sábado, 4 de diciembre de 2010

BIEN, PERO TARDE: DÉBIL CON LOS FUERTES, FUERTE CON LOS DÉBILES



La repuesta del gobierno ante al chantaje que los aristócratas aeropijos, con sueldos escandalosos, ha sido correcta para frenar semejante desafío a todos los españoles por un grupo de privilegiados sin escrúpulos. No son trabajadores que luchan por unas mejoras salariales que les permita poder salir de apuros, como le sucede a la inmensa mayoría, suponiendo que tenga trabajo. La actuación ha sido correcta, pero ha llegado algo tarde, cuando el  mal que querían hacerle a todos los españoles y al turismo,  en un puente como el de la Constitución, ya estaba hecho. El gobierno debía saber lo que podía ocurrir si los controladores, subidos en su egoísmo de casta, llevaban a cabo un chante como el que ha puesto en marcha. Y haber tenido un plan para responder de inmediato. Incluso tener redactado el Decreto que al final ha hecho posible que estos señoritos supieran que no se puede poner de rodillas al Estado y a medio millos de ciudadanos que desean viajar. Un minuto después de que los controladores empezaran sus colectivo chantaje, el decreto debía haber sido una realidad, para cortarlo de raíz y evitar lo que se ha producido.

Contrasta la tolerancia que el gobierno socialista tiene a la hora de enfrentarse con los poderosos a todos los niveles, con la rapidez con que actúa para imponerle restricciones a los más débiles. Contrasta ver con la facilidad con que recorta el sueldo a los trabajadores, congela las pensiones, retira la miseria que representa los 426 euros  a los trabajadores en paro de larga duración; o con la imposición de que hayan de  cotizas hasta los 67 años. Como contrasta con que dejen indefensas a miles de familias chantajeadas por los banqueros que son los culpables del desastre económico,  que les exigen que abandonen sus casas al no poder hacer frente a las hipotecas, por no tener trabajo. Sobre todo porque fueron ellos los que provocaron esta situación, ofreciendo hipotecas por encima de lo razonable en su afán por ganar dinero. 

El gobierno, sin duda, se impone con los débiles, pero es complaciente con los poderosos; como estamos viendo con el expolio de los hipotecados por los banqueros; es de justicia que se impida que esos millonarios, que han recibido una ingente cantidad de millones de dinero público; que no se cortan a la hora de mostrar sus beneficios y reparto entre los directivos de los consejos de administración. Es de justicia en una situación de desesperación de cientos de miles de familia, que el gobierno haga algo, y pronto, ara impedir que miles de familias sean puestas en la calle. Eso sería actuar con diligencia, pero sobre todo con justicia.

El gobierno, al final ha actuado bien con los aeropijos, aunque tarde  –y esperamos que no se vuelva a permitir–, precisamente porque son poderosos y no ha querido meter el bisturí como debiera, hace ya tiempo, para acortar privilegios antes de la catástrofe que han organizado, mucho antes. Lo mismo  que debiera hacer  con  banqueros, que también afecta a cientos de miles de familias, pero  porque no se produce de forma puntual y con es despliegue de medios; pero los sufrimientos de esas personas, los padecen de forma individual.

U. Plaza

INQUIETANTE ACTITUD DEL GOBIERNO


La detención y expulsión del Congreso de los Diputados de un grupo de ciudadanos, ordenado por José Bono, que protestaban por la actitud del gobierno español con respecto a la masacre de la dictadura marroquí, se puede entender dentro de la ya reiterada hipocresía del gobierno y su partido; silencioso ante los hechos criminales de la banda de Marruecos. Se puede entender la expulsión y considerar que quizá no sea el lugar más adecuado, aunque de ninguna manera compartir por ciudadanos democráticos, ya que los diputados no deben ser intocables, y que los ciudadanos  les pagamos el sueldo, ¡y de qué manera! Ya que sus señorías  en eso no se cortan deciden ellos mismos sus emolumentos y sus privilegios, incluidos que sólo trabajen menos de dos legislaturas –unos siete años– para tener una jubilación al cien por cien, al tiempo que nos impones muchos más años de cotización a los, en teoría sus patronos, los ciudadanos, sin que se ruboricen por semejante injusticia comparativa. Por los tanto han de aguantarse que los critiquen de mil formas  cuando se producen aberraciones como lo que sucede en el Sahara. Les va en el sueldo tener que aguantar que los ciudadanos se indignen. Así que, ¡menos soberbia, señor Bono!

Pero lo que no se comprende  es que a los detenidos, entre los que estaba el actor Guillermo Toledo–y que Bono con su vena autoritaria ha tratado de gamberros–, los mantuvieran en una comisaría durante seis o siete horas. El responsable es el ministro del Interior, el mismo que nos hizo pasar la vergüenza de verlo abrazando de forma efusiva, al responsable de la masacre y jefe de la gestapo marroquí. Esta actitud del gobierno que contra toda lógica se sigue llamando socialista, es inquietante. Porque hay que preguntarse si su sumisión, o su aceptación de todas las barbaridades de la  dictadura marroquí  incluye la represión de los propios ciudadanos españoles, para contentar al sátrapa corrupto, que además por la caprichosa irracionalidad que caracteriza a los dictadores, nunca estarán contentos, y si, como a las fieras, habrá que seguir alimentando constantemente para que no se enfade, con las consecuencias que eso puede tener, como estamos viendo, sin que el gobierno adopte una actitud firme. 

Esperemos que no. Pero da miedo  que  se den pasos en esa dirección en un país con libertades políticas como España, pero y con un pasado tan parecido como el presente marroquí. 

U. Plaza




viernes, 3 de diciembre de 2010

EL BEATO BONO



José Bono va para santo. Ya se sabe que los santos,  a parte de la legión de los inventados por la Iglesia a lo largo de los siglos, antes de serlo fueron inquisidores. Ayer el beato Bono le alió la vena autoritaria de sus ancestos, mando reprimir a un grupo de ciudadanos que en el Congreso le afeaban a los diputados del mal llamado partido socialista, su tácita y cobarde complicidad con la banda que gobierna Marruecos, y que ha llevado a cabo la masacre genocida contra el campamento de los saharauis. Sin ninguna duda, Bono va para santo. Ya a hecho méritos y sigue en ello. Fe no le falta.

Con la petición de la detención ayer del grupo de ciudadanos,  solidarios con los masacrados saharauis que le afeaban la conducta a los diputados socialistas, que han mancillado una vez más dicho nombre, Bono tiene el camino allanado para ser santo y compartir cielo con los Escrivá de Balaguer, o con el propio psicópata polaco, aquel que siendo jefe de la secta, amonestaba a un pobre cura, poeta para más escarnio; hombre sencillo y que se había dedicado a ayudar de verdad a los pobres, mientas él le rendía honores a uno de los criminales más destacados y sanguinarios del ya catastrófico siglo XX en esas evangélicas tareas.

Sin ninguna duda, el hijo del falangista, Bono, está en el buen camino para acceder a ese ya raro titulo,  tan exclusivo. La actitud de Bono es un buen gesto solidarios...con la dictadura de Marruecos, que hoy tiene previsto que la Corte marroquí, esa farsa de parlamento, hecho para rendirle honores al sátrapa, proclame su indignación por lo que no es más que una suave y liviana  "condena de la violencia", sin mencionar a los culpables como debiera haber hecho un parlamente democrático, por  la violación de los derechos humanos. Pero como era de esperar, a la dictadura marroquí le parece excesivo. Mientras, el gobierno español, una vez más agacha la cerviz ante los caprichos del reyezuelo marroquí. Y Bono, llama detener a los solidarios españoles, a ciudadanos que ejercen su derecho democrático de criticar la sinrazón de los diputados socialistas y sus comparsas, de no condenar de forma contundente la masacre de la dictadura.

Sin ninguna duda, Bono, atendiendo a los parámetros de la Iglesia en repartir santidades, ha dado un paso de gigante hacia la santidad. El cielo lo espera.

U. Plaza

jueves, 2 de diciembre de 2010

LA METAMORFOSIS DE ZAPATERO



El emperador romano, Calígula, dijo haber experimentado una metmorfosis y que se había convertido en un dios.  Ese cambio tan espectacular le llevó entre otras cosas a que, acuciado por las deudas, pusiera en marcha una serie de medidas desesperadas para restablecer las finanzas imperiales, entre las que destaca pedir dinero a la plebe sin molestar a los notables.

La metamorfosis de Zapatero no es tan espectacular y no llega a considerarse un dios; es algo más modesto y no alcanza niveles celestiales, pero también despoja a los pobres de lo poco que tienen. Y  también es espectacular la transformación a nivel terrestre. Ha pasado de  decir que era socialista a ser el presidente defensor de los intereses de la derecha más impresentable, que por desgracia padecemos los españoles desde hace siglos. 

Y también, como Calígula, le hace pagar a  la plebe las locuras y despilfarros de los ricos. Calígula ha pasado a la Historia por muchas oscuras e indocumentadas actuaciones, en las que más ha tenido que ver la fantasía peliculera, que la realidad. Zapatero sí pasará a la Historia de España por ser el socialista que más ha hecho por defender a los canallas que hundieron la economía, poniendose a su entero servicio. 

Para que los ricos defraudadores se salieran con la suya, no le  importa dejar en el pacto del hambre a los que no tienen nada, retirándoles la miseria de las ayudas que les daba, mientra inyecta dinero a raudales a las arcas de esos mismos ricos, culpables de la situación. No le ha importado rebajar el sueldo a los trabajadores, congelar las pensiones y aumentar la base de cotización, si con eso logra enriquecer mucho más a los millonarios y especuladores. No le ha impotado permitir que los banqueros echen a la calle de sus viviendas a multiples familias, porque no pueden gagar la hipoteca que los delincuentes les incitaron a aceptar. 

A Zapatero, ya trasformado en un liberal de la derecha más impresentable, en realidad en su mercenario, no le importa, si con eso contenta a sus amos los deliencuentes que han hundido la economía,   privatizar empresas públicas, con tal de que esos mismos depredadores puedan seguir acumulando beneficios, aunque millones de españoles en estos momentos ya no tengan casa, y muchos escarben en las basuras para lograr que su hijos puedan comer algo, o hagan colas cada día en comedores de beneficencia, o duerman en las calles de nuestras ciudades.  Eso a Zapatero parece no importarle, y por lo que se ve, tampoco al llamado todavía partido socialista.

Con socialistas como Zapatero se hacen innecesarios derechistas salvajes como los del PP. Es más seguro para la derecha que el trabajo sucio lo hagan los socialistas; que después ya aplicará ésta cuando pierdan las elecciones.   


Es evidente que Zapatero ha experimentado una metamorfosis, suponiendo que alguna vez haya pensado en clave socialista, e incluso socialdemócrata. Pero es que también la han experimentado toda la dirección del PSOE, visto el silencia cómplice que guardan.

Calígula, como todos los tiranos, no hacía lo que hacía solo, sino porque era apoyado por la guardia pretoriana, por los privilegios que el emperador les otorgaba para que lo defendieran. Todo hasta que harto ya el Senado y los que cada día veían el desastre que les llegaría más pronto que tarde, decidieron liquidarlo.

Estamos en otros tiempos y no es el fin de Calígula, ni mucho menos, lo que le deseamos a Zapatero, que al fin y al cabo es un gobernante elegido en las urnar, aunque sea con una antidemocrática Ley Electoral, pero sí vemos que las derivas dechistas y de sumisión a los intereses de la reacción del presidente, se deben a que también tiene un guardia pretoriana, el PSOE, o la dirección del mismo, que prefiere mirar para otro lado antes que corregir el disparate de que un partido socialista se convierta en todo lo contrario de lo que proclama. Sin ninguna duda, a Zaptero le llegará su sacrifico, como a Calígula, y le llegara en forma de una sonada derrota, que arrastrará al PSOE, del que le costará mucho tiempo rehacerse.

Porque Zapatero sabe muy bien, como lo saben otros prebostes   gobernantes, cómo hay que salir de la crisis. El problema es que la fórmula no es de su agrado. Se trata de que el sistema actual ha llegado a su fin de ciclo. Como decía Gramsci,  crisis es cuando un sistema ya no sirve, y el que lo ha de sustituir no está en condiciones de hacerlo. Y en este caso, los que debieran sustituir al viejo sistema, de ser el instrumento del cambio, en lugar de asumir la responsabilidad histórica que les corresponde, han preferido pasarse al enemigo para dar oxígeno al cadáver. Y que hará es que se ralentice su agonía con sufrimientos para las clases populares. No es nuevo, la clase decadente siempre se resiste a desaparecer, utilizando todos los resortes represivos del Estado para para alargar su agonía. Ya lo hizo la aristocracia cuando la burguesía emergente le disputaba la hegemonía. Y en España, esa  burguesía prefirió ayudar a la decante aristocracia que hacer su propia revolución. Hoy, a nivel planetario los partidos socialdemócratas prefieren ayudar al sistema aberrante de desigualdades e injusticias, antes que asumir su responsabilidad. 

Siempre los sistemas que se hunden, encuentran servidores que les ayuden  permanecer, a costa de lo que sea, y por el tiempo que sea. En España esos servidores son los socialistas, con un presidente a la cabeza, que ha asumido todas las propuestas del sistema decadente. La Historia lo recordará. Pero sobretodo recordará que los que le rodearon fueron cómplices incapaces de deshacerse del ejecutor, por salvar sus privilegios, en lugar de rebelarse.

U. Plaza

miércoles, 1 de diciembre de 2010

AJUSTES DE CUENTAS, O RENOVACIÓN




Una de las cosas más esperpéntica es ver los carteles y promesas electorales de los candidatos y partidos que se han dado el batacazo, al día siguiente de las elecciones. Es  evidente lo trasnochado que resulta. 

Lo que se esperaba la misma noche de las elecciones es que los dirigentes de los partidos vapuleados presentaran la dimisión de inmediato. El aventurero Puigcercós, el mismo que dijo que Carod-Rovira no apareciera en la campaña porque le hacía perder votos, se ha aferrado al sillón sin el menor rubor. Pero eso no es importante ya que no deja de ser un partido de tribu residual.

Pero sí se esperaba que de forma contundente  lo hiciera José Montilla. Entonces sólo anunció lo que en realidad ya había dicho antes de las elecciones, que no sería candidato en la siguiente legislatura, y que en el siguiente congreso del partido dejaría de ser el primer secretario del PSC. 

Sin embargo, parece que se han agitado las aguas, ya bastante revueltas entre los barones del partido, que se mantenían a la expectativa y que pierden sus prebendas por el desastre. En pocas horas Montilla dice que no ocupará su encaño, y que se retira de la primera línea de la política; lo que se ha querido vender como un gesto de dignidad, y así lo proclaman los pesebristas de la prensa adicta, cuando la realidad es que en el PSC, como también en el PSOE, "están los viejos cuchillos tiritando bajo el polvo". Y que mientras se tenía el gobierno todo era calma; forzada,  pero calma, porque quien tiene  la llave del cajón de la alacena, quien garantiza los privilegios, no se puede cuestionar.

Siempre que el PSOE ha dado pasos o alianzas con los nacionalistas, ha acabado escaldado en mayor o menor grado. Así sucedió en el País Vasco, y así ha sucedido en Cataluña. Para entender por qué un gobierno que durante cuatro años–siete si contamos la legislatura anterior–teniendo todos los resortes que otorga  el poder, no ha logrado ser reelegido, y además, obteniendo unos resultados tan catastróficos,  es necesario entender que el PSC no ha  controlado el aparato de agitación y propaganda, TV3, que dejó en manos del ala más impresentable  y corrosiva del Tripartito, ERC, que se dedicó en cuerpo y alma a hacer de la televisión pública una televisión panfletaria del independentismo, como todos pudimos ver en la escandalosa cobertura que hizo a las mascaradas de referéndums independentistas, ilegales, que el PSC permitió contra toda lógica. También le ha pasado factura al señor Montilla la fuga hacia adelante de la convocatoria de una manifestación que por poco conocimiento que se tuviera del posible resultado, se sabía quiénes iban a ser los beneficiarios, como muy bien pudo comprobar Montilla, que  en alguna medida se convirtió en una manifestación con tintes fascistoides, pero eso sí, nostres

Si uno analiza lo que ha hecho el PSC bajo el punto de vista social, sin duda hay que decir que ha habido resultados positivos. Pero lo que ha llegado a la opinión pública han sido los disparates que sus socios, en particular ERC, han impuesto a la sociedad de forma caprichocha e innecesaria. Que con lo que estaba cayendo se  dedicaran prohibiciones como las multas;  los toros, cuando todo el mundo sabe que en Cataluña hay un sector muy importante de aficionados; y que en todo caso si ha de ser así, se extinguirán por sí solos; y que sin embargo se blinden al mismo tiempo els correbous, mostrando lo hipócrita de la medida, y la intencionalidad identitaria de la medida.

A la opinión pública no ha llegado las mejoras sustanciales de la seguridad ciudadana, o sanitarias; los institutos o escuelas o la extensa red de bibliotecas que hoy tiene Cataluña. El aumento de las carreteras y  lograr que la mayoría de los pueblos, antes muy aislados, tenga unos mínimos aceptables de comunicación y de servicios, incluso muy elevados. Todo eso no se ha sabido llevar a los ciudadanos, y sólo ha llegado los disparates de sus socios como las innecesarias y carísimas embajaditas, para mayor gloria  de los independentistas; y la exhibición  de ricos de algunos máximos representantes, en sus coches oficiales, para satisfacer los delirios y megalomanías de los jefes de ERC, que son incontables desde el mismo momento en que accedieron al gobierno, sin que el PSC pusiera coto a tanto disparate.

Todo esto ha hecho que los ciudadanos vean en el Tripartido tres gobiernos, en el que cada un iba a lo suyo. Montilla,  para poder mantenerse en el gobierno, dejaba hacer a sus descabellados socios todos los disparates que se les antojaba, por impopulares que fueran, quizá pensando que serían ellos los que pagarían al final, pero aunque se visualizaran tres gobiernos, el responsable de todo era para la gente   el PSC. Sin olvidar que el sector  del  partido con la desastrosa política llevada a cabo por el nacionalista, Ernest Maragall en tema de enseñanza que puso a todo el colectivo de maestros en su contra. Y que el sector nacionalista también coincidía con muchos de los argumentos políticos de ERC o IC en materia identitaria.

También el PSOE tiene una gran parte de responsabilidad en el desastre, por la  la falta de visión de un iluminado Zapatero, que hizo promesa absurdas sin darse cuanta de que el nacionalismo, per sé, es insaciable, ya que su objetivo nunca se completa y las reivindicaciones siempre están en el candelero. Y hasta tal punto funcionó el síndrome de Estocolmo, que hasta el charnego Montilla, se tornó converso al nacionalismo, siendo más papista que el Papa, y hasta más beato que Mas y Durán juntos, considerando el libro mitológico, Biblia, casi como su libro de cabecera, provocando una risotada sonora en el personal, cuando no un cabreo. 

Ahora, todos los barones que durante este tiempo han guardado silencio, saltarán buscando culpables, sin mirarse al espejo. Pero  lo que hay que temer es que en lugar de hacer una catarsis, el sector más reaccionario del PSC, la derecha nacionalista, agazapado, se haga con las riendas, pierdan las elecciones municipales, bastiones importantísimos del PSC, y dentro de cuatro años, sigamos con un partido socialista y catalanista, un partido de derechas, que es lo que en su esencia significa, queriendo los votos nacionalistas que van a CiU, y los de los obreros, con el resultado de que los nacionalistas no le votan y los obreros tampoco. Al menos no lo suficiente como para ganar las elecciones. 

Y ya, en este desbarajuste de buscar culpable, se lanzarán a la yugular, como hemos visto al señor Iceta, poniendo el ventilador en marcha aireando y repartiendo responsabilidades, en este caso al PSOE, pero nunca llegando a la raíz del problema: que han de decidir si son un partido socialista, o socialdemócrata si quieren, o un partido nacionalista, con lo cual basta que llamen a la puerta de CDC, y dejen que el PSOE cree su partido en Cataluña para que los obreros del cinturón industrial no tengan que diferenciar cuándo son elecciones del PSC, las catalanas, o las del PSOE, las generales.

U. Plaza

martes, 30 de noviembre de 2010

DE NUEVO, EL MENSAJERO ES EL CULPABLE



El cabreo que la Hilaria Clinton ha mostrado por las revelaciones hechas por Wikilearks, y que no se le ocurre otra cosa que culpar al mensajero, diciendo que es un ataque a la comunidad internacional cuando en realidad ha sido la mejor contribución al conocimiento de los ciudadanos, engañados por su gobernantes, que bajo la apariencia de respetables dirigentes democráticos, en sus salones deslumbrantes, no son más que los desechos de las apestosas cloacas. 

Es importante que Wikileaks haya sacado a la luz las sucias prácticas de estos sujetos para el conocimiento de la opinión pública y que ésta sepa la clase de ganao que decide sus destinos, y la bajeza moral que los envuelve; y que bajo la apariencia de gobernantes preocupados por los destinos del mundo, quede al descubierto que en realidad cualquier banda de matones y maleducados que se pueden encontrar en cualquier parte, son mucho más educados, y por supuesto menos peligrosos para los habitantes del planeta, que esta fauna de caros  empleados políticos que se creen inmunes y por encima de los que les pagan el sueldo. 

Ya han puesto a funcionar la maquinaria, no como debiera ser, para corregir sus inmorales actuaciones y limpiar las cloacas, sino para perseguir a los que han hecho posible que la opinión pública conozca sus indecorosas practicas barriobajeras y mafiosas. 

El que se espíe a otros gobernantes, al secretario general de la ONU, entre ellos; que se trate, como parece ha sucedido en España de evitar que se haga justicia por el asesinato de Couso, y tantas y tantas maniobras, eso no es lo importante; lo grave es que se sepa, que la gente conozca de sus vergonzosas actuaciones. Por eso ya la poderosa maquinaria de propaganda, con el pretexto de que pone en peligro la seguridad de los Estados, van a perseguir a los mensajeros, e incluso habrá legión de periodistas de cámara se se prestarán a ello, como ya se constata en las tertulias;  de entrada descalifican a los que han hecho posible las revelaciones, calificándolo de chafardeo y no periodismo; pero sabiendo que semejante bajeza desinformativa no cuela por burda, enseguida han pasado a calificar de "poco importante" la información. Es  la maquinaria del Gran Hermano puesta al servicio de las oscuras  prácticas de ese Poder, que contra toda lógica se sigue llamando democracia. Poder que cada día se demuestra que no sólo miente y organiza todo tipo de  guerras injustificadas, para expoliar a los pueblos, sin importarle el sufrimiento de millones de persona; apoyan masacres y violan todo tipo de leyes, sino que además entre ellos son verdaderas hienas despellejándose. 

Enhorabuena a los que lo han hecho posible. Los delincuentes no son los mensajeros, sino los que perpetran los delitos. Y la Hilaria, como subjefa del Imperio, lo sabe. Sabe que no es un ataque a la estabilidad internacional, como ha dicho, sino un poco de aire fresco en la putrefacta  cloaca que rige los destinos del mundo, sacando sus desvergüenzas al sol.

U. Plaza

lunes, 29 de noviembre de 2010

PSC: PERSISTIENDO EN EL ERROR

La debacle del PSC, contrariamente a lo que pueda parecer, no es tal; o mejor dicho no es nueva. En realidad el PSC nunca ganó una elecciones catalanas. Y en las que se acaban de celebrar, si bien ha tenido unos pésimos resultados, era más de lo mismo, sólo que al estar en el gobierno eso lo hace mucho más visible y doloroso para sus dirigentes.

Pero desde que hay libertades políticas jamás el PSC ha sabido ocupar su espacio, que debiera haber sido el socialista. Pero en su seno conviven–es un decir–los socialistas con los nacionalistas; y aunque éstos no representan a nadie, o se representan a ellos mismos, en la dirección, a varios niveles del organigrama, tienen un inmenso poder e imponen sus tesis, que son perfectamente intercambiables con el otro gran partido de la derecha nacionalista, CIU, como hemos podido sufrir en las dos legislatura del Tripartito, más incluso en la última.

EL PSC, por su propios orígenes, cuando el PSOE permitió que una amalgama de sectores de la burguesía se hicieran con el reciente inventado partido, y por la debilidad en Cataluña del PSOE, hizo que en lugar de crear un partido socialista parieran una especie de híbrido. El invento originario podría haber ilusionado a algunos, pensando que  de esa forma podrían abarcar a un electorado más amplio, con sectores de la burguesía progresista de aquel momento, que hasta se sentía feliz llamándose socialista. 

La idea no estaba mal para una socialdemocracia inexistente, mucha de ella con orígenes del propio franquismo,  que trataba de liquidar lo que quedaba de izquierda en el único partido que había luchado contra la dictadura, y con influencia entre la clase obrera. Presentarse como partido socialista y al mismo tiempo llegar a otros sectores  de la burguesía que nunca votarían al PSUC, era un objetivo perfecto sobre el papel. Para eso profundizaron en los aspectos más nacionalistas y perversos de éste, convirtiendo en la práctica todas sus actuaciones en un partido más de la derecha nacionalista, salvo cuando llegaban una elecciones, que durante quince días colocaban un engañoso tinte rojo–también es un decir–trayendo a los dirigentes del PSOE para que les ayudara a vender la mercancía a los sectores olvidados de los trabajadores, entre campañas electorales. 

Elección tras elección nunca lograban ganar unas lecciones catalanas. Sin embargo cuando eran las generales, cuando los ciudadanos catalanes debían votar al PSOE, era otra cosa. Entonces todas las elecciones las ganaban. No ellos, sino el PSOE, aunque los nacionalistas del PSC sacaran pecho y tuvieran la tentación de exigir un grupo parlamentario diferenciado en el Congreso, haciendo abstracción, o de forma oportunista, de que los diputados catalanes no lo eran por ser del PSC, sino del PSOE.

Pero a pesar de lo tozuda que es la realidad, el PSC, por esa sinrazón de mantener el híbrido, no ser ni una cosa ni la otra, ha ido perdiendo todas las elecciones. Y si llegó al gobierno, fue por el encaje de bolillos anti natura –con los aventureros del ERC, que venció la balanza por oportunismo, ya que la tentación de irse con sus hermanos mayores de CiU, persiste siempre–, llevado a cabo primero por el nacionalista  Maragall y después, en un intento de ilusionar a los votantes de izquierda y charnegos, con Montilla. 

No habían ganado las elecciones, pero habían tenido buenos resultados.  Accedieron a la presidencia de la Generalitat. Pero en lugar de mostrar ante su electorado la cara socialista, sin duda mayoritaria entre éste, mostraron la nacionalista hasta la irracionalidad, para contentar a los de ERC, y en menor medida a ese otro híbrido IC, nacido tras la demolición del PSUC, y ocupados sus cargos por los que la gente llama ecopijos.

Elaboraron leyes incompresibles que sólo aumentaba el enfado de su electorado. Y aunque unos días antes de las elecciones repudiaron el Tripartito, que se mostró como un gallinero donde cada uno hacía la política que le convenía a su tribu, ya no estaban a tiempo de convencer de sus bondades por más que cambiaran el discurso. La gente se le puede engañar, pero no eternamente. Y han vuelto a donde estaban: a su eterna oposición. 

Porque, aunque CiU, por el efecto que ha tenido el hundimiento de ERC, que muchos de sus votantes le han votado al partido de la derecha,  y haya tenido buenos resultados, no hay que olvidar que el PSOE en las generales, obtiene más de 1.600.000 votos, muy por encima de los   de CiU. Y que el efecto multiplicador y la ley electoral le hubiera otorgado la mayoría absoluta a un PSC socialista y volcado en su natural electorado, que en lugar de quedarse en casa manifestando su cabreo, hubiera ido a votar para evitar la llegada de la derecha al gobierno. Pero esos votante saben que durante estos años, el PSC ha sido una CiU-bis,  sino  la ha empeorado por la dependencia de ERC. Así que poco importaba si iban a hacer una política parecida a la pujoliana. Cataluña es mayoritariamente de izquierdas y jamás ganaría unas elecciones la derecha con un partido socialista que ejerciera de tal.

Pero a pesar de que estos datos son más que conocidos desde hace tres décadas, no corrigen el tiro y persisten en el el error, en el híbrido que sólo sirve para alimentar una suerte de partido en el que una derecha nacionalista se mantiene en él, haciendo imposible que sea lo que dice ser, un partido socialista que ilusione a los sectores de izquierda y populares; y que dirija sus actuaciones políticas hacia ellos, no pretendiendo, como hasta ahora, contentar al sector nacionalista, que nunca lo votarán masivamente, los únicos que le ven como socialista, como sí lo harían los que votan en las generales al PSOE. Pero para eso este partido, que cuadrando el círculo dice ser socialista y catalanista, debiera deshacerse de semejante dislate, y ser simplemente un partido socialista, catalán en este caso. 

Si tras la debacle, el sector socialista que cohabita en la dirección del partido se hiciera esta reflexión; si empezaran a recomponer, por no decir a crear el partido socialista, sin veleidades nacionalista; se ocuparan de verdad de aquellos que los pueden aupar al gobierno, en las próximas elecciones llegarían al poder. Pero no lo harán porque el sector de la derecha nacionalista sigue dominando, a pesar de que por razones oportunistas permitieron que un charnego  converso ocupara la dirección. 

Y la cosa no es baladí. Porque no se trata sólo de las elecciones a la Generalitat; está en juego la Alcaldía de Barcelona, que muy probablemente caiga en manos de CiU, que será tan catastrófico o más que la perdida de la Generalitat que nunca tuvieron por derecho propio. Barcelona es muy importante. Y ya sabemos lo que representa la conquista por la derecha de la Comunidad y del Ayuntamiento. Madrid está como espejo donde ya ni se recuerda desde cuándo. 

Pero a pesar de que todo esto es sabido, en realidad, es fácil apostar a que lo que harán los dirigentes del PSC, será remar en sentido contrario: ir más hacia el "soberanismo" o nacionalismo, exigir grupo parlamentario en Madrid como forma de afirmar su independencia, desligarse del PSOE para visualizarla, hacerse más nacionalista, hasta las próximas elecciones en que pedirán la ayuda del PSOE para ver si en unos días mueven el voto obrero, y así, de soberanismo en soberanismo, hasta la siguiente derrota. Es la norma del PSC.

U. Plaza