miércoles, 22 de diciembre de 2010

LA LOTERÍA NACIONAL, BOCADO SABROSO PRIVATIZADO



Desde que nació la lotería nacional, traída de Nápoles  por Carlos III, primero en 1763, llamada Lotería Primitiva,  y después la lotería actual nacida en Cádiz en 1811, limitada a unas determinadas zonas, se hizo con  intención de recaudatoria,  para el erario público. 

Desde entonces España ha atravesado por toda clase de vicisitudes. Hemos pasado por monarquías de despotismo ilustrado de Carlos III; y de las absolutas, entre otras, como la del felón Fernando VII. Sufrimos  la isabelina y la efímera Iª República; padecimos la primera Restauración de monárquica de Alfonso XII y la de Alfonso XIII. Después por la Segunda República y por el golpe de los bandidos franquistas y por su dictadura.  Después por la Segunda Restauración de la monarquía de Juan Carlos, designado por el dictador.

Durante todo este largo espacio de tiempo, la Lotería Nacional ha ido afianzándose en el subconsciente de los españoles, sobre todo por navidad y año nuevo. Pero, con la misma intención con que nació, la lotería ha servido para que el Estado recaudara dinero, para que, a menos en teoría, sirviera para financiar proyectos necesarios para todo el país, y de alguna forma repercutiera en beneficio de todos. Es una de las fuentes de dinero para el Estado más sólidos y saneados.

Nunca a ningún gobierno a lo largo de tantos años, fuera el que fuera, se le pasó por la cabeza privatizar semejante fuente de financiación y de la importancia simbólica que tiene para los españoles.  A partir de ahora   veremos la Lotería Nacional como una rifa privada para beneficio de unos pocos que la explotarán, en principio una parte, pero acabará siéndolo en su totalidad, para satisfacción privada. Nada tendrá que ver con la lotería conocida como Nacional.

Ha tenido que ser ese descubrimiento asombroso  por parte de  la derecha salvaje e incivilizada –disculpas por la redundancia– que ha encontrado en el presidente del gobierno, José Luis Rodríguez  Zapatero, para que semejante pastel se privatice. 

Este será el colofón de la carrera política del que llegó a ella diciendo que era de izquierdas, y nada menos que socialista, y ha acabado abrazando las prácticas políticas liberales de esa derecha trogoldita e insaciable, las más letales e inmorales posibles. 

Si los dioses no lo remedian, y nos tememos que  estén tan escarmentados con la casta política como los mortales,  la privatización de la Lotería Nacional será el último gran favor que Rodríguez Zapatero, desde la presidencia del gobierno de España, haga al sector privado. Es curioso que en España, primero el inefable González, después  el ultra patriota de las Azores, Aznar, y ahora Zapatero, privaticen precisamente aquellas empresas que son más rentables. Si tuvieran pérdidas las nacionalizarían o les daría dinero público para sanearlas. Los bancos son el gran ejemplo. No nacionalizan las hipotecas de los trabajadores, inducidos por los bancos a hacerlas. Así pasó con Iberia, con Telefónica entre otras, y ahora con la Lotería nacional. El desmantelamiento de los recursos del Estado va viento en popa.

¿Tendrá algo que ver eso con el buen trato que  les dan algunas importantísimas empresas a los expresidentes y otros que han sido cargos públicos? No es posible, es inimaginable semejante idea. Nadie en su sano juicio puede pensar eso ¡Dónde va a parar, qué disparate!

El constante deseo de pasar recursos públicos a manos privadas de los gobiernos de la derecha, es inmoral, pero es la inmoralidad es la moral de los desvalijadores,  es hasta lógico. Que lo haga un gobierno que se llama de izquierdas y se autodenomine socialista, aunque esté muy descolorido e irreconocible, es sencillamente vomitivo. Y sobre todo que  además,  el partido, sus militantes, el PSOE, calle y haga de comparsa de todas las ilusiones liberales de su secretario general y presidente del gobierno, y que en su harakiri ideológico arrastre al partido socialista, no se comprende. 

U. Plaza

martes, 21 de diciembre de 2010

EL DESCRÉDITO POLÍTICO, BASE DEL POPULISMO AVENTURERO SIN IDEAS



La mediocridad del  que no sabemos si aspira a ser el Berlusconi o el Gil Catalán, se ha puesto de manifiesto. Su discurso monocorde y atropellado, se le ha acabado pronto. Tanto que ni ha sido capaz de agotar el tiempo, corto ya en sí, por su escasa representatividad, cuando los demás grupos se suelen pasar de largo, por tener muchas cosa que decir. Laporta pronto ha terminado. Su absoluta ignorancia lo lleva a leer unos folios, a pesar de suponérsele maduro su discurso por ser de un solo punto: la independencia, así, a palo seco y sin otro añadido, como muy bien le ha afeado el candidato Mas. Realmente, más que otra cosa daba  pena la absoluta falta del sentido del ridículo, porque su supuesto independentismo debiera haberlo sustentando con algo más de base, ideológica y política, con un programa claro y creíble aunque sólo fuera para sus adeptos, y por disparatado que fuera. 

Ni siquiera ha tenido la elegante educación, por su obcecación irreflexiva, de saludar al presiente saliente de la Generalitat, señor Montilla; ha entrado a embestir, sin más, cosa que muy bien ha sabido aprovechar Artur Mas para decirle, muy elegantemente que es un maleducado. 

La aparición de pintorescos personajes populistas, de de extrema derecha  en la vida políticas, como  Laporta o Anglada,  que aunque  éste por poco no haya logrado representación por una ley electoral poco democrática, sin programa– o con uno de un sólo punto  y fuera de toda lógica razonable. sea la emigración, sea la independencia–, se debe al descrédito que las formaciones políticas han cosechado durante años; por el cabreo de muchos ciudadanos que  acaban arrojando el voto, más en contra de los partidos desacreditados que a favor de los votados como estos populistas. 

Cuando los partidos con arraigo dimiten de sus obligaciones; cuando el ciudadano se percata de lo poco que se hace contra la corrupción, y cuando ve ante sus narices lo fácil que les resulta ponerse de acuerdo entre ellos para blindar sus interese de casta, aparecen estos aventureros que en realidad son filibusteros de la política, como muy bien ha dejado claro el antiguo presidente del Barça, que ha dicho más o menos, que todas sus intervenciones en la cámara catalana irán de principio a fin en la misma dirección y onda. Es de suponer que con el tiempo, y pasada la novedad, se atempere el fogoso Laporta– que por cierto nunca le preocupó la política hasta que se hizo famoso por ser presidente del Barça–, y adquiera algo de sentido del ridículo. Porque aunque el club catalán sea más que un club, el parlamento catalán, es más que un juego de aventuras.


U. Plaza

domingo, 19 de diciembre de 2010

VIAJE "PRESIDENCIAL" DE RUBALCABA

Rubalcaba: ¿en campaña?

La visita por sorpresa  a Afganistán de Alfredo Pérez Rubalcaba tiene un valor muy significativo; no porque un ministro se haya hecho presente donde están las tropas españolas, según él para defender nuestra libertad; según otras fuentes para hacerse perdonar  Zapatero  la fuga precipitada de Irak, desobedeciendo al amo yanqui. Pero estamos en el lejano país, sobre todo–diga lo que diga el ministro–, para garantizar los intereses de Estados Unidos en la zona. 

Pero el significado político del viaje tiene una apariencia  de mucho mayor calado, si tenemos en cuenta el protagonismo de primera fila que ha adquirido el ministro del Interior, y el nerviosismo que intranquiliza a los barones del PSOE, que temen que la descarada apuesta de Zapatero, su enamoramiento por las políticas de derechas salvajes,  que agreden a los más débiles, puedan hacérselo pagar a ellos los electores. De ahí que, desde hace ya algún tiempo se esté cerniendo a la organización  para sustituir al presidente, de la manera menos letal posible. Y Pérez Rubalcaba, por su trayectoria frente al Ministerio del Interior, es el más valorado. Y aunque sin duda en su partido también tiene detractores y afloran los navajeos  por estar en primera fila, parece que si no hay elecciones primarias, que piden los que no dominan el aparato, pero que  intentan eludir los que sí  lo hacen, Rubalcaba puede ser el Hombre, el sucesor, si se hace antes de que lleguen las elecciones para darle tiempo para intentar recuperarse. Difícil lo tiene, ya que el desastre parece irreversible. Lo difícil es que acepte heredar el desastre si no dimite el presidente pronto y le deja todo el poder. Aunque se equivocarán quienes crean que Rubalcaba aplicará una política menos de derechas, pero ya se sabe, puede despistar a muchos ingenuos.

Así  que,  es muy posible que el viaje presidencial de Rubalcaba, tenga ese sentido de ir poniendo las bases para convencer al resto de los barones, de que lo mejor es que lo apoyen a él y se dejen de mudanzas en tiempos  de tormenta. En definitiva Rubalcaba puede haberse  adelantado a sus compañeros contrincantes  y toma el mando, mientras Zapatero se inmola en la pira de los recortes sociales, como le exigen sus superiores: los mercaderes. O, conociendo el maquiavelismo del ya veterano Rubalcaba, puede ser una cortina de humo. De todas formas el tiempo trabaja en su contra. 

U. Plaza

sábado, 18 de diciembre de 2010

¿POR QUIÉN DOBLAN LAS CAMPANAS?


BRUTO

Las campanas hace tiempo que empezaron a doblar.  Premonitorio tañir de un cadáver que se sabe, está pronto a llegar. Cadáver político, sin duda, no hay que alarmarse. Pero, seguramente, el cadáver,  con una proyección privada brillante, como la que ha acabado teniendo Felipe González, en su día tan "socialista" como  ahora   José Luis. Pero eso ya será otra historia.

El abrazo entusiasta  a la ideología de la derecha del todavía nominal presidente del gobierno es tan escandaloso que ya ni siquiera intenta disimularlo; y fuga hacia adelante en su propósito de cumplir lo que le ordena esa derecha a la que obedece sin inmutarse, adquiriendo todos sus tics y al parecer objetivos;  hundiendo cada día más a su centenario partido, aunque con grandes paréntesis, pero centenario al fin, y con páginas gloriosas escritas en lejanos tiempos. Con dirigentes absolutamente irreconocibles hoy día. Son otros tiempos, claro. Pero la ética  política socialista no debiera tener épocas y debieran ser valores permanentes. 
CÉSAR

Lo lamentable, aunque sea para sus intereses de grupo, es que todavía el PSOE,   sus dirigentes; sus alcaldes y sus militantes, y suponiendo que siga estando vigente alguna de sus centenarias siglas,  tan obsoletas ya, visto el poco  uso que hacen de ellas, es que no se hayan decidido todavía  a buscar un Bruto que elimine a César de la escena, a enterrar su cadáver, a pesar de que algunos hace tiempo que entonan su réquiem  y siguen  doblando las campanas por el presidente. Tanto Marco Antonio–Bono que se la tiene jurada, como Bruto-Rubalcaba parecen dispuestos a un magnicidio controlado. Habrá que ver si no es demasiado tarde como le ha ocurrido al representante de César en Catalonia, Montil·li. Por discrepancias entre el el Senado  y sus leyes y la provincia, a la hora de aplicar tributos. Pero también por sus alianzas con Herodes. 

Pero, debido al cesarismo imperante en los partidos políticos, todos critican a César soto voce, sin dar el paso definitivo, por si acaso éste se recupera y Bruto no logra su objetivo. Esa dilación en la resolución antes de la elecciones puede ser letal para el PSOE.  

Lo lógico sería–siempre, repito, con la vista puesta en sus interese de partido–enterrar definitivamente el cadáver antes de que  se corrompa, y acabe corrompiendo su entorno, el Senado y hasta todo el Imperio de las provincias  en forma de comunidades autónomas y alcaldías que todavía mantiene César bajo su estandarte de águilas, bajo la rosa y el puño, cada vez más amarillentos. Haciendo así imposible ni siquiera intentar la recuperación  en el escaso año y medio que queda para las elecciones. 

¿Por quién doblan las campanas? Si el partido no hace algo pronto, doblarán por él.  César lo arrastrará definitivamente hacia el abismo. Y no será Cartago quien venza, serán los bárbaros, los incivilizados bárbaros. Y tras ellos, ya sabemos que viene una oscura,  larga, brutal y fanática Edad Media, de la que costará salir.  


U. Plaza   

viernes, 17 de diciembre de 2010

SUS SEÑORÍAS BLINDAN LAS PENSIONES... LAS SUYAS, CLARO


Es desolador comprobar cómo la ética de algunos políticos es tan elástica y variable como les sea conveniente; se puede hacer o decir una cosa y la contraria sin siquiera mudar un gesto sus duros rostros, sin despeinarse. Quizá pensando que la opinión pública carece de criterio para darse cuenta la falta de ética. O de que ésta  aguanta todo lo que le echen sin protestar por escandaloso que sea. Y quizás no les falta razón visto que llevan tanto tiempo sin que los ciudadanos reaccionen de forma contundente.  

Como es frustrante comprobar cómo un señor puede manifestarse junto a los sindicatos el día de la huelga general del 29 de septiembre,  contra las agresiones del  gobierno de un partido que se sigue llamando socialista, y que aplica las políticas de la más salvaje e incivilizada derecha,  y a renglón seguido defender esas mismas agresiones como ministro de trabajo sin que tenga eso visibles consecuencias en su estado mental  y emocional. La elasticidad de la moral de algunos políticos es realmente sorprendente.

También sorprende el poco empeño que la mayoría de sus señorías pone–tanto en las taifas como en el Congreso–para ponerse de acuerdo para solucionar las cuestiones de Estado, que son comunes y de urgente abordaje;  al tiempo en que casi en su totalidad están de acuerdo a la hora de recortar las prestaciones de las pensiones  y los salarios de mil maneras a los ciudadanos; sólo diferenciándose en matices y por pura oportunidad electoral.

Sin embargo es revelador y desolador al un tiempo para el ciudadano que asiste impotente al trágico esperpento del espectáculo, comprobar lo rápido y sin apenas discusión con que esos mismos señorías, se apresuran a ponerse de acuerdo para blindar sus propias pensiones, prebendas y privilegios. 

Los mismos que insisten una y otra vez, que nosotros, los ciudadanos, no ellos, estamos viviendo por encima de nuestras posibilidades, y que  tenemos que apretarnos el cinturón. Y ni tan siquiera aparece en sus caras una sombra de rubor por la vergüenza; hasta esa condición humana parecen han perdido, porque deben considerarse con derecho de casta medieval, que ingenuamente creímos liquidado. 

Y se blindan sus pensiones, al tiempo que exigen aumentar la base de cotización de todos los españoles; los mismos señores que con tanto descaro calientan con sus honorables posaderas los escaños del Congreso –o de los parlamentos regionales, que en eso no se diferencian–, si es que se dignan acudir, porque todos vemos  el espectáculo de los escaños vacíos en los plenarios, cuando la primera puesta en escena de los dos números principales ha acabado, sin tenerle el menor respeto y atención por lo que dicen los oradores de los partidos pequeños, que son cómo mínimo tan respetables como los que que abandonan el escaño.

Todos sus señorías saben el escaso prestigio que tienen ante la opinión pública, ganado a pulso. Pero no parece importarles, visto con que doble moral aplican la ley del embudo, sea para sus sueldos o para blindar sus pensiones con el mínimo esfuerzo para ellos, y el máximo  para todos los demás. No parece ser la ética precisamente  lo que mueve a sus señorías a dedicarse a la cosa pública. ¡Qué lejos estamos de aquella ética republicana!

U. Plaza


jueves, 16 de diciembre de 2010

AMBAS DERECHAS



Nadie en su sano juicio puede negar que el gobierno de Rodríguez Zapatero ha dado un volantazo hacia la derecha de forma escandalosa, poniendose al servicio de la alta delincuencia  de la casta banqueril y ese otro oscuro y depredador  tan letal para el ciudadano, llamado mercado. Pero que el PP, partido  liberal en el peor sentido de la palabra –el que en su programa e intención  lo lleva a la práctica allí donde manda–,  están todo tipo de privatizaciones y de apoyo a los sectores más reaccionarios; los que nunca se preocuparon por las condiciones de pensionistas o trabajadores en las peores condiciones, nos venga ahora con la cantinela , y sean ellos los que una y otra vez se quejen de la rebaja de las pensiones o el recorte de los salarios, es como poco inmoral. 

Porque todos sabemos, y lo ha adelantado con una de sus muchas vomitadas y exabruptos su presidente honorífico, defensor de lo más impresentable de la derecha extrema, José María Aznar, el de la boda faraónica y servidor de Bush en la guerra de Iraq, que pide, sin el menor rubor, porque eso no es propio de su manera de actutar,  que se le limiten las prestaciones a los trabajadores. Que se elimine lo que ellos llaman el estado de bien estar, porque según él no podemos permitírnoslo. Naturalmente el PP, que se queja de la eliminación de derechos de boquilla, en lo que está pensando es que no podemos permitirnos nosotros, la mayoría de los ciudadanos, porque tenemos que pagar las suyas, incrementadas. 

Esas son en realidad las intenciones, y lo que intentará llevar  la práctica, si los ciudadanos somos pasivos y se lo permitimos, de la derecha del PP. Por lo tanto todas las protestas que una y otra vez enarbola en el parlamento y por boca de sus representantes, por toda la basura televisiva que nos invade. Así que toda la ofensiva del PP y su pretendida defensa de los débiles, no es más que una estratagema para ganar votos. Es increíble que quien pide recortes por, por considerarlos  excesivos  de los derechos de los trabajadores, le preocupe lo más mínimo su situación.

Que el gobierno socialista se haya pasado con armas y bagaje a la derecha, en sus propuestas de liquidar las conquistas sociales para satisfacer a los buitres de los mercados, no debe en modo alguno hacernos caer en el canto de sirena de creer que los que tienen en su formar de entender la sociedad el enriquecimiento de unos pocos en detrimento de la mayoría, vayan a solucionar nada. Todo lo contrario. Aviso para navegantes: Retirarle el voto al PSOE no debe ser para dárselo a los que sin ningún problema aplicarán las políticas que le convengan a los más poderosos.  Debemos buscar otras opciones que no sean no los de derecha gobernante, ni los de ultraderecha en la oposición, que por cierto también gobiernan el algunas taifas, donde no son un modelo precisamente. "Ser más tonto que un obrero de derechas",  se paga. Y muy caro. 

U. Plaza 

miércoles, 15 de diciembre de 2010

LAS ELECCIONES PRIMARIAS EN LOS PARTIDOS


Las elecciones Primarias en los partidos políticos, debieran ser de obligado cumplimiento. Esa práctica haría que la tan devaluada democracia española se saneara, o al menos mejorara y limitara los abusos de las ejecutivas. Pero los cacique de los paridos temen a las Primarias más que a un pedrisco. Saben muy bien que sus convicciones democráticas no llegan a tanto. Están enfrentadas a sus intereses personales o de grupito. Darle la oportunidad a las bases de los partidos,  a los que todo lo dan sin recibir nada a cambio, constituye sin ninguna duda un ejemplo de democracia, pero también un peligro incontrolable para los intereses del caciquismo paritocrático que domina el panorama político español, fraguado con tanto esmero para que no se les escape nada: que lo que digan los jefes sea ley sin la menor discusión. 

Cuando alguna vez se han hecho las elecciones Primarias en algún partido de los grandes, ha sido por una circunstancia excepcional, o de desencuentro entre facciones o personales; a pesar de figurar en las normas internas y estatutarias, de la que los jefes guardan un amargo recuerdo, la norma se elude a veces con elegancia, a veces burda y caciquilmente. Lo vimos con José Borrell, y cómo  el  antiguo falangista González, pensó que las ganarían los suyos, los del aparato; pero resultó que no, que Borrell arrasó, demostrando que las bases estaban hartas del aparato felipista y querían democratizar el partido. Felipe y su poderoso clan, con la actitud de soberbia que lo caracteriza, con su poder omnímodo de entonces, no aceptó la derrota y puso  en marcha el juego sucio.  Sacó a la luz que un colaborador de Borrell, había sido cogido en falso. Y aunque  Borrell no tenía nada que ver con aquello, salvo que él era el responsable político, por coherencia, dimitió. Era lo que el aparato felipista deseaba, por ser el de la Seo de Urgel molesto y no entrar en el juego tan nefasto, a pesar de que muchos lo lamentaron por considerar a Borrell un hombre honesto, y nada inclinado a los pasteleos con los nacionalista, que tanto daño llevan haciendo a la democracia y al propio partido socialista, aunque no a sus privilegiados barones. 

Desde entonces no se han vuelto a hacer primarias en el PSOE a nivel nacional. Y cuando alguien las propone, enseguida es desactivada la idea. Es muy peligrosa. Y  lo es tanto que como hemos podido ver en Madrid, por más que el máximo jefe quiso imponer su candidata, Trinidad Jiménez, las bases, con el criterio democrático del que carecen los que se benefician del tinglado llamado partido, decidieron votar al que consideraban más cercano, en lugar de al burocrático Aparato, es decir, a Tomás Gómez, que se enfrentó a la soberbia del jefe.

En el Otro partido mayoritario ni siquiera se llega a intentarlo porque ahí todo es piramidal y hasta digital por el dedo del dios del momento, como sabemos. 

Consentir como lógica democrática las Primarias, es tanto como desnudar a los supuestos líderes, que lo son por los mecanismos encorsetados que controlan  las direcciones. Pero los dirigentes se sabes ídolos con los pies de barro. Y si se deja votar a las bases, los ídolos muy probablemente se vendrían abajo, demostrándose que su liderazgo obedece más a circunstancias  puntuales, que a un liderazgo ganado democráticamente, a pulso y con el consenso de los militantes. Por eso se niegan a dar libertad de voto a las bases de los partidos con toda naturalidad estatuaria, y se buscan subterfugios para no hacerlas, como lo del candidato único, consensuado entre ellos,  para hacerlas a su manera que les garantice el resultado deseado. El absoluto control lo permite. Hasta los Congresos, más si cabe por la importancia de los mismos, están milimétricamente calculado su desarrollo y resultado. Cualquiera que conozca el vientre de los partidos lo sabe.  Y cuando algo no sale como se ha previsto, se convierte en un verdadero terremoto– como sucedió en el Vº Congreso del PSUC, hará pronto 30 años–, cuando debiera ser norma democrática su resultado.

Es lo mismo que sucede con las ansiadas elecciones con listas abiertas. De celebrarse de este modo las mismas, se comprobaría de verdad el apoyo popular qué  candidato tiene más consenso entre la ciudadanía para ser diputado, alcalde o jefe de gobierno; pudiéndose dar la paradoja de que aquel que con tanto relumbrón de líder salen a la palestra como intocable y con popularidad, quedara muy por sebajo de otros mucho menos valorados por los Aparatos, pero más por los ciudadanos. Sería admirable que la democracia funcionara de esa forma. Pero como en el caso de las Primarias, las burocracias de los partidos lo saben muy bien, y por nada del mundo consentirán que eso pase. Y para evitarlo, que nadie dude que se pondrán de acuerdo los grandes partidos, tanto a nivel de España, como de las taifas, con los partidos nacionalistas como fuerzas imporantes o mayoritarias en las mismas, en las que toda discrepancia desaparece para asegurarse sus privilegios, acuerdo digno de mejores causas, que la de impedir que se extienda la democracia. 

La democracia en los partidos figura en la Constitución. Pero como tantas otras cosas, que tambien se escribieron en la misma Norma de Normas, no se cumplen. Es más, están para que no se cumplan ¿o no es cierto que figura el derecho al trabajo, a la vivienda, y a la igualdad de oportunidades, por sólo citar algunas de las que no se cumplen de forma escandalosa?

Sin embargo hay millones de parados y al mismo tiempo sueldos escandalosos; La gran delincuencia banqueril desaloja a los ciudadanos de sus casas y los lleva a la desesperación y ningún poder público enarbola la Constitución en su defensa; todo lo contrario.  ¿y alguien puede pensar sin soltar una carcajada, amarga, que en España, al amparo de la Constitución todos tenemos las mismas oportunidades?  ¿O hay que recordar las cada vez más diferencia entre ricos y pobres y cómo el gobierno expolia a éstos mientras permite que las grandes fortunas sigan creciendo? Y así podríamos seguir. 


Las Primarias en los partidos, contrariamente a lo que algunos pudieran pensar, no es sólo de la incumbencia de  los militantes de los mismo, sino de todos. Porque es la primera condición para sanear la vida pública tan emponzoñada; hacer que el ciudadanos tenga los resortes para acabar con los corruptos, e incluso que no lleguen a ocupar cargo alguno, por actuar el militante de base como primer dique sanitario. Situaciones como las de Cataluña con lo de Pretoria o Palau, así como lo de la Comunidad valenciana, y en tantos y tantos ayuntamientos, serían impensables con partidos democráticos, que las elecciones primarias hacen posible. Y la triquiñuela de lograr que sólo haya un candidato, es el principio del caciquismo en los partidos.

U. Plaza.