viernes, 4 de noviembre de 2011

¿DEMOCRACIA? ¿QUÉ DEMOCRACIA? (I)

Estos días, y con motivo de la puesta en escena oficialmente –porque de hecho llevan muchos meses en ello,  se podría decir que permanentemente están en campaña–, del carrusel que culminará en la teatralidad de las elecciones del 20 de noviembre, en las Asambleas y Grupos de Trabajo de 15-M, en los barrios, se está discutiendo y explicando a los ciudadanos el sentido del voto: qué significa votar a uno u otro partido aunque sean de los pequeños, votar  en blanco, el voto nulo, votar a los partidos oligárquicos y responsables de la corrupción que nos aplasta, y del desastre al que han llevado a la sociedad, así como el significado de  la abstención, sea esta por desidia, o como una acción de protesta y de cabreo ante la imposibilidad de modificar el poder  de los de siempre, por la vía del voto, por la falta de mecanismos democráticos realmente eficaces. 

Todo  el esfuerzo pedagógico, de cara a los ciudadanos, que el poder ha situado en la mayor de la ignorancia de forma intencionada, para así poder manipularlo mucho mejor, es loable, porque tras más de30 años de supuesta democracia, es asombroso oír cómo los ciudadanos de toda edad, nivel de preparación y condición social, desconocen los mecanismos electorales; y lo que es peor, desconocen realmente en qué consiste este régimen oligárquico y corrupto al servicio de unos pocos al que llaman democrático.

Lo primero que hay que saber es que la Democracia, es en realidad la verdadera utopía; y que como todas las utopías hay que ir  haciéndola realidad lentamente, con el esfuerzo y la lucha de la sociedad para irla conquistando de las garras de los que la dominan,  en nuestro nombre. Porque los que detentan el poder–el poder económico, con el brazo político ejecutor de sus decisiones–  nunca han dejado ni dejarán voluntariamente que el ciudadano sea libre y tome decisiones democráticamente. Y para eso se inventan todo tipo de trampas envueltas en palabrerías de derechos democráticos, al tiempo que la evidencia lo desmiente.  

¿DEMOCRACIA? ¿QUÉ DEMOCRACIA? (II)

¿DEMOCRACIA? ¿QUÉ DEMOCRACIA? (III)

                                                                                                                                            

(Continuará en II)


U. Plaza

miércoles, 2 de noviembre de 2011

EL MITO DE LA LIBERTAD DE PRENSA

Uno de los mitos más extendido por estos lares, y que machaconamente insisten los servidores del sistema a todos los niveles y por todo tipo de autócratas servidores, es el de la libertad de prensa; condición básica–dicen– para la existencia de una verdadera libertad de expresión, pilar fundamental de la democracia. Esto dicho así, sin más, parece ajustarse al idílico deseo de todo ciudadano libre y demócrata, y en cuya trampa caen muchas personas de buena fe, por el hecho de que pueden optar por comprar  periódicos con distinta cabecera o apretar un botón u otro para idiotizarse con este o aquel basurero televisivo, sin olvidar la recua de tertulianos prestos a llevar la voz de sus amos para crear opinión, es decir, ganarse el sueldo que le pagan aun a costa de la más burda tergiversación.

Sin embargo, como en tantas otras cosas de esta sociedad montada sobre la desigualdad, la injusticia, la manipulación, la corrupción de los que dominan el mundo con la mentira, es absolutamente falso que haya libertad de prensa. Si acaso sólo lo es en parte, por la irrupción de los medios modernos, esto es en internet, en que todo el mundo puede, de alguna manera, manejar esa libertad sin trabas, al menos de momento –que ya veremos en el futuro si los poderes de verdad, los grandes dictadores, los que no aparecen más que tras ocultas siglas  de organismos internacionales que nadie elige, dejan de soportar esa libertad tan dañina para sus intereses–, como hemos podido comprobar con el auge que han adquirido las movilizaciones del 15-M, precisamente por ser un espacio libre.

Pero, en cuanto a lo que se entiende por libertad de prensa–periódicos de papel y no digamos la basura televisiva y radiofónica–eso ya es harina de otro costal. Porque lo que realmente sucede es que sí, hay libertad de prensa plena, qué duda cabe, si se obvia el pequeño detalle de que misma libertad está condicionada sólo para  quien tenga suficiente dinero–muchos millones–para hacer un periódico o montar una cadena de televisión; en cuyo caso la libertad de expresión, la del dueño de esos medios o al grupo que representa y sirve, estará plenamente asegurada; nadie lo duda ya que hasta se pueden publicar cualquier barbaridad como vemos en algunos panfletos impropiamente llamados periódicos, que obedecen–no puede ser de otra manera– a los intereses propios o a los de sus amos. 

Porque que hemos llegado a tal grado de perversión y manipulación de los medios, que en realidad éstos están en manos y al servicio exclusivo de unos pocos, de forma descarada, y sin el menor disimulo. Sea porque  en realidad esos medios son de su propiedad, o porque pertenecen de una u otra forma a sus pesebres, publicando lo que halaga al poder, o eliminando o manipulando cualquier noticia u opinión que moleste o  incomode, sea  el financiero o el político, a sus servicio.

Incluso, aunque haya periodistas que realmente sean honrados y pretendan dar fe de hechos escandalosos de la delincuencia político-financiera, no tendrá más remedio que plegarse a los deseos del amo de la cosa y escribir entre líneas–como en los mejores años de la dictadura, ¿recuerdan?–si quiere conservar su trabajo. 

Así que cuando alguien habla de que hay libertad de prensa,  libertad de expresión en los medios, hay que estar alerta; porque o es un perfecto despistado que se ha creído que vive en un régimen de libertades, y que hay democracia, en lugar de en partitocracia, con puesta en escena de vez en cuando, llamándonos a validar con nuestro voto sus mentiras, o  pertenece al club de  los pesebristas, o bien es directamente un beneficiario del sistema corrupto que padecemos.


U. Plaza

domingo, 30 de octubre de 2011

LA SERVIDUMBRE DE LOS MEDIOS ESPAÑOLES A TODO LO YANQUI

La colonización y el lameculismo de los medios de comunicación españoles, es parejo a la de los políticos  con poder, que raya la paranoia. Todos los medios están pendiente de todo lo que sucede en el imperio; da lo mismo que sea importante, menos importante o intrascendente; para ellos no cabe duda de que es noticia, que debemos saber los españoles; que se trata de lo primero que hay sacar a la palestra informativa. Analizan para nosotros hasta el último pedo de Obama o de la Clinton, hasta en su textura, velocidad y olor, ¡faltaría!

Todo es mucho más importante que cualquier cosa que suceda en nuestros país. Conocemos con todo detalle, gracias a esa sumisión colonizadora, las miserias o virtudes de cualquier lugar de Estados Unidos, al tiempo que desconocemos lo que sucede en nuestro pueblo, salvo que sea de tal magnitud que no haya más remedio que ponerlo en primer lugar.

Parece que en España todo sea de menor relevancia a la hora de las noticias, si hay algo que llegue de USA, que pasará por delante. Parece menos importante para los medios, los cinco millones de parados españoles, cada vez menos cobertura  social y la existencia de más de un millón de personas–familias en realidad– que carecen de ingresos para malvivir, y el que haya más de ocho millones de pobres no tenga importancia. O que la corrupción político-financiera, el expolio de los derechos sociales, el saqueo de la sanidad y la enseñanza por parte de los políticos corruptos al servicio de sus interese de casta y los de sus amos. O que la insaciable aniquilación de los países y su ruina por parte de esa banda de mercaderes del FMI –que nos ha llegado de lleno–, que han llevado al hambre a pueblos  con recursos suficientes, pero que han sido expoliados por esas bandas organizadas a nivel internacional. O el saqueo de las viviendas de los ciudadanos por parte de los delincuentes de la banca, con el apoyo a éstos de sus lacayos políticos. Los escandalosos sueldos y prebendas de la casta política que han perdido hasta el disimulo de sus fechorías. O la intromisión de la Iglesia en los asuntos ciudadanos sin que los poderes civiles le paren los pies y les sigan pagando cuantiosos millones de todos los ciudadanos, seamos o no de su credo. O que la Constitución sea papel mojado, y que, a pesar  de ser un Constitución hecha por los poderosos, que ni así se cumpla en los artículos que puedan beneficiar a la mayoría de ciudadanos.

Todo eso carece de importancia. No es noticia para nuestro informadores. Sí lo es el que el un rincón de Estados Unidos haya caído una nevada importante. Con esa "noticia" es con la que nada más y nada menos que el telediario de la Primera cadena de TVE abría hoy domingo su informativo. 

Tenemos  hasta en la sopa todo lo que sucede en el imperio. Todo lo anterior, que es lo que preocupa a nuestros ciudadanos, víctimas de la casta política, a la que considera el problema, no la solución, carece de importancia para los jefes de los medios. La miseria de los ciudadanos españoles por culpa de esta partitocracia dictatorial y caciquil de los poderosos, lo  colocan en segundo o tercer lugar.  Nuestros medios están tan hechos a aceptar todo lo que mandan los amos del mundo, que no pueden evitar ser serviles hasta en temas intrascendentes, con tal de mostrar se fe al amo yanqui. ¿Será porque, el todavía presidente español,  ya cadáver político y aniquilador de su propio partido, ha vendido otra parte de nuestro territorio para que los yanquis pueda organizar sus guerras con  mayor precisión, acierto y a menor costo? ¿Estarán en sintonía con ese hecho?

U. Plaza

viernes, 28 de octubre de 2011

LA INMORALIDAD SIN LÍMITES



A pesar de que el grado de corrupción moral–antesala de todas las demás– de los políticos con poder en las diversas instituciones  ha alcanzado niveles insoportables, y que parecía, por lo tanto, que sería difícil  subir más escalones en esa  lacra que padecemos; sin embargo siempre aparece un personaje que sin el menor reparo sí es capaz de batir un nuevo récord de inmoralidad. 

Y lo ha dado el personaje que está al servicio de los intereses la sanidad privada, colocado en el cargo como Conseller de Sanidad contra todo sentido común de servicio público. Porque su cometido no es el de procurar una sanidad al servicio de todos los ciudadanos como cabría esperar,  sino todo lo contrario: hacer ganar dinero a sus jefes, para lo cual lo han empleado, aun a costa de la salud y la vida de los ciudadanos. 

Es evidente que toda acción política tiene una ideología; y una meta en los intereses determinados de quien ostenta el poder. Y que si este  poder  está en manos de un partido como CiU, de la derecha salvaje y depredadora, es evidente  que tratará de vencer la balanza de los beneficios que reporta tener el poder político, en favor de los suyos, los más ricos, los poderosos, esa minoría que  siéndolo se beneficia de la mayoría de las rentas de todos los ciudadanos, con múltiples subterfugios unas veces, descaradamente la mayoría de ellas.

Pero siempre los depredadores sociales nos habían vendido la burra ciega envuelta en un celofán al que llaman democracia, y hasta  "estado de bienestar".  Esa mentira es lo que les ha permitido durante muchos años quedarse con la mayor parte del pastel, el mismo que ahora ya se lo quieren quedar por entero. 

Se solían presentar como "buenos gestores" y hasta como defensores de la mayoría y hasta como patriotas engañabobos,  aunque todos sabíamos–bastaba ver el grado de derroche insultante y de burla del que hacían y hacen gala ante el ciudadano saqueado por ellos para percatarse– de que todo era mentira, que era parte de la comedia y que entraba en su guión aparecer como moralmente edificantes, y hasta de misas diarias y bendiciones episcopales, si eso engatusaba a cierta gente. Siempre enmascaraban sus intenciones con todo tipo de artimañas para que lo injusto pareciera "normal", el saqueo de lo público, actos democráticos.

Pues bien, la inmoralidad ya sin el menor disimulo del  encargado del saqueo de la Sanidad Pública catalana, es lo que en estos momentos le ha permitido marcar un nuevo hito en la ignomia de la casta política gobernante, o de sus servidores.

Este sujeto, de cuyo nombre los catalanes quisiéramos olvidarnos, previa su presencia ante los tribunales para responder por sus actuaciones, ha declarado sin el imposible rubor que acompañaría a toda persona con sentido de la decencia, que "la sanidad es una cuestión privada". Y el Tonante Zeus no le ha hecho llegar el merecido rayo, para fulminarlo. 

Porque si hay algo realmente público en cualquier Estado que se precie, y más si se dice democrático aunque sea para fundamentar la farsa,  es la salud pública, pilar que junto a la enseñanza son los que hacen que un pueblo avance y se desarrollen sus ciudadanos como seres humanos, y no como esclavos, lo que al parecer le gustaría al Conseller depredador.

Porque lo que está diciendo este sujeto que con tanto  celo como inmoralidad, es que quien no tenga medios, si enferma, que se muera; ese es su código declarado; porque la salud es para los ricos, a los que él sirve con tanta eficacia como bajeza. 

Pero, es que, además, lo que nos nos dice el odiado, el repudiado Conseller, es ¿por qué si realmente su ideal–o servidumbre– es crear una sanidad privada, no lo hace con dinero privado en lugar de saquearnos nuestra sanidad, nuestros hospitales y centros ambulatorios? Porque son nuestros, sufragados con dineros públicos. Porque a nadie se le impide que monte sus cínicas privadas como negocios, siempre que esté garantizada la mejor red sanitaria pública para todos. Pero no que nos las quiten por deseo de una casta de políticos mercaderes.

O sea, que como vemos a la indecencia, la inmoralidad de siempre de esta derecha salvaje, ahora le suma el latrocinio, el descaro de un grado más de inmoralidad al querer que  nuestro patrimonio sanitario–repitámoslo, pagado por todos– sea sólo para los que en realidad no necesitan la sanidad pública, porque previo el expolio de los recursos públicos, la explotación de la mayoría por múltiples vías, la han tenido siempre. 


El Conseller de sanidad está rompiendo hasta los moldes de las políticas más reaccionarias e indecentes, que nunca se han atrevido a confesar aunque lo hicieran. Ha demostrado que su inmoralidad no tiene límites. Esperemos que sean los ciudadanos, con su protestas, con sus luchas por defender lo que es suyo, quienes  les pongan los límites. Ciudadanos, que sin duda esperan que algún día se haga justicia y el personaje responda ante ella. Castillos más altos han caído cuando se creían inmunes.

U. Plaza



martes, 25 de octubre de 2011

EL NERVIOSISMO DE LOS PARTIDOS-CHANTAJE

A los dos principales partidos-chantaje, CiU y PNV, contrariamente a lo que intentan vender a sus respectivos electorados para poder seguir engañando a los incautos, el anuncio del cese de la actividad criminal de la banda terrorista ETA, les ha sentado francamente muy mal. Porque no cabe duda de que se les ha escapado uno de los argumentos más recurrentes para seguir poniendo el cazo para sus intereses de casta, utilizando como excusa toda una ristra de argumentos y victimismos falsos.

Porque si bien ambas formaciones, debido a una antidemocrática ley electoral que los prima en las elecciones,  siendo el eje que decidían la políticas del país con escasos votos ciudadanos, eso es evidente que se ha acabado. Pero parece que no se han dado cuenta o quieren hacernos creer que lo ignoran, vistas las exigencias sin sentido de Urkullu a los gobiernos vasco y español, de que se convoquen elecciones en el País Vasco, que se derogue la ley de partidos y que se acerque a los presos. Eso mientras ETA aún sigue existiendo. Es una salto adelante para tratar de evitar hundirse en las elecciones del 20-N y arañar algunos votos que intuye Urkullu irán en otra dirección diferente a sus intereses.

Algo parecido le sucede a Durán i Lleida, que anda insultando a los jornaleros andaluces, con un desvarío que hasta ahora parecía controlar; e incluso sale a la palestra diciendo que "el PP es la peor derecha"; y lo dice –seguramente para coincidir con la muy reaccionaria Conferencia Episcopal española que pide el voto nada disimulado para el PP–,  que los homosexuales son unos enfermos que necesitan ir psiquiatra, cuando es evidente que él sí parece estar necesitándolo, por sus estridencias desconocidas hasta ahora, que hacía que los ciudadanos lo consideraran un moderado y educado político. Ya vemos que en realidad todo era una puesta en escena engañosa.

Porque, es que además, se olvida Durán cuando dice lo del PP, de  que son ellos, su gente, CiU, la que está saqueando la Sanidad y la Enseñanza públicas ocasionando una verdadera alarma, pánico, entre los ciudadanos que sufren el saqueo de una derecha insaciable y mercantil e inmoral–la que él representa–que ya está ocasionando que haya ciudadanos que fallecen por falta de atención médica a tiempo. aunque no se contabilicen todavía por esas razones, cuestión que se debería hacer, para exigir responsabilidades. 

Pero es que, además, se olvida Durán de que el gobierno de la Generalitat, saqueador de lo público con sólo el 22% del electorado catalán, está llevando a cabo el desmantelamiento de los hospitales y las escuelas públicas gracias al apoyo parlamentario del PP, el mismo  del Pacto del Tinell, ¿recuerdan? Así que en cierta forma los papeles se han cambiado, ya que, de depender los partidos de los gobiernos de España de los paridos–chantaje, han pasado a ser éstos los que dependen de aquellos, este caso del PP, como el gobierno de Paco López del PSOE, en Vitoria, y el de Artur Mas de CiU en Barcelona. 

Sin duda ambos chantajistas están nerviosos por el resultado del 20-N; porque, independientemente de que socialmente hablando son tan reaccionarios los del PP como CiU y PNV, ahora se les puede acabar el mercantilismo político habitual, no para beneficiar a los ciudadanos catalanes y vascos, que sería hasta legítimo, sino para que sus castas de la élite social saquen rédito de unos pocos votos valorados por encima de su valor democrático. 

El populismo que hasta hace poco vendía CiU de partido moderado se ha esfumado. Su faz de extremaderecha es evidente con personajes como Felip Puig en Interior, cuyas actuaciones los catalanes hemos sufrido y sufrimos a diario. Y sobre todo, con el hombre de las privatizaciones, Baudilio Ruiz (Boi como converso), e Irene Rigau, que están liquidando una de las mejores atenciones sanitarias y de enseñanza, para beneficiar a los centros sanitarios   y las escuelas privadas, a las que regalan un montón de dinero, mientas se lo retira a las públicas.

O sea, que Tanto Durán como Urkullu, ven cómo su principal baza de intervención política–el chantaje– puede quedar en nada.

U. Plaza

miércoles, 19 de octubre de 2011

SI LAS ENCUESTAS SE CONFIRMAN...

Si las encuestas se confirman, la noche electoral puede ser una de las más amargas para CiU y sobre todo para el mediocre Artur Mas. Por primera vez el PP puede tener en Cataluña más votos que ellos.

Es sabido que CiU recibe votos de un variopinto segmento–en torno a una cuarta parte de los votantes en las elecciones catalanas, pero menos en las generales– de la sociedad. Le ha venido votando algún sector que así mismo se llama independentista, aunque minoritario, por creer que podría articular esa opción, sobre todo ante el desastre del permanente navajeo  personalista de los que dicen ser independentistas, sin darse cuenta de que los presupuestos del montaje pujolista tienen más que ver con los intereses financieros que con su puesta en venta de la moto patriotera.

Hay otro sector de la derecha catalana que orientaba hasta ahora sus apoyos a CiU por considerarlo más útil que votarle al PP, pero que no son nada proclives a sus derivas  histriónicas–teatrales– nacionalistas, que ahora, ante las perspectivas de que gane el  partido de Rajoy, se pueden inclinar por él.

Y existe el que seguramente es el sector mayoritario de sus votantes, que está entre esa clase media nada proclive a aventuras, que se siente moderadamente nacionalista o mejor catalanista, considerado así mismo centrista, que se sentía cómodo votando un partido que se presentaba como moderado y fiel de la balanza de unos y otros. Lo que le funcionó durante muchos años a pesar de las evidencias en contra.

Ese capital políticos engañoso, urdido durante muchos años por la derecha catalana que encabezaba el inventor de la cosa, Pujol, puede haberlo dilapidado Artur Mas. Sobre todo por sus  bandazos independentistas, de boquilla, que no han satisfecho a los que lo son, por considerarlo  oportunismo; pero también puede haber despertado de su sueño a muchos de sus votantes al ver cómo CiU se quitaba la careta de moderación por  su  apuesta por el discurso cansino de Mas y sus correligionarios de la ultraderecha catalana por el soberanismo; pero, sobre todo, por su deriva derechista sin disimulo, con los mismos instrumentos ideológicos y represivos que utiliza la derecha desde siempre. Este sector de sus votantes moderados lo han podido constatar con la represión gratuita e innecesaria en la Plaza de Cataluña y con las manipulaciones del Conseller de Interior, en el Parlament; a lo que días después los ciudadanos respondieron masivamente en la manifestación multitudinaria del 15-M del 19 de junio. Y lo han seguido haciendo en la todavía más multitudinaria de 15 de octubre contra toda la situación, empeorada por el gobierno catalán.

Porque donde más ha podido enterarse la ciudadanía, y a la que ese sector obviamente no es ajeno, es ante el brutal saqueo de la Sanidad y la Enseñanza públicas  por parte de CiU, mediante la colocación como Consellers a Boi Ruiz e Irene Rigau respectivamente, personajes que como estamos viendo su único cometido es la privatización de los servicios públicos para engrosar las ganancias de las clínicas  y las escuelas privadas, dándole muchos millones a éstas, los mismos que le quitan a la pública, sin importarles en la situación en la que quedan los ciudadanos más desamparados, como son los mayores, aunque golpea a la inmensa mayoría de la población.

Ante la presencia de un PP catalán que últimamente hace esfuerzos de apariencia de moderación; ante el hecho de que como todo indica, según las encuestas,  ganará las próximas elecciones, muchos de esos votantes pueden verse inclinados a darle su voto, por esa ola a la que muchos se apuntan, de caballo ganador.

Pero la tragedia de Artur Mas y los gerifaltes ultras de CiU puede ser aún más amarga la noche electoral del 20-N, si se confirman los pronósticos. Porque si hasta ahora todo su discurso de cara a la galería–contradiciendo los hechos de la derecha económica catalana, de la que son su brazo político y represivo, y a la que lo único que importa son sus beneficios, vengan de donde vengan–iban por su apuesta por el manido soberanismo y hasta por la independencia, lo que no habrá gustado nada a los grandes capitales catalanes,  es muy posible que quede muy desmejorado. Y puede  verse obligado a defender la autonomía como lo realmente posible, sin otros devaneos de sus noches de insomnio. 

Porque no hay que olvidar que hay un sector muy importante de esos mismos votantes que hasta ahora lo han sido de CiU, que ya están hartos de que se esté utilizando e inventando problemas que no son reales, que sólo están en las mentes de los políticos para sacar tajada de ellos, que no existen en la calle,  mientras la crisis provocada por los financieros, amigos suyos, ahogan al ciudadano. Y que además están aprovechando sus crisis para aumentar sus negocios saqueando los servicios públicos. Y que lo que mucha gente percibe es que la autonomía en sí, que podía haber servido para solucionar más de cerca los problemas ciudadanos, ha consistido en todo lo contrario. Que lo que el ciudadano percibe es un aumento de la burocracia y la corrupción a todos los niveles, sin que haya medios por falta de voluntad política de ponerle coto. Entre otras razones porque los mismos que debieran hacerlo son los beneficiarios del sistema corrupto. Porque caprichosamente deciden sueldos y prebendas de escándalo, al tiempo que le dilapidan sus derechos a la mayoría, que el sufrido ciudadano ha de pagar sin rechistar, y sin que nadie le consulte.  


Es posible que tanto haya querido Mas y CiU tensar la cuerda que al final ésta se rompa y lo haga por el peor de los sitios: por el instrumento que tantas veces le ha servido a la derecha catalana para manipular los sentimientos ciudadanos para lograr sus fines mercantilistas, el supuesto patriotismo de la derecha catalana. Además, si el PP logra la mayoría absoluta como se afirma, ni tan siquiera tendrá valor CiU como partido-chantaje al uso desde que lo fundó Pujol de intercambio de cromos para decidir con sus escaso peso electoral, la política general. Y, naturalmente, el eterno candidato a ministro, señor Durán, por ofrecimiento personal, sea con quien sea, que eso parece que al señor Duran le importa poco, puede quedar ya definitivamente descartado. Y si, por aquellas razones puramente tácticas de la política de la derecha, Rajoy decide que esté en el Consejo de ministros, será una oferta envenenada para Artur Mas, que habrá recibido orientación de su jefe, el que nunca consintió que Miquel Roca le quitara protagonismo, de haber sido ministro. El jefe del invento era muy consiente que una persona como Roca, muy superior a él, lo ensombrecería. Igual le puede pasar a Mas, ya que, piénsese lo que se piense de Durán, éste está a años luz de la mediocridad del Niño del tupé, al que le cayó el cargo, por falta de alguien más sumiso al jefe, ya que en una situación de normalidad, Mas no hubiera alcanzado ni la presidencia de su escalera.

U. Plaza

martes, 11 de octubre de 2011

NOS ARRASTRAN AL PASADO


En España las clases dominantes siempre han ido siglos detrás del tiempo que les correspondía. El apego a sus privilegios parasitarios siempre han estado por encima de los intereses del país, incluso a sabiendas de que con esa actitud, a la larga, era negativo para  esas mismas clases, que de esta manera perdían el tren de la Historia. 

Siempre han preferido saborear su cómodo presente a apostar por el futuro; nunca han sido capaces desembarazarse de la pesada rémora de báculo, al que han tenido como aliado para mantener a las masas en la mayor ignorancia posible. Incluso ni cuando parecía que se daba un paso en dirección a la modernidad apostaron por ésta.  Han sido incapaces de colocar a la Iglesia católica–freno de todo desarrollo a través de los siglos– en el sitio que le correspondía, y ésta mantuvo sus privilegios, como sucedió tras la llamada transición, cuando la mayor colaboradora de la dictadura salió indemne de ella, cuando no aumentados; más, con el apoyo de aquellos que debieran haber sido los primeros en exigir la laicidad del Estado. Y si entonces eso no fue posible por estar aún en alto la espada de la dictadura en manos de los herederos del dictador, sí debía haberse hecho durante las más de tres décadas transcurridas. También esos supuestos modernos demócratas han preferido unirse al freno social. El último gobierno  socialista, incumplió, entre otros muchos, su promesa de una ley de libertad religiosa que avanzara en la buena dirección.

Durante la larga noche catolico-fascista, por la que las clases dominantes apostaron, derribando la República y provocando la guerra, España estuvo sumida, en cuanto al pensamiento, en la oscura Edad Media. La inmensa mayoría de la gente ilustrada, nuestros intelectuales, artista y científicos, tuvo que huir para escapar de la barbarie de la dictadura de los militares, falangistas y báculos que infestaban el país de intolerancia y represión. 

 Los agobios de la dictadura,  para paliar el creciente paro,  hizo  que se iniciara la exportación de mano de obra hacia los países de la Europa que se desarrollaban a pasos agigantados tras la devastación de la S. Guerra Mundial. Aquella mano de obra, mayoritariamente sin cualificar, procedente del campo, supuso un alivio para la dictadura que le permitió enmascarar el paro.  

Nuestra mano de obra participó en el desarrollo de esos países de Europa, cuando debiera haberlo hecho para desarrollar el propio, uno de los más atrasados en todos los sentidos. Pero le era más cómodo al sistema, a la dictadura, a la misma clase dirigente de ahora, no lo olvidemos, recibir las cuantiosas remesas en divisas exportando modernos esclavos, que apostar por un desarrollo propio.

Las cosas no han cambiado mucho tras el señuelo de modernismo tras la dictadura;  hemos sido capaces de crear la juventud más preparada de toda la historia de España, salvando un siglo de oscurantismo en unas pocas décadas. Pero como antes, esa juventud se encuentra con que todo ha sido un engaño como lo fue la transición para los que la vivimos, y se le niega su recompensa al esfuerzo del estudio; se le niega su derecho al futuro. Las clases dominantes, como sucediera ayer, que dejaron que lo mejor de nuestros pensadores  huyera de su país para no perecer bajo el hacha de la dictadura, o silenciados por la intolerancia religiosa. 

Hoy, Como antaño, miles de jóvenes se ven forzados a marcharse fuera para que sean reconocidos sus méritos, ante la vacuidad  de una clase dirigente mediocre y corrupta, que no ofrece a los jóvenes –muchos de ellos con varias carreras universitarias y técnicas de primer orden–, otra alternativa que la de trabajar, en el mejor de los casos, en trabajos muy inferiores a su capacidad y por sueldos de miseria que coartan su desarrollo como persona, que lo frustran,  y que le impide independizarse y dejar de depender de sus padres cuando ya pasan la barrera de los 35 años y más. Eso si no son parte de ese 45% de jóvenes en paro. 

Una vez más, nuestras fuerzas productivas, nuestros trabajadores y nuestra intelectualidad, nuestra ciencia –de la que, de vez en cuando, hipócritamente, la clase dirigente elogia, cuando salta a la fama alguno en el extranjero –, irán a engrosar las filas de los que ayudarán al desarrollo de otros países, en detrimento del propio por falta de oportunidades. Una vez más la clase dirigente y sus mediocres servidores políticos con poder en las instituciones copadas por ellos, prefieren el cómodo presente parasitarios de unos cuantos, muy bien remunerados y corruptos, a apostar por un futuro donde quepan todos. 

Una vez más prefieren apropiarse de todo lo público, para enriquecerse unos cuantos–como estamos viendo con la Sanidad y la Enseñanza Públicas– sin escrúpulos ni principios que los frene en su expolio, que apostar por un futuro colectivo, de libertad,  y de ilusión. La Clase dirigente con la ayuda valiosa  de sus servidores, los políticos con poder antidemocrático, por ser antidemocrática la ley electoral, entre otras muchas cosas, apuestan por volver al pasado. Por liquidar derechos conquistados con mucha sangre derramada, mucha tortura y cárcel. Por  su comodidad presente.

U. Plaza