuelo, por republicano y catalanista”. Los trabajadores catalanes–entre ellos los inmigrantes– fueron los que lucharon por su lengua, no estos que ahora parece que han descubierto la Diagonal. Porque, como se dice en la novela de Puzo, "son negocios, nada personal".

U. Plaza

miércoles, 20 de marzo de 2013

RECOGIDA DE VOTOS DEL PSC PARA CIU, EL PP Y CIUTADANS


   El PSC en la  etapa del desastroso montillato, se lo paso todo el tiempo llenando las alforjas de votos de la derecha de CiU. Sus incomprensibles arrebatos de converso al disparate de la burguesía y su complejo de inferioridad, le llevaron a presidente Montilla, a ser más papista que el papa; lo que provocó la indiferencia, cuando no la indignación de muchos de sus votantes.

  Tras perder las elecciones precisamente por eso, en el bienio negro y privatizador del iluminado Artur Mas, el PSC se convirtió en una jaula de grillos que la derecha nacionalista de su propio partido agravó.  Pere Navarro, que al principio parecía que iba a tomarle el pulso y situar las cosas en su sitio, sucumbió a los deseos de los revoltosos identitarios de su partido, asumiendo sus postulados que no son otros que los de la burguesía catalana, cuya expresión política, aunque es una, el Partit Únic Català (PUC), como estrategia electoral se lo reparten entre los tres partidos de la burguesía nacionalista, ahora además sumado el socio recién llegado, el CUP, en cuya primera puesta en escena, se ofreció a Moisés-Mas para ayudarle en su travesía del desierto. 

Desde la aventura mosaica de Artur, al adelantar las elecciones  cuando tenía mayoría suficiente para gobernar, creyéndose sus propias elucubraciones con la intención de llevar a su pueblo hacia la Tierra Prometida, abriendo las aguar del Llobregat–o del Besós–, el PSC ha caído en una fuerte melancolía, recordando los tiempo en que ser nacionalista era lo más natural para ellos, los jefes del partid.,  que no los militantes. Y nadie se lo discutía dentro del partido. Si la crítica era de fuera, se silenciaba y punto; porque toda la dirección se sentía nacionalista, siendo minoritaria en el partido, y sobre todo en las bases votantes. No importaba: bastaba con que una vez al año en la fiesta de la Rosa se mostraran algo rojillos, o en los 15 días de campaña electoral, recuperaran el lenguaje "socialista" de usar y tirar.

Si los tiempos de Montilla–y de Margall– fueron los dorados que llenaron las alforjas de votos a CiU, los de ahora, con todos los disparates que está haciendo Navarro, se llenarán  en parte las de el PP, y sobre todo la de Ciudadanos. Esos votantes ya no tendrán la menor duda de que si quieren votar a algún partido que no sea de los del PUC–al que se reincorpora tras una leve duda el PSC– votarán sin ningún cargo de conciencia, a uno u otro, en función de sus más o menos preferencia, pero ya sin esperanzas de que el que había sido su partido se pueda regenerar. 

A eso puede llegar una formación política que abandona, si es que alguna vez los tuvo, y no es la única, sus principios ideológicos, sin entender que un partido lo es precisamente porque se supone, que en una sociedad capitalista, desigual y profundamente injusta, ha de representar a una parte de la sociedad; por eso se llama PARTIDO, y no club de amigos de la petanca, por ejemplo.  

En este caso ha de representar, se supone, a la parte más desfavorecida. Y cuando eso se olvida y  sus dirigentes se unen a otros en un proyecto común patriotero, están favoreciendo al enemigo de clase y desarmando a su partido ideológicamente. Y es cuando los ciudadanos dicen, con acierto o no, que todos son iguales. Y eso se confirma al ver que partidos que se dicen socialistas o comunistas o de cualquier otro credo que se denomine de izquierdas, se unen al proyecto de la derecha, como es el caso escandaloso hoy en Cataluña, para que la derecha puede enmascarar con más facilidad el expolio social que está llevando a cabo contra los más pobres, y oculte su fracaso político. Ayudar a semejante disparate, anula las supuestas ideologías y proyectos populares. Y deja sin opción de izquierdas a las clases populares. 

U. Plaza